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Un escenario hipotético en la normalización de las relaciones económicas Cuba-Estados Unidos

Alejandro Aguilar Trujillo

El presente artículo forma parte de un trabajo monográfico del autor que examina varios escenarios posibles de la evolución de las relaciones entre EE.UU y Cuba. En el artículo se examinan las direcciones principales del comercio exterior y las relaciones económicas entre ambos países que podrían tener lugar en condiciones de una hipotética normalización de sus relaciones mutuas y se brinda un estimado de la magnitud que pudieran alcanzar los intercambios económicos entre ambos países.

Aunque el bloqueo económico impuesto por EE.UU durante 4 décadas se ha recrudecido en años recientes, es creciente el número de empresarios influyentes que se interesan por las oportunidades de negocios con Cuba y rechazan la actual política que les impide negociar con este país, mientras que otros sectores políticos y sociales con influencia en la opinión pública, se pronuncian por la modificación de la actual política hacia Cuba, circunstancias que motivan la evaluación que se realiza en el artículo de una hipotética normalización de las relaciones entre ambos países y sus consecuencias para Cuba.

INTRODUCCION

El título de este trabajo y los temas que en el se abordan, pudiera motivar en algunos la reflexión de que se trata de una cuestión que se encuentra fuera de un marco probable de eventos que pudieran tener lugar en un horizonte temporal a corto o mediano plazo, sobre todo considerando que después de cuatro décadas de confrontación, se han instrumentado una serie de medidas de carácter extraterritorial y llevado a cabo otras acciones, que lejos de favorecer la distensión y la posibilidad del diálogo y la negociación entre ambos países, aportan mayor intensidad a una confrontación que hace tiempo debió ser contada como historia.

Después de transcurrido un decenio de la desaparición de la guerra fría; después que los Estados Unidos vienen desarrollando ampliamente relaciones diplomáticas y comerciales con la República Popular China y la República Socialista de Vietnam, país este último con el que estuvieron en guerra y que dejó hondas huellas en la sociedad estadounidense; después que las propias autoridades militares de ese país rindieran un informe ante el Congreso donde reconocían lo que para todo el mundo era evidente, que Cuba no representaba un peligro para la seguridad de los Estados Unidos; seguir empeñados en una política de confrontación además de anacrónica, absurda y sin perspectivas, es seguir dañando la imagen internacional de ese país, como se desprende del rechazo casi unánime de la comunidad de naciones por ocho años consecutivos en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en respectivas resoluciones que demandan el cese del bloqueo a Cuba.

En el propio seno de la sociedad estadounidense cada día son más numerosos los sectores que refieren la insensatez de la política de sanciones que ejerce Estados Unidos como parte de su política exterior, política que lejos de alcanzar sus objetivos se revierte como un "boomerang" en contra de sus propios intereses.

Según el Consejo Asesor del Presidente de los Estados Unidos, en el año 1998, se aplicaron por ese país sanciones unilaterales contra 75 países que representan el 52% de la población mundial. Estas medidas no solo afectan a otros países sino que el propio empresariado estadounidense se ve perjudicado en una reducción anual del volumen de negocios entre 15 y 19 mil millones de dólares y una pérdida de empleos apreciable.

Con relación a Cuba, se intensifican los contactos cada vez más frecuentes, con una amplia representación de sectores económicos estadounidenses, interesados en conocer la situación de la economía cubana y sus perspectivas de desarrollo, así como examinar las oportunidades de negocios presentes en la actualidad y que pudieran llevarse a cabo en un contexto de normalización de las relaciones políticas y económicas entre ambos países.

Otros sectores prominentes de la sociedad estadounidense entre los que se encuentran personalidades de organizaciones religiosas, prestigiosos intelectuales y académicos, se han expresado en apoyo al levantamiento del bloqueo contra la nación cubana y por una normalización de las relaciones entre ambos países. Con más frecuencia los principales medios de comunicación analizan en sus editoriales el fracaso de esta política, la afectación a su propia economía y a sus relaciones con sus principales aliados políticos.

Personalidades tan destacadas como el Presidente de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, señor Donohoue no solo se ha pronunciado favorable al levantamiento del bloqueo a Cuba, sino ha puesto de manifiesto la contradicción de esta política contra los verdaderos intereses del empresariado estadounidense que se ven privados de obtener beneficios de un comercio estable con la isla del Caribe o de invertir en sectores de perspectivas promisorias.

Importantes grupos empresariales y representantes de productores de cereales en los EE.UU. han expresado su rechazo a esta política y mostrado un particular interés en que se emprendan acciones para que se permita la comercialización de sus productos en Cuba.

Igualmente Congresistas tanto del Partido Republicano como Demócrata no solo han viajado a Cuba y se han entrevistado con las autoridades cubanas favoreciendo un clima de entendimiento entre las partes, sino que también han emprendido acciones en el seno del Congreso para propiciar una revisión de la política del gobierno de su país respecto a la isla y presentado diversas propuestas en el seno del Congreso dirigidas a eliminar las restricciones para la venta a Cuba de medicinas y alimentos, (propuesta ésta que fue aprobada en primera instancia en el Senado) entre otras propuestas favorables a la distensión en las relaciones entre ambos países.

Si bien estas propuestas no han podido fructificar en una revisión y modificación de la política oficial del Gobierno de los Estados Unidos hacia Cuba, cada día se hace más patente que de no hacerlo en un plazo prudencial, la misma resultará superflua ante la progresiva recuperación que experimenta la economía cubana y los crecientes y diversificados lazos económicos que está desarrollando Cuba en todo el mundo. Obviamente, una rectificación tardía de su política hacia Cuba cuando la misma evidencie su total obsolescencia pondría la imagen internacional de EE.UU. en una posición nada envidiable.

Personalmente estoy firmemente persuadido que mas temprano que tarde se impondrá la sensatez y que ambos gobiernos puedan examinar sus diferencias en un clima de respeto mutuo y llegar a una solución digna y aceptable para ambas partes para la normalización de sus relaciones diplomáticas y económicas en mejor interés de sus respectivos pueblos.


LAS RELACIONES ECONÓMICAS BILATERALES

El restablecimiento de relaciones económicas estables entre ambos países tendrá en su etapa inicial un impacto significativo tanto para la economía cubana como para importantes sectores económicos y regiones de los Estados Unidos.

El cese de los obstáculos que ejerce en la actualidad el bloqueo sobre el comercio, el financiamiento externo y las oportunidades de negocio con Cuba debe repercutir en lo inmediato en una elevación de la eficacia económica de los vínculos económicos externos de la isla.

Por otra parte obviamente, la cercanía geográfica, la competitividad de los productos y diversidad de la oferta del mercado estadounidense ejercerá una notable influencia sobre los empresarios cubanos en la búsqueda de insumos y bienes de diversa naturaleza para la producción y el consumo, tomando en cuenta el ahorro en gastos de transporte, seguros y otros gastos de comercialización, lo que repercutirá en un aumento de la capacidad de importación del país.

Otro aspecto de importancia se refiere a las necesidades acumuladas en el país durante los años de crisis económica tanto en el consumo de la población como en sector de la producción y los servicios por los requerimientos de mantenimiento y reposición de equipos por la obsolescencia física y tecnológica, consecuencias de una baja tasa de acumulación y reposición durante ese período.

Si bien el proceso de recuperación económica que se observa a partir de 1994, ha permitido progresivamente dar respuesta a los requerimientos de algunos sectores en la modernización de sus instalaciones y equipos y se han introducido nuevos métodos de gestión y dirección en las empresas que han incrementado su capacidad competitiva y se aprecian resultados promisorios en cuanto a la eficacia de una serie de indicadores; aún este proceso debe recorrer un amplio camino y se requerirán importantes corrientes de recursos materiales, tecnológicos y financieros para que los diferentes sectores alcancen una capacidad competitiva en la escala que demanda un mercado cada vez más exigente.

Las ramas de la industria y los servicios presentan una posición favorable en este proceso en la actualidad y mayores posibilidades de asimilación de las transformaciones necesarias en la perspectiva. Sin embargo, el sector agropecuario, tradicionalmente con una dinámica de crecimiento más lenta que la industria, por estar sujeto al comportamiento impredecible y muchas veces errático de factores climáticos y que además ha sentido con más rigor los efectos de la crisis, es probable que dilate el período en que alcance su pleno potencial productivo y de concurrencia para tener la participación en los ingresos por exportación y en la sustitución de importaciones que requiere el país.

El mercado cubano en un horizonte a mediano plazo requerirá de importantes corrientes de recursos que deberán aumentar paulatinamente para recuperar los niveles anteriormente alcanzados y continuar la dinámica de desarrollo interrumpida a inicios de la década de los años 90. Esta característica del comportamiento previsible en la perspectiva más cercana del mercado cubano lo convierte en altamente atractivo para los empresarios empeñados en colocar sus productos en un marco de un comercio internacional cada vez más competitivo.

Aún con las limitaciones que impone en la actualidad el bloqueo y el efecto intimidatorio que ejercen algunas medidas adoptadas sobre el empresariado de terceros países, se incrementa y diversifica cada día el nivel de las relaciones económicas internacionales que desarrolla Cuba y se van sentando con estos empresarios relaciones estables y de larga data en el comercio con la isla.

Los empresarios estadounidenses no han estado ajenos a esta tendencia y en creciente número observan no sin preocupación las oportunidades de negocio que están perdiendo en un mercado que si bien no tiene la dimensión y significación económica del mercado chino, tiene para diversos sectores empresariales estadounidenses un marcado interés, como por ejemplo el mencionado sector productor de cereales. Un reciente editorial del New York Times se pronunciaba en este sentido y apuntaba la irracionalidad del mantenimiento de la actual política respecto a Cuba.

Previo al inicio de la crisis económica, el país realizaba un elevado nivel de importaciones. En 1989 el país importó productos por valor de $8,124.4 millones de dólares a los precios de ese año. En el rubro de alimentos los cereales se encontraban entre los productos más significativos.

 
MT
MMUSD
Cereales y preparados de cereal  
384,2
Trigo en grano
1097,9
150,3
Arroz consumo
242,2
65,4
Cebada
44,8
5,5
Maíz en grano
722,3
103,7
Avena
2,8
0,5
Harina de trigo
179,7
38,0
Cereal lacteado y preparado
4,3
5,8

Fuente: Anuario Estadístico de Cuba. ONE 1989

Como puede observarse en este grupo de cereales seleccionados que fue importado en ese año, las magnitudes físicas exceden ampliamente los dos millones de toneladas, cifra nada despreciable para uno o varios empresarios exportadores, incluso para la exportación de cualquier país, sin excluir a los Estados Unidos principal productor y exportador de cereales a escala mundial. Para algunos cereales como el trigo y harina de trigo y otros los niveles de importación en algunos años anteriores superaron las cantidades de 1989.

La adquisición en los Estados Unidos de una buena parte de la demanda cubana de estos productos tendría una repercusión importante en el empleo y los ingresos en las regiones productoras de cereales, y en las actividades de transportación terrestre y marítima y en la actividad portuaria estadounidense, e induciría la creación de puestos de trabajo e ingresos en otros sectores vinculados.

Asociado a lo anterior, ya que parte de la importación de cereales se dedica a la alimentación de la ganadería y la avicultura estarían las materias primas para pienso, de las que el país importaba las siguientes magnitudes:

 
MT
MMUSD
Materias primas para pienso  
122,0
Harina vegetal para pienso
365,2
93,1
Harina animal para pienso
33,5
16,0

Fuente: Anuario Estadístico de Cuba. ONE 1989

En otros alimentos, el país realizaba un esfuerzo importador importante para garantizar un nivel de consumo en energía, proteína, grasas y macronutrientes aceptable para las condiciones y nivel de desarrollo alcanzado hasta entonces.

 
MT
MMUSD
Prod.Alimenticios y animales vivos  
925,3
Carnes y preparados de carne  
116,3
Carne de ave
38,2
44,5
Carne en conserva
43,2
69,0
Manteca de cerdo
76,5
42,9
Aceites vegetales crudos
100,1
51,6
Pescados y mariscos
40,7
41,5
Prod. Lácteos y huevos  
84,0
Leche condensada
20,7
16,9
Leche en polvo
36,0
27,0
Mantequilla
15,3
25,6
Queso
7,5
14,5
Frutas y legumbres  
73,7
Papas para consumo
9,9
2,6
Frijoles
127,3
54,8
Cebolla fresca  
26,0*

*Corresponde año anterior
Fuente: Anuario Estadístico de Cuba. ONE 1989

En la mayor parte de los productos relacionados las magnitudes importadas en algunos años superan apreciablemente los volúmenes importados en 1989.

Una buena parte de los insumos del sector agropecuario, imprescindibles para alcanzar rendimientos por hectárea desde el punto de vista productivo y económico aceptables, dependen de la importación. Las magnitudes importadas anualmente eran del orden de las realizadas en 1989 que aparecen a continuación:

 
MT
MMUSD
Urea
351,0
53,1
Superfosfato simple
311,0
22,2
Cloruro de potasio
394,0
36,8
Herbicidas
17,2
55,6

Fuente: Anuario Estadístico de Cuba. ONE 1989

Por supuesto, este sector requiere además de magnitudes significativas de otros recursos tales como: equipos agrícolas, entre ellos tractores e implementos, cosechadoras de diferentes tipos, camiones y remolques, así como piezas y accesorios, equipos de riego y una gran diversidad de otros insumos menores, cuya importación se vio deprimida durante los años de crisis.

Los requerimientos de importación en los próximos años abarca una amplia gama de productos para satisfacer la demanda de consumo de la población así como otros requerimientos en equipamiento como en insumos de la producción y los servicios, de los cuales el país ira cubriendo sus necesidades en correspondencia con los recursos financieros disponibles.

Los empresarios estadounidenses podrían beneficiarse ampliamente de las oportunidades que ofrece el mercado cubano y su crecimiento perspectivo en una normalización de las relaciones económicas mutuas, partiendo por supuesto de que Cuba participe de similares condiciones y términos de comercio que otros países del área en sus relaciones comerciales con los Estados Unidos.

No se cuenta aún con una evaluación preliminar sobre la probable participación del mercado de los Estados Unidos en las importaciones cubanas, aspecto que requeriría precisarse ya restablecidas las relaciones, pero obviamente dicha participación sería inferior a la existente a inicios de la década de los años 60 en virtud de la diversificación del comercio exterior cubano desde entonces, las relaciones estables de larga data establecidas con empresarios de terceros países y la existencia de compromisos financieros contraidos con estos que presuponen una continuidad en perspectiva de los vínculos establecidos con estos empresarios y países.

Aún cuando el mercado estadounidense pudiera dar respuesta a la mayor parte de los requerimientos de importación de Cuba, su capacidad de importación estará determinada en lo fundamental por los ingresos que obtenga por las exportaciones de mercancías y servicios y otros ingresos en sus vínculos con los Estados Unidos.

Pasando revista a las posibilidades de obtención de estos ingresos, pudiera iniciarse el análisis con los fondos exportables tradicionales a ese mercado a fines de los años 50. Entonces, las exportaciones azucareras alcanzaban un volumen de alrededor de 3 MMtm anuales, cuota asignada a Cuba en las importaciones de ese producto, con precios preferenciales desde la década de los años 30.

Como se conoce, la cuota azucarera que Cuba disponía en Estados Unidos le fue despojada en 1961 y utilizada como instrumento de chantaje político al repartirse entre otros países de América Latina para lograr el apoyo en el aislamiento de la isla.

Sin embargo, con el decursar de los años los requerimientos de importación de azúcar de Estados Unidos para su consumo interno han disminuido apreciablemente.

PRECIOS INTERNOS DEL AZUCAR EN EE.UU. Y CUOTAS DE IMPORTACION.


SUMINISTRO Y DISTRIBUCION DE AZUCAR EN ESTADOS UNIDOS (Mt)
Importa.

 
Produc.
Importac.
Exportac.
Neta
Consumo
Inventarios
1991
6476501
2354493
622740
1731753
7887197
2690053
1992
6804907
2045224
499747
1545477
8097667
2942771
1993
7045400
1828751
339967
1488784
8192100
3284855
1994
6920977
1602946
459509
1143437
8454124
2895145
1995
7237761
1637320
480068
1157252
8580332
2709826
1996
6593493
2869709
266260
2603449
8701145
3205623
1997
6731400
2953040
135916
2817123
8800000
3954146
1998
7159033
2056442
151620
1904822
9049293
3968708

Fuente: International Sugar Organization. Statistical Bulletin June, 1995. ISO. Sugar Year Book 1998

La producción propia de azúcar de Estados Unidos continua mostrando una tendencia ascendente brevemente interrumpida en los años 96-97, que ha llevado al país a colocarse en el quinto puesto (1998) entre los productores mundiales de azúcar y aprovecha sus instalaciones fabriles para refinar azúcar y su posterior re-exportación. En 1994 la importación neta alcanzó uno de sus niveles más bajos con poco más del millón de toneladas y aunque en los últimos tres años se incrementaron las importaciones netas pasando a ocupar el tercer lugar (1998) entre los principales países importadores, la tendencia esperada en los próximos años es hacia una progresiva autosuficiencia azucarera.

Obviamente este comportamiento de la producción nacional obedece al apoyo financiero recibido del gobierno y las medidas proteccionistas que impiden el acceso a ese mercado de otros productores con costos de producción mas bajos.

El programa azucarero de EE.UU. en su versión actual, considera un apoyo al precio interno del azúcar de $0.18 USD por libra, lo que cuesta a los consumidores estadounidenses anualmente entre $1-2 mil millones de dólares.

En años recientes la diferencia entre el precio en el mercado mundial azucarero y el de EE.UU. para el azúcar crudo ha estado entre 12.5 y 9.9 centavos de dólar por libra, lo que se traduce en un subsidio superior a los $600 USD por acre a los cultivadores de remolacha azucarera y de $700-1000 USD por acre a los cultivadores de caña de azúcar, estimándose que el valor agregado de la diferencia de precios en 1994 fue mas de $1.6 mil millones de dólares o el 45% del ingreso total de la industria.(1) En fecha más reciente, los precios de cotización del azúcar en el mercado internacional han estado más deprimidos aún lo que incrementa significativamente esta diferencia con los precios internos en ese mercado.

Los elevados beneficios de los productores azucareros estadounidenses han repercutido en un aumento del área dedicada a cultivos azucareros y consecuentemente al aumento de la producción de azúcar en años recientes, no obstante las medidas implementadas de asignación de cuotas para controlar el suministro en el mercado interno.

La presencia de poderosos intereses económicos de productores y del capital financiero, con fuerte influencia en los medios políticos estadounidenses, hace suponer que continúen desarrollándose las tendencias observadas en años recientes en este sector.

Como resultado de la Ronda Uruguay, los compromisos de EE.UU. con la Organización Mundial del Comercio, se incluye en la lista de concesiones oportunidades de acceso actual y de acceso mínimo, un nivel de importación de azúcar de 1.139,175 tm, equivalente al promedio de las cantidades importadas entre 1986 y 1988 como cuota total, cifra superior al mínimo del 3% del consumo nacional requerido en el acuerdo.

Las exportaciones de un total de 41 países continuarán obteniendo un trato preferencial en el mercado azucarero estadounidense, aunque los EE.UU. tienen flexibilidad para decidir la asignación de cuotas por países. Por ejemplo, México acorde con el Tratado de Libre Comercio podría exportar el año 2000 unas 200 Mtm a EE.UU.
El período de aplicación de las cantidades comprometidas en oportunidades de acceso actual y/o mínimo es de 1995 al año 2004, sin embargo, en la lista EE.UU. informa solo su compromiso en la cuota inicial, no así en la cuota final ni en el período de aplicación.(2)

Estos compromisos no condicionan una afectación de la política azucarera estadounidense de apoyo a la estabilidad del precio al productor doméstico y cabe suponer que dicha política no sea modificada significativamente, lo que pudiera implicar en perspectiva la continuidad de la tendencia al aumento de la producción propia y de sus exportaciones de azúcar refino.

La reducción de las importaciones azucareras de Estados Unidos obedece no solo al crecimiento de la producción propia sino también al vertiginoso desarrollo de otros edulcorantes que han ocupado un importante espacio del mercado estadounidense.

Así por ejemplo la producción del HFCS (Jarabe de maíz rico en fructuosa) en poco más de una década mas que se ha triplicado y en 1993 alcanzaba en Estados Unidos una producción equivalente de azúcar de 6.52 MMt, alrededor del 46.4% del consumo de azúcar en ese país.

Esta producción a diferencia del azúcar no está sometida a cuotas o límites en el volumen de producción y comercialización.

PRECIOS MAYORISTAS DEL AZUCAR Y HFCS EN EE.UU.
(CENTAVOS/Lb)

Año
Azúcar Remolacha
HFCS 52%
HFCS 42%
1987
23,83
17,46
16,50
1988
25,50
18,67
16,40
1989
29,37
21,52
19,37
1990
30,45
21,98
19,88
1991
25,88
23,43
21,09
1992
25,68
23,00
20,70
1993
25,44
21,00
18,90
1994
25,64
22,52
20,22
1995*
25,98
18,51
16,53

* Estimado
Fuente: Sugar & Sweeteners Quarterley 1st. Quarter 1992 LMCS

Menores precios del HFCS y los altos dividendos de sus productores han sustentado el rápido desplazamiento del azúcar por este producto en la fabricación de refrescos y otros usos industriales.

A principios de la década de los 80 con la aparición del Aspartame de la Nutrasweet en Estados Unidos, se desplegó una amplia campaña en el consumo de productos dietéticos y bajo poder calórico, este producto con un poder endulzante 200 veces el del azúcar tuvo un amplio desarrollo y en 1993 el consumo a nivel mundial era el equivalente a 2.2 MMt de azúcar siendo Estados Unidos su principal mercado consumidor.

Paralelamente se desarrollaban diversos tipos de otros edulcorantes intensivos con un poder endulzante de 600 veces e incluso 2000 veces el del azúcar los que utilizados en mezclas elevaban aún mas su poder endulzante, entre otros, se encuentra la sucralosa obtenido a partir del azúcar, y todos ellos en una progresiva sustitución del azúcar en sus propiedades y usos, con ventajas respecto a este en cuanto a costos y precios y sin los efectos indeseables para la salud que se imputan al azúcar.

En su conjunto los endulzantes intensivos cubren en la actualidad un segmento en azúcar equivalente a cerca de 10 MMt y no han alcanzado una participación mayor por la influencia política y económica de los sectores azucareros de Estados Unidos y otros países de Europa y Japón, aspecto que consideramos de carácter coyuntural ya que hoy día estos productos aventajan al azúcar considerablemente en términos de costos relativos y son resultado de un desarrollo científico técnico en ramas que prácticamente comienzan a mostrar sus amplias posibilidades.

COSTOS RELATIVOS DE LOS EDULCORANTES EN BEBIDAS LIGERAS PARA DIFERENTES MEZCLAS (PRECIOS DE ESTADOS UNIDOS)

EDULCORANTES PREDOMINANTES EN MEZCLAS COMO % DEL COSTO EDULCORANTE DEL AZUCAR



Fuente: Sweeteners Analysis-LMCS December 1994 pág. 3

Las tendencias observadas y previsibles del mercado de edulcorantes en Estados Unidos no ofrecen perspectivas para que el azúcar cubano ocupe un espacio de importancia en el mismo, no obstante que una reducción en el nivel de protección de la producción propia, supondría considerables ventajas para el contribuyente estadounidense y también para los países exportadores de azúcar, por cuanto ello repercutiría de una parte en un aumento de los precios de cotización del azúcar en el mercado internacional depauperados en la actualidad, pero estos precios a los cuales Estados Unidos importaría el azúcar, serían considerablemente más bajos que los costos de su producción doméstica con beneficio económico para los consumidores.

Hasta hoy, las fuerzas que defienden los intereses del consumidor estadounidense no han logrado ejercer suficiente influencia entre los legisladores para lograr una reducción en el nivel de protección que disfrutan los productores azucareros de caña y remolacha. No se descarta sin embargo, que en determinada coyuntura, los intereses de los productores de maíz, cuya producción de endulzantes no está sujeta a cuota y con costos de producción inferiores a los de los productores azucareros, pudieran no coincidir con los intereses de estos productores y ello pudiera incidir en la reducción del nivel de protección de la producción doméstica de azúcar.

Esta remota posibilidad tendría consecuencias inmediatas en el mercado internacional y eventualmente podría ser una oportunidad para las exportaciones azucareras cubanas.

Sin embargo, no deben considerarse como agotadas las posibilidades de la industria azucarera cubana, pero en otro contexto. Por ejemplo el mercado de melaza en Estados Unidos pudiera resultar atractivo tomando en cuenta que en la actualidad el 70% de estas se destina al alimento animal en ese país cuyo precio resulta comparativamente inferior al del maíz.

Esta circunstancia es de interés dadas las perspectivas de incremento de la masa vacuna para la exportación de carnes, las que ya alcanzan el 50% de las importaciones de ese producto en Corea del Sur, el 67% de las de Taiwan y un incremento del 5% en las de Japón. Los Estados Unidos importan melaza de caña de diversos países de varios continentes por lo que la importación desde Cuba representaría importantes beneficios por los ahorros en los costos de transportación.

Otra dirección de interés perspectiva es el crecimiento de la demanda de Etanol con una tasa anual de alrededor del 10%. La Enviromental Protection Agency (EPA) incluyó el etanol en el programa de reformulación de la gasolina. Según sus recomendaciones, en 1995 el 15% de los oxigenantes utilizados en la reformulación de gasolina debían provenir de fuentes renovables y en 1996 se llevaría a un 30%. No disponemos de información sobre la evolución más reciente aunque suponemos se mantenga esta tendencia. Por supuesto, intereses de la industria petrolera tratan de promover el uso del metanol y el (MTBE) como oxigenantes. En 1994 Estados Unidos importó 138.4 MMUS galones de etanol con un valor de 131.9 MMUSD con un precio de importación de $0.95/galón, mientras que el precio interno era de $1.16/galón.(3)

Si bien la industria cubana actual requeriría de una modernización de sus instalaciones para dar respuesta para una eventual demanda de etanol en gran escala, sería necesario prestar atención al posible impacto en el consumo de este producto a escala mundial de imponerse en Estados Unidos su consumo tendente a la mejoría de las condiciones ambientales.

Otro producto de importancia de exportación cubana, el níquel, obviamente se vería beneficiado de un levantamiento del bloqueo al margen de un acceso directo al mercado estadounidense, por la demanda de otros países que hasta la fecha se les exige de una declaración de no utilizar níquel cubano en los productos que estos países exportan a Estados Unidos.

La producción cubana de níquel tuvo una estrecha vinculación tecnológica con refinerías en territorio estadounidense aspecto que junto a la cercanía geográfica y su efecto en los costos de transportación favorecería el acceso al mercado estadounidense. No obstante, debe señalarse la existencia en el área de otras fuentes de suministro concurrentes con fuertes intereses estadounidenses.

Aunque podemos anticipar posibilidades de exportación de estos productos a Estados Unidos se requeriría de un estudio de las tendencias perspectivas tanto de los productos del níquel así como de productos asociados, para definir un entorno de la magnitud probable del segmento del mercado que pudiera ocupar Cuba.

Los productos de tabaco igualmente pudieran recuperar parte de la participación del mercado que en su momento tuvieron en Estados Unidos de un promedio histórico de alrededor del 34.6%. Este mercado ha observado una expansión creciente en la demanda de tabaco torcido sobre todo en la década de los años 90 considerado como un "boom" tabacalero.

Las importaciones realizadas por los Estados Unidos del tabaco "Premium" en años recientes es como sigue:

Millones de unidades

Años
1993
1994
1995
1996
1997
1998
Cantidades
109,9
125,9
164,3
274,3
482,4
626,7
% de Crecimiento
14,5
30,5
67,0
75,9
29,9
 

Como consecuencia del bloqueo los Habanos cubanos no han podido participar de este "boom" tabacalero, donde República Dominicana alcanza una participación del 52.7%, Honduras 28.8% y Nicaragua el 5.7%, países que en su conjunto en la década del 49-58 solo representaban el 1.3% del mercado total, mientras Cuba asumía el 79.4%.(4)

No obstante la ausencia en ese mercado de los Habanos cubanos por casi cuatro décadas y la presencia en el mismo de un sin número de falsificaciones y de marcas de otros países, la apetencia por los Habanos cubanos dada su tradicional calidad sigue estando en la preferencia de los consumidores. Obviamente, las exigencias de exclusividad en cuanto a preservar los patrones de calidad y precios que lo caracterizan, establecen límites en la participación a alcanzar por este producto en el mercado estadounidense de tabaco. Se ha estimado que el nivel de ventas de este producto podría alcanzar rápidamente una participación importante y en un corto período magnitudes del orden de 148.5 millones de unidades para un total comercializado de similar nivel al año de 1998.

Se estima que las exportaciones de tabaco a los Estados Unidos sea preferentemente de tabaco torcido, mientras que el tabaco en rama mantengan un bajo nivel.

El ron, los cordiales y otras bebidas alcohólicas que en años recientes han observado una dinámica creciente en las exportaciones cubanas, pudieran encontrar un espacio en el segmento de mercado correspondiente aunque sujeto a una fuerte concurrencia.

De no haberse interrumpido los vínculos con el mercado estadounidense, se estima que el ron cubano hubiera podido conservar una participación no inferior al 10% del mercado de rones en virtud de su calidad y en la estructura más amplia de oferta de rones oscuros respecto a productores de otros orígenes, estructura además que permitirá obtener más ingresos ya que estos rones tienen los precios más altos y pueden concurrir con otras bebidas.

Obviamente, la introducción del ron cubano en el mercado estadounidense aún cuando cuenta con una calidad superior a algunas marcas que se ofertan en ese mercado requerirá de una fuerte campaña publicitaria como se deduce de los gastos en publicidad en que incurren otros productores, pero se estima que ese mercado pudiera asimilar en un período a mediano plazo un volumen de ron cubano del orden de 1-1.5 millones de cajas anuales.(5)

CONSUMO DE BEBIDAS ESPIRITUOSAS 1990/1999
(mil cajas de 9 litros)

Tipo
1990
1992
1994
1996
1997
1998
Est.1999
Total
160843
149485
144960
144224
144604
148774
147716
Whisky
59545
53253
50321
40848
45030
45200
44910
Brandy
7543
6788
6637
7449
7785
8020
8130
Ginebras
13472
12511
12353
11843
11383
11180
11030
Vodka
35362
32963
31910
32175
32912
34088
34300
Tequila
4420
4561
4731
5677
5997
6318
6569
Ron
13564
11570
11363
12580
15004
13536
13760

 

PRINCIPALES MARCAS DE RON EN EL MERCADO DE EE.UU.
( mil cajas de 9 litros)

Tipo
1990
1992
1994
1996
1997
1998
Est.1999
Total
13564
11570
11369
12560
13004
13536
13750
Bacardí
7300
6380
6250
6525
6600
6795
8025
Captain Mortian
650
800
890
1330
1545
1985
2185
Castillo
540
830
880
935
960
676
990
Ronrico
700
610
590
558
605
486
470
Myers
375
315
300
285
275
300
310
Mount Gay
55
55
85
105
120
140
150
Matusalén
95
115
130
125
80
75
70
Monarche
155
175
160
157
155
150
145
Palo Viejo
30
32
30
55
65
65
65
Otros
3364
258
2048
2485
2699
2565
2440



GASTOS DE PUBLICIDAD DE MARCAS DE RON
(MUSD)

 
1991
1992
1994
1996
1997
1998
Total
20201
20673
26949
39110
39890
35639
Bacardí
10513
10733
14194
24117
24487
19602
Rones Puerto Rico
2280
705
9244
8770
4557
7746
Captain Morgan
2832
3718
4977
4779
9060
7470
Mount Gay
332
136
183
1264
1517
283
Otros
4304
5381
351
180
269
538

La producción citrícola cubana ha observado un amplio desarrollo, llegando alcanzar alrededor de un millón de toneladas producidas en una campaña y exportaciones superiores al medio millón de toneladas a fines de los años 80. Aunque durante los años más críticos estas producciones se vieron afectadas, lograron una rápida recuperación y diversificación de mercados. Con una apertura del mercado estadounidense, los cítricos frescos pudieran encontrar un espacio de mercado en coyunturas estacionales, aunque con una fuerte rivalidad de la producción tanto de la Florida como de la gestión exportadora y diversificada del Brasil, si bien los productos industrializados de cítricos pudieran eventualmente tener mejores perspectivas que la fruta fresca.

Los mariscos y otros productos de la pesca que formaron parte de la exportación tradicional cubana a los Estados Unidos, encontraron otros mercados competitivos en Europa y Asia, mercados a los que se continuará exportando, aunque en los límites actuales de explotación y captura racional pudiera disponerse de un discreto segmento del mercado estadounidense. También la cría intensiva del camarón y otras especies pudiera ocupar algunos segmentos de ese mercado.

Otros productos de la agricultura requerirían de una dinámica gestión comercializadora con parámetros de beneficio, calidad, presentación, empaque, transporte y manipulación muy exigentes en un mercado muy ágil, de gran concurrencia, de un carácter operativo en la decisión de venta en el mercado receptor y alto riesgo. La falta de experiencia en la comercialización con este mercado requeriría de un período de adecuación y la creación de la infraestructura necesaria para acceder a este en condiciones competitivas.
Sin embargo, la experiencia lograda en algunas producciones agrícolas con el empleo de avanzadas tecnologías y el fuerte impulso que observa la producción de frutas, vegetales y hortalizas para un mercado tan exigente como es el turismo resulta prometedora para que en el futuro pudiera considerar la exportación a mercados cercanos del Caribe y potencialmente al mercado estadounidense.

En las manufacturas y la maquila, la difusión que han tenido en la década pasada en Centro América y el Caribe asociada a la exportación a Estados Unidos hacen presumir que las exportaciones cubanas de la industria ligera y otras ramas productoras de manufacturas tendrían una fuerte concurrencia para acceder a ese mercado aún cuando se otorgaran similares preferencias a las que gozan otros países del área, algunos de los cuales incluso comienzan a experimentar restricciones por parte de Estados Unidos en las magnitudes a exportar a ese país.

En este tipo de productos se requeriría de un estudio para detectar los posibles nichos de mercado para las producciones cubanas. No obstante, Cuba goza hoy con un amplio y diverso potencial de recursos laborales con alta calificación que lo pone en ventaja con otros países del área para asimilar tecnologías de media y alta complejidad, lo que resulta atractivo para el empresariado interesado en las oportunidades de negocio que ofrece el país.

Una muestra del potencial científico-técnico alcanzado por Cuba se aprecia en las producciones de la industria médico-farmacéutica y biotecnología reconocidas internacionalmente por su alta eficacia, algunas de las cuales tienen carácter exclusivo, las que pudieran tener promisorias expectativas de acceso al mercado estadounidense, aunque por el dominio del mercado por un grupo reducido de grandes transnacionales en esta esfera, se requeriría de un estudio de las posibles alternativas para tener un acceso efectivo a ese mercado.

El pasado mes de enero de 2000 por primera vez desde 1959 los Departamentos de Estado y el Tesoro de los EE.UU. autorizaron a unos 280 representantes de 97 firmas farmacéuticas estadounidenses para que expusieran sus productos en Cuba.

En esa ocasión, la mayoría de los participantes expresaron sus deseos de encontrar socios en la isla cuando se creen las condiciones para ello, entre las firmas auspiciadoras se encontraba la Archer Daniels Midland, la mayor productora de vitamina E que cerró 1999 con más de 14 mil millones de dólares en ingresos.(6) Con algunas de estas empresas pudiera eventualmente en el futuro concertarse acuerdos similares al alcanzado con la sucursal inglesa de la firma estadounidense Smithkline Beecham para la comercialización en los EE.UU. de la vacuna cubana contra la hepatitis B, con otros productos de avanzada de la producción farmacéutica cubana.

Evidentemente, en la esfera de la medicina y de la producción de alimentos pudiera iniciarse un proceso de distensión que condujera a la realización de operaciones comerciales en estos rubros en los que ambos países pudieran complementarse mutuamente , para ello tendrían que adoptarse mecanismos financieros, de transportación y comerciales que facilitaran estas transacciones, y sería un paso importante para la normalización de las relaciones económicas mutuas.

Existe consenso en que la rama con perspectivas más inmediatas de proveer una corriente de ingresos importante para Cuba en una normalización de relaciones es el turismo y las actividades asociadas a este sector.

Empresas especializadas de Estados Unidos en esta esfera y del transporte aéreo como la firma consultora de aviación Smith, Helliesen & Eichner (SH & E Inc.) estiman que en un corto tiempo el flujo de visitantes a la isla procedente de Estados Unidos supere la cifra de dos millones anuales (entre 4.5-5 millones de boletos en ambas direcciones). Estos estimados que pudieran variar algo para los años iniciales tomando en cuenta la necesaria promoción del producto turístico Cuba, reflejan sin embargo la alta significación económica que le acreditan a esta actividad, la que seguramente estaría entre las prioridades de negocios e inversiones estadounidenses.

La proporción de visitantes estadounidenses al área del Caribe oscila en años recientes entre el 50-60%. En 1998 la cifra de turistas en el Caribe alcanzó 15,9 millones de visitantes según reporta la CTO (Caribbean Tourism Organization), de los cuales 7.5-8 millones fueron estadounidenses. De este total, si hubieran existido relaciones normales entre ambos países,se estima conservadoramente que entre 1.7-2 millones de turistas estadounidenses hubieran visitado ese año el archipiélago cubano.(7)

La actual estructura de la red turística con un por ciento mayor de utilización de las capacidades hoteleras, estaría en condiciones para asimilar un flujo adicional de visitantes procedentes de Estados Unidos. Magnitudes superiores a las asimilables por las capacidades actuales supondría ampliar las modalidades de alojamiento en la red extrahotelera y la construcción acelerada de nuevas capacidades hoteleras, espacio este último de probable interés de empresas hoteleras estadounidenses.

También debe producirse un significativo incremento de los ingresos en la actividad turística como consecuencia de la actividad de cruceros que operan en el área del Caribe que toquen puertos cubanos, así como una ampliación sustantiva de las posibilidades del turismo multidestino, actividades actualmente limitadas como consecuencia del bloqueo.

Basado en informaciones de la OMT para el período 1972-94 sobre los visitantes al área del Caribe de viajeros de cruceros, en particular los que arribaron a las Bahamas y Jamaica, totalizaron respectivamente 23.4 millones y 6.1 millones de visitantes en ese período y en 1994 Bahamas recibió 1.8 millones y Jamaica 0.6 millones de visitantes en viajes de cruceros. Tomando en cuenta este comportamiento y las características de Cuba, se estima que los visitantes de cruceros estarían en el orden de 1.2 millones de visitantes en el año. En 1996 el según la CTO el Caribe recibió 9.8 millones de cruceristas.

Por supuesto que los ingresos generados en este sector por la afluencia de visitantes de Estados Unidos atraerán el interés de inversionistas de diversas nacionalidades, incluyendo estadounidenses, para participar en otras esferas, tanto de la esfera de servicios tales como bancarios, comunicaciones y transporte y en otras ramas productivas con énfasis en su penetración en el mercado interno, así como la de empresarios de terceros países de posicionarse en Cuba para eventualmente acceder complementariamente al mercado de Estados Unidos.

La absurda política de bloqueo impuesta a Cuba y las propias restricciones impuestas por EE.UU. a sus nacionales para impedir que visiten el archipiélago cubano, han privado al empresariado estadounidense de beneficiarse como lo hacen empresarios de otros países de las oportunidades de inversión y otros negocios relacionados con el desarrollo del sector turístico en la mayor de las islas del Caribe, al propio tiempo que con el decursar del tiempo otros empresarios amplían su espacio.

La dinámica observada del turismo en la zona del Caribe y las perspectivas de un continuo crecimiento con evidentes ventajas económicas para la inversión, pudiera motivar un creciente interés por eliminar las actuales restricciones a los nacionales estadounidenses para visitar Cuba y por la participación del empresariado de ese país en actividades económicas de este sector.

Cabe esperar que el interés preferente de la inversión estadounidense en una etapa inicial de normalización de las relaciones económicas o incluso de una flexibilización de las actuales restricciones, adicionalmente al sector turístico y los servicios apuntados se dirija a obtener una participación en la explotación de los recursos minerales del país, como pudiera ser el petróleo, rama con una fuerte dinámica de desarrollo y cuya producción en el año 2000 se proyecta supere los 2.8 millones de toneladas así como un apreciable volumen de gas acompañante, también existiría interés en otras ramas como el níquel y otros minerales estratégicos como fuente de materias primas y de altos dividendos.

El conjunto de ingresos brutos de las exportaciones de bienes y servicios a los Estados Unidos pudiera encontrarse en los primeros años de restablecimiento de los vínculos en el orden de los $3-4 mil millones de dólares, magnitud que pudiera verse incrementada discretamente con algunas líneas de financiamiento bancario y comercial, y algunas inversiones en objetivos seleccionados, lo que arrojaría un nivel de intercambio entre ambos países del orden de $6-8 mil millones de dólares bajo el supuesto de una balanza equilibrada.

En años subsiguientes este nivel de intercambio debe verse incrementado como resultado de un mayor conocimiento mutuo de ambas economías y una participación más activa del empresariado estadounidense en las diversas ramas, tomando en cuenta además un factor de particular importancia en el entorno geográfico ya señalado, y es el elevado nivel cultural y de calificación de la fuerza de trabajo que ha acumulado Cuba.

Con respecto a sus relaciones con Cuba, el abandono de la hostilidad, establecer el diálogo y sentar las bases de una relación respetuosa, además de sensata, sería la alternativa más conveniente para los intereses de ambos países y sería acogida con simpatía por todos los países de la región. De prolongarse el bloqueo, Cuba continuará el camino retomado de la recuperación económica y la reinserción en la economía internacional consolidando este proceso que en definitiva hará superflua esta política y los empresarios estadounidenses seguirán sin disponer de los beneficios que podrían obtener de las relaciones económicas normales y estables con la mayor de las Antillas.


Notas:

1- D. A. Sumner & C.J.Morosoff." America's Sour Sugar Policy " A. E.I. Newsletter, Sept. 1995.
2- Jorge Prieto " Efectos del acuerdo sobre la agricultura de la Ronda Uruguay en el acceso a los mercados de azúcar". MECAS(95)9.International Sugar Organization, 8 de mayo, 1995.
3- Fuente: Sugar & Sweeteners Quarterly. lst.Quarter, LMCS 1995, pag. 66
4- Fuente: Empresa Habanos S.A. a partir de publicaciones especializadas de EE.UU.
5- Fuente: MINAL a partir de publicaciones especializadas de EE.UU.
6- Véase Economic Press Service Año 13 no.2 31/1/2000
7- Fuente: CTO y estimaciones del autor en consultas con expertos en turismo.


Publicado en "Cuba: Investigación Económica"
Alejandro Aguilar Trujillo
Licenciado en Economía
Investigador Titular
Jefe de Grupo Sector Externo
     
   
   
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