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Relación Universidad-Democracia: una propuesta de análisis

Edith González Palmira

Existen varios problemas, aspiraciones y proyectos que afectan o motivan el desarrollo de la actividad de los hombres en la actualidad. La democracia es una de esas aspiraciones de la sociedad en general, de grupos sociales particulares, de representantes de intereses diversos y de individuos concretos.
Históricamente la democracia se ha visto de diferentes formas: como orden social, forma de gobierno, modo de conducta social, conjunto de procedimientos, forma de organización de la sociedad, etc. Sin embargo, para todas estas interpretaciones hay un presupuesto común y es el hecho de que "la democracia es (...) un estilo de socialidad, un sistema de creencias y una escala de valores comunes a todo un pueblo"(1). Es decir, existe un elemento o plano subjetivo en la existencia del valor democracia que se refiere a la asimilación subjetiva de los principios, normas o instituciones del funcionamiento democrático en correspondencia con una escala de valores, principios y normas de comportamiento y convivencia social que están presentes en todas las esferas de la vida de la sociedad.
En la base de esta asimilación subjetiva se encuentra una determinada concepción del hombre, de la sociedad y del sentido de la actividad humana.
Son varios los agentes que influyen en la formación de esta concepción de manera directa o indirecta. En ese caso tenemos al sistema de educación de la sociedad y en particular a las universidades.
La Universidad es una institución con muchísimas posibilidades para la creación de una conducta y estilo de actividad democráticos. Entre otras, podrían considerarse las siguientes razones:

. En ellas se crea un subsistema de relaciones sociales en el que se establecen vínculos entre dirigentes y dirigidos, relaciones de poder y procesos de toma de decisiones con determinadas normas, instrumentos, mecanismos y rasgos comunes a las de otros subsistemas de relaciones sociales.
. La formación curricular, así como, la influencia del ejemplo de las diversas autoridades y líderes, condiciona la formación de valores y conductas cívicas.
. La edad, el grado de desarrollo de la psicología y las vivencias de los estudiantes son condiciones favorables para incidir más conscientemente en su formación.
. La universidad es una plaza importante donde se manifiestan y reproducen las relaciones sociales. Se produce, además, la confrontación de culturas, posición social, ideologías, otras expresiones del ser y la conciencia sociales.

Pero para lograr el objetivo propuesto de enfrentar la tarea de crear o formar un sujeto con conciencia y aptitudes democráticas, se necesitan condiciones o presupuestos cognoscitivos y prácticos que implican tanto a la universidad como a toda la sociedad.
Dentro de esos presupuestos cognoscitivos que deben permear la transmisión de conocimientos y habilidades se encuentran:

. Concepción humanista con un concepto de lo humano y del hombre no visto en abstracto, ni solo en su condición de ser biológico con necesidades de ese tipo. Se necesita una visión del hombre como ser social que solo existe en el conjunto de las relaciones sociales y en su relación en todas las formas de actividad: económica, política, estética, moral, científica, etc.
Se necesita una visión del hombre desde las posiciones que reconocen la existencia y el derecho a sobrevivir de todos los seres humanos y no solo del hombre "desarrollado" del Primer Mundo, o de los grupos sociales que en una nación - aunque subdesarrollada- se encuentran en tal condición, o de los de una raza determinada, etnia, posición económica, credo religioso o posición política. Más que eso, estamos urgidos de una visión del mundo y de lo humano desde las posiciones de los históricamente menos tenidos en cuenta hasta para contar la propia historia de la humanidad, de los llamados "bárbaros" o "subdesarrollados", de los oprimidos y desconocidos para buscar soluciones a problemas como los ambientales y los conflictos políticos.
Es necesario un humanismo que, ante los problemas, las soluciones y diseños de políticas, ponga ante todo el criterio del hombre como valor supremo al que tienen que subordinarse para no convertirse en fines últimos, sino medios para la emancipación o liberación humanas en todas las formas de las relaciones sociales.
. Formación integral y sistémica. Se trata de una formación en la que intervienen conocimientos económicos, políticos, científico-técnicos, psicológicos, sociológicos, axiológicos, históricos, éticos, filosóficos, etc. Pero no como una suma de conocimientos aislados que en algún momento se relacionarán ante situaciones prácticas muy concretas de nuestras vidas. Se requiere de una formación en sistema orientada por principios que rigen un pensamiento dialéctico. El mismo debe estar caracterizado por el análisis histórico-concreto de los fenómenos"; el reconocimiento del papel de la práctica; la existencia de una concatenación entre todos ellos, una visión del desarrollo como proceso originado por contradicciones, cambios de cantidad y cualidad, negaciones dialécticas, combinación de relaciones entre causa y efecto, la posibilidad y la realidad, el contenido y la forma, lo particular, lo general y lo singular, etc.
Dicha formación debe tributar a todas las funciones de la misma en el aspecto humanístico, a saber: de concepción del mundo, intelectual, política, económica, ética, estética, patriótica, etc.
. Concepción sobre la democracia que no sólo se limite a la esfera de lo político, lo estatal, a la incidencia temporal en los asuntos de la política y el Estado sólo en momentos de elecciones o en otros procesos particulares de esta esfera.
Se necesita una visión de la democracia como proceso de la vida social que permea todo el conjunto de las relaciones sociales y la actividad del hombre como un ser social. Para esto se requiere una concepción de la democracia como un proceso que debe estar vinculado a intereses progresistas, que se destaque su existencia como un medio para la emancipación del hombre y no como un fin en sí misma para lograr el funcionamiento de instituciones o instrumentos, la carrera política de un sujeto o grupo social, o un sistema político (menos aún cuando representa intereses de minorías explotadoras). Debe significar el reconocimiento de principios, elementos y condiciones esenciales como la participación de los sujetos en el subsistema de relaciones sociales de que se trate (políticas, económicas, familiares, a nivel de grupos o clases, etc.); el reconocimiento de determinados derechos y libertades y sus garantías; instituciones, mecanismos e instrumentos que garanticen esa participación; la pluralidad de opiniones; la defensa de intereses de las mayorías; la información necesaria; el control adecuado; un contenido axiológico que potencie valores indispensables como la justicia la equidad, la dignidad del hombre, la no explotación, la libertad etc.

Es imprescindible que, aún cuando se reconozca al fenómeno democrático vinculado sólo a procesos sociales, ésta -la política- debe verse también como un medio para la solución de los problemas sociales y no para la subsistencia de políticos que nada tengan que ver con dichos problemas. Algo muy importante es que se necesita ver a la democracia vinculada con una conducta política y cívica caracterizada por el respeto a la vida y a las posiciones contrapuestas; espíritu de participar y propiciar la participación; defensa de posiciones; capacidad de subordinar intereses individuales a colectivos; considerar la participación en y del poder como un derecho; ver lo público y lo político como un marco para su actividad como ente político; respeto a la legalidad; agudo sentimiento de igualdad, libertad, solidaridad, colectivismo, etc.
Es necesario reconocer, además, que no hay un modelo único de democracia que pueda universalizarse como válido para cualquier contexto y sociedad. La democracia necesita y se desenvuelve en el marco de determinadas condiciones internas y externas que la propician o limitan, justifican o condenan por sus normas o procedimientos. Dentro de estas condiciones no se puede olvidar el carácter clasista o la relación con intereses de grupos, nación o individuos que ésta posee. Es un hecho también que la democracia se relaciona con procesos de legitimación que hacen los individuos, los cuales están marcados por un tipo de cultura política y cívica de la sociedad, un sistema de valores, de procesos psicológicos, mecanismos, etc, que son irrepetibles para comunidades de diversas identidad e historia.
Otro grupo de presupuestos están asociados con las condiciones que crea la actividad práctica de la sociedad en general y la universidad o el sistema de educación en particular

En cuanto a las condiciones macrosociales serían necesarias entre otras.

. condiciones materiales que garanticen niveles de equidad e igualdad de posibilidades para el desarrollo cultural de las masas.
. participación popular en los procesos productivos no sólo como sujeto de la producción, sino de la propiedad y el control de dicho proceso.
. intervención estatal en la regulación de la actividad económica que garantice desarrollo y reparto justo de la riqueza.
. apoyo material y presupuestario a las instituciones universitarias.
. gobiernos que garanticen el poder del pueblo, por el pueblo , para el pueblo pero sobre todo "en" y "con" el pueblo.
. clima de legalidad, legitimidad y gobernabilidad en el sistema político que garantice la estabilidad necesaria para el desarrollo de todos los subsistemas sociales y en particular el de la educación.
. establecimiento y defensa del principio de la soberanía nacional, el cual crea posibilidades de salvaguardar los logros sociales en todas las esferas de la vida social.

Como puede observarse, la mayoría de los países no tiene estas condiciones en su totalidad, ni la más esencial de ellas que es un poder en manos del pueblo o políticas con verdadero carácter social.
Lo que caracteriza la realidad mundial son los altos niveles de pobreza, analfabetismo, desempleo, corrupción política, abstencionismo político, intervención de organismos e instituciones económicas y financieras internacionales en la vida económica de los países, etc.
Para quienes escuchan sobre estas realidades o viven en ellas , si tienen conciencia de la necesidad que exponemos y, a su vez, están vinculados al trabajo de las universidades, podrían esperarse como reacción, al menos, las siguientes actitudes:

1. Escepticismo ante cualquier propuesta de desarrollo democrático con las características mencionadas y mucho menos de una universidad que al menos funcione para garantizar sus objetivos pedagógicos, no ya los que pensamos debe tener para formar un individuo con cultura cívica democrática.
2. Esperar a que se creen las condiciones macrosociales para diseñar un sistema educativo y universidades de características democráticas y que formen una conducta con esos principios.
3. Trabajar por crear las condiciones a su nivel y alcance para hacer de las universidades un espacio que funcione y promueva actitudes democráticas.

En nuestra opinión, la tercera actitud es la más consecuente con las necesidades de estos tiempos, teniendo en cuenta que la relación universidad-sociedad es un "juego" de acciones y reacciones entre dos polos que se complementan.
Por otra parte, el hecho de garantizar que se haga lo suyo en el campo de las universidades no implicaría un acto de voluntarismo o subjetivismo. Siempre es necesario tener en cuenta las condiciones del momento y lugar de vida de esa sociedad como el otro polo condicionante de la relación referida.
En este caso, serían necesarios los siguientes presupuestos prácticos para el campo de la educación y la universidad en especial:

. Sistema de educación de carácter no elitista que posibilite la participación y el beneficio de todos los sectores sociales que puedan trasladar a las aulas sus experiencias, intereses y aspiraciones correspondientes a ese grupo presente en toda la sociedad.
. Sistema de funcionamiento de la institución universitaria y el conjunto de organizaciones y asociaciones que caracterizan la vida institucional, política y social de quienes la componen, de acuerdo con los principios democráticos antes señalados.

Este funcionamiento debe abarcar todos los procesos esenciales de la vida universitaria: gestión, extensión, investigación, superación y formación del profesional. Y, por supuesto, incluye todos los procesos de toma de decisiones tanto académicas como administrativas.

. Claustro preparado teóricamente con los presupuestos cognoscitivos señalados y con una educación cívica democrática consecuente.
. Una didáctica de la enseñanza caracterizada por objetivos, métodos, formas de enseñanza y diseños curriculares que estimulen la formación de un estudiante con sólidos conocimientos, criterios propios, que defienda sus posiciones, que respete la posición ajena, que participe en proyectos colectivos, que sea crítico e independiente aunque no individualista.

En fin, dicha didáctica debe contribuir a crear estas actitudes, estimularlas y educarlas en el marco de las universidades, y así preparar al individuo para la convivencia en todo el sistema de las relaciones sociales.

Bibliografía.

1. Anti-Sísifo. (1989). IFEDEC, Caracas.
2. Arriola, Carlos. (1994). ¿Qué es la democracia ? Miguel Angel Porrua. Grupo editorial, México.
3. Cárdenas, Cuauhtemoc. (1997). La urgencia del cambio. Viento Sur, N. 9, p.3-6.
4. González Palmira, Edith (2000). "La democracia como valor político de la sociedad cubana actual". Tesis en opción al grado de Dr. en Ciencias Filosóficas, Matanzas, Cuba.
5. Camps, Victoria. (1996). Virtudes Públicas. Colección Austral, ESPASA CALPE, España.
6. _____________, Salvador Giner
7. (1998). Manual de Civismo. Editorial Ariel, S.A., Barcelona.


Dra. Edith González Palmira.
Prof. Asistente del Dpto. de Ciencias Sociales de la Universidad de Mtzas. Cuba.

     
   
   
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