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Análisis
PALESTINA


* Joseph Massad, palestino de origen con nacionalidad jordana y profesor asistente de Política Moderna Árabe e Historia de las Ideas en la Universidad de Columbia de Nueva York, es autor del libro Colonial Effects: the Making of National Identity in Jordan, Columbia University Press, 2001. Véase de este autor en CSCAweb: Joseph A. Massad: Trastocar 'la calle árabe'

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Los "Acuerdos de Ginebra": fragmentar al pueblo palestino para reducirlo

Joseph Massad*

CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 29 de diciembre de 2003
'Al-Ahram Weekly', 25 a 31 de diciembre, 2003, núm. 670
Traducción: Loles Oliván, CSCAweb

"Abed Rabbo y sus colegas pueden haber aceptado la victoria del sionismo pero el pueblo palestino no se va a ninguna parte. Sigue resistiendo y seguirá resistiendo a todos los intentos de liquidar su existencia nacional y sus vidas en nombre de 'pacíficas' soluciones. El Sr. Abed Rabbo y sus colegas de la AP pueden hacer lo que quieran con Ariel Sharon o con Yosi Beilin. Sin embargo, el pueblo palestino no puede suprimirse a golpe de bolígrafo"

Uno de los cambios más importantes producidos por el proceso de Oslo fue la transformación de facto, la corrupción definitiva de hecho de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) desde un movimiento de liberación, que representaba a todo el pueblo palestino en su conjunto, a un régimen vasallo llamado Autoridad Palestina (AP), que representa únicamente a un tercio de la población palestina. Lo que resulta bastante insidioso en este proceso es cómo la AP, consciente de tal transformación, sigue hablando del "pueblo palestino", que ha sido reducido mediante los Acuerdos de Oslo a los palestinos de Cisjordania y Gaza, a los que ahora representa.

Los palestinos de la diáspora son referidos simplemente, de acuerdo con el lenguaje estadounidense e israelí, como refugiados, mientras que los palestinos israelíes son denominados, según manda el dictado de Israel, como "árabes israelíes". Con ello, no solo se ha reducido sustancialmente el estatuto de la dirección palestina y su representatividad sobre el conjunto del pueblo palestino (alcanzada en los foros internacionales en 1974 tras una ardua lucha[1]) sino que el pueblo palestino ha quedado disminuido demográficamente por la apropiación de la AP de la designación "pueblo palestino" referida a un mero tercio de los palestinos.

Ello ha tenido un efecto inmensamente nocivo para aquellos palestinos que han sido excluidos de la designación de "pueblo palestino", ya que según los "Acuerdos de Ginebra" [2] todas sus reivindicaciones son nulas e inválidas después de que Abed Rabbo firmara el acuerdo en nombre de la OLP (y no de la AP), arguyendo que representa al pueblo palestino en su conjunto. Los "Acuerdos de Ginebra" son explícitos en esta cuestión: "Ninguna otra reclamación relacionada con acontecimientos anteriores a este Acuerdo podrá ser presentada por ninguna parte".

Esta disminución demográfica del pueblo palestino se ha aplicado mediante una importante trampa: mientras que la AP no luchará ya por los derechos de la diáspora palestina ni por los palestinos de Israel, puede, reclamando su antiguo estatuto temporal como OLP, comprometer y rendir todos sus derechos con el fin de ganar algunos derechos para la porción de palestinos que ahora afirma es "el pueblo palestino". Así, para obtener un grado de independencia de la ocupación israelí para los palestinos de Cisjordania y Gaza, la AP reconoce el derecho de Israel a ser un Estado judío racista -que tiene derecho a discriminar a los palestinos israelíes- y que renuncia a los derechos internacionalmente reconocidos de la diáspora palestina al retorno y a la compensación.

Esa ha sido la lógica de Oslo y es también la que gobierna los "Acuerdos de Ginebra". Es por ello esencial destacar que los "Acuerdos de Ginebra" han sido firmado por palestinos que ni siquiera fueron elegidos por los palestinos de Cisjordania y Gaza, mucho menos por el conjunto del pueblo palestino a cuyos derechos se ha renunciado.

Sionismo, Israel y "representatividad judía"

En el lado israelí se revela un proceso paralelo. Aunque Israel no tiene legitimidad y no es reconocido por ninguna institución internacional como representante del pueblo judío del mundo sino solo como el Estado de la población de Israel que son ciudadanos de dicho Estado, la OLP y la AP, en contra de la opinión mundial -incluida la de Naciones Unidas (NNUU) y la de EEUU- han reconocido la jurisdicción de Israel sobre toda la población mundial judía. Así, no son los derechos de la población de Israel los que se reconocen en el Documento de Ginebra, sino el de todo "el pueblo judío" tout court. En los "Acuerdos de Ginebra", los firmantes afirman que "este acuerdo marca el reconocimiento del derecho del pueblo judío a tener un Estado".

Mientras que el estatuto internacionalmente reconocido de la OLP como representante del pueblo palestino ha quedado reducido a un tercio [del pueblo palestino] desde Oslo y más recientemente por los "Acuerdos de Ginebra", el estatuto de representatividad del gobierno de Israel se ha triplicado al haber reconocido la AP y sus representantes informales como legítimas las reivindicaciones israelíes sobre todos los judíos del mundo. Por ello, lo que ha hecho posible esta fórmula "de paz" ha sido la reducción del pueblo palestino y la multiplicación de los judíos israelíes. Ello se ha hecho a pesar de que la mayoría de los judíos que viven fuera de Israel no son ciudadanos israelíes ni tienen ninguna institución que les represente ni dote al Estado de Israel con poderes de representación en su nombre.

El antisemitismo de Israel

En este sentido, los "Acuerdos de Ginebra" hablan de cómo "[re]conociendo que tras años de vivir bajo el temor y la inseguridad mutua, ambos pueblos necesitan entrar en una era de paz, seguridad y estabilidad, imponiendo todas las acciones necesarias por las partes para garantizar la realización de esa era". Los "dos pueblos" de los que se habla no son el pueblo israelí y el pueblo palestino, sino el conjunto de los judíos del mundo y los palestinos de Cisjordania y Gaza. ¿Quiere esto decir que no ha sido el pueblo palestino en su conjunto el que ha estado de hecho luchando contra un movimiento colonial en su tierra sino que han sido los palestinos de Cisjordania y Gaza quienes han combatido a los judíos del mundo entero?, ¿no es esto lo que el sionismo ha pretendido siempre con el fin de justificar su política colonial y de representarse a si mismo como víctima del antisemitismo?; ¿cuándo ha elegido el pueblo palestino a todos los judíos del mundo como sus enemigos?, ¿no son el sionismo e Israel quienes han insistido siempre en que es "el pueblo judío" quien reivindica el derecho a colonizar Palestina y a su pueblo en tanto que la OLP ha rechazado siempre las pretensiones de Israel de hablar en nombre de todos los judíos?, ¿no han declarado siempre tanto la OLP, como la intelligentsia palestina, como los grupos revolucionarios palestinos que su enemistad es contra el sionismo y no contra el pueblo judío? Solo aceptando las pretensiones del sionismo de que Israel es el representante de todos los judíos, la lucha anticolonial palestina comienza a identificarse gracias a Yaser Abed Rabbo como una guerra con "el pueblo judío". A diferencia de Abed Rabbo, la mayoría de los palestinos han entendido siempre la naturaleza antisemita de Israel, sus persistentes intentos de reclamar antisemitamente que todos los judíos tienen "la misma" opinión del sionismo, que todos lo apoyan, que les representa a todos ellos, y que cualquier ataque o crítica hacia él [sionismo] es antisemita ya que Israel es el pueblo judío [3].

Tales reclamaciones antisemitas que se extienden a los judíos del mundo en tanto que grupo cohesionado con una agenda internacional al estilo de Los Protocolos de los Sabios de Sión [4], produciría un gran escándalo si sus autores no fueran ni el sionismo ni el Estado de Israel. De hecho, la pretensión promovida por Israel y por sus apologistas de que criticar a Israel es antisemita, constituye la afirmación más antisemita de todas, al convertir a todos los judíos del mundo en representados de este único Estado y al pretender que todos ellos aprueban sus atrocidades y crímenes contra la humanidad. Que la AP y Abed Rabbo hayan aceptado esta "lógica de paz" como la denominan en su documento [de Ginebra], habla del éxito que Israel ha tenido en impartir su versión sobre el antisemitismo a la corrupta dirección palestina.

La dirección palestina contra el pueblo palestino

Por lo que respecta a los dos tercios del pueblo palestino que ha sido eliminado por el proceso de Oslo, los palestinos israelíes, por su parte, comprenden bien la lógica de Oslo y han estado luchando contra el racismo de Estado de Israel independientemente de la OLP y de la AP, y sin comprometer los derechos del resto del pueblo palestino.

Los palestinos de la diáspora, la mayoría de ellos carentes de dirección, siguen luchando por la aplicación de su derecho al retorno internacionalmente reconocido y a ser compensados [económicamente], igualmente sin comprometer los derechos de otros palestinos. Únicamente la corrupta dirección palestina de Cisjordania y Gaza quiere hablar en nombre de todos los palestinos con el fin de sacrificar a su mayor parte y de derivar los beneficios, si es que los hay, a unos pocos. Ello no significa que los palestinos de Cisjordania y Gaza no puedan buscar acuerdos con la ocupación israelí para obtener la independencia: significa que no pueden hacerlo comprometiendo los derechos de la diáspora y de los palestinos israelíes en cuyo nombre no pueden hablar. Podrían comprometer sus propios derechos si así lo eligiesen, como aceptar límites para la futura soberanía de su mini Estado, por ejemplo, pero no [podrían comprometer] el derecho al retorno ni los derechos de los palestinos israelíes a combatir al racismo estatal de Israel. De hecho, la mayor parte de los palestinos de Cisjordania y Gaza han rechazado los "Acuerdos de Ginebra" sobre esta base a través de manifestaciones o de declaraciones públicas y en encuestas de opinión recientes, demostrando más aún que la dirección de la AP que afirma representarles no les representa en absoluto [5].

Lo que es central para esta política de la representación es que ni los judíos del mundo ni la diáspora palestina ni los palestinos israelíes han elegido jamás a Israel o a la AP como representantes. Ambos, sin embargo, siguen luchando por los denominados derechos de los judíos del mundo, o capitulando los derechos del pueblo palestino respectivamente. Es en este proceso en donde el Estado de Israel quiere unificar a los judíos del mundo bajo su bandera en contra de todas las normas internacionales, mientras que la AP quiere eliminar a dos tercios del pueblo palestino de su mandato internacionalmente reconocido cancelando sus derechos y manteniendo a un tercio de los palestinos como "el pueblo palestino".

Sionismo y negación del pueblo palestino

La negación del pueblo palestino que históricamente ha hecho el sionismo ha sido finalmente adoptada por la AP y su camarilla de funcionarios, ministros, oficiales de seguridad y -sí- también por miembros del Consejo Legislativo -la mitad de los cuales han sido ministros de la corrupta AP y la otra mitad, con excepciones, aspira a serlo en el futuro. Golda Meir afirmó en 1969 que "no fue como si existiera un pueblo palestino en Palestina que se considerase a sí mismo como pueblo palestino y que nosotros llegásemos y lo expulsásemos quitándoles su país. No existía". El pueblo palestino ha combatido la negación sionista de su existencia desde [la época de] Herzl a Meir y posteriormente. Sin embargo, la AP y su enviado informal Yaser Abed Rabbo (cuyo nombre incidentalmente significa "siervo de su Señor" y a quien en círculos populares palestinos se da el apodo de "Yaser Abed Yaser"o "Yaser Siervo de Yaser [Arafat]") ha ratificado por completo el punto de vista sionista al excluir a dos tercios de los palestinos de su designación como "pueblo palestino". Siguiendo esta fórmula, todos los palestinos que Israel expulsó y todos aquellos que se permanecieron viviendo dentro de Israel bajo el sistema racista israelí de democracia solo para los judíos han dejado de ser considerados, en línea con la mentira racista de Golda Meir, palestinos.

El hecho de que una dirección palestina corrupta y dictatorial tenga la intención de eliminar a dos tercios del pueblo palestino es sintomático de que se ha legitimado la mantenida agresión sionista que el proceso de Oslo ha culminado en Ginebra. Nadie debería haber sido engañado, menos que nadie Nelson Mandela, por canciones de paz que anuncian el triunfo de la última e impenitente colonia del mundo. Abed Rabbo y sus colegas pueden haber aceptado la victoria del sionismo pero el pueblo palestino no se va a ninguna parte. Sigue resistiendo y seguirá resistiendo a todos los intentos de liquidar su existencia nacional y sus vidas en nombre de pacíficas soluciones. El Sr. Abed Rabbo y sus colegas de la AP pueden hacer lo que quieran con Ariel Sharon o con Yosi Beilin [6]. Sin embargo, el pueblo palestino no puede suprimirse a golpe de bolígrafo.

Notas de CSCAweb:

1. Fecha en la que Yaser Arafat se dirigió a la Asamblea General de Naciones Unidas.
2. Véanse en CSCAweb los enlaces relacionados con los "Acuerdos de Ginebra" reseñados arriba
3. Véase en CSCAweb:
Michel Warschawski: 'Estado, nación y nacionalismo: la actualidad del sionismo'
4. Libelo que presenta una visión conspiradora del judaísmo mundial y justificativo por ello de posturas antisemitas.
5. Sobre la valoración de las organizaciones palestinas de los "Acuerdos de Ginebra", véase por ejemplo en CSCAweb:
Los "Acuerdos de Ginebra" atentan contra el consenso nacional palestino: Comunicado de las organizaciones sociales de Gaza contra los "Acuerdos de Ginebra" y Declaración Final del IV encuentro anual de la Coalición por el Derecho al Retorno de los palestinos
6. Dirigente laborista promotor de los "Acuerdos de Ginebra".