Simplemente, esperando
Graham Usher*
3 de octubre de 2003
'Al-Ahram Weekly', 25 de septiembre a 1 de octubre de 2003, núm.
657
Traducción: Loles Oliván, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"El próximo
no será un gobierno de unidad nacional, mucho menos uno
basado en una estrategia de liberación post-Oslo o post-'Hoja
de ruta'. A cambio de aceptar que 'observadores internacionales'
supervisen los cumplimientos israelíes y palestinos, Arafat
ha dejado claro que está comprometido con cada uno de
los puntos de la 'Hoja de ruta', incluidas las provisiones para
detener, desarmar y desmovilizar a las milicias palestinas. Dadas
tales circunstancias, la respuesta de la oposición ha
sido tan predecible como rápida."
Todo lo que ha conseguido la decisión israelí
de suprimir a Yaser Arafat es poner de manifiesto las
reglas básicas para cualquier futuro compromiso de EEUU
en el conflicto palestino-israelí. Encadenado a la ortodoxia
posterior al 11-S, esto ya no se basa en [la fórmula]
"territorios por paz" o ni siquiera compromiso
para enlistar a una Autoridad Palestina (AP) en la "guerra
global contra el terrorismo" estadounidense. Se trata de
cambio de régimen, una condición implícita
en la "Hoja de ruta" pero ahora deletreada con brutal
claridad.
"La causa palestina está siendo traicionada por
dirigentes que se aferran al poder alimentando viejos odios y
destruyendo las buenas obras de otros". Dijo George Bush
ante la Asamblea General de NNUU el pasado martes, en una clara
referencia al papel de Yaser Arafat en la renuncia del anterior
primer ministro de la AP (y la gran esperanza de la Administración
de EEUU) Mahmud Abbas [Abu Mazen]. En cuanto a la solución,
ésta depende del surgimiento de una dirección
de la AP "que se comprometa al cien por cien a luchar contra
el terrorismo", declaró [Bush] el 18 de septiembre
y de nuevo, ante NNUU.
La única diferencia entre este remedio y aquellos ya
ejecutados en Afganistán e Iraq es que por ahora EEUU
no está interesado en un cambio de régimen en Palestina
tramado por la vía de ataques preventivos o "guerras
preventivas", incluida cualquier acción de Israel
para acabar con Arafat en el exilio o peor todavía. El
método preferido sigue siendo el aislamiento exterior
combinado con la reforma interna.
Las tres condiciones de EEUU
En una entrevista el pasado lunes, 22 de septiembre en la
televisión estadounidense, el secretario de Estado Colin
Powell declaró que tres eran las condiciones que debía
cumplir el primer ministro de la AP Ahmed Qura'i para ganarse
la atención de EEUU: "Si [su gobierno] no tiene autoridad
política independiente de las maquinaciones de Yaser Arafat,
si todas las fuerzas de seguridad no se consolidan bajo [la autoridad
de] el primer Ministro, y si el primer ministro no está
comprometido a acabar con el terrorismo... entonces no vamos
a avanzar en la 'Hoja de ruta'".
A menos que eso se cumpla, no habrá presión
sobre Israel, incluida sobre las cuestiones "no relacionadas
con la seguridad", como la expansión de asentamientos
y la eliminación de los asentamientos avanzados. "Es
muy difícil si no imposible para el primer ministro de
Israel o de cualquier otra nación, frente a la actividad
que parece estar siendo tolerada por las autoridades gubernamentales
de la otra parte [palestinas] [...], es decir, que está
cediendo a las presiones de los estadounidenses o de otros".
Dando sentido a la retirada de EEUU, esta semana se
tomó la decisión de que Israel y EEUU acordaron
no acordar la ubicación final de la "barrera de seguridad"de
Israel en Cisjordania [el "Muro del Apartheid" [1]],
considerado por los palestinos como la amenaza más mortal
para cualquier Estado palestino del futuro. El gobierno israelí
quiere que envuelva asentamientos como Ariel y Kadumin,
unos 20 kilómetros en el interior de Cisjordania. EEUU
no quiere jugarse a los dados la contigüidad del territorio
palestino "porque [el Muro] está intentando prejuzgar
el resultado del acuerdo de paz", según dice la asesora
de Seguridad Nacional Condolezza Rice.
El compromiso es que Israel continuará el muro
principal y construirá vayas separadas alrededor
de Ariel y Kadumin, retrasando su unión al muro principal
para un momento menos sensible para la política exterior
estadounidense. No está claro si Rice está satisfecha
o no con esta solución. Lo que está claro es que
el gasto de Israel en el muro no será deducido de los
créditos garantizados de EEUU [a Israel] en ningún
momento o quizá hasta la emergencia de una nueva
dirección palestina comprometida en "luchar contra
el terrorismo".
Arafat, víctima y martir
Haciendo frente a tales muros, físicos y diplomáticos,
la estrategia palestina es ignorarlos. Disfrutando de su viejo/nuevo
papel de víctima y mártir, Arafat ha unido el destino
del próximo gobierno de la AP al suyo propio y al del
movimiento que preside [Fatah]. "El nuevo gobierno será
un gobierno de Fatah, y Abu Ala [Ahmed Qura'i] no pondrá
objeción alguna ni rechazará a nadie elegido por
los órganos de Fatah", declaró el saliente
ministro de Cultura Ziad Abu Amr el domingo, 21 de septiembre,
tras las reuniones celebradas por el primer Ministro y las facciones
palestinas en Gaza.
Pero no será un gobierno de unidad nacional, mucho
menos uno basado en una estrategia de liberación post-Oslo
o post-"Hoja de ruta" [2]. A cambio de aceptar
que "observadores internacionales" supervisen los cumplimientos
israelíes y palestinos, Arafat ha dejado claro que está
comprometido con cada uno de los puntos de la "Hoja de ruta",
incluidas las provisiones para detener, desarmar y desmovilizar
a las milicias palestinas. Dadas tales circunstancias, la respuesta
de la oposición ha sido tan predecible como rápida.
"El movimiento de Hamas no ha participado en ningún
gobierno previo [de la AP] y no formará parte en el próximo
nuevo gobierno, [...] cuyo programa está basado en los
Acuerdos de Oslo que desperdiciaron los derechos palestinos",
rezaba una declaración de Hamas difundida el domingo 21
[de septiembre] antes incluso de que sus representantes se reunieran
con Qura'i. Las posiciones de Yihad y del Frente Popular para
la Liberación de Palestina (FPLP) son más o menos
las mismas.
Qura'i podría hallar más tracción en
su intento de acordar otro "alto el fuego" palestino,
aunque solo fuera porque las facciones tienen una alternativa.
Como el anunciado a finales de junio, éste sería
unilateral, ya que Israel ha dejado claro que no pondrá
fin a su política militar sin que la AP lleve a cabo una
"verdadera guerra " contra las milicias. Y como aquel
cese el fuego, pocos palestinos creen que vaya a durar. "Claro
que podemos acordar otra tregua. Pero a menos que Israel pare
los asesinatos y las incursiones, acabará de la misma
forma que los otros siete 'alto el fuego' anteriores que hemos
tenido durante la Intifada", mantiene un asistente de Arafat.
El resultado de estas totalmente incompatibles posiciones
es una especie de détente, con Israel moderado
por el veto de EEUU sobre Arafat, y las milicias por la mortal
consecuencia de cualquier moderación. Es una situación
de absoluto impasse, dice el asistente: "Ahora no
estamos esperando ningún movimiento contra Arafat. No
estamos esperando siquiera al próximo asesinato o la próxima
bomba suicida. Estamos simplemente esperando".
Notas de CSCAweb:
1.Véase
en CSCAweb: Loles
Oliván: En el aniversario de la ocupación de Gaza
y Cisjordania: el 'Muro del Apartheid' expresa la naturaleza
racista del Estado de Israel y Llamamiento de las ONG palestinas:
9 de noviembre, jornada internacional contra el 'Muro del Apartheid'
- Ibrahim Alloush: El Muro del Apartheid: ¿ocupación
o racismo?
2. Ahmad
Qura'i y Arafat designan un nuevo gobierno palestino: huir hacia
adelante Lista de los miembros del nuevo gobierno
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