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Migración

 

Apertura del "Año Judicial"
El presidente del Supremo afirma que "se debe favorecer la cultura española" frente a la inmigración. F.J. Hernando considera "gravemente peligroso" regularizar por "vías de hecho" a los 'ilegales'


Redacción de Derechos para Tod@s. Fuentes: Agencias y Aznar.net (Madrid, 17 de Septiembre de 2002)

El Presidente del Tribunal Supremo, Francisco J. Hernando, manifestó en la ceremonia de apertura del Año Judicial que considera 'gravemente peligroso' que la sociedad se acostumbre a que los inmigrantes exijan su regularización "al margen de los cauces del Derecho". En un discurso sobre la inmigración, de tintes fuertemente conservadores, Hernando se quejó de que 'aquellos que infringen la ley', en alusión a los inmigrantes indocumentados, puedan obtener la solución a sus problemas a través de la presión social.

Hernando apeló a una "ética de la responsabilidad' para 'no sucumbir a la tentación' de sostener 'discursos genéricos' en torno a 'ideas vagas' como 'la solidaridad mundial o la fraternidad entre todos los seres humanos, que puedan luego ser tomadas como soporte para una actitud de absoluta liberalidad, de desregulación con respecto al fenómeno de la inmigración o de puro providencialismo".

El presidente del Supremo indicó que deben analizarse las medidas que puede llegar a exigir la "absoluta permisividad con el fenómeno" de la inmigración, 'el coste' de tales medidas y, sobre todo, debe hacerse una 'evaluación prospectiva' de sus consecuencias sobre 'la economía, el orden público, sobre el nivel y la calidad de los servicios públicos, sobre la moralidad pública o sobre los derechos fundamentales'.

Según Hernando, tampoco puede hacerse caso omiso "de que los recursos económicos son por definición escasos"; que el equilibrio económico de los llamados países desarrollados es, "aunque a veces no lo parezca, de una precaria condición", y que la situación de bonanza de las naciones económicamente más beneficiadas "es en buena medida un patrimonio acuñado por el esfuerzo de generaciones pasadas que no debe ser malbaratado".

El presidente reclamó una "planificación y ordenación de la inmigración a través de los contingentes de trabajadores como 'cauce idóneo' para canalizar una inmigración legal, que venga provista de un contrato de trabajo y con toda su documentación en regla".

"Me resulta sumamente llamativo como jurista, y sobre todo como juez, que con periódica frecuencia aquellos que se hallan en dicha situación de ilegalidad demanden -cuando no exijan- de los poderes públicos su regularización al margen de los cauces del Derecho", agregó.

"La Ley ha de ser igual para todos", remachó el presidente, "lo que vale tanto como decir que debe ser también igualmente imperativa", mientras que "la presión, la autotutela o las vías de hecho" son "germen de conflictos y controversias".