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Un artículo sobre Harnecker y el golpe

Clase Contra Clase (Chile)

Las acciones en conmemoración a 30 años del golpe comienzan lentamente a multiplicarse. Mientras el Gobierno, la Concertación, la derecha, las FFAA, la Iglesia, los medios de comunicación de masas, intentan sepultar la más grande gesta del pueblo trabajador de nuestro país, las distintas organizaciones de los trabajadores debemos recuperarla como fuente de enseñanzas. Qué enseñanzas rescatamos, es parte necesaria del debate dentro de las distintas organizaciones de la izquierda. Marta Harnecker, intervino recientemente en este debate con su artículo "Reflexiones sobre el gobierno de Allende. Estudiar el pasado para construir el futuro" (en www.rebelion.org y Cuba Siglo XXI), las notas que siguen buscan comentar este artículo.

Marta Harnecker realiza un rápido recuento de hechos, naturalmente, en función de su estrategia política. Por ejemplo, después de reseñar los logros fundamentalmente económicos del gobierno de la UP, indica las contradicciones del proceso, señalando que "los sectores populares aparecen como meros espectadores (.) los Comités de UP (.) en su mayoría desaparecen". Pero más adelante recuerda que se pusieron en práctica "iniciativas importantes para incorporar a sectores del pueblo a participar: la creación de los Consejos Comunales Campesinos". ¿Fueron estas las formas que se crearon para la "participación" del pueblo trabajador? Creemos que no esencialmente. Pero como decíamos, el recuento que hace Harnecker es en función de su estrategia política, que más abajo veremos. Lo que aquí quiere marcar la autora son esencialmente dos cosas: 1) que la creación de esos organismos, produjo "serias divergencias" al interior de la UP, cuando lo que se necesitaba era una dirección única, 2) que esos organismos fueron creados "desde arriba", lo que resultaría contraproducente porque contribuyó a "acentuar más aún la tendencia inherente del pueblo chileno a esperar que todas las soluciones viniesen desde arriba".

En realidad, creemos que nada hay inherente desde este punto de vista. Por el contrario, la pasividad política del pueblo trabajador es moldeada, en primerísimo lugar por la burguesía, y acompañando esto, las organizaciones de izquierda de colaboración de clases, reformistas. Estas organizaciones son las que plantearon en su programa la necesidad de la colaboración con sectores de la burguesía, y que este se realizaría desde el Gobierno (no el poder, como correctamente señala Marta Harnecker y ya es parte del sentido común de la izquierda).

Contra esto, sectores de los propios trabajadores intentaron superar estos límites impuestos (en diversos grados) por los partidos de la UP, negando cualquier metafísica de un pueblo inherentemente pasivo, buscando construir sus propios organismos de poder (no de mera participación): fueron los Cordones Industriales, e inclusive los Comandos Comunales. Estos organismos de poder, surgieron tarde (puede decirse ahora), pero comenzaban a desarrollarse nacionalmente, aunque para ese entonces, quedaron reducidos a algunos sectores de trabajadores, y no al conjunto de los explotados y oprimidos. En esto en parte tuvieron que ver los partidos de la UP, que llamaron a no desarrollar estos nuevos organismos de poder, y ya consumado el hecho impetuosamente, intentaron que se subordinara a la CUT como correa de transmisión del gobierno. Los trabajadores organizados en los Cordones Industriales, se planteaban resolver el problema que recién muchos años más tarde se plantearon sectores de la izquierda como hoy nuestra autora: el problema del poder, constatando que haber llegado al gobierno no alcanzaba.

La base obrera y popular, se radicalizaba mientras el gobierno se moderaba más y más. Esta es la base política de fondo de por qué "los sectores populares aparecen como meros espectadores".

Y esto nos lleva directamente a las conclusiones de Marta Harnecker (aunque hay muchos aspectos más que deben discutirse): 1) que Allende era demasiado "heterodoxo" para una izquierda "ortodoxa", y pone como ejemplo que "cuando Allende hablaba de ganar a sectores de la burguesía para su proyecto, una parte importante de la izquierda reafirmaba que nuestro enemigo era toda la burguesía"; 2) que se buscó el apoyo de los militares, pero no se creó una "fuerza material propia"; 3) que faltó repensar el socialismo en función de la realidad chilena, porque era diferente a las experiencias hasta entonces practicadas.

Queremos aquí sólo nombrar el primer punto, y debemos partir por despejar eufemismos: La "heterodoxia" de Allende (y el PC, y con contradicciones el PS) significaba moderar el proceso. La "ortodoxia" significaba radicalizarlo. Este último era el sentido que, con certero instinto de clase y en base a los saltos en su conciencia de clase, los trabajadores buscaban. Y no se equivocaron. Todos los intentos de moderación, o sea, de acordar con la burguesía, resultaron en el fortalecimiento de esta última y el debilitamiento de los trabajadores. La solución debía pasar necesariamente por fortalecer los organismos de poder obrero y popular.

Parte de la preocupación de Marta Harnecker y de casi toda la izquierda hoy, como el PC y Fuerza Social y Democrática, es lo que se llama la relación entre lo social y lo político. El desarrollo de organismos de autoorganización y democracia directa de los trabajadores, lo que fueron embrionariamente los Cordones Industriales, es la solución a este problema, es donde se anuda la organización para la lucha del pueblo trabajador ("lo social"), con la lucha de los partidos de la clase trabajadora por la construcción de es tipo de organismos contra la política de colaboración de clases o de unidades de la izquierda que la preparen ("lo político"). Los marxistas revolucionarios de Clase contra Clase, que reivindicamos la tradición de Trotsky, siempre tuvimos en nuestro programa la lucha por este tipo de organismos. Las corrientes de colaboración de clases, que ahora Marta Harnecker llama eufemísticamente "heterodoxas", jamás pudieron luchar por este tipo de organismos, reduciendo el problema a izquierdas unidas y frentes de colaboración de clases, como la UP. Para esto, es necesario romper con los partidos y las tradiciones políticas de colaboración de clases, y asumir la necesidad de construir un partido que para la lucha contra la burguesía y por una República de Trabajadores, luche por la independencia de clases y por los organismos de autoorganización y democracia directa de los trabajadores y todos los explotados. Esta es la tarea de Clase contra Clase. Y parte de esta tarea, es el estudio y la discusión de todas las experiencias de la lucha de clases, y especialmente en este año de la experiencia bajo el gobierno de la UP, a la que con temor asesino respondieron el imperialismo, la burguesía, sus partidos, las FFAA, los medios de comunicación, desatando el genocidio frente al que los militantes de izquierda no nos cansaremos de repetir: ni olvido ni perdón ni reconciliación, castigo a los genocidas de la dictadura y sus colaboradores civiles. }

http://www.clasecontraclase.cl/

     
   
   
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