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Migración


Comunicado de prensa sobre la expulsión de dos mujeres nigerianas de España

Colectivo Desobedecer la ley-Convivir sin racismo (Murcia, 31 de Octubre de 2001)

El día 24 de octubre fueron deportadas de España Omosefe Ijefurobo y Patience Uwaifo, dos mujeres de Nigeria. Omosefe es madre de Osagie Efehi, un niño de dieciocho meses y Patience es madre de Elvis Martins Uwaifo, de tan sólo 13 meses. La expulsión de estas dos madres, realizada al amparo de la ley 8/2000, les ha arrancado de sus hijos que se han quedado en España.

Esta atrocidad cometida en un supuesto Estado de Derecho como España plantea una serie de reflexiones que el colectivo Desobedecer la ley-Convivir sin racismo quiere hacer llegar a la opinión pública.

1. Que cuando una realidad está regida por una ley injusta se vuelve también injusta. Es lo que pasa con la realidad en la que vivimos en España regida por una ley tan injusta y cruel como la Ley de extranjería 8/2000. Mientras esta ley esté en vigor, la realidad española, que nos incluye a todas las personas que vivimos en ella, será injusta.

2. Que una ley como la 8/2000, aunque la sufran principalmente los inmigrantes, es un insulto para la dignidad de todas las personas.

3. Que las deportaciones que se realizan al amparo de la ley 8/2000 son actos inhumanos que no tienen en cuenta la realidad de las personas ni el terrible castigo al que se las somete al retornarlas forzosamente a un país del que quisieron huir aun poniendo en riesgo sus vidas.

4. Que esta ley permite situaciones de apartheid institucionalizado, prohibiéndole a la persona sin papeles en España cualquier opción que no sea la expulsión.

5. Que las deportaciones masivas que se están realizando en nuestro país empiezan a parecerse demasiado a las deportaciones de judíos con las que empezó el régimen nazi. Cuando los Derechos Humanos empiezan a olvidarse se pude terminar cometiendo cualquier barbaridad, incluso más graves que las que ya se están produciendo en España.

6. Que lo sucedido con Omosefe y Patience es un claro ejemplo de lo anterior. Todas las deportaciones son denunciables pero este caso es especialmente dramático y cruel. La ciudadanía debería escandalizarse ante el hecho de estar regida por una ley que permite la separación forzada de dos madres de sus hijos. Este es un caso, de los muchos que hay, que debería llevar a todas las personas de este país a pedir la derogación de la Ley de extranjería. A no ser que se piense que por ser negras no van a sentir la misma angustia que dos madres españolas.

7. Que, teniendo en cuenta que al juez de instrucción se le había comunicado la existencia de los dos niños y que éstos visitaron a sus madres mientras estaban encerradas en el centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) de Sangonera, no se entiende que la Delegación de Gobierno en Murcia no supiera de la existencia de los niños. Teniendo en cuenta que los CIEs dependen del Ministerio del Interior y, por tanto, de la delegación de Gobierno, si realmente fuera así, sería una negligencia intolerable. En todo caso, si Omosefe y Patience hubieran sido tratadas como personas y no como cosas molestas esto no habría ocurrido.

8. Que no creemos que la solución sea deportar también a los dos niños.

9. Que no creemos que la solución sea dar la tutela de los niños a los servicios sociales para propiciar más tarde la adopción de los mismos. Estos niños deben estar con sus madres. Otra cosa sería un secuestro.

10.Que la única solución admisible es el inmediato retorno de Omosefe y Patience a España. Desobecer la ley-Convivir sin racismo exige que esto se produzca cuanto antes.

11. Que por todo lo anterior exigimos el fin de las deportaciones y la derogación inmediata de la ley de extranjería.

12. Que creemos que la ciudadanía murciana debe exigir a sus gobernantes y legisladores que este tipo de atrocidades no puedan ocurrir en nuestra tierra. La responsabilidad ética y humanitaria nos debe impulsar en esta exigencia si no queremos convertirnos en cómplices culpables. De lo contrario seguiremos viviendo una realidad injusta que nos envilece y humilla a todas y todos.