Bienvenido. Bienvenida.

Este fin de semana son las elecciones municipales. Si usted ha llegado hasta esta página hoy es probablemente porque ha leido una de nuestras octavillas y ha tenido curiosidad.

La octavilla ha llegado a sus manos gracias al dinero y a la participación voluntaria de docenas de ciudadanos en su ciudad y en otras ciudades de España, que no quieren que se olvide la humillación, rabia e impotencia que la sociedad española sintió ante el apoyo servil del gobierno del PP a la invasión de Irak.

Pocas semanas después de la criminal invasión, con el crimen perpetrado, los embustes con las que Aznar la justificó resplandecen sin que el gobierno consiga maquillarlas con sus nuevas mentiras:

• Las armas de destrucción masiva que nos dijeron que Sadam tenía no aparecen... porque no existen: A los inspectores de la ONU no les permiten volver a acabar su trabajo para que no puedan hacer oficial el fraude.

• La “liberación” de la sociedad Iraqí ha sido postpuesta indefinidamente: el país estará regido de hecho por un gobernante militar Estadounidense, por el futuro previsible. Están preparando un gobierno títere en el que los extranjeros hacen y deshacen a su antojo. No hay elecciones a la vista.

• Los museos, las bibliotecas y la riqueza cultural e histórica de Irak ha sido saqueada en el caos, los hospitales están reducidos a ruinas, los servicios mínimos son inexistentes, pero sus campos petrolíferos ya están funcionando con eficacia americana, a salvo de cualquier perturbación.

• Los soldados españoles se han convertido en una división de apoyo de un ejercito invasor, bajo las órdenes de EEUU, controlando los servicios de un campo de concentración donde Iraquíes son encerrados en su propio país, y contribuyendo a “mantener el orden” ante las protestas de la población. Grandes empresas españolas se preparan al forcejeo para conseguir su parte del botín.

• Los Irakíes están lejos de sentirse "liberados". Las protestas contra la ocupación arrecian. Soldados representando a España se encuentran en primera línea, y el goteo de muertos continúa, aunque ya no sea noticia...
  

Quienes emprendieron esta guerra, lo hicieron a sabiendas de los efectos que las armas radiactivas utilizadas por "los aliados" van a tener sobre los niños que nazcan en los próximos años: son los efectos que las armas usadas en la guerra de 1991 han tenido en los niños nacidos desde entonces. Nadie podemos llamarnos a engaño.

Estos son los resultados, parte de las mentiras que Aznar nos contó y que el PP en pleno apoyó como un solo hombre. Ahora nos dicen que la guerra ha sido buena porque ha sido corta. ¿Es un atraco a un banco menos crimen por hacerse rápidamente? El que la guerra haya sido corta demuestra que Aznar nos mintió a sabiendas sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, sobre su capacidad de defensa: nos mintió sobre eso y sobre todo lo demás.

Todos sabemos que Aznar y sus acólitos son, sin atenuante alguno, criminales que han provocado una agresión injustificada e indigna, que nos han mentido y que, actuando como nuestros representantes, nos han arrastrado a nosotros con ellos y nos han convertido en cómplices de la vergüenza.

Todo esto ya está hecho: es irremediable. Pero hay algo más importante ahora mismo, COSAS QUE DEBEMOS SABER Y COSAS QUE PODEMOS HACER para que algo así no vuelva a repetirse nunca más:

• La estructura entera del PP ha contribuido a apoyar la guerra y a sostener el engaño: la inmensa mayoría de la jerarquía del partido, desde los miembros del gobierno hasta los concejales en ayuntamientos en toda España, han colaborado con su silencio a hacer posible este desprecio a la democracia y al derecho del que Aznar ha sido la cara más visible.

• Aquellos dentro del PP más honestos y dignos que se han expresado alzaron la voz en contra del crimen de la guerra han sido silenciados, marginados y expulsados, o han dimitido en busca de una opción politica más digna. Una lista de alcaldes, concejales, diplomáticos y cargos del partido (entre ellos Manuel Pimentel, ex ministro de trabajo del PP) a abandonado el partido enfrentándose al las calumnias de la jerarquía, que ha intentado desprestigiarlos por todos los medios, (diciendo que estaban ofendidos por no haber sido incluidos en las listas que ahora votaremos, que ya pensaban en no presentarse, etc.) 

• Los que se han sometido y han apoyado esta actitud indecente ante la guerra son los que se están presentando ahora a las elecciones municipales y autonómicas. No habrían conseguido sus puestos en las candidaturas del PP si no hubiesen mostrado el grado adecuado de sumisión al partido.

• Quienes ahora se presentan a las municipales son los políticos del gobierno central del futuro: si dejamos que políticos con una actitud tal de sumisión e hipocresía prosperen, estaremos sembrando el campo para cosechar en el futuro humillaciones mayores a nuestra democracia y a nuestro estado de derecho.

• El PP ha intentado durante la campaña que su actitud impresentable ante la agresión a Iraq no afecte a sus resultados electorales en las elecciones municipales.

• El PP como organización debe ser castigado en estas elecciones, hasta que expulse de su seno a todos aquellos que han apoyado, de obra, palabra u omisión, el atropello que esta guerra ha sido.

• Castigar sin compasión al PP ahora acelerará su renovación, enseñará una lección de escarmiento a todos los partidos, y será un paso para sanear la vida política de España. Dejar al PP impune mostrará a todos los partidos que pueden despreciar de cualquier modo a sus ciudadanos sin sufrir consecuencias.

Hay que impedir que aquellos que han colaborado con su silencio o con su apoyo a esta infamia continúen en puestos de poder, por pequeño que sea. Hay que destruir la carrera política de todos aquellos en el PP que no se han significado contra la guerra. Hay que dar al PP una lección que ni el PP ni ningún otro partido pueda olvidar facilmente. Es necesario para recuperar nuestra dignidad de ciudadanos estafados.