Economía
 
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Trabajo y calidad de vida

Lázaro González Rodríguez

El trabajo es la fuente esencial de la calidad de vida y, a la vez, un elemento intrínsecamente relevante dentro de esta. No hay calidad de vida sin trabajo: las necesidades materiales y gran parte de las espirituales solo pueden satisfacerse con el trabajo.

El trabajo no puede verse solo como un medio para producir o prestar un servicio, como un medio de vida, es mucho más: es un medio de transformación del hombre, de realización, de creación de valores, en resumen, de calidad de vida. El trabajo, como hemos dicho, es en sí un elemento esencial en la calidad de vida del individuo, y esto es así ya que “la relación del hombre consigo mismo solo se hace objetiva y real para él a través de su relación con otro hombre”, 1 y es precisamente en el centro de trabajo donde estas relaciones tienen su más alto de materialización.

La calidad de vida laboral se expresa por el grado de satisfacción espiritual del hombre con el trabajo que realiza alcanzando su cima cuando el trabajo se convierte en su primera necesidad vital, estado en el cual la motivación del ser humano es el puro placer en y por la obra que realiza, es intrínsecamente gratificante y donde su conciencia se funde con sus actos y se pierde la noción del tiempo y del espacio.

El factor esencial para lograr una alta satisfacción laboral lo encontramos en la riqueza del contenido de trabajo que se realiza y donde estén presentes elementos intelectuales, de iniciativa, creatividad, autonomía, variabilidad y dificultad, y por tanto, el individuo tiene que poner la máxima tensión en el uso de su capacidad laboral.

En tal sentido, hay que tener presente que el enriquecimiento del contenido de trabajo es un proceso paulatino producto del avance de la ciencia y la técnica, la organización del trabajo, la producción y la dirección que elimine la estrecha división del trabajo y permita al hombre desarrollar todas sus potencialidades.

Hay que tener presente la contradicción que se opera entre el trabajador y el contenido de trabajo cuando este último no satisface sus expectativas de realización. Es evidente que el desarrollo técnico-profesional y cultural del hombre en nuestra sociedad se desarrolla mucho más aceleradamente que los cambios que se operan para la eliminación del trabajo simple o poco complejo, del enriquecimiento del contenido de trabajo, de la eliminación de factores extracalificatorios que provocan un mayor gasto de energías físicas y/o mentales a las consideradas en cada etapa del desarrollo social como normales.

Pero la calidad de vida laboral contempla otros aspectos entre los cuales podemos citar:

  1. Que cada ser humano tenga la posibilidad de optar sin discriminación alguna por un puesto de trabajo útil a su capacidad y vocación.

    • La posibilidad de ascender laboralmente en consideración a su capacidad, conocimientos y méritos laborales.

    • Seguridad en el empleo y que todo movimiento de puesto de trabajo que se ejecute tenga presente sus resultados laborales, su capacidad, su voluntad y esté libre de toda discriminación y presión.

  1. Garantizar la plena dignidad hacia todos los trabajadores.

  1. El reconocimiento de la utilidad del trabajo que se realiza por parte del colectivo laboral y de la sociedad.

  1. Recibir un salario acorde a su aporte laboral (calidad y cantidad), el cual le permita cubrir sus necesidades fundamentales eliminando toda forma de igualitarismo en la distribución individual.

  1. La existencia de un clima laboral caracterizado por la solidaridad, la fraternidad, la colaboración, la ayuda mutua, el respeto entre todos los integrantes del colectivo, particularmente las relaciones entre jefes y subordinados, la disciplina y la legalidad.

  1. El reconocimiento moral y material oportuno y público de los logros alcanzados.

  1. La posibilidad real de participación en todos los eventos del colectivo, principalmente en las decisiones que se tomen, teniendo una información oportuna tanto de los sucesos como de sus resultados.

  1. La existencia de condiciones para elevar la calificación técnico-profesional y el nivel cultural.

  1. Condiciones laborales satisfactorias: organización del trabajo, seguridad, alimentación, transporte, estética laboral, etc.

Por lo antes expuesto, debemos considerar al centro de trabajo no solo como una entidad para producir o prestar un servicio eficientemente, para competir en el mercado con alta calidad y bajos precios, para crear riquezas, sino también como un eslabón básico y de suma trascendencia en la formación del hombre nuevo y especialmente en la conversión del trabajo en la primera necesidad vital mediante la elevación de la calidad de vida laboral, la cual es un complemento obligado de la educación y la cultura. Un centro de trabajo de éxito no se puede evaluar exclusivamente por los avances logrados en sus indicadores técnico-económicos; hay que considerar junto a ello el grado de maduración de los valores ético morales del socialismo en el colectivo, su conciencia de dueño, su realización. El no alcanzar el desarrollo adecuado de estos aspectos a la larga frenará todo avance técnico-económico.

El Decreto-Ley 187 Sobre el Perfeccionamiento Empresarial, señala:

La atención al hombre y su motivación constituyen la base que sustenta el sistema, siendo necesario implementarla tanto en lo relativo a sus condiciones de vida y de trabajo como en cuanto a su participación en la dirección y gestión empresarial, creando un clima de trabajo socialista, de ayuda y cooperación entre todos los trabajadores.

De todo lo señalado anteriormente se desprende que el sistema de dirección del hombre en el proceso laboral debe tener como objetivo central el incremento de la calidad de vida laboral, lo cual coadyuvará significativamente a:

  • Elevar el nivel de la producción y los servicios así como su eficiencia (productividad, calidad, etc.)

  • Desarrollar y/o crear valores ético-morales en los trabajadores.

  • Propiciar el sentido de propietario.

  • Realizarse en el desempeño del trabajo.

Pero toda esta concepción solo es posible realizarla en una sociedad que marcha por los caminos del socialismo, una sociedad justa, sin excluidos, solidaria, y donde todos tienen igualdad de posibilidades y en la cual el verdadero interés social e individual por los resultados del trabajo se obtiene plenamente a partir de la

... supresión positiva de la propiedad privada, como la apropiación de la vida humana, es pues la supresión positiva de toda enajenación: es decir, el retorno del hombre, de la religión, la familia, el estado, etc., a su modo humano social de existencia.

Este comunismo, en tanto que naturalismo acabado se iguala al humanismo, y como humanismo acabado, se iguala al naturalismo; es la resolución genuina del conflicto entre el hombre y la naturaleza y entre el hombre y el hambre: la verdadera resolución de la lucha entre la existencia y la esencia, entre la objetivación y la autoconfirmación, entre la libertad y a necesidad, entre el individuo y la especie. El comunismo es el enigma resuelto de la historia y sabe que él es esta solución.2

La abolición de las relaciones de producción capitalista liquidan la enajenación del trabajador y, por tanto, surgen todas las posibilidades para eliminar en el proceso de transformación socialista, la hipertrofia en la división del trabajo, las diferencias entre el trabajo intelectual y físico, entre la ciudad y el campo, etc., fenómenos que influyen negativamente en las relaciones sociales, en el mundo espiritual del hombre, en su sistema nervioso, y por ende, en la efectividad del trabajo, en su calidad de vida laboral y en general en su desarrollo hacia el hombre nuevo.

En el socialismo, con el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción socialistas, se crean las premisas necesarias para mejorar las condiciones de trabajo y que este tenga un carácter creador.

Toda esta labor requerirá de una profunda, sistemática y prolongada actividad para crear un alto nivel de calidad de vida laboral, pero como toda tarea, para lograrla, hay que comenzar, y es en ese sentido en que están dirigidos estos comentarios.

La Habana, 12 de noviembre de 2005
AÑO DE LA ALTERNATIVA BOLIVARIANA PARA LAS AMÉRICAS

Notas

1 C. Marx. Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, Editora Política, La Habana, 1965, p. 82.

2 Ob. Cit., pp.107-108

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