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20 retos a la política laboral

Lázaro González Rodríguez

La actualización del modelo económico requiere cambios profundos en la esfera laboral

Al estudiar el acápite denominado “Empleo y salario” del sexto tema de los Lineamientos Económicos y Sociales con vistas al VI Congreso del Partido, he llegado a las siguientes conclusiones:

a) El título no se corresponde con el contenido.

b) Dada su importancia, debe contar con un capítulo independiente

c) La problemática laboral es, esencialmente, un problema económico y no social.

d) Existen importantísimos aspectos de la política laboral que no son tratados en los Lineamientos.

Por todo lo anterior, señalaré, sucintamente, los retos que, en mi criterio debemos enfrentar en esta esfera en los próximos años.

1. El reto esencial de la política laboral es liberarse del voluntarismo, la coyuntura, la improvisación y el analfabetismo económico. La misma debe condicionar su quehacer a los resultados de la ciencia del trabajo y con ello contar con una debida fundamentación técnica, económica e ideológica acorde al momento histórico y a los objetivos de la sociedad a mediano y largo plazo.

2. Lograr que la ciencia del trabajo ocupe el lugar que le corresponde, poniéndola en manos de técnicos con aptitudes, conocimientos y capacidad. Reconocer la labor de los mismos tanto moral como materialmente, y adjudicándoles los recursos materiales necesarios.

3. Elaborar una concepción integral que fije los objetivos a corto, mediano y largo plazo, los principios y el programa de acción en el tiempo necesario bajo la más absoluta y amplia discusión colectiva con la participación real de los trabajadores y con pleno consenso.

4. La política laboral debe modificarse de acuerdo con los cambios que se producen en la sociedad y los objetivos de cada etapa, pero debidamente fundamentados técnica, económica y socialmente. Durante más de medio siglo se han producido, básicamente, ocho cambios en la política laboral sin que en la mayoría de los ellos exista la debida fundamentación, sino, casi siempre, voluntarismo, ignorancia y subjetividad. El trabajo por “onda” ha esta presente. Aunque pienso caracterizar cada una de las etapas, creo necesario mencionarlas.

1959 a 1965 (Organizativa).

1966-1973 (Idealismo)

1974-1979 (Vinculación salario-norma)

1980-1985 (Desenfreno)

1986-1990 (Rectificación)

1991-1999 (1ra. Etapa del período especial)

2000-2010 (Anarco-burocratismo)

2011-2015 (Actualización)

5. Lograr altos incrementos de la productividad es condición imprescindible para del triunfo del socialismo. Es más, en los cinco decenios transcurridos su crecimiento ha sido magro; la atención se ha centrado en una economía extensiva; su concepto, planificación y control no ha dejado de ser formal, simplemente un eslogan. Lo importante: cumplir el plan de producción, ¿la productividad? Bien, gracias.

6. Quizás uno de los retos más importantes a enfrentar es la elevación de los niveles salariales, los cuales se han mantenido bajos durante el período revolucionario. Hoy, más del 90% de los trabajadores plantea su insuficiencia. Está claro que mientras el salario nominal crece algo más de cinco veces entre 1960 y 2010, los precios lo hacen 25-30 veces.

7. Aunque las cifras sobre el crecimiento de la productividad son dudosas (método de cálculo, variaciones de precios, estructura de la producción, etc.) lo cual hay que resolver, no tengo la menor duda de que si el salario creció entre 1960 y 2010 algo más de cinco veces, la productividad ni siquiera se duplicó, Reto inminente a resolver, pero no en los papeles, ni con decisiones voluntaristas.

8. El incremento de los niveles salariales presupone:

- Un examen integral de la anarquía salarial provocada, fundamentalmente a partir del año dos mil.

- Replantear todos los elementos del sistema salarial —escala, calificadores, tarifas, sistemas de pago y primas— de manera tal que reflejen lo más fielmente posible el principio de pago por la calidad y cantidad de trabajo aportado, nunca aplicado en nuestro país.

9. El empleo es otro reto importante. El trabajo, condición eterna de toda sociedad, no solo es el creador de todos los bienes, sino elemento transformador del hombre, fuente inagotable de su perfeccionamiento y medio esencial para satisfacer las necesidades materiales y gran parte de las espirituales. De ahí que los subsidios no sean una solución al desempleo. Ante nosotros se plantean las problemáticas siguientes:

- Garantizar el pleno empleo.

- Hacer corresponder las plantillas con los niveles de actividad (desinflarlas).

- Incrementar la eficiencia, y en el sector productivo, la productividad.

- Lograr una correcta distribución de la fuerza de trabajo entre ramas.

- Asegurar los recursos humanos que garanticen el desarrollo en las profesiones, empresas, actividades, ramas y territorios.

10. La organización del trabajo, olvidada totalmente en los últimos veinte años, sigue en el anonimato. Los Lineamientos no la mencionan no obstante constituir una disciplina esencial para el incremento de la productividad y demás índices de eficiencia; la organización del salario, la disciplina, la fundamentación técnica de las plantillas, etc.

Durante la década de los 90, la tesis fue que con el pago por resultados el trabajo se organizaba solo. En los 2000, lo importante fueron los papeles, el expediente, la norma de capital humano —única en el mundo— ¡ Ah, y las inspecciones! ¿La razón? una sola, pero muy costosa para el país: ignorancia.

11. En Cuba florecen los centros de investigación de todo tipo, lo aplaudo, pero creo que es totalmente absurdo que el trabajo no cuente con uno o varios centros debidamente potenciados en esta esfera de tanta importancia. El 20 de junio de 1974 se fundó el Instituto Nacional para la Investigación Científica del Trabajo, entidad destinada a realizar dicha labor, con sede en la calle 19 entre Paseo y A, Vedado, con un grupo importante de economistas, ingenieros, psicólogos, sociólogos, etc. A partir de 1980 su papel comenzó a decaer. En el segundo lustro de dicho año fue despojado de su instalación y los técnicos que quedaban concentrados, en varias casas del Reparto Kolhy. Hoy, solo una veintena de técnicos subsiste, pero no realizan la actividad científica que les corresponde y su voz es muy limitada en las decisiones a adoptar. ¡Nada, parece que en este campo la ciencia no es necesaria! ¿Con voluntarismo y subjetividad se puede avanzar?

12. Otro aspecto no tratado es la estimulación moral ¿acaso alguien piensa que solo con mecanismos económicos y estímulos materiales se puede construir el socialismo? Estos son fundamentales, pero sin conciencia no hay futuro. Ambos aspectos conforman una unidad dialéctica. El socialismo es intrínsecamente humanista. La dialéctica del estímulo material y espiritual debe estar presente.

El trato justo y amable, la igualdad en tanto seres humanos con independencia del cargo que se ocupe, el reconocimiento, la participación, el mejoramiento de las condiciones de trabajo, la preocupación y el coadyuvar a la solución de los problemas personales junto al trabajo político-ideológico; no el “teque”, crean un clima laboral favorable al incremento de la eficiencia, al desarrollo del hombre en todos los aspectos y el amor al trabajo. La emulación socialista —desgraciadamente inexistente— constituye un aspecto esencial en la mayoría de nuestros centros de trabajo. Con la zanahoria y el garrote no se construye el socialismo.

13. Si los retos en cuanto a definir correctamente los objetivos para la etapa actual de desarrollo de nuestro modelo económico-social y su instrumentación práctica tienen una connotación relevante que no admite equivocaciones, lograr que se cumplan tiene mayor trascendencia aún. La historia de la Revolución demuestra que objetivos correctamente definidos no han logrado cristalizar. De ahí que el mayor reto a enfrentar sea lograr atraer al cumplimiento de los objetivos básicos a aquellos que tienen que materializarlos: los trabajadores —dirigentes y dirigidos— y en especial la clase obrera y el campesinado. El problema es complejo y multifactorial, sobre todo teniendo en cuenta que, como regla, los sindicatos no juega su papel como contrapartida de la administración; no obstante, sí se puede movilizar a los trabajadores para el cumplimiento de los objetivos que se acuerden. Entre las múltiples medidas a tomar, creo que las más significativas serían las siguientes:

a) El establecimiento progresivo de un sistema salarial que se corresponda con el principio de pago por la calidad y cantidad del trabajo en aquellas empresas fundamentales y donde todos los miembros del colectivo laboral vean reflejados en sus bolsillos el incremento de la producción y la productividad.

b) El establecimiento de métodos de dirección que prioricen un adecuado sistema de estimulación moral y de atención al hombre, así como la emulación.

c) Un trabajo político-ideológico de hombre a hombre.

d) El establecimiento de la codirección en las empresas mediante el cual los trabajadores, a través del voto secreto y sin topes de candidatos elijan su consejo de representantes, quienes tendrían, entre otras, las facultades de decidir:

- quiénes serían sus directivos desde los jefes de brigadas hasta el director general.

- la propuesta de plan técnico-económico.

- las plantillas.

- los sistemas de pago y primas.

- aprobar la rendición de cuentas trimestral de los directivos así como su evaluación anual.

La codirección resulta aún más necesaria cuando se plantea la ampliación de las facultades de dirección de la empresa. Es imprescindible definir claramente las funciones y facultades de cada escalón de mando para evitar se concentren en el director general provocando la inercia en los restantes directivos y la proliferación de procedimientos burocráticos.

Hay que confiar en el hombre, lo que no implica no controlar. Pero es absurdo creer que se ejerce el cargo correctamente aprobándolo todo, hasta la entrega de bolígrafos. Trabajar para la inspección, con miedo, y sin confiar en los subordinados, no conduce al desarrollo de la empresa, fomenta la psicología de la espera y la ausencia de responsabilidad.

14. El reto anterior nos lleva a un desafío supremo: pensar con cabeza propia, desarrollar un pensamiento crítico y autocrítico, expresarlo sin temor, considerar que la verdad absoluta no es un patrimonio particular, eliminar el oportunismo, admitir que para un problema pueden existir variantes de solución y propiciar la cultura del debate sin mantener una actitud pasiva ante orientaciones claramente irracionales y voluntariosas. No hay algo más perjudicial que un ignorante con poder de decisión.

Con la educación desde que nacemos, la voluntad política de Fidel y Raúl junto a la imprescindible eliminación del analfabetismo económico-laboral con el control de los trabajadores y el Partido, es seguro que podremos vencer en un tiempo relativamente corto. Educación económico-laboral sistemática, información y voluntad política a todos los niveles son las claves para ello.

15. La política en cuanto a los dirigentes ha manifestado múltiples deficiencias en el curso de la Revolución, tanto en su selección como en el proceso de evaluación y estabilidad. Factores tales como: caer en gracia, hablar bonito, adivinar lo que piensa el jefe, la condolencia con el amigo, rodearse de incondicionales, todo esto y más ha estado presente. Es hora ya de rectificar, de buscar dirigentes capaces, comprometidos y con conocimientos técnicos y económicos de la actividad que dirigen

En la esfera de los recursos humanos, como regla, la situación es un desastre. Cualquiera puede ocupar la dirección de esta tarea, algunos piensan que se trata de un problema de papeles y no una cuestión económica y que no tiene una importante significación.

16. La capacitación o eliminación del analfabetismo económico en los trabajadores a todos los niveles, sean dirigentes o no, es un reto de suma importancia que si no lo asumimos no podremos avanzar en nuestro proyecto social. Es indispensable el dominio del análisis económico, la planificación, la economía del trabajo, etc., así como la práctica de métodos y estilos de dirección propios del socialismo.

El directivo, además de los conocimientos técnicos de la actividad que dirige, tiene que dominar los aspectos económico-laborales. La preparación de los directivos correctamente seleccionados se convierte en una tarea cardinal.

17. Otro aspecto no priorizado en la actualidad es la formación de técnicos de nivel medio y superior en la especialidad de Economía del Trabajo o Recursos Humanos, como se le quiera llamar. Las necesidades actuales rebasan los 10 mil técnicos con las aptitudes necesarias para el cargo, fundamentalmente la ingeniosidad. El desconocimiento de esta disciplina llevó a muchos a pensar que un tecnólogo con un simple seminario podía ejercer esta función. La situación actual es que muy pocos trabajadores del área de Recursos Humanos son capaces de realizar estudios de organización del trabajo. ¿Consecuencias?: baja productividad, sistemas de pago absurdos, plantillas determinadas al arbitrariamente, etc., etc.

18. La atención priorizada al desarrollo de valores en los trabajadores tales como el amor al trabajo, el sentido de codueño, la disciplina, honradez, cooperación y ayuda mutua, entre otras son indispensables. Nuestros trabajadores, como regla, sienten estos valores, no son indolentes ni vagos, todo lo que tenemos es fruto del trabajo.

El ejemplo de los dirigentes, la retribución adecuada a la labor que se realiza, el estímulo moral oportuno y justo, su participación real en las decisiones, así como la indispensable atención a los trabajadores, unido a la satisfactoria organización del trabajo son elementos esenciales para elevar estos valores a planos superiores.

19. Alguien muy querido me decía “es más difícil vencer a la burocracia que a la burguesía”. Lo anterior me recordó un artículo del Albert Einstein en el cual señalaba como un posible mal del socialismo: “?Cómo es posible, en vista de la amplia centralización del poder político y económico, prevenir que la burocracia devenga todopoderosa y arrogante?” Este reto, la lucha contra el burocratismo, nos plantea un constante accionar.

20. Por último, los aspectos legales de la política laboral caracterizada, entre otros aspectos, por:

- Irrespeto a la jerarquía legislativa.

- Contradicciones en la legislación.

- Procedimientos burocráticos.

- Interpretaciones inadecuadas, sobre todo por parte de los inspectores.

- Orientaciones por vía telefónica, cartas, o correos electrónicos, etc.

- Muchas regulaciones sobre un mismo tema, etc., etc.

Es ineludible eliminar esta situación. ¿Dónde están nuestros juristas laborales?

Termino con las palabras de nuestro querido Comandante en Jefe Fidel Castro: “No tengo nada contra alguien, pero tampoco tengo algo contra la verdad. No estoy casado con mentira alguna, el que quiera ponerse bravo, lo lamento”.

La Habana, 28 de enero de 2011

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