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El mayor problema de las PYMES: Su propio tamaño

Luis Marcelo, Oscar U. Echevarría

Las tendencias mundiales actuales en el campo empresarial reconocen en las pequeñas y medianas empresas (PYMES) una parte fundamental de la economía de cualquier nación. Los trabajos consultados revelan que más del 98% del universo de empresas formales e informales en los distintos países se ubican en este grupo, participando también de forma muy elevada en las ventas totales, las exportaciones, el PIB y el empleo (Ver Cuadros No.1 y No.2). Cualquier dificultad general en estas organizaciones menores repercute desfavorablemente en los indicadores macroeconómicos y sociales del país de que se trate.

Expertos de distintas corrientes ideológicas y escuelas económicas no cejan de argumentar hoy en favor del fomento de las versátiles PYMES (Till, 1993; Willemsen, 1993; Chen, 1993; Alburquerque, 1997); también lo hacen los gobiernos; incluso la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) posee como parte central de su mandato un "Programa de la Pequeña y Mediana Empresa" privada para los países subdesarrollados (Richard, 1995, p.398).

Al respecto, no pocos especialistas consideran que estas constituyen una nueva modalidad de articulación productiva al sistema mundial, así como un factor dinámico en los cambios estructurales contemporáneos y elemento esencial en la política industrial (Lozano, 1997; Ortiz, 1997). En relación con ello, como quiera que la actividad económica no es un todo homogéneo, habría que considerar los desarrollos sectoriales y sus determinantes, que por lo demás son relevantes en cuanto a la "innovación", un aspecto crucial en los tiempos actuales (Lara, Corona, Buendía, 1997).

En tal sentido, es indudable que un argumento sobre la importancia de las PYMES transita precisamente por este punto en particular, es decir la innovación y su rol en el enfrentamiento de los retos de la competitividad, dado que estas organizaciones tienen un papel mayoritario en el tejido productivo y empresarial existente, como puede observarse en los Cuadros No.1 y No.2, lo cual debería reforzarse por el potencial de adaptabilidad que estas poseen.

CUADRO No. 1
IMPORTANCIA DE LA PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA DE TIPO FORMAL EN PAÍSES SELECCIONADOS DE AMÉRICA LATINA

 
TAMAÑO SEGÚN # DE EMPLEADOS
NÚMERO DE EMPRESAS
(% DEL TOTAL)
DISTRIBUCIÓN DEL EMPLEO
(% DEL TOTAL)
COLOMBIA
MICRO (< 9)
91.9
 
 
PEQUEÑA (10-49)
4.3
19.19 a
 
MEDIANA (50-199)
0.6
30.37 a
 
GRANDE (> 200)
0.2
50.44 a
COSTA RICA
MICRO (< 9)
84.4
47.8
 
PYMES (5-99)
10.8 a
45.7
 
GRANDE ( > 200)
 
6.1
CHILE
MICRO (< 9)
82.8
43.3
 
PEQUEÑA (10-49)
14.4
 
 
MEDIANA (50-199)
1.3
36.5 b
 
GRANDE (> 200)
1.5
20.2
MÉXICO
MICRO Y PYMES MANUFACTURERAS
98
49% del empleo industrial

a Empleo en industrias manufactureras.
b Establecimientos entre 10 y 200 empleados.

Tomado de Alburquerque (1997).

 

En ese contexto, es natural que una buena parte de los especialistas extranjeros que tienen contactos con altos funcionarios del gobierno cubano y conocen de la política específica de Cuba en esta esfera, recomienden que se realice una apertura mayor en relación con la pequeña y mediana actividad mercantil privada. Sin embargo, estos criterios habitualmente no suelen tener en cuenta el carácter heterogéneo que tiene esta modalidad económico-organizativa, asumiéndola como un cuerpo homogéneo desde el punto de vista de su conceptualización y papel en el funcionamiento económico.

Por otra parte, es necesario tomar en cuenta que en el contexto real de desempeño empresarial, como bien apunta Alburquerque (1997), las PYMES, al no tener un acceso fácil y viable a los servicios avanzados dirigidos a la producción, ven considerablemente dificultado su avance hacia la frontera tecnológica deseable. Las fuertes restricciones de financiamiento, aún y cuando estas se han ido aliviando algo con la ayuda gubernamental de los países, es uno de los factores.

CUADRO No. 2
IMPORTANCIA DE LA PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA EN ALGUNOS PAISES DESARROLLADOS.

 
TAMAÑO SEGÚN # DE EMPLEADOS
NÚMERO DE ESTABLECIMIENTOS
(% DEL TOTAL)
VENTAS / PIB
(% DEL TOTAL)
EMPLEO
(% DEL TOTAL)
EXPORTACIONES
(% DEL TOTAL)
CANADÁ (1990)
Manufactura
<= 100 empleados
99.0
40% del PIB
52,3
<= 100 empleados
9,3
 
Servicios
<= 50 empleados
   
43.0
<= 50 empleados
 
ESPAÑA
(1989)
<= 250 empleados
98,8
64,25 % de las ventas

63,72
41,06
ITALIA
(1991)
<= 200 empleados
97,6
31,5 % del PIB
<= 100 empleados
54,7
22,6
 
Manufactura
<= 300 empleados
 
De las ventas: .empresas manufactureras.
51,7
   
 
Comercio
Mayorista
<= 100 empleados
99.1
Comercio
Mayorista
62,1
79,2
 
JAPÓN
(1991)
Comercio Minorista y Servicios
<= 50 empleados
 
Comercio
Minorista
78.0
   

Tomado de Alburquerque (1997)

 

Complementariamente, la realidad de estas unidades productivas, al menos en los países en desarrollo, indican que por las condiciones económicas prevalecientes estas se convierten, salvo excepciones, en refugio de fuerza de trabajo de baja calificación que no encuentra empleo en la denominada economía formal (Alva Vega y Méndez, 1977). De hecho, pasan a constituir economías de subsistencia, con una pobre articulación técnico-productiva , aún y cuando las mismas puedan ser capaces de crear excedentes económicos y mantener, en algunas experiencias, vínculos estables y sistemáticos de cooperación con entidades mayores.

 

PYMES no estatales en Cuba

En el caso de Cuba, es necesario puntualizar en primer término que las recomendaciones de ampliar las PYMES no serían válidas para todos los sectores de la economía.

De acuerdo con las clasificaciones convencionales utilizadas internacionalmente, si tenemos en cuenta a los campesinos individuales, a los nuevos usufructuarios de tierras y a todas las cooperativas agrícolas, entonces pudiera decirse que más del 99% del total de empresas en la agricultura cubana son PYMES no estatales (Ver Cuadro No. 3). Aquí, tanto la situación de las formas de propiedad, como el tamaño de ese porciento de entidades económicas, son internacionalmente comparables, aunque todavía padezcan de un determinado exceso de regulación legal.

CUADRO No. 3
ENTIDADES DEDICADAS A LA PRODUCCIÓN EN LA AGRICULTURA CUBANA
DE ACUERDO CON EL TAMAÑO Y LAS FORMAS DE PROPIEDAD, A FINALES
DE 1998. (U/M: Uno).

Tipos de empresa
Cantidad
%
Grandes empresas agrícolas del Estado (1)
153
0.07
Pequeñas y medianas entidades económicas
207 849
99.93
No estatales
207 566
99.80
. Cooperativas de producción agropecuaria
1 139
0.55
. Unidades Básicas de Producción Cooperativa
2 904
1.40
. Campesinos individuales
111 064
53.40
. Nuevos usufructuarios de tierra
92 459
44.45
Estatales
283
0.13
. Granjas estatales de nuevo tipo
175
0.08
. Granjas de las fuerzas armadas
108
0.05
Totales
208 002
100.00

(1) Cifra calculada a partir del número de uniones de empresas, corporaciones, agrupaciones empresariales de ministerios y un estimado de entidades con más de 500 trabajadores

FUENTE: Dirección de Perfeccionamiento Empresarial, del MEP, y la ANAP.

 

Otra cosa ocurre en los sectores secundario y terciario de Cuba. Entre los trabajadores urbanos por cuenta propia, cerca de 130 000 al cerrar 1998, más una variante de estos, los llamados artesanos, y las grandes empresas, faltaría, según los "novedosos" consejos externos, un tejido de empresas privadas integradas por desde dos trabajadores, hasta una cifra de estos que no rebase una dimensión empresarial que pueda entenderse como mediana . Las excepciones están dadas en el caso cubano por algunas actividades como la de los restaurantes privados o "paladares" que, obligatoriamente, por las características del propio negocio, se comportan como una reducida agrupación de trabajadores por su cuenta que pagan cada uno el impuesto correspondiente.

Técnicamente hablando, estas son pequeñas empresas pues el tipo de labor hace casi imposible que una sola persona las atienda. Salvando estos casos aislados y considerando los criterios prevalecientes en el mundo, ciertamente en Cuba no están extendidas las PYMES privadas en los sectores secundario y terciario.

 

¿Puede tratarse esto como un error u omisión involuntaria del modelo cubano?

En realidad, no es así. Las limitaciones impuestas a la actividad de las PYMES privadas en Cuba están vinculadas, por una parte, a la política de no fomentar actividades que pudieran dar origen a cualquier forma de acumulación primaria de capital y, por otra, indudablemente, a las formas concretas de organización de la producción estatal adoptadas inicialmente en el país, las cuales, por su larga prevalencia en el tiempo, condicionaron una cultura específica en esta esfera del ordenamiento empresarial cubano.

 

El "Talón de Aquiles" de las PYMES

Sin embargo, la experiencia internacional demuestra que desde el punto de vista técnico existen fuertes argumentos adicionales para probar la debilidad de las PYMES. La observación y el análisis de la información disponible sobre el comportamiento internacional de estas organizaciones, revela que la más grave manifestación "clínica" que presentan es su elevada "mortalidad infantil".

Otras dificultades de ellas, tal como sus limitaciones para financiarse, se han ido más o menos solucionando, como se ha dicho, con la ayuda del Estado, pero la alta mortalidad es persistente dado que las causas están ligadas al propio funcionamiento del sistema capitalista. En otros términos, las PYMES están expuestas a los mismos retos de las grandes empresas, pero están mucho menos preparadas para enfrentarlos; su tamaño es su mayor obstáculo.

En tal sentido, es muy raro observar la desaparición de una corporación. La gigantesca compañía "General Electric", que comenzó siendo pequeña, tiene privilegiadamente más de un siglo de edad. Sin embargo, las PYMES son en general volátiles. En los países subdesarrollados entre un 50% y un 75% dejan de existir durante los tres primeros años, sólo del 10% al 20% permanece al cumplirse el quinto año (CEPAL, 1993, p.13).

En España el 50% de las PYMES no cumple los cinco años de vida (Yoldi, 1997, p.20), lo cual no es un fenómeno nuevo. En la pasada década en los Estados Unidos el promedio de vida de estas empresas, las cuales se cuentan allí por millones, era de seis años, mientras que entre 1/3 y 1/5 no llegaba al tercer año (Samuelson y Nordhaus , 1984, pp. 522 y 523 ).

Puede argumentarse con razón que nacen tantas o más PYMES como las que mueren, pero no puede negarse que cada empresa que sucumbe representa una pérdida privada y social de capital invertido y de valioso tiempo, sin contar la angustia personal y la incertidumbre de quienes tienen que abandonar su fuente de manutención y buscar nuevos horizontes en medio de un mundo con cada vez más escasos "nichos" e implacable con los desafortunados o incompetentes.


¿Hacia un nuevo "biotipo" empresarial?

Un mensaje está claro: el gran tamaño es una inestimable fortaleza para la empresa, máxime cuando ese gran tamaño está basado en la unión corporativa.

Se entiende por corporación a la "agrupación de empresas productivas potencialmente autónomas, que dependen de un centro de decisión común" (Francés, 1991, p.1). Hoy en día la corporación moderna brinda una elevadísima autonomía a las empresas que la conforman, sin que se pierda el control y la dirección estratégica de toda la entidad. No existe mayor fuerza empresarial en la actualidad que la de esta unión. Podría quedar por el camino alguna que otra empresa que la integre, pero la organización general se mantendría.

En el socialismo, con la nacionalización y la creación de nuevas empresas estatales, se crean excelentes condiciones para la unión de empresas socialistas basada en la adaptación a la misma de las experiencias organizativas de las corporaciones capitalistas. Ello brinda las posibilidades para que las empresas socialistas, grandes o pequeñas, sin tener que pasar por el largo y tortuoso camino de la feroz competencia anárquica entre empresas privadas aisladas que caracteriza al capitalismo, puedan disfrutar tanto de la longevidad corporativa debida como de la maniobrabilidad, flexibilidad y autonomía de las PYMES y, por tanto, pasar a convertirse en un vector innovativo dinámico en la búsqueda de la competitividad requerida en estos tiempos. De cualquier forma, habría que superar aún arrastres burocráticos.

Se hace necesario puntualizar que para el desarrollo, más importante que el encontrar un nicho en el mercado internacional, lo es la introducción y difusión de la innovación tecnológica y organizativa, como parte de una estrategia tanto nacional como territorial. La transición tecnológica, que a escala mundial ha estado ocurriendo, no es posible alcanzarla con la sola inserción de algunos segmentos o actividades en los núcleos dinámicos de la economía mundial (Alburquerque, 1997).

El Sistema de Perfeccionamiento Empresarial aprobado por el V Congreso del PCC, que tiene en cuenta lo mejor de la experiencia mundial en la materia, aspira a hacer de la empresa estatal una entidad altamente competitiva. Para alcanzar este propósito se piensa también en las PYMES de este tipo de propiedad, cuyo número se desconoce en Cuba pues las unidades que componen las empresas no se reflejan en las estadísticas.

La propia Resolución Económica del V Congreso del PCC señala en el Capítulo II que "En el universo empresarial las pequeñas y medianas empresas estatales deben desempeñar un papel dinámico y flexible en la producción y los servicios, así como en la creación de empleos. Estas entidades se caracterizarán por estructuras reducidas y una agilidad y ductilidad en su gestión productiva, económica y comercial que les permitan adaptarse rápidamente a las condiciones de un mercado cambiante" (Granma, 1997). Ello conlleva a adoptar modernas concepciones descentralizadoras y, por lo demás, revela ciertas coincidencias con algunas apreciaciones y conceptualizaciones de los factores explicativos de la existencia de estas modalidades empresariales (Lozano, 1997).

Jean Frederic Richard, Jefe de la Subdirección de la Pequeña y Mediana Empresa de la ONUDI, con toda lógica ha expresado que "la distinción entre grandes y pequeñas empresas se está esfumando, pues las grandes empresas se están ya estructurando cada vez más en unidades más pequeñas y descentralizadas de producción" (Richard, 1995, p. 399), lo cual además puede seguirse en detalle en Casalet (1997).

Confirmando lo anterior, el máximo directivo de la "General Electric", Jack Welch, ya había explicado en 1992 que "Lo que en todo momento estamos intentando es insuflar esa alma de pequeña empresa - y esa rapidez de pequeña empresa - en nuestro cuerpo de gran empresa" (Peters, 1995, p.11).

Dicho fenómeno está por otra parte ampliando su marco. Principalmente en los últimos años estamos presenciando un proceso de fusiones de gigantescas corporaciones transnacionales, es decir, de "megafusiones", que no hace más que asentuar la tendencia capitalista a la concentración de los medios de producción que ya había revelado Marx con vistas a ser adaptada por el socialismo.

Pero viendo las cosas desde el lado de las PYMES, en las conclusiones y recomendaciones del Seminario Internacional sobre "El papel de la micro, pequeña y mediana empresa en el proceso de globalización de la economía mundial", celebrado en México en 1993, se planteó que "para
exportar y superar limitaciones de escala deben ( las PYMES) agruparse en consorcios" (Comercio Exterior, 1993, p.579).

De tal forma, puede sintetizarse que aquella opinión aceptada en los años 60 de que la industria a gran escala era la que resolvería los problemas económicos de los países en desarrollo, cedió hoy ante el empuje de las PYMES, pero la vida está indicando ya que una mezcla dialéctica de ambas concepciones ofrece un "biotipo" empresarial ideal que, aunque no está explícito en la teoría actual, de por si hoy existe. Entonces, ¿ por que desaprovechar la extendida propiedad estatal cubana y volver atrás a privatizar, si se pueden organizar las empresas en base al esquema planteado?

Finalmente, como cuestión adicional, un aspecto que será necesario tomar en cuenta lo es el efecto que sobre el papel y funciones de la administración central del Estado tendrá la adopción de formas organizativas empresariales de tal naturaleza, toda vez que, por una parte, el aspecto territorial de la producción ha de adquirir una mayor dimensión, variedad y complejidad y, por otra, la realidad económica correspondiente tenderá a rebasar la capacidad real para intentar gestionar como tradicionalmente ha sido usual.

Es decir, la lógica cubana actual del eje vertebrador Estado-entidades centrales-empresas, resulta todavía sumamente vulnerable en un escenario de tal tipo y consecuentemente pierde efectividad, por lo que será necesario encontrar nuevas lógicas de funcionamiento acorde con tales circunstancias de manera que potencien adecuadamente estas formas organizativas.


Bibliografía

Alba Vega, Carlos y B. Méndez (1997): "Presentación" de este número monotemático sobre las PYMES, revista Comercio Exterior, vol. 47, No.1, Ciudad México, enero (pp 3-7).

Alburquerque Francisco (1997): "La importancia de la producción local y la pequeña empresa para el desarrollo de América Latina", revista CEPAL, No. 63, Santiago de Chile, diciembre (pp 147-160).

Casalet Mónica (1997): "La cooperación interempresarial: una opción para la política industrial", revista Comercio Exterior, vol. 47, No. 1, Ciudad México, enero (pp 8-15).

CEPAL (1993): "La pequeña y mediana empresa. Algunos aspectos", LC/R. 1330.

Chen Tain-Jy (1993): "Las empresas pequeñas y medianas de Taiwan", revista Comercio Exterior, vol. 43, No.6, Ciudad México, junio (pp572-584).

Comercio Exterior (1993): "Las micro, pequeñas y medianas empresas ante las nuevas realidades económicas", revista Comercio Exterior, vol. 43, No. 6, Ciudad México, junio (pp. 572-584).

Cruz Jesús (1999): Conversación con el profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana, especialista en la temática empresarial agrícola.

Francés Antonio y Dávalos Lorenzo (1991): "La Corporación en cuatro dimensiones", Edic. IESA, Venezuela.

GRANMA (1997): "Resolución Económica del V Congreso del Partido Comunista de
Cuba", noviembre 7.

Lara Rivero Arturo, J.M. Corona y A. Buendía (1997): "Intercambio de información tecnológica entre industrias de automotores y autopartes", revista Comercio Exterior, vol. 47, No.2, Ciudad México, febrero (pp 111-123).

Lozano Wilfredo (1997): "Microempresarios y desarrollo en Santo Domingo", revista Comercio Exterior, vol. 47, No. 3, Ciudad México marzo (pp 217-223).

Ortiz Etelberto (1997) : "El cambio estructural en México y las empresas medianas y pequeñas", revista Comercio Exterior, vol. 47, No. 1, Ciudad México, enero (pp 16-26).

Richard Jean Frederic (1995): "Contribución de la ONUDI para mejorar el dinamismo y eficacia del sector de las PYMES en los países en desarrollo", en "ONUDI. 30 años de desarrollo industrial. 1966-1996", Edit. ISC, Londres, pp. 398-401.

Peters Tom (1995): "Más allá de la descentralización: desorganizar para liberar la imaginación", revista Harvard Deusto Bussines Review, No. 69, nov.- dic.

Samuelson Paul y Nordhaus William (1984): "Economía", Edit. Mc Graw- Hill, México.

Till Phillips G. (1993): "Las pequeñas empresas de Estados Unidos", revista Comercio Exterior, vol.43, No. 6, Ciudad México, junio.

Yoldi Marta (1997): "El 50% de las PYMES españolas no cumple los cinco años de vida", revista "El Economista", No.5552, semana del 6 al 12 de diciembre, Madrid, pp.20-21.

Willemsen Arnold (1993): "Pequeñas y medianas empresas: la experiencia alemana", revista Comercio Exterior vol. 43, No. 6, Ciudad México junio.


Tomado de la revista "Cuba: Investigación Económica", año 5, No. 2, 1999, editada por el Instituto Nacional de Investigaciones Económicas.

Lic. Luis Marcelo
Especialista, Instituto Nacional de Investigaciones Económicas.

Lic. Oscar U. Echevarría
Especialista, Instituto Nacional de Investigaciones Económicas.

     
   
   
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