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A propósito de la utilización de los conceptos de Sistema Político y Sociedad Civil

Martha Prieto Valdés

Tradicionalmente la Ciencia Política occidental ha designado como sistema político a las relaciones que se establecen entre los órganos de poder legislativo y ejecutivo, al balance o desbalance que entre ellos existe en ocasión del ejercicio del poder político, en la formulación de políticas así como en la propia toma de decisiones políticas. De tales valoraciones, el concepto de Sistema político deviene en una ampliación del concepto Sistema de Gobierno y se asume, entonces, de forma directa, la participación de los partidos políticos y de los grupos de poder en el mecanismo antes expuesto.

Negar la participación de los partidos en la vida sociopolítica sería de trasnochados, y ocultar su papel en la formación de la voluntad dominante así como en la dirección de las políticas de gobierno, es imposible. Tal es así, que ya no se oculta su existencia, ni su acción En la mayoría de los textos de la II generación encontramos manifestación directa de la relación entre los partidos y la conformación de la vida política de la sociedad, aunque expresada de diversa manera, y básicamente referida a los procesos electorales. Así, por ejemplo, se reconoce el derecho de asociación para participar en la vida política del país,(1) así como la participación de los partidos políticos en el proceso electoral,(2) capaces de promover los candidatos a las elecciones legislativas, las presidenciales o ambas. Lo antes expuesto corrobora el calificativo que se le han dado a los Partidos Políticos como maquinarias electorales.

También en el funcionamiento de las democracias parlamentarias europeas ha quedado claramente demostrado que en la relación legislativo-gobierno y en la formación de este último juega un importante papel la presencia de los partidos políticos,(3) al extremo de que en lugar de representación de la voluntad popular, lo que se manifiesta realmente es la voluntad partidista, y de igual manera, bajo la dominación de democracia popular lo que se oculta es democracia de Partidos y la alternancia de los mismos en el poder.

Por su parte, la Teoría del Estado soviética, marxista, revaloró el término y los elementos, dándole un carácter más general al concepto de sistema político de forma tal que permitiese incluir el aparato estatal en su conjunto, y no sólo sus ramas ejecutivo y legislativa, junto a los Partidos Políticos y otras organizaciones de la sociedad civil que participasen activamente en la vida política, tengan directamente o no funciones de incidir en la vida política, estén legalizados o no.(4)

En Cuba, el término inicialmente se limitó a su expresión estructural u organizacional, se concibió como sinónimo de Organización política de la Sociedad, y su estudio se refirió a la declaración de las estructuras. A finales de los años 80 la concepción de los elementos del Sistema se enriqueció con la inclusión de otros de carácter funcional e ideológico-normativo; o lo que es lo mismo, el término Sistema Político no sólo indicaba las estructuras, sino también las normas e ideas que éstas generan, así como las relaciones de coordinación ó de predominio que entre ellas se establecen. En este sentido, para el análisis de casos concretos se requiere de la declaración y caracterización de las estructuras, del conocimiento de la ideología que ellas hacen predominar, así como de las funciones que cada elemento tiene en el conjunto de instituciones que lo forman. De este modo, el sistema político se manifiesta como una categoría histórico-concreta, aún cuando se puedan significar elementos y caracteres que de forma general lo informan.

Otro término, aún cuando diferente, pero estrechamente relacionado con el anterior, es el de Sociedad Civil. Nacido para calificar a la sociedad no política o precontractual de la cual surgió el Estado;(5) fue empleado con posterioridad para expresar las diferencias y contraposiciones entre la Sociedad en su conjunto y el Estado burgués, fruto de análisis de las relaciones económicas y sociales prevalecientes en la sociedad, del papel del individuo en su desarrollo y transformación y la necesidad de limitar la actuación estatal (léase intervención en la esfera económica, desarrollada por los particulares). Al filo de los años sesenta del sXX se revitaliza y adquiere además, un valor metodológico.(6) El concepto permite ver la diferenciación con los términos Estado, Sociedad y Sistema Políticos, y se emplea para valorar a los diferentes actores sociales o participantes activos en los fenómenos políticos En los años 70 de este siglo, en América Latina recobró valor, vinculada al análisis de la labor de los movimientos de liberación y de los grupos luchadores por la democracia en contra de las dictaduras militares.

En la literatura marxista soviética fue excomulgada la utilización de este último por asimilarse de forma dogmática, como un término con contenido invariable, rememorando la contraposición sociedad -Estado, individuo-Estado característicos de la sociedad liberal, y en franca negación de las nuevas relaciones de colaboración individuo-Estado-Sociedad propugnadas. Y, como es lógico, así desapareció su empleo en la teoría política socialista.

En Cuba, por las mismas razones se abandonó el empleo del término, y los análisis acerca de las relaciones entre los órganos del Estado y el resto de las instituciones sociales, e incluso con los individuos, pasaron a realizarse con el concepto Sistema Político, que por tal motivo pasó a ser el centro en la teoría política.

Vinculado al fenómeno de la asimilación de categorías de forma dogmática, se realizaron análisis básicamente economicistas y estructuralistas, tanto respecto al Estado, al Derecho, como al Sistema político en general. La necesidad de fundamentar y defender el proceso revolucionario y ulteriormente el nuevo Estado socialista provocó, como en el resto del campo socialista, el desarrollo de posiciones y técnicas declarativas y justificadoras de la nueva institucionalidad estatal y política; y los análisis teóricos pasaron a un segundo plano o fueron permeados por la inercia doctrinal.

En los años 80, llega desde América Latina una revitalización del término Sociedad civil, manifestándose al respecto posiciones muy controvertidas: para unos, conscientes de la diferencia categorial entre Sociedad Civil y Estado, ya que el mismo designaba a todas las instituciones no estatales existentes pero sin tener como esencia la contradictoriedad. Otros, con criterio menos estructuralista y más funcional, le incorporaron la ideas y valores existentes en la sociedad, empleándolo para analizar no sólo estructuras, sino principalmente el entramado social, y la manera en que el Estado reflejaba tal nivel de relaciones. Pero desde el Norte,(7) al igual que el uso dado en la antigua Europa socialista por la disidencia, el término comenzó a manipularse respecto a Cuba para designar la formación de un conjunto de instituciones contrarias al régimen, sustentadoras de una nueva civilidad en oposición al Estado socialista; y fue causa de un rechazo bastante amplio respecto a su empleo en la sociedad cubana, desde dentro, para analizar a la Sociedad en su conjunto. Así las cosas, cuando por unos se reconoce el valor metodológico y doctrinal del término a partir de la noción de la historicidad de los contenidos de cada término, aún algunos lo rechazan o prefieren no emplearlo.

Al respecto es oportuno significar que ningún concepto tiene valor y contenido permanente a través de la Historia; con el decursar del tiempo se han revalorizado y se han adaptado conforme la doctrina y las condiciones concretas lo han querido o permitido, y su utilización en muchos casos se mantiene con el objetivo de preservar un léxico común que permita la comunicación y el intercambio de ideas. Así ha sucedido con los conceptos de Pueblo, Democracia, Representación Política(8) y hasta Estado de Derecho, que tienen varios siglos de vida, aún se emplean y se reformulan o readaptan.

En síntesis, ambos conceptos, Sistema Político y Sociedad Civil, surgidos en momentos diferentes del desarrollo de las ciencias políticas, jurídicas y filosóficas, en circunstancias históricas diferentes, se emplean para designar un círculo determinado de instituciones, relaciones e ideas que existen en la sociedad, pero no por ello han de tener carácter excluyente o contradictorio. Lo uno ó lo otro dependen de condiciones concretas sociopolíticas y no tienen fundamento lexicológico. Difieren en el contenido propio, en tanto la presencia del Estado en el primero le da el cariz esencialmente político; pero no podemos olvidar que la sociedad está integrada por diversas instituciones, relaciones e ideas que se desarrollan no solamente en la esfera política, sino también en las culturales, morales, familiares, religiosas, económicas y otras; y respecto a esta amplitud debemos valorar a la Sociedad Civil, con el dato de la ausencia en su círculo del Estado, no de su negación. Entre el Sistema Político y la Sociedad Civil existe una estrecha interrelación, pueden tener posiciones coincidentes, pueden manifestarse contradicciones, puede haber relativa independencia o pueden solaparse. Instituciones de la Sociedad Civil pueden y de hecho son parte del Sistema Político.

El Sistema Político no se integra por instituciones predeterminadas conceptual o legislativamente, sino por aquellas instituciones políticas, o que sin serlo incluyen fines políticos, y que participan activamente en la vida sociopolítica, en particular en los procesos de formación de la voluntad política, de instrumentación de la política y hasta de la formación y desarrollo de la conciencia política.

Desde un enfoque constitucional-normativista, forman parte del Sistema Político de la sociedad cubana, además del Estado, las instituciones reconocidas en el Capítulo I, "Fundamentos Económicos, Políticos y Sociales del Estado", encontrándose en primer lugar el Partido Comunista de Cuba y la Unión de Jóvenes Comunistas y aquellas que nacieron en el fragor de la lucha revolucionaria, y que se crearon para agrupar a los diversos sectores poblacionales, representarlos e incorporarlos a la construcción de la sociedad socialista. Instituciones parte de la Sociedad Civil que son parte además del Sistema Político de la Sociedad. Tales son los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños. Pero también han sido reguladas constitucionalmente, en el propio capítulo, otras nacidas con anterioridad, pero que fueron y han sido expresión de los intereses de sectores poblacionales avanzados y que durante la pseudo República lucharon codo con codo contra las dictaduras de turno, tales son la Central de Trabajadores de Cuba y la Federación de Estudiantes Universitarios.

Se debate si las organizaciones definidas como propiamente sociales, integrantes de la sociedad civil, forman parte del Sistema Político de la sociedad cubana, por cuanto su creación no tuvo en la mira la directa participación de las organizaciones o de sus integrantes en la vida sociopolítica; sin embargo no podemos olvidar que algunas de ellas agrupan a sectores poblaciones, que por su calificación, ocupación o tareas realizadas en otro momento, pueden incidir en la formación y desarrollo de una determinada conciencia social y política, y pueden sus miembros actuar en la consagración de ideas políticas. Pudiera citar como ejemplo, la Unión de Juristas de Cuba, la Asociación de los Economistas, o la Asociación de los Antiguos Combatientes.

Algunos se preguntan también, si las instituciones religiosas, existentes en la sociedad civil, han de ser calificadas como integrantes del Sistema Político en las condiciones actuales después de la decisión del Partido de admitir a los creyentes en su seno y del reconocimiento constitucional del laicismo del Estado. Pero tales medidas constituyen garantías para el desarrollo de la libertad de conciencia y expresión de ideas y de la libre participación individual en la vida sociopolítica y no tiene como objetivo admitir la participación institucional de tales organizaciones en el mecanismo de poder.

Pero no debe ser, a mi juicio, el objetivo político de su creación, el definitorio, sino la valoración del papel real que pueda desempeñar la organización, como expresión de las ideas de sus miembros afiliados en la vida sociopolítica; o dicho que otra forma, hasta qué punto inciden en la vida política, hasta qué punto sus posiciones e ideas son tenidas en cuenta al momento de la adopción de una decisión política, o hasta qué punto sus intereses son tenidos en cuenta en la formulación de las políticas públicas.

Las transformaciones económicas que se han producido en Cuba en los últimos tiempos han incidido en la estructura soioclasista, en los niveles de homogeneidad antes existentes, también en el Sistema político, consiguientemente en la formación de ideas, en los valores que hasta el momento habían sido predominantes, aún cuando todavía no se aprecian claras diferenciaciones en el plano estructural. Nuevas formas de propiedad y relaciones de producción que incluyen el elemento extranjero y la propiedad privada han incidid en el Sistema en las esferas ideológicas, funcional. Las tierras estatales otorgadas en usufructo, generan nuevas relaciones de producción y distribución. En el plano organizacional los cambios económicos y sociales no han producido variaciones en el sistema, y un ejemplo de ello es que la existencia del trabajo por cuenta propia, llenando vacíos de la producción y los servicios estatales, ha generado un nuevo sector poblacional, que ha sido incorporado, previa voluntariedad, a las organizaciones sindicales ya existentes, con el objetivo de preservar la unidad e integridad del diseño.

La determinación práctica de qué instituciones son parte y, por tanto, participan en la vida política, así como la definición de qué papel desempeñan y con qué intensidad lo hacen, es resultado de la voluntad política predominante, de los intereses que se deseen hacer prevalecer, de condiciones sociopolíticas concretas de carácter interno, sin menoscabar la influencia que la situación internacional tiene en tales definiciones.

No es aconsejable, por tanto analizar el Sistema Político cubano ciñéndose sólo a los patrones teóricos pues el diseño institucional cubano y su funcionamiento difieren de la práctica internacional. El Estado se cataloga como el elemento fundamental del Sistema Político, no sólo por ser el aparato de poder por excelencia, que cuenta con órganos e instituciones para hacer valer, por la fuerza si fuese necesario, la voluntad que a través de él se expresa; que además, dicta normas de carácter general y obligatorias, destinadas a regular las relaciones sociales que se establecen y las conductas humanas en particular, sino también, porque al ser el Estado el propietario de los medios fundamentales de producción, tener en sus manos la dirección general de la economía, del comercio y asumir como función pública y con carácter exclusivo la educación de su población, lo hace situarse no sólo en el centro de la vida de la sociedad, por las atribuciones que tiene, sino también por la influencia que tiene en la formación de la conciencia y la ideología en general.

Respecto al papel que se le reconoce constitucionalmente al Partido: vanguardia de la nación cubana y elemento superior y dirigente sobre la Sociedad y el Estado, no podemos olvidar el carácter monopartidista del Sistema Político cubano: Monopartidismo no sólo institucional, sino real, lo que hace que su influencia sea mayor sobre la sociedad en general y sobre las estructuras e instituciones integrantes de la misma, e incluso respecto a las personalidades que fungirán como sus titulares, tanto en el aparato general del Estado, como en la Administración, o en las Organizaciones sociales. Igualmente es su influencia sobre la ideología, la cultura, la educación. El Programa de acción político partidista se traduce como política de Estado y de Gobierno, a partir de la identificación de intereses y objetivos que resultan de la concepción unipartidista y de la unidad de poder.

Y la legitimidad de tal accionar es y será una expresión de los niveles de interdependencia entre el Sistema político cubano, estructural, funcional e ideológicamente, y los cambios que paulatinamente han de irse produciendo en el seno de la sociedad.


Notas

1- La Constitución mexicana de 1917, muestra una de las formas de tutela del derecho de asociación; ver al respecto los arts .9 : "No se podrá coartar el derecho de asociarse ...con cualquier objeto lícito; pero solamente los ciudadanos de la República podrán hacerlo para tomar parte en los asuntos del país"... y 35 aptdo .III: "Son prerrogativas del ciudadano:..asociarse para tratar los asuntos políticos del país..". En sentido contrario, de límite a la formación de asociaciones, l a Ley fundamental de Bonn, de 1947, reflejo de una época histórica, en su art.9 aptdo.2 estableció la prohibición de crear asociaciones cuyos fines sean ".. contrarios a las leyes penales,... el orden constitucional o... los ideales de entendimiento de los pueblos".
2- La Constitución francesa de la V República, en su art.4 establece que "Los partidos y los grupos políticos concurren a la expresión del sufragio".
3- ¿Olvidamos que el gobierno se constituye por el partido o la coalición político partidista mayoritaria en las elecciones parlamentarias?
4- Ver Marchenko, Ocherki teori politicheskoi sistemi sobremennovo buryuasnovo obtchesva, Moskoskovo Univ.1985, Cap.I, pg.26 y Marchenko, Fernández Bulté y otros, Manual de Teoría del Estado y del Derecho, Ciencias sociales, La Habana, 1989, Cap. II. En estos momentos ya se reconoce, en el orden teórico general la existencia de instituciones o estructuras al margen de la legalidad, pero que de una u otra forma inciden en la formación de la voluntad y decisiones políticas desde el poder.
5- Las concepciones de Locke, Hobbes y Rousseau, aún cuando con elementos diferenciadores entre sí, demuestran el empleo en la época de esta noción de la Sociedad Civil: sociedad humana libre que decide crear el Estado.
6- En los análisis sociológicos el término permite describir las formas de organización social vinculadas con el ideal de democracia y la participación activa en el mecanismo estatal y de poder en general.
7- Algunos sectores de la doctrina y la política norteamericana comenzaron a usar el término sociedad civil respecto a la sociedad cubana para referir la existencia de una incipiente oposición y de sectores sociales que desde dentro podrían fomentar las transformaciones que las Actas de Sante Fé reclamaban para que nuestro país pudiera considerarse "libre".
8- Durante las revoluciones burguesas los términos Democracia y Representación Política se manifestaron como contradictorios y un ejemplo claro lo tenemos en los debates de las Sesiones de elaboración de la Constitución norteamericana de 1787, o se organizaban como democracia, imposible para armonizar a todas las excolonias, o como República mediante la representación. O la noción de Rousseau de la imposibilidad de la existencia de una democracia verdadera, por la dificultad real de que todo el pueblo estuviese ocupado permanentemente en los negocios públicos, o sea negaba la representación. Hoy día, en nuestros pueblos se defiende la democracia directa y se reconoce la necesidad de la representación para el buen funcionamiento del Estado y el desarrollo de los fines y funciones previstos, pero una representación que suponga vínculo real con los electores y la facultad de control y revocación.


Lic. Martha Prieto Valdés
Profesora
Facultad de Derecho de la Universidad de la Habana

     
   
   
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