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* Mayed Nassar es presidente de los Comités Populares de la Salud (Palestina) y Nassar Ibrahim es miembro del Centro de Información Alternativa (Alternative Information Center)

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Reforma y reestructuración de la sociedad en Palestina: ¿libre albedrío del pueblo o condiciones de globalización?

Mayed Nassar y Nassar Ibrahim *

17 de marzo de 2003
Traducción de Paloma Valverde CSCAweb (www.nodo50.org/csca)

"El conflicto continuará y la paz no prevalecerá hasta que los derechos nacionales, las elecciones democráticas y la soberanía del pueblo palestino se hayan reconocido y respetado. El punto de vista palestino surge de la resistencia frente al pisoteo de sus aspiraciones y frente a la negación de sus derechos, y así hay una parte viva de las fuerzas democráticas sociales que se opone a las inhumanas e injustas políticas de globalización y de hegemonía de EEUU. Los movimientos de solidaridad internacional apoyando el movimiento de resistencia palestino rechazan los intentos de EEUU de imponer por la fuerza sus políticas de globalización y el "Nuevo Orden Mundial" sobre todos nosotros"

Queridos/as amigos/as:
En vista de los últimos acontecimientos en Palestina en relación con la creación de la figura de primer ministro como parte de un proceso de reestructuración impuesto en la sociedad palestina y,
A pesar del incremento de las medidas represivas por parte del gobierno israelí contra el conjunto de la población [palestina] en forma de un mayor número de asesinatos, encarcelamientos y demolición de viviendas, y de mantener a alrededor de tres millones de personas bajo toque de queda o viviendo en cautividad y,
Mientras la Administración estadounidense, con la ayuda y el apoyo de sus aliados, está preparando la guerra contra Iraq y,
A pesar del hecho de que Israel está ostensible y descaradamente utilizando que la atención se haya desviado [hacia Iraq] para seguir su camino de destrucción y muerte sin precedentes, como ladrones en la noche,
Nosotros queremos haceros llegar el punto de vista palestino un análisis del proceso de reestructuración de la sociedad palestina. La guerra que está a punto de producirse contra Iraq va a sumir a toda la región en un conflicto sin fin. La reestructuración de la región de acuerdo a las exigencias de Estados Unidos (EEUU) será similar a lo que EEUU está exigiendo de la Autoridad Palestina (AP).
Dr. Mayed Nassar

Reforma y reestructuración de la sociedad en Palestina: ¿libre albedrío del pueblo o condiciones de globalización?

Mientras los tanques y los aviones israelíes estaban atacando ciudades, pueblos y campos de refugiados palestinos, y mientras Sharon está amenazando con usar incluso más fuerza para romper la voluntad de los palestinos y aplastar la resistencia, el gobierno de EEUU empezó a exigir que el pueblo palestino y su Autoridad reformaran su sistema político, económico y de seguridad.

Desde entonces, no pasa ni un día sin que alguien de la Administración estadounidense o de Israel mencione la reforma y la reestructuración de la AP. Un llamativo giro de los acontecimientos si tenemos en cuenta que EEUU jamás ha mostrado ningún interés especial en los asuntos de la política interna palestina. ¿Cuáles son -debo preguntarme- las verdaderas razones que hay detrás de estas nuevas exigencias y por qué se hacen ahora? ¿Cómo ven los palestinos este cambio?

No es casualidad

El calendario de reformas no ha sido, bajo ningún concepto, casual. Durante más de dos años Israel ha estado lanzando una guerra contra el pueblo palestino, abortando las negociaciones que hubieran llevado a Israel a tener que abandonar los Territorios Ocupados (TTOO). EEUU ha intervenido repetidamente en favor de Israel, garantizando el derecho a "defenderse" y, después del 11 de septiembre (11-S), perdonando prácticamente todas y cada una de las acciones que Israel ha llevado a cabo contra la población palestina como algo necesario en la lucha contra el "terrorismo internacional."
A EEUU le hubiera gustado ser testigo de una rápida y decisiva supresión de la Intifada, de forma que pudiera imponer sus condiciones a los palestinos para la rendición final. Ni EEUU ni Israel querían arriesgarse a que se repitiera el éxito del movimiento de resistencia libanés que llevó a la expulsión de Israel de los territorios del sur del Líbano, en el año 2000. Como siempre, EEUU bloqueó todos y cada uno de los intentos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CS de NNUU) para censurar a Israel por sus acciones [contra la población palestina].

El fin evidente de los ataques contra los palestinos era terminar con la resistencia a la ocupación y, a pesar de la magnitud de las continuas operaciones israelíes y del apoyo dado por EEUU en el ámbito internacional, este objetivo todavía no se ha logrado, llevando incluso a plantearse la cuestión de si es realmente factible ganar esta guerra. Consiguientemente, la llamada a la reforma palestina se convierte en algo necesario en tanto que la máquina de guerra israelí se ha mostrado incapaz de detener la Intifada y las promesas de seguridad de Sharon se estrellaron contra la roca de la resistencia palestina. Enfrentándose a la tradicional firmeza de la resistencia del pueblo palestino, Israel ha sido una vez más obligado a pedir ayuda política a EEUU, ayuda que vino en forma de una llamada a la reforma.

Factores de influencia

Cuando fue evidente que la fuerza militar de Israel no bastaba para eliminar la resistencia palestina, EEUU vio necesario apoyar el esfuerzo israelí en la guerra [contra Palestina] con un refuerzo político adicional con el objetivo de desestabilizar las posiciones palestinas desde dentro. Es en este marco en el que el llamamiento de Bush a la reforma y a la reestructuración debe entenderse. Este cambio tan hábil, lejos de contener al propio Bush, llevó el enfrentamiento a una nueva dimensión.

Primer factor: secuestrar la voluntad palestina
EEUU era bien consciente de hasta qué punto llegaba el descontento de la población palestina con la actuación de la AP en los años siguientes a [la firma de] los Acuerdos de Oslo. La falta de gobierno, el reparto de lucrativos monopolios en muchas áreas de la economía y una indiscutible corrupción llevaron a un amplio desencanto. Las condiciones económicas se deterioraron, aumentó el desempleo y los esperados "dividendos de la paz" nunca llegaron a materializarse.

El estilo autoritario de la AP, caracterizado por el rechazo a separar el poder judicial y el legislativo del poder ejecutivo, tuvo como resultado un cuerpo judicial ineficaz, y un prácticamente impotente consejo legislativo. Las organizaciones de la sociedad civil, especialmente aquellas alineadas con la OLP, fueron abandonadas. Los grupos políticos, especialmente los izquierdistas y las organizaciones populares se unieron a las ONG's para hacer insistentes llamadas a la reforma. Algunos llegaron al extremo de pedir, sin éxito, a las naciones europeas donantes de ayuda, que condicionaran sus donaciones a la AP a que ésta celebrase elecciones municipales en pueblos y ciudades.

En vista de esto, la petición de reforma de EEUU fue el equivalente al secuestro de la voluntad del pueblo palestino, una voluntad que fue expresada abiertamente durante años sin que atrajera la atención de nadie. Los cambios democráticos dentro de la AP no fueron bienvenidos en aquella época. En realidad con un poco de ayuda de nuestros amigos, los palestinos podríamos haber dado un paso en la reforma por nosotros mismos. EEUU e Israel, y en alguna medida Europa, no sólo sirvieron para crear el estilo de la AP, estuvieron más interesados en preservarlo.

Segundo factor: las condiciones
EEUU condicionó su voluntad de facilitar una vuelta al "proceso de paz" a la realización de reformas [dentro de la AP]. Entretanto, resultaba evidente que EEUU estaba más interesado en el proceso de la reforma en sí mismo que en lograr la paz. Sharon estaba desatando su violencia sobre el pueblo palestino, incluso mientras el gobierno hablaba de paz, con negociaciones que continuarían únicamente después que se establecieran las bases para situar el conflicto de Oriente Medio según el punto de vista que EEUU e Israel habían establecido.

Tercer factor: la presión interna
El llamamiento de EEUU a la reforma se ha convertido en una herramienta en manos de los defensores de EEUU dentro de la AP. Mientras la agresión contra el pueblo palestino seguía en aumento y las condiciones de vida cotidianas eran cada vez más difíciles, este grupo de poder comenzó a trepar para ser aceptado dentro de los planes de EEUU como la única solución posible para los palestinos. Esas voces pidieron un cambio en el liderazgo palestino. EEUU animó a esta corriente y apeló sin tapujos a un reemplazo del Presidente Arafat. Anunciaron que no habría más tolerancia y boicotearon a Arafat, presionando a otros pueblos para hacer lo mismo. Israel mantuvo el aislamiento de Arafat mediante el sitio y el bombardeo de su cuartel general en Ramala, con ocasionales amenazas de deportarle, o algo peor. EEUU esperó un vacío de poder que sería rellenado por un lacayo de su elección.

Cuarto factor: el apoyo árabe
EEUU es bien consciente de la impotencia de los regímenes árabes y de su incapacidad para apoyar al pueblo palestino. Además, estos regímenes miran la Intifada y la resistencia del pueblo palestino como una amenaza a su propia estabilidad. Mientras que en general aprueban el punto de vista de EEUU, desaprueban la provocativa y ridícula sugerencia de reemplazar a Arafat, bien conscientes de que ellos mismos pueden ser el próximo objetivo de reemplazo.

Reforma y reestructuración

Todos estos factores interactúan y son los responsables del eslogan "reforma y reestructuración", una dimensión parcial de lo que fue aceptado por la propia AP. Una serie de cambios en la estructura de la AP fueron intensificados y los órganos de seguridad nacional revisados. El gobierno dimitió y se nombraron nuevos ministros. Las elecciones se programaron para principios de 2003, a pesar de la incertidumbre de cómo se podrían celebrar elecciones libres bajo una ocupación que viene a ser lo mismo que estar en estado de sitio. Las negociaciones continuaron para crear el nuevo puesto de primer ministro, relegando a Arafat al papel de un presidente honorífico y tremendamente simbólico.

La reforma y el proceso de reestructuración es visto por EEUU de forma distinta a como lo ven los palestinos y no sólo la propia AP sino las fuerzas políticas de oposición. Las imperiosas demandas para reemplazar a su líder electo llevaron a los palestinos, incluso a aquellos opuestos a Arafat, a rechazar la ingerencia de EEUU, al igual que cada vuelta de tuerca en el asedio a su complejo residencial tuvo como resultado un aumento de su popularidad. EEUU descontento con la dirección que las reformas palestinas estaban tomando, permitió a Sharon ir un paso más en su presión militar sobre Arafat y continuar desgastando a la sociedad palestina con más sitios, toques de queda y destrucción.

La visión palestina de la reforma y la reestructuración

¿Cómo entienden el pueblo palestino y los partidos políticos el proceso vital de reforma y reestructuración? ¿Cómo difiere del punto de vista de EEUU? ¿Cuáles son los mecanismos que dan forma a la praxis palestina?

La realidad palestina y la aspiración de transformar esa realidad en un estado viable son factores determinantes que conforman el punto de vista palestino sobre la reforma. Esta motivación es completamente opuesta a los objetivos de EEUU e Israel de reforma del gobierno para mantener la ocupación israelí de la tierra palestina y para afianzar la hegemonía de EEUU en la región. Para los palestinos, el proceso de reforma es un paso necesario para mejorar las condiciones sociales y nacionales con la finalidad de resistir a la ocupación y disminuir la dependencia política, económica y cultural que implica la ocupación. Así, el proceso de reforma es parte del movimiento de resistencia cuya finalidad última, de independencia y soberanía del pueblo palestino, se puede resumir en "Libertad".

La reforma y el proceso de reestructuración es un requisito previo para mejorar las condiciones del pueblo palestino mediante el tratamiento adecuado de sus necesidades básicas en todos los aspectos. Se trata de un complejo proceso social dentro de un marco histórico concreto y dentro de unas condiciones políticas, económicas y culturales específicas. Como tal, es un proceso que surge del cúmulo de experiencia en el ámbito político La condición política decisiva y necesaria es el fin de la ocupación israelí y la condición social decisiva y necesaria es la completa libertad de elegir las prioridades y tomar las decisiones de acuerdo a los intereses nacionales. La reforma real es consecuencia de estas dos condiciones.

Es aquí donde se encuentra la contradicción entre los planes de reforma de EEUU e Israel frente al punto de vista palestino. EEUU e Israel están yendo hacia un aumento de su hegemonía dejando de lado el punto más importante y sencillo que asegure la aceptación de su éxito y es la democracia. Desde cualquier punto de vista es un plan colonial, imbuido de políticas de opresión, sitio, destrucción y aislamiento político. Por esta razón, la petición de reforma de EEUU carece de una mínima credibilidad ética y legitimación internacional.

El punto de vista de EEUU surge de una realidad particular, la cual hunde sus raíces en una obsesión por el control del proceso económico, político, y social y que encuentra su expresión en la filosofía de la globalización y del Nuevo Orden Mundial. Los impulsores de esta filosofía creen que el modelo capitalista de EEUU ya prevalece en todos los ámbitos y por siempre y que es hora de impone el Nuevo Orden Mundial.

Siguiendo esta doctrina, la historia futura de la humanidad debe pasar por un canal obligatorio en el que EEUU domina ideológica, económica y políticamente. El resto debe ser adoctrinado en este punto de vista y ponerla en práctica. EEUU, sin ningún deseo de tratar democráticamente con "el otro" promueve un proceso violento mediante la militarización y la amenaza económica para subyugarle a los deseos de EEUU. Los sucesos del 11-S dieron a los neo-conservadores y a su ala derecha fundamentalista cristiana, y a sus esbirros sionistas la justificación que estaban buscando para imponer sus deseos.

El modelo palestino

Las repetidas revueltas de los palestinos durante los pasados 50 años y, concretamente, durante las dos Intifadas implican una conciencia y un deseo político de liberación así como una dimensión de liberación palestina tanto individual como colectiva en lo referente a derechos humanos y libertades civiles, liberación de la mujer, derechos de los niños, educación, salud, agricultura, seguridad social y derechos de los trabajadores. Hay una profunda convicción de la necesidad de un sistema judicial objetivo, es decir, eficaz y transparente Los palestinos están luchando por construir una sociedad civil libre y democrática. .

La lucha palestina por una sociedad libre hunde sus raíces en la historia del pueblo palestino. La Nakba (El Desastre) de 1948, la realidad de los refugiados, la expropiación, la deportación y el asesinato, el secuestro de la tierra y la amenaza nueva y real del transfer [desalojo forzado], todo ello conforman las bases de su lucha legítima para defender su tierra y para desembarazarse del yugo de la ocupación israelí. Creen que les asiste un derecho ético y moral a resistirse a la ocupación. Creen que cualquier sociedad tiene derecho a realizar sus propias elecciones democráticamente. El progreso y el desarrollo sociopolítico no son productos que puedan importarse desde Nueva York o desde Tel-Aviv.

Es la libertad de elección y la experiencia acumulada lo que refleja el movimiento de una sociedad en su esencia individual, su civilización, su cultura y sus creencias. Así, la reforma y la reestructuración son procesos sociales internos cuyas dinámicas se encuentran en la realidad y en la conciencia de un pueblo, y cuyos resultados se reflejarán en la infraestructura y en la organización de esa sociedad. Si este proceso se separa de su "incubadora social" se convierte en un producto ajeno, y como tal será rechazado.

Desde principios de los 80, la reforma y la reestructuración de las diferentes secciones dentro de la OLP, y más tarde dentro de la AP, han sido objeto de numerosas discusiones y disputas en el foro político palestino y más tarde se convirtieron en un punto del orden del orden del día de varios ayuntamientos palestinos. Las fuerzas izquierdistas palestinas, en concreto, el Frente Popular (FPLP) y el Frente Democrático (FDLP), presentaron un documento conjunto sobre la reforma que incluía las estructuras políticas, económicas y administrativas de la OLP. Enseguida, las fuerzas progresistas palestinas reconocieron las inconsistencias y la debilidad dentro de la estructura política y organizativa de la OLP. Fueron convocados para la reformulación de un sistema político democrático y para poner fin al autoritarismo y a las políticas de monopolio modificando el sistema electoral, separando los cuerpos legislativo y ejecutivo, respetando las libertades civiles y la fuerza de la sociedad civil años antes de que el Presidente Bush pidiera esas reformas.

Esas llamadas fueron rechazadas por las fuerzas autoritarias y conservadoras dentro de la sociedad palestina, que reconoció que el proceso de democratización suponía una amenaza a sus propios intereses. El aumento de la corrupción y el desgobierno llevó a una posterior desconfianza en las instituciones nacionales.

Hay tres actitudes básicas en la sociedad palestina en relación con las imperiosas exigencias de EEUU respecto a la reforma y a la reestructuración del gobierno palestino:

1. La primera básicamente acepta el punto de vista de EEUU como inevitable, pero sólo es apoyada por una minoría entre la gente y la elite cultural y política.

2. El segundo grupo, sobretodo dentro de la AP y de Fatah, abraza el punto de vista de EEUU con algunas reservas y algún tipo de resistencia a lo que se une un cierto pragmatismo. Por un lado, estos grupos tienen fuertes lazos históricos con el Movimiento Nacional Palestino pero por otro lado el temor al enfrentamiento con EEUU les impulsa al situarse del lado del más fuerte.

3. Un tercer grupo se opone a los planes de EEUU pero apoya un proceso de reforma reflejo de una necesidad interna en lo que se refiere a la prerrogativa democrática de un pueblo libre. Este punto de vista se encuentra entre los sectores progresivos palestinos y en una gran parte del movimiento Fatah. Puesto que los partidos islamistas están también contra el plan de EEUU, los oponentes a este plan constituyen la mayoría de la sociedad palestina (independientemente de la profundidad y de las grandes diferencias en los planteamientos políticos y sociales existentes entre las fuerzas progresistas, nacionalistas e islamistas). La dureza del enfrentamiento con las fuerzas militares israelíes, el asesinato de los sucesivos líderes y la ausencia de un verdadero sistema democrático impiden tomar la iniciativa a quienes se oponen al plan de EEUU. La comunidad internacional ha ignorado deliberadamente las voces contra los planes de reforma de Bush.

EEUU es perfectamente consciente de la oposición hacia sus propuestas y no tiene escrúpulos en imponer su punto de vista por la vía de la fuerza. Esto, desde luego, contradice todo lo que se ha dicho acerca de la democracia. Mientras que el pueblo palestino se oponga a los planes de EEUU, EEUU deberá hacer todo lo posible para dificultar el desarrollo de la democracia en la sociedad palestina.

Una pírrica victoria

A la luz de todos estos asuntos sin resolver, y del conflicto palestino-israelí actual, ¿cuál podría ser el resultado de un choque entre los puntos de vista de EEUU y Palestina respecto a la reforma?

Por un lado, la alianza entre EEUU e Israel podría lograr imponer su punto de vista de parcial o totalmente. Si esto ocurre, el resultado sería simplemente la creación de un gobierno en Palestina similar a aquellos que, tristemente, se encuentran a menudo en el mundo árabe, en particular en los países aliados de EEUU. Estos regímenes generalmente carecen del respaldo popular y están, de hecho, constantemente amenazados en razón de su política represiva permanente contra sus pueblos.

La victoria será, sin embargo, una pírrica victoria. La herencia cultural e histórica del pueblo palestino, la realidad de sus experiencias bajo la ocupación israelí, llevarían a suponer que los palestinos se rebelarían más tarde o más temprano contra una reforma y una reestructuración estadounidense impuesta. Ya que las estructuras forzadas por la reforma surgen fuera de la "incubadora" social, ésta sostendrá los mecanismos de la resistencia para dar un curso natural a las reformas y a las reestructuraciones.
El conflicto continuará y la paz no prevalecerá hasta que los derechos nacionales, las elecciones democráticas y la soberanía del pueblo palestino se hayan reconocido y respetado. El punto de vista palestino surge de la resistencia frente al pisoteo de sus aspiraciones y frente a la negación de sus derechos, y así hay una parte viva de las fuerzas democráticas sociales que se opone a las inhumanas e injustas políticas de globalización y de hegemonía de EEUU. Los movimientos de solidaridad internacional apoyando el movimiento de resistencia palestino rechazan los intentos de EEUU de imponer por la fuerza sus políticas de globalización y el "Nuevo Orden Mundial" sobre todos nosotros.



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