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No es una utopía

Bohemia

Experto en temas de democracia y poder popular, Jesús Pastor García Brigos ofrece claves para entender teoría y práctica de un proceso de construcción nacional. El delegado está para que el ciudadano gobierne a través de él, sostiene el experto Jesús García.

Alrededor de 24 años como delegado de circunscripción, autor de libros como Gobernabilidad y democracia. Los órganos del Poder Popular en Cuba; Los consejos populares en Cuba; Dirigentes, dirigidos, Socialismo; y, Cuba: independencia nacional y socialismo, además de llevar casi cuatro décadas como investigador del Instituto de Filosofía, hacen de Jesús Pastor García Brigos un interlocutor idóneo para el diálogo sobre esas materias.

- ¿Qué es gobernar?

- Hay que empezar por definir qué es en un proceso de transformación socialista. En otros contextos se puede entender como administrar, controlar, dirigir. En el socialismo debe ser eso y más: un proceso desde la identificación de necesidades, decidir cómo satisfacerlas, la implementación, ejecución y control de esas decisiones. Y la esencia: que los representantes sean tales que propicien que todos gobiernen, que sean el vehículo para que eso se logre.

- En su opinión, ¿cuáles son los principales problemas que aquejan al Poder Popular?

- El principal defecto es no haber sido consecuente con la propia esencia que lo creó, con los principios que le dieron origen: su sentido participativo. Se proponía que todos los interesados en el desarrollo socialista participaran cada vez más en la dirección de la vida social.

“En el propio discurso de Raúl en Matanzas, en 1974, hay esencias importantes. No están todas las respuestas para hoy porque se ajusta a aquel año, pero tiene principios rectores y muchos de ellos se han abandonado.

“En el Congreso del Partido del año 1975, se dijo que transcurridos diez años se sometería a examen la experiencia. Se analizaron los resultados y se llegó a tres conclusiones: experimentar los consejos populares, los distritos y analizar una nueva división de los municipios en la capital del país, buscando que los gobiernos tuvieran verdadero poder en sus territorios. Los consejos populares surgieron como una solución importante, pero muchos de ellos se han convertido en otro escalón administrativo y han perdido su espíritu autocrítico.

“Al Poder Popular lo afecta que se vea al delegado como el representante en el que se delega para que gobierne en nombre de los ciudadanos y a quienes les rinda cuenta, y no debe ser exactamente así.
Debe hacerse real la idea de que el delegado está para que el ciudadano gobierne a través de él, juntos. Parece lo mismo, pero no lo es. Ni es tan sencillo. La gente tiene que querer gobernar, tener información. Y desarrollar cómo es en el socialismo. No es una utopía.

“Decía Lenin que si no resolvemos los problemas generales siempre vamos a quedar entrampados en los mismos problemas particulares, que se vuelven a repetir. En las rectificaciones en que se ha enfrascado el sistema del Poder Popular, se ha llamado a resolver viejos problemas no resueltos. Porque no se ha hablado de las esencias. Si aspiramos a una sociedad diferente y no la vas diseñando y construyendo en un proceso de cambios, nunca llegarás a ella. Y eso no es solo teoría.

“Otro problema es la forma en que la gente ve a los delegados: el que resuelve sus problemas. Se legitima o no ante las personas por eso. Pero el delegado no puede ser visto como el que arregla el edificio o repara un salidero de agua. Primero, porque no es quien lo hace. Después, porque sus funciones son más que eso”.

- Entonces, se ve como un tramitador, un intermediario ante la administración y el ciudadano.

- A veces, y si acaso. En realidad lo ven como un mal tramitador, porque tramita y no le responden, y no pasa nada. Se comete un error de concepto cuando se solicita a las administraciones ayudar a los delegados. Ellos no ayudan, son subordinados al órgano de gobierno, y tienen que acatar lo que estos les digan y responder por su responsabilidad.

“En realidad, no es alta la solución a los problemas recogidos en los planteamientos de los electores en las reuniones de rendición de cuenta, lo que repercute en la devaluación de dichas reuniones, de la propia figura del delegado, y de las estructuras administrativas y de poder del sistema. Al propio tiempo, hay insatisfacción de los ciudadanos en relación con el vínculo efectivo con los delegados provinciales y diputados electos por ellos de forma directa.

“Los delegados deben estar preparados, contar con información, tiempo para trabajar. Tener claras cuáles son sus funciones y el lugar que ocupan en la sociedad por mandato constitucional.”

- En su criterio, ¿qué es lo más importante en su preparación?

- Saber qué y cómo debe ser un delegado. No se ha enseñado ni en la escuela ni en los medios qué es un delegado. Mucha gente no lo sabe.
Empieza por la preparación de los ciudadanos para ejercer esa función desde antes.

“Cuando es electo debe recibir preparación sobre cuáles son sus funciones, sus atribuciones, cómo son los mecanismos de funcionamiento; recibir adiestramiento en técnicas de comunicación para dirigirse a todos los ciudadanos. No es solo la teoría política que necesita. Es imprescindible la información sistemática. La preparación hoy se torna limitada, a retazos. Del propio discurso de Raúl ahora se ven solo fragmentos. Alguien va a la preparación, habla de la Constitución, la Ley Electoral, y punto”.

- ¿Las rendiciones de cuenta pueden seguir siendo espacios de diálogo?

- Las reuniones de rendición de cuenta son el único espacio que los ciudadanos tienen hoy para participar de forma colectiva en la gestión de gobierno. Pero ahora allí solo se habla del bache, del pan, de la basura, y no de una ley o de lo relacionado con proyectos de desarrollo del país o del municipio. Puede hacerse en un parque, en un teatro, pero hacen falta otros espacios que cubran la necesidad de establecer un diálogo con las personas.

“El perfeccionamiento del Sistema del Poder Popular pasa por la buena preparación de los delegados para propiciar la participación de los ciudadanos en la gestión de gobierno, lo cual es decisivo para consolidar la transformación socialista cubana en el contexto de la actualización del modelo económico. Esa tiene que ser obra de un trabajo colectivo, como colectivo en esencia tiene que ser el trabajo del Poder Popular”.

http://www.bohemia.cu/2015/03/18/encuba/jesus-garcia-experto-democracia.html

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