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Conciencia reformista y conciencia revolucionaria

Esperanza Patriótica

En Esperanza Patriótica, hemos recibido con mucho agrado la respuesta de Marta Harnecker a nuestro artículo: "Vanguardia, Conciencia, Estrategia Revolucionaria y la propuesta de Marta Harnecker." Le agradecemos, ella abre las posibilidades de una beneficiosa discusión en el seno de la izquierda.

Como respuesta Harnecker nos ofrece trozos enteros de su libro: "Haciendo posible lo imposible", a eso se limita su réplica.

En este escrito trataremos de ceñirnos a discutir las tesis del libro "Haciendo Posible lo Imposible". y desecharemos cualquier alusión personal a la autora. No deseamos enturbiar la discusión con "argumentum ad hominem"

El libro, como lo dijimos en nuestro artículo anterior, nos ofrece una rica descripción de la realidad mundial, haciendo énfasis en la situación de la izquierda. A partir de esa descripción se arriban a conclusiones, a tesis, con las que nosotros disentimos. La respuesta que se nos ofrece, basada en la descripción, distrae la discusión del punto central de nuestra discrepancia: La ideología evidenciada en el párrafo de las conclusiones, el 1297. En la respuesta se elude la discusión de la propuesta central del libro: El reformismo. Esta evasión puede deberse a deficiencias en nuestra explicación, es probable, por tanto vamos a tratar de exponer con más claridad donde disentimos de la tesis del libro.

El libro "Haciendo Posible lo Imposible." Es un libro difícil, porque esta lleno de premisas ambiguas, en él se encuentran argumentos, que sirven para sustentar las soluciones reformista que se nos ofrecen, y también se encuentran argumentos que servirían también para sustentar soluciones opuestas.

Veamos solamente dos ejemplos emblemáticos

Desliza el Párrafo 1177.

"A esto debe unirse también la necesidad de poner limitación a los mandatos otorgados por el propio pueblo, para evitar lo que ha ocurrido en la mayor parte de los países socialistas – mandatos casi de por vida- algo absolutamente extraño al pensamiento de los clásicos del marxismo, que veían la función burocrática como algo transitorio debido a su carácter rotativo"

después de expresar este contundente concepto, basado en argumentos que apelan a los clásicos, el libro se da cuenta de que en frente de sus narices tiene el mentís a esta argumentación, y se devuelve rápidamente cuando en el párrafo 1179 dice:

" Pero quiero aclarar que toda norma puede tener su excepciones. Este es el caso, por ejemplo de Fidel Castro en Cuba. Es difícil encontrar en la historia un líder con tanto carisma y capacidad de conducción, y sobre todo unificación de voluntades. Un dirigente que jamás ha claudicado en cuestiones de principios…"

En estos últimos párrafos es evidente la ambigüedad, lo que en un párrafo era una necesidad, dos párrafos más adelante aparece como algo relativo que depende de la calidad del líder. Sería más preciso haber dicho: "si el líder es deficiente se debe sustituir, y por el contrario si es un líder excelente no importa el tiempo que permanezca en el cargo". Sin embargo, la ambigüedad de estos dos párrafos sirve para sustentar dos tesis: primera: "es correcto que Fidel haya durado tanto tiempo en el poder", o, segunda: "es malo que haya durado tanto tiempo en el poder".

El otro ejemplo tiene que ver con el Che.

En el Párrafo 1107 nos dice el libro: "¡Qué distante de esto han estado muchas de las organizaciones de izquierda de América Latina! ¿Qué simboliza para nuestros pueblos la hoz que figura en la bandera roja de muchos partidos comunistas? ¿Qué significa para los indígenas guatemaltecos en nombre de Ho Chi Min y aún el del Che Guevara, nombres que han adoptado algunos frentes guerrilleros?

Por supuesto, en otros párrafos el libro ensalza la figura del Che. Aquí muestra, además de la ambigüedad, un desconocimiento del problema de la conciencia en la Revolución.

Con toda esta ambigüedad que puebla el libro, da la impresión que se quiere decir algo que no se termina de concretar, sólo se asoma la puntica para los buenos entendedores.

Es al llegar al párrafo 1297 , objeto de esta discusión, cuando tomamos cuenta de que es lo que está por detrás de estas anfibologías. Se trata de una tesis reformista clásica, pero sonrojada.

Continuemos estudiando el libro.

En el apartado 7.- La Izquierda y las reformas (Pág. 394) se expone la diferencia entre Revolución y reformismo y allí podemos ir develando las posiciones. Veamos que nos dice el libro.

En el párrafo 1534.- "Me parece que la mejor definición es aquella que designa como reformista a los que mediante las reformas buscan perfeccionar el actual orden existente, y como revolucionarios a aquellos que, al impulsar las reformas, luchan al mismo tiempo, por modificarlo profundamente, cambio que no puede producirse sin una ruptura con el orden anterior (subrayado nuestro)

Más adelante se pregunta:

Párrafo 1355.- " Pero, ¿Cómo detectar si una práctica política que emplea las reformas y la vía institucional es reformista o revolucionaria, sobre todo cuando las autodeclaraciones sirven cada vez menos en política?" (subrayado nuestro)

Después propone los siguientes criterios para apreciar como revolucionaria esta práctica política.

1357.- "Primero: si las reformas que se propician van acompañadas por un esfuerzo por fortalecer al movimiento popular, de tal modo que sectores crecientes del pueblo se organicen e incorporen a la lucha."

1358.- "Segundo si se obtienen resultados pedagógicos del accionar institucional de la izquierda. Una campaña electoral, por ejemplo, puede ser un excelente espacio para la educación popular; siempre que se oriente expresamente a aumentar el grado de conciencia del pueblo sobre las cuestiones políticas más importantes; pero puede limitarse también a un mero ejercicio de marketing, lo que, en lugar de elevar la conciencia, desorienta o simplemente no agrega nada a la maduración popular".

Estos últimos párrafos son un completo compendio de una proposición reformista clásica.

Esta proposición del libro, se queda en la esfera política, en el funcionamiento de las instituciones, en la conducta de los izquierdistas, a llamados a la lucha, etc. etc. todos estos postulados parecen, dan la imagen de ser revolucionarias, no obstante, no pasan de maquillajes al Capitalismo, es decir son reformistas. Por ningún lado aparece, la necesidad de superar la raíz económica del capitalismo: La propiedad privada de los medios de producción, la apropiación privada de la riqueza producida socialmente. De esta manera, ¿cómo van a crear conciencia revolucionaria, sin crear conciencia de la necesidad de superar las bases económicas del capitalismo, que dan origen a esas instituciones que se quieren superar, o a esa moral que se condena?. La única manera de resolver los problemas más importantes de la sociedad es superando la base económica que les da origen, esto es superando al capitalismo, conquistando una nueva forma de relacionarse los humanos, una nueva relación de propiedad. Y eso no aparece en la propuesta, en la tesis del libro.

Es propio del reformismo, siempre ha sido así, escudarse en una retórica pseudorevolucionaria, y desde allí torpedear, con disimulo, las posiciones fundamentales de la lucha revolucionaria. Veamos sólo una muestra: El libro, cuando trata el problema de la vanguardia, nos dice:

"una instancia formuladora de propuestas capaz de dotar a millones de hombres de una voluntad única, es decir, de una instancia unificadora y articuladora de las diferentes prácticas emancipatorias".

Reducir la vanguardia a una instancia formuladora de propuestas, es desentenderse del importantísimo problema de la conciencia revolucionaria, no entender el problema de la dominación y de los diferentes grados de conciencia revolucionaria en la población. Es reducir el papel del partido a un simple (como decía Trosky) pistón. Cuando en realidad es el alma de un proceso revolucionario. Es ignorar el problema del Estado revolucionario, y también ignorar la lucha de clases.

Confesamos que tenemos dificultades para movernos en la ambigüedad del libro, por eso proponemos precisar algunos conceptos que servirán para guiar la discusión.

¿Crear conciencia de Reforma o por el contrario crear conciencia de Revolución?.

La necesidad revolucionaria de modificar las relaciones económicas que son el origen de la visión del mundo que tiene la gente.

El papel del Estado.

El problema del poder político.

El problema de las condiciones objetivas y subjetivas para la Revolución

La necesidad de una Vanguardia política, su características, su calidad, el papel de esa Vanguardia,

El problema del poder político y su conquista.

Agradecemos a la Revista Cuba Siglo XXI por facilitarnos su espacio, y a Harnecker por permitirnos discutir tesis que para nosotros, en Venezuela, tienen la urgencia de salvar una Revolución que necesita desechar ilusiones reformistas y prepararse para un cruento (que ya se desarrolla) enfrentamiento con sus enemigos.

11 de mayo de 2002


Trabajo que surge de la discusión colectiva en la dirección política de nuestro partido: "Esperanza Patriótica", partido revolucionario venezolano.
     
   
   
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