Gira de Powell a Oriente Medio
A cada cual lo que le corresponde
14 de mayo de 2003. Nota informativa CSCAweb
(www.nodo50.org/csca)
Contradiciendo el falso
espíritu 'pacificador' que la Administración Bush,
los gobiernos de Blair y Aznar y los de Egipto, Jordania, Arabia
Saudí y la Autoridad Palestina (AP) han pretendido dar
a esta nueva iniciativa regional -con el objetivo de poner en
aplicación la denominada 'Hoja de Ruta para la paz' -
la realidad en Oriente Medio vuelve a mostrarse en toda su crudeza:
ningún proyecto de resolución del conflicto árabe-israelí
podrá llevarse a efecto desde el pernicioso antecedente
de la invasión y ocupación de Iraq por parte de
EEUU y Gran Bretaña, que sin duda ha venido a exacerbar
el ya abusivo desequilibrio de fuerzas que se conjugan en este
escenario regional desde hace décadas.
La gira de Colin Powell a Oriente Medio ha quedado ya marcada
por el signo de la tragedia: al menos 90 personas han fallecido
en una serie de ataques suicidas en Riyad, la capital de Arabia
Saudí, pocas horas antes de que el secretario de Estado
estadounidense llegase a este país en lo que será
utilizado, sin duda, como una nueva justificación mediática
para que la Administración Bush siga ejecutando impunemente,
a nivel internacional, su agresiva e ilegal Estrategia de Seguridad
Nacional basada en la "guerra contra el terrorismo internacional".
La respuesta de Bush, que ya ha culpabilizado a al-Qaeda de la
autoría de los ataques, no se ha hecho esperar: "EEUU
encontrará a los asesinos y les enseñará
el significado de la justicia americana [...] que se lo pregunten
a los talibán [...] Los ataques de hoy en Arabia Saudí
nos recuerdan que la guerra contra el terrorismo continua"
[1]. En el mismo sentido, Powell declaraba ya desde Ryad
que "el terrorismo sigue siendo una amenaza para el mundo
civilizado [...] y EEUU y otras naciones deben redoblar sus esfuerzos
para luchar contra él" [2].
Con los atentados de Ryad y contradiciendo el falso espíritu
pacificador que la Administración Bush, los gobiernos
de Blair y Aznar y los de Egipto, Jordania, Arabia Saudí
y la Autoridad Palestina (AP) han pretendido dar a esta nueva
iniciativa regional -con el objetivo de poner en aplicación
la denominada "Hoja de Ruta para la paz" [3]-
la realidad en Oriente Medio vuelve a mostrarse en toda su crudeza:
ningún proyecto de resolución del conflicto árabe-israelí
podrá llevarse a efecto desde el pernicioso antecedente
de la invasión y ocupación de Iraq por parte de
EEUU y Gran Bretaña, que sin duda ha venido a exacerbar
el ya abusivo desequilibrio de fuerzas que se conjugan en este
escenario desde hace décadas: locales -entre regímenes
que reprimen y pueblos cada vez más frustrados y empobrecidos-;
regionales -entre los Estados árabes en pugna por mantener
la legitimidad política que solo puede otorgarles
EEUU, e Israel como aliado insustituible estadounidense-; e internacionales
-entre el proyecto de remodelación estratégica
neocolonial diseñado y aplicado por estadounidenses e
israelíes y la sumisión directa o indirecta de
la comunidad internacional al dictado imperial y sionista en
la región árabe.
La vieja táctica israelí
No deja de sorprender, sin embargo, que en el marco de esta
gira del secretario de Estado, que debería haber servido
para consagrar la determinación de la Administración
Bush de poner en marcha la "Hoja de ruta" en beneficio
exclusivo de Israel, el único discurso que ha sonado discordante
en el eco de la supuesta nueva era de pacificación
propiciado por EEUU y repetido por el resto del Cuarteto (EEUU,
Unión Europea, Rusia y Naciones Unidas) y los gobiernos
egipcio, jordano y saudí, haya sido, precisamente, el
de Israel. De hecho, destaca la contundencia de la respuesta
del gobierno de Sharon, que ha resuelto no aceptar en primera
instancia la "Hoja de ruta" y posponer su posición
al respecto a las consultas que el primer ministro israelí
realice en Washington la semana próxima sobre ciertos
puntos de la Hoja. Siendo este plan de factura estadounidense
y de espíritu totalmente pro-israelí -por cuanto
ratifica todo aquello que Israel ha venido exigiendo desde 2000,
incluidos el "cambio de régimen" de Arafat en
favor de Abu Mazen, delfín de EEUU y de
Israel [4], junto con el reconocimiento de que es la parte
palestina la causante del terror y la violencia y que la resistencia
armada palestina contra la ocupación israelí es
terrorismo- la negativa de Sharon a aceptar ante Powell
el marco promovido por el Cuarteto para reabrir un nuevo "proceso
negociador" palestino-israelí, mueve a pensar que,
como ya es habitual, Israel vuelve a hacer gala de la que es
su más reconocida táctica: exigir siempre por encima
de los ya beneficiosos máximos que puede alcanzar, a sabiendas
de que el único arreglo que consentirá para poner
fin a la cuestión palestina será, precisamente,
su aniquilación (por la vía militar y/o la no menos
expeditiva del agotamiento dilatado físico y nacional
palestino).
De este nuevo marco que la Administración Bush pretende
crear a través de la "Hoja de ruta", a Israel
solo le interesa aquello que pueda representar un beneficio tangible
para afirmar su hegemonía económica, política
y militar en la región (probablemente el último
punto de la Hoja que reza: "Aceptación por parte
de los Estados árabes de relaciones plenas y normales
con Israel y seguridad para todos los Estados de la región"
[5]) y siempre que ello no suponga dar ni un paso atrás
en el control del territorio, los recursos y la población
palestina de los Territorios Ocupados (TTOO). Nada que tenga
que ver con la idea de un Estado palestino aunque tal proyecto
se haya diseñado, incluso, a la medida de sus propios
intereses y en contra de los palestinos.
Frente a esta posición inequívoca de Israel
reafirmada por Sharon en el rechazo a congelar la construcción
de los asentamientos y ridiculizando la noción de "soberanía
palestina" [6], cuando se siguen produciendo, además,
los toques de queda y los asaltos del ejército israelí
en las áreas reocupadas, con la Franja de Gaza sellada
por las tropas de ocupación y la población palestina
condenada a la hambruna y a la humillación el flamante
nuevo primer Ministro de la AP Abu Mazen ha reiterado
públicamente ante Powell la aceptación palestina
de la Hoja de ruta... o lo que es lo mismo: que llevará
a cabo la tarea que se le ha encomendado de aniquilar la resistencia
armada palestina y que se pondrá al servicio de EEUU y
del gobierno de Sharon para garantizar la seguridad israelí.
Para ello, la AP cuenta con el apoyo estadounidense material
y económico -50 millones de dólares han sido concedidos
por el Congreso estadounidense para asistir en la reestructuración
de las fuerzas de seguridad palestinas.
Egipto y Jordania, recompensados
Bien distinto ha sido el signo de la visita de Powell a Egipto
y a Jordania, reconocidos por EEUU como dos grandes "socios"
a los que la Administración Bush ha agradecido
públicamente su respaldo en la guerra contra Iraq y, especialmente
a Egipto, su intervención ante los palestinos para promover
el proceso de reforma interna de la AP y para impulsar ante las
fuerzas políticas palestinas el fin de la Intifada [7].
Además de su agradecimiento, Powell ha anunciado algunos
avances en lo que el gobierno egipcio más anhela: la plasmación
material de las promesas de nuevas inversiones económicas
estadounidenses en el país, de avanzar para la firma de
un tratado de comercio bilateral así como en la promoción
de un área de libre comercio con EEUU y la región
árabe para el año 2013, según el anuncio
público de Bush [8] y la negociación del
ingreso de algunos países árabes en la Organización
Mundial de Comercio (OMC) [9].
Al igual que en Egipto, y según lo que ha trascendido
a la prensa sobre el encuentro de Powell con el rey Abdula de
Jordania, destaca de su visita a este país la "donación"
de 700 millones de dólares por parte de la Administración
Bush al gobierno jordano en concepto de ayuda económica
y, según fuentes oficiales jordanas, "como signo
de aprecio por nuestro papel [durante la invasión de Iraq]
y para minimizar el impacto de la guerra iraquí en la
economía jordana" [10]. El gobierno jordano
-que se implicó activamente en la invasión de Iraq
por parte de EEUU y Gran Bretaña, cediendo su espacio
aéreo y terrestre al uso militar estadounidense y alojando
tropas y material del ejército de EEUU en las bases militares
jordanas próximas a la frontera con Iraq [11]-
alegó ya en su día que el coste económico
de la guerra supondría pérdidas millonarias para
su país, al paralizarse las actividades empresariales
y comerciales con Iraq y, sobre todo, interrumpirse el suministro
de crudo que el gobierno de Iraq le cedía (mitad gratuitamente,
mitad a precio de saldo) hasta el pasado mes de marzo. Desde
esa fecha, y previa presión estadounidense, Arabia Saudí,
Kuwait y Emiratos Árabes, garantizaron a Jordania el suministro
básico de petróleo al menos durante los próximos
tres meses como compensación indirecta por el apoyo del
régimen jordano a la invasión y ocupación
militar de Iraq.
A los 700 millones donados hay que añadir otro paquete
de 400 millones de dólares en concepto de ayuda militar.
En total, Jordania va a recibir de EEUU 1,1 mil millones de dólares
en pago a su acatamiento al dictado de Washington en la estrategia
de la guerra ilegal contra Iraq cuyo coste para Jordania, más
allá de las pérdidas económicas que el régimen
de Abdala se ha encargado de oponer a la Administración
Bush para recibir esta recompensa económica, se cifra
en los centenares de personas y multitud de organizaciones sociales
y populares que han sido violentamente detenidas y represaliadas
en los últimos meses -siguiendo la tendencia represiva
de los últimos años- por oponerse a la invasión
de Iraq, por rechazar la normalización con Israel
y por denunciar la falta de libertades públicas y privadas
en el sistema jordano.
Esta entrega forma parte del paquete de "ayuda suplementaria"
de 8,8 mil millones de dólares que EEUU decidió
otorgar antes de invadir a Iraq a ciertos países de la
región, entre ellos, además de Jordania, a Israel,
Egipto, Afganistán y Pakistán, a fin de comprar
su apoyo. Además de esta "ayuda suplementaria",
Jordania recibe anualmente 450 millones de dólares desde
1994 (cuando el régimen aceptó reconocer el Estado
de Israel y firmar el "Acuerdo de Araba"y como reconocimiento
a la política de normalización con Israel
que tales acuerdos instituyeron.
Igualmente, la visita de Powell era esperada por el gobierno
jordano con el afán de que el secretario de Estado firmase
finalmente un postergado tratado de inversiones bilaterales aireado
desde 1997 y del cual el régimen jordano, en el proceso
avanzado de reestructuración económica y modificación
legislativa sobre la inversión extranjera [12],
espera recibir las siempre prometidas y nunca realizadas fuertes
inversiones económicas de EEUU en el país. Dicho
tratado, que básicamente protege las inversiones estadounidenses
en Jordania, promueve su incremento en sectores asociados a las
denominadas Zonas Industriales Cualificadas (ZIC, modalidad de
colaboración industrial jordano-israelí creadas
al abrigo de la normalización económica
con fondos de ayuda estadounidenses y cuyos productos están
orientados al mercado de EEUU libres de aranceles [13]).
Las relaciones comerciales de EEUU y Jordania avanzaron en 2002
hacia la firma de un tratado de libre comercio, el primero en
su especie firmado por un Estado árabe con EEUU, que situó
las exportaciones jordanas a ese país en un limitado volumen
de 500 millones de dólares en 2002.
Una vez consumada la invasión de Iraq, abierta formalmente
una "nueva era" que discurre por el escurridizo lema
de la democratización y la liberación,
el régimen jordano ha decidido convocar finalmente elecciones
generales para el próximo 17 de mayo, tras dos años
y medio de haber anulado el Parlamento y haber mantenido desde
entonces la actividad política decretando "leyes
temporales" (como las restrictivas y antidemocráticas
Ley de Prensa y Ley de Reunión y Asociación) que
han recortado notablemente las ya de por si escasas libertades
públicas. En esta pretendida adecuación jordana
a los estándares internacionales, Amán,
la capital del país, ha sido distinguida con la designación
como anfitriona del Foro Económico Mundial que se celebrará
el próximo 21 y 22 de junio y en el que está previsto
se discutan las bases del ambicioso proyecto económico
que EEUU ha diseñado para la región tras la invasión
y ocupación de Iraq [14].
Notas:
1. The Washington
Post, 13 de mayo de 2003.
2. The New York Times, 13 de mayo de 2003.
3. Documento:
"Hoja de ruta para una solución permanente al conflicto
palestino-israelí basada en dos Estados"
4. Véase en CSCAweb: Remodelando Oriente Medio: el modelo
'cambio de régimen' en Iraq aplicado a Palestina
5. Documento:
"Hoja de ruta para una solución permanente al conflicto
palestino-israelí basada en dos Estados"
6. The Jerusalem Post, 13 de mayo de 2003
7. http://usinfo.state.gov...pwlmaher.htm
8. http://usinfo.state.gov...bushfta.htm
9. http://usinfo.state.gov...freetrade.htm
10. The Jordan Times, 13 de mayo de 2003.
11. Véase en CSCAweb: Jordania colaborará
con EEUU en su invasión de Iraq
12. Véase en CSCAweb: Jordania, a la sombra del
'nuevo orden'
13. Véase en CSCAweb: Loles Oliván:
El movimiento antinormalización en Jordania
14. The New York Times, 13 de mayo de 2003.
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