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Comunidad y Desarrollo: una experiencia cubana en área urbana

Elena Martínez Canals - Jesús García Brigos(1)

¿Qué es una comunidad?, En la literatura existen diferentes definiciones. Nosotros trabajaremos con la concepción de comunidad que se elaboró en los trabajos de la Comisión Ministerial para el Trabajo Comunitario Integrado como: "el espacio geográficamente delimitado donde tiene lugar un sistema de interacciones sociopolíticas y económicas que producen un conjunto de relaciones interpersonales sobre la base de necesidades; este sistema resulta portador de tradiciones, historia e identidad propias que se expresan en identificación de intereses y sentido de pertenencia que diferencian al grupo que integra dicho espacio de los restantes."(2)

Las comunidades en Cuba a lo largo de estos últimos 42 años han experimentado diferentes comportamientos.

En Cuba la comunidad ha tenido históricamente un peso grande, primero por ser una nación donde existía baja movilidad social durante el período prerevolucionario, es decir los grupos se reproducían internamente y las comunidades permanecían en modo estático sin casi cambios en su composición social.

Con el triunfo de la Revolución Cubana, aparecen nuevas características en este comportamiento, se inicia un movimiento migratorio importante hacia las ciudades en búsqueda de opciones de estudios superiores, que ahora eran posibles debido a su carácter gratuito, entre otras expectativas.

Comienzan a formarse grandes complejos industriales, la población alcanza mayores niveles de escolaridad y las comunidades pasan a ser más heterogéneas desde el punto de vista de su estructura social. En el mismo espacio viven personas con diferentes posiciones sociales y niveles económicos.

Este proceso alcanza su mayor auge durante los primeros años de la década del 80, con la salida de las aulas de un gran número de profesionales hijos de obreros y campesinos, que con el triunfo de la revolución habían cursado estudios superiores. Se produjo además una transformación del concepto funcional de comunidad al facilitarse las redes de comunicación en el espacio y el grupo no se asociaba necesariamente al lugar de su vivienda.

Otro elemento importante que caracteriza esos años es el proceso migratorio rural que provoca un despoblamiento de casi un millón de habitantes que abandonan esas áreas, con el consiguiente fenómeno de superpoblación en las ciudades, con mayor énfasis aún en la capital del país.

En el caso de Ciudad de la Habana esto se une a la situación de deterioro en la infraestructura urbana de la ciudad, que duplica en pocos años su población y no cuenta con una capacidad de construcción de viviendas y otros servicios capaces de satisfacer las necesidades de una población creciente.

Resulta importante en el desarrollo de las comunidades cubanas la creación al inicio del proceso revolucionario de organizaciones barriales capaces de agrupar a los vecinos de cada localidad, o con una fuerte componente barrial en su organización, como es el caso autóctono cubano de los Comités de Defensa de la Revolución, que llegaron a constituirse en importantes bastiones para la movilización del barrio y en general para la realización de importantes tareas del proceso de transformación social revolucionaria.

Estas organizaciones desde los primeros años desempeñaron un importante papel en la conformación del nuevo tipo de democracia que se iba desarrollando en Cuba, particularmente en la organización y funcionamiento de las estructuras de Gobierno. Significativo ha sido su papel en la creación y desarrollo de los Organos del Poder Popular hasta el presente.

En estos momentos Cuba atraviesa por la etapa de crisis que se ha denominado Periodo Especial, caracterizado por una fuerte constricción de nuestra economía. Entre las secuelas de esta crisis, han crecido los grupos vulnerables de la población, la cual además está envejeciendo junto a una baja tasa de natalidad por lo que en el 2025 una cuarta parte de la población va a estar comprendida en la tercera edad.

Todo ello ha repercutido de nuevo en las relaciones dentro de la comunidad.

En este escenario político y social se ha mantenido una proyección que ha logrado paliar los efectos de la crisis sobre nuestra sociedad. Y ha tenido un peso importante el replantear los impactos de servicios y programas convencionales a partir de un mayor reconocimiento de las comunidades y sus organizaciones barriales. Ejemplo de ello, ha sido la creación y funcionamiento de los Consejos Populares, los programas de salud familiar, las acciones preventivas en los ámbitos de consumo y del trabajo, etc.

Esto ha sido posible por la esencia misma del proceso revolucionario cubano, con una lógica de igualdad social que se tornó hegemónica y el replanteo de las prioridades en la inversión y la distribución de la riqueza social y de los recursos tecnológicos.

Por ello Cuba es una excepción dentro del actual contexto latinoamericano. Pero a la vez. la Cuba de los finales del 90 e inicios del nuevo siglo, ante una de sus más difíciles situaciones en el orden económico, en un momento de debate ideológico profundo, requiere que para lograr mantener estas conquistas, se destaque el fortalecimiento de la cultura en su contenido más amplio, como fundamento de progreso en la acción cotidiana de los individuos, necesariamente actores cada vez más plenos del proceso de construcción socialista.

Para lograr estos objetivos es imprescindible la atención al hombre en el contexto en el cual éste se desarrolla. De ahí la necesidad de reforzar hoy más que nunca el trabajo en la comunidad y el Gobierno cubano decide crear en 1995 la Comisión para el Trabajo Comunitario Integrado.

Esta Comisión realizó un importante diagnóstico comunitario nacional estableciendo las prioridades fundamentales para la orientación de los proyectos dirigidos al desarrollo comunitario, por ello no es un evento casual, que a partir de este período sé impulsado en Cuba un importante movimiento de desarrollo comunitario, de acuerdo a las características y necesidades de cada territorio, reflejándose además una importante voluntad política de soporte hacia estas iniciativas, que en muchos casos surgen de la población y en otros, aparecen potenciadas por diferentes entidades de salud, cultura, construcción, educación, etc.

Semejante esfuerzo conlleva ante todo que hay que aprender a vencer los obstáculos y que es importante desarrollar las grandes fortalezas que existen dentro de la comunidad: desarrollar sus potencialidades.

En Ciudad de la Habana, es importante potenciar estos proyectos que posibilitan satisfacer las necesidades de la población sin gravitar sobre el presupuesto del Estado. Los métodos comunitarios facilitan una mayor participación de la población en la solución de sus problemas, eliminando la psicología paternalista que predominó durante los inicios del período revolucionario en que el Estado era el encargado de resolver la mayor parte de las necesidades del barrio.

De este modo, en los últimos años comienzan a desarrollarse diferentes proyectos en nuestra capital y entre ellos nos referiremos al que se está llevando en el conocido barrio de "La Timba".

El Barrio La Timba surge a finales del siglo pasado, continuando la trama urbana del Barrio residencial El Vedado de una forma espontánea, dando lugar a un asentamiento marginal, con un status más modesto y en la mayoría de los casos caracterizado por viviendas precarias desde su propio origen.

Las familias que se asentaban en el barrio eran en su mayoría de humildes trabajadores que residían en la capital o personas que venían a la Habana, procedentes de las provincias del interior buscando mejores opciones.

En el barrio se asentaban independientemente de su raza y con el objetivo común de resolver sus necesidades según sus posibilidades e intereses: pequeños comerciantes españoles que desarrollaban sus labores en: bodegas, puestos de viandas, carnicerías; a la construcción de edificaciones muy modestas para alquilar, generalmente cuarterias; también cultivaban jardines para comercializar las flores.

Al triunfar la revolución con la Ley de Reforma Urbana los inquilinos pasaron a usufructo gratuito, y las casas que no se construyeron dejaron los espacios vacíos y muchos de ellos se han ido llenando arbitraria y espontáneamente.

El resultado es un barrio pintoresco, popular, la gente "vive" en el pasillo del solar, en la acera, en la misma calle. A pesar de la precariedad, la vida del barrio era alegre, entre los desempleados, la rumba de cajón, el juego de dominó, la religión, muy arraigada en el barrio, con todas sus manifestaciones desde los cultos afrocubanos hasta la católica y el ron, hacían el barrio muy movido: fiestas y broncas se alternan en un proceso de unión- hermandad - enfrentamiento, bases sobre la cual se consolidó el barrio y sobre las cuales se fundamentó su fama de barrio violento y los vecinos peligrosos.

Después del 1959 con el desarrollo de las políticas de viviendas y la implantación de diferentes planes, principalmente el de erradicación de ciudadelas y condiciones precarias, en el barrio se han hecho inserciones en la trama urbana con edificios de cuatro y cinco plantas, en los que vinieron a vivir familias de otras zonas de la ciudad.

El viejo barrio se quedó atrapado por las nuevas construcciones, pero prevalecieron las formas de vida y la fama, adoptada por los nuevos vecinos y sus descendientes, no obstante la implementación por el gobierno de políticas basadas en principios de equidad en la vivienda, la educación, la salud, etc., propiciaron que la actual población de La Timba tenga las mismas características del resto de la población de la ciudad, en lo que se refiere a los índices de escolaridad, natalidad, mortalidad, etc.

La Timba en la actualidad, una población aproximada de 5583 habitantes.

En esta comunidad, tiene lugar un sistema de interacciones que producen un conjunto de relaciones interpersonales sobre la base de necesidades, basado entre otras en las siguientes condiciones objetivas: poseen un supermercado donde realizan sus compras de productos alimenticios, una panadería; los servicios a la población son también comunes, un Círculo Infantil y Escuela Primaria, así como una Casa Comunal de Cultura y pertenecen a un mismo policlínico.

Todas estas características favorecen la presencia de un fuerte sentimiento de pertenencia en gran parte de la población que allí habita. En general el conjunto de rasgos aquí presentes nos permiten asegurar que nos encontramos ante una comunidad bien establecida,

Como resultado de un trabajo de investigación, se detectaron importantes elementos que constituían patrones de conducta negativos que la comunidad estaba reproduciendo y que se soportaban además por la presencia de dificultades materiales que dificultaban un desarrollo normal de la población allí residente.

Esta situación fue analizada conjuntamente con el Organo de Gobierno Local y representantes de las organizaciones sociales y políticas del barrio. A partir de este primer encuentro se hizo inminente la necesidad de que la población identificase sus principales problemáticas y confeccionara un Plan de Acción para su abordaje y erradicación.

Como resultado de la realización de estos primeros talleres surge el proyecto de transformación integral de barrio "Nuevo Horizonte", donde la población es su principal protagonista a partir del desarrollo de un proceso matizado en todo momento por una amplia participación popular.

El proyecto propone una transformación material de la infraestructura urbana del área seleccionada para comenzar las acciones, unido a un importante trabajo de transformación social dirigido fundamentalmente hacia grupos vulnerables y de riesgo en la comunidad.

El objetivo a largo plazo de esta iniciativa es el promover una transformación integral en el barrio "La Timba" a través de un proceso participativo que contribuya a elevar la calidad de vida de los pobladores.

Este proceso, no está exento de dificultades y barreras, pues es un proceso real, donde participan hombres y mujeres que representan, intereses, entidades, deseos y problemáticas diferentes. Además el mismo se desarrolla dentro del marco de la difícil situación económica que caracteriza actualmente nuestro país y cuyas limitaciones, independientemente del financiamiento que soporta al proyecto, implica limitaciones que afectan su desarrollo.

Uno de los "peligros" principales que enfrentan procesos de este tipo son aquellos derivados de pérdidas en la participación que por diferentes motivos, ya sean de carácter objetivo o subjetivo puedan aparecer durante la realización del mismo.

Por ello, las acciones de carácter social adquieren una envergadura fundamental para el normal desenvolvimiento del proyecto. La importancia de contar con diferentes fuentes de participación, la preparación constante de los líderes de la comunidad son bases fundamentales para crear el verdadero autodesarrollo comunitario y el sostenimiento de su desarrollo.

En nuestra experiencia, uno de los objetivos principales ha sido el de generar capacidades, facilitar reflexiones colectivas de determinadas problemáticas identificadas por los participantes y potenciar valores. Ello posibilitará la sustentabilidad del proyecto a partir del fortalecimiento de sus organizaciones barriales, fomentar una mejor calidad de vida en la población y el desarrollo pleno de sus potencialidades. En este sentido se han dirigido nuestras acciones, fundamentalmente hacia tres espacios: niños, mujeres y Comité o Grupo Gestor de la comunidad.

Para ello ocupa un papel principal el desarrollo de líderes comunitarios y el fortalecimiento de las organizaciones barriales, y cuando decimos que estamos tratando de un proceso integral, nos estamos refiriendo a que en el momento de pasar del discurso a la práctica este elemento debe ser uno de los principios de acción.

En nuestro país después del Triunfo Revolucionario y a partir del proceso de establecimiento de las estructuras del Poder Popular a todas las instancias, rige el principio de que cualquier ciudadano y según nuestras leyes, desde el ciudadano "de base" hasta aquellos que ocupan las más altas responsabilidades, pueden y deben ejercer el Gobierno y participar en las decisiones que de él emanen. Sin embargo, donde se percibe más efectiva su participación, es en el ámbito local donde pueden darse interrelaciones más estrechas y vislumbra de modo mucho más directo el resultado de su accionar.

Por ello, quizás una de las vertientes más importantes del trabajo comunitario en nuestro país debe ir a potenciar el fortalecimiento de las organizaciones y elementos que a nivel más cercano al ciudadano constituyan vías de participación, que cuentan, muchas de ellas con una rica experiencia de trabajo acumulada durante casi 40 años y en cuyos contenidos aparecen elementos fundamentales para fortalecer el desarrollo de las comunidades cubanas, en consonancia con los principios políticos e ideológicos de nuestra revolución.

En este sentido la formación de un Grupo Gestor en la comunidad persigue como objetivos reunir a los representantes de las organizaciones barriales, líderes informales de la comunidad y entidades involucradas en el proceso, con el objetivo de participar en la definición de la situación problema mediante un proceso participativo en espacios de escala humana, donde el individuo puede y luego intervenir activamente en la programación de actividades, en la aplicación de las decisiones adoptadas y en la evaluación de los resultados.

La praxis de nuestra revolución exige como elemento básico la participación de amplios sectores de las masas populares que garantizarán la continuidad histórica del proceso revolucionario, pero para ello es necesario "aprender a participar". Uno de los objetivos de este proyecto es lograr esta participación. Las experiencias iniciadas y llevadas a cabo son muestra de este propósito, la realización de talleres comunitarios, participación en reuniones, encuentros, actos, y otras actividades, constituyen aspectos a tener en cuenta como posibles vías de participación comunitaria y en la medida en que esta se transforme cada vez más en un proceso consciente, de evaluación y creación permanente se habrán alcanzado los objetivos básicos del proyecto que garantizarán la sustentabilidad de esta experiencia.

Durante uno de los talleres realizado en la comunidad, alguien escribió el texto que a continuación insertamos que constituye lo que hoy se ha convertido en consigna y motivación de cada uno de los participantes del proyecto para seguir adelante:

"....Cuando se sueña solo es sólo un sueño, cuando soñamos juntos es una realidad...".

Notas:

1- Versión de trabajo publicado en I Taller Nacional Intersectorial de Trabajo Comunitario MEMORIAS. Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, Habana, 2001.
2- Ver la Plataforma de Programa de Trabajo Comunitario Integrado, elaborada por el Grupo Técnico de la Comisión Ministerial para el Trabajo Comunitario Integrado, en 1995. Colectivo de Autores, Autor principal Dr. Jesús P. García Brigos. Publicada para el evento Comunidad 96, organizado por el Ministerio de Cultura.


Elena Martínez Canals, Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CITMA); Jesús P. García Brigos, Instituto de Filosofía (CITMA)

     
   
   
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