Balance de dos años
de Intifada:
más de 1.900 muertos,
más de 40.000 heridos
Ignacio Gutiérrez de Terán *
3 de octubre de 2002. CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
'Una vez cumplidos los
dos años de Intifada los datos vuelven a mostrar con toda
su crudeza la realidad de los Territorios Palestinos. El dolor
y el suplicio de meses de toque de queda, violencia y humillaciones
difícilmente pueden resumirse en cifras y porcentajes,
más aún si se tiene en cuenta que, a fin de cuentas,
lo que están padeciendo los palestinos desde el 28 de
septiembre de 2000 no deja de ser una estación más
del perpetuo 'via crucis' en que se han convertido sus vidas'.
Una vez cumplidos los dos años de Intifada los datos
vuelven a mostrar con toda su crudeza la realidad de los Territorios
Palestinos. El dolor y el suplicio de meses de toque de queda,
violencia y humillaciones difícilmente pueden resumirse
en cifras y porcentajes, más aún si se tiene en
cuenta que, a fin de cuentas, lo que están padeciendo
los palestinos desde el 28 de septiembre de 2000 no deja de ser
una estación más del perpetuo via crucis
en que se han convertido sus vidas. Un via crucis que
dura ya décadas y que sólo el audaz tesón
de un pueblo traicionado y abandonado por casi todos ha evitado
que se convierta en una tragedia irreversible.
Estos datos puede que no den más que una imagen fría
y mecánica del dolor palestino pero sirve para dejar en
evidencia, por lo pronto, dos realidades: una, que los que soportan
la privación, la violencia, el temor y la indefensión
son, más que nadie, los palestinos; dos, que las proclamas
del régimen de Tel Aviv sobre sus acciones defensivas
y de represalia contra -únicamente-- activistas y terroristas
carecen de toda validez. Un repaso de las cifras basta para comprobarlo...
para quienes deseen comprobarlo, claro está, porque muchos
nos hemos puesto orejeras y no queremos saber ni comprender:
está bien asistir al débil cuando lo imponen la
moda y los usos sociales pero, ay, cuando conocer y denunciar
implica contravenir al poderoso, cuánto cuesta, ¿verdad
gobiernos y sociedades europeas, árabes y de todo el mundo,
verdad Naciones Unidas (NNUU) y 63 resoluciones pasadas por el
"arco del triunfo" de Tel Aviv?
Más de 1.900 muertos y más
de 40.000 heridos
En dos años, 1.914 palestinos muertos por la represión
israelí -513 menores de dieciocho años, uno de
cada cinco asesinados [1]. El número podría
ser mayor si tomamos en consideración que muchas familias
han enterrado a sus muertos sin informar a nadie para evitar
las represalias israelíes (ya se sabe el mecanismo: demuelen
la casa del terrorista -denominación esta que engloba
tanto al suicida como al que defiende su casa con una escopeta
vieja de la canalla soldadesca israelí-, obligan a su
familia a deambular por aquí y por allá, en ocasiones
detienen a alguno de la misma por "asociación con
terroristas" y -y en esto no suele reparar casi nadie- al
cabo de un tiempo ¡zas! puede ser que el terreno donde
estaba la casa y el huerto de esa pandilla de criminales pase
a propiedad del Estado de Israel o sirva para ampliar un asentamiento,
etc.). Muchas de estas víctimas menores de dieciocho años,
igual que otras tantas mujeres y ancianos, fueron asesinadas
colateralmente en operaciones selectivas contra dirigentes
de la resistencia palestina, en las que fueron asesinadas 169
personas.
En dos años, 40.095 heridos (11.486, menores de 18
años), la mayor parte, atendidos de cualquier manera en
improvisados hospitales de campaña, 2.500 de ellos discapacitados
permanentes. Por cierto, los médicos y enfermeros se cuentan
entre los más castigados por el terror israelí
con 18 muertos: al asesinato de los director del hospital de
Yamama (Belén) y el jefe de primeros auxilio en Yenín,
ha de sumarse la muerte de doctores, asistentes sanitarios y
conductores de ambulancias y 370 heridos. De las dificultades
que deben afrontar los servicios sanitarios palestinos dan cumplida
cuenta los 215 bombardeos sufridos por los hospitales palestinos
y los 75 pacientes, enfermos de cáncer, riñón
o corazón, embarazadas, recién nacidos y ancianos,
que han muerto en el umbral de los exasperantes controles del
ejército israelí y en el rellano de la impotencia
de los médicos. O el empeoramiento de muchos casos debido
a los cortes de carretera y los toques de queda que impiden a
los pacientes recibir el tratamiento adecuado en sus centros
de consulta.
La falta de medios y las trabas israelíes han ocasionado
que los programas de asistencia sanitaria no se cumplan o se
cumplan mal, sobre todo en los pueblos, lo que ha contribuido
a su vez al deterioro de las condiciones higiénicas y
alimentarias de la población palestina. Y una vez más,
los más pequeños se llevan la peor parte: la mitad
de los niños menores de cinco años (250.000) padecen
leucemia aguda y crónica. A las mujeres en edad fértil
no les va mucho mejor: más del 40% sufre la misma lacra.
En todo caso, la desnutrición, motivada por los desabastecimientos
de mercados, la destrucción de cultivos y el paro rampante
que afecta a más de tres cuartos de la población,
se ha convertido en la primera preocupación sanitaria
y social de los palestinos [2]. Pero los bombardeos y
las razzias han dejado también sus secuelas psicológicas
en los más jóvenes, que estarán para el
resto de sus vidas marcados por la violencia de estos meses de
opresión. ¿No se ha convertido ya en un tópico
la consigna interna del ejército israelí de que
"hay que arrancar la esperanza de los ojos de los niños
palestinos"?
13.000 detenidos
Y junto a los muertos y los heridos, los presos. Según
la Asociación de Reclusos Palestinos, 13.000 compatriotas
suyos han sido arrestados en estos dos años de Intifada.
8.000 de esos detenidos, la aplastante mayoría civiles,
siguen en prisión, algunos de ellos en los reabiertos
centros de reclusión de "Ansar 3" de Neguev
y "Ufer" en Ramala. 1.500 están retenidos en
virtud de la denominada "detención administriativa",
es decir, sin cargos ni facilidad alguna para que los abogados
sepan por qué se les ha detenido. La mayor parte de estos
prisioneros fueron apresados entre abril y julio de 2002 en el
marco de una campaña de arrestos masivos que llegaron
a incluir a familias enteras e, incluso, a enfermos y heridos
arrancados de los hospitales o las mismas ambulancias. Según
la misma fuente, 250 menores de edad permanecen retenidos, muchos
de ellos en la cárcel de presos comunes de "Talmunad".
Y las torturas -ay, qué ingenuo G. Steiner que decía
que un Estado judío nunca podría torturar a nadie-,
una modalidad en la que los presidios israelíes han ganado
muchos enteros. Las estimaciones hablan de que un 85% de los
encarcelados palestinos padecen torturas sistemáticas
(privación de sueño, luz, comida y asistencia médica
y jurídica, duchas frías, quemaduras de cigarrillos,
arresto temporal de familiares, especialmente mujeres, como medida
de presión, etc.) y condiciones higiénicas lamentables:
celdas sin ventanas, sucias y tumefactas, alimentación
deficiente y humillaciones y provocaciones continuas por parte
de los carceleros.
A todos estos datos muchos los tienen por mixtificaciones
o, cuando menos, exageraciones. Por desgracia, buena parte del
mundo sigue empeñada en querer ver el idílico rostro
amable del proyecto sionista, más por intereses propios
que por propia convicción, y no son pocos los que se mantienen
aferrados a la especie de que los palestinos tienen la culpa,
que son unos animales sin cultura ni civilización y que
el Estado de Israel se limita a defenderse de una hostilidad
injustificada. Es la consagración de la aberración
victimista de una ideología rampante que a base de manipular,
intoxicar y aturdir a la opinión pública mundial
ha conseguido imponer su punto de vista. Pero aunque los intereses
y conveniencias generales estén con el proyecto feroz
del insensible Israel la capacidad de determinar quién
es la víctima y el alcance de su dolor la sigue teniendo
la gente que aún puede sentir y compadecer. Cada vez son
menos, y los pocos que quedan cada vez tienen menos peso; pero
no perdemos la esperanza de que poco a poco recuperemos la voz
y hagamos de los datos y cifras de la tragedia nuestra mejor
arma para conseguir eso que tanto les llena la boca mendaz a
los prebostes del nuevo orden internacional: hacer justicia.
Notas:
1. Según datos de The
Palestine Monitor, Nota de Informativa de 28 de septiembre
de 2002. La cifra de israelíes muertos por acciones palestinas
en el mismo período supera los 610.
2. El 75% de la población palestina vive por debajo del
umbral de la pobreza (menos de 2 dólares diarios). La
cuantía de los daños económicos ocasionados
por el ejército israelí desde los primeros 15 meses
de Intifada asciende a 305 millones de dólares, ya 305
los ocasionados durante el mes de reocupación de las Áreas
Autónomas en abril de 2002. (Ibídem.)
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