La propuesta saudí:
Un nuevo contrato leonino para los árabes
K. Selim*
Le Quotidien d'Oran, 1 de marzo de 2002
Traducción: CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"No pasa un día
sin que la propuesta de 'paz a cambio de territorios' formulada
por el príncipe Abdallah, el hombre que detenta el poder
real en Arabia Saudí, reciba entusiastas apoyos. Demasiada
unanimidad en torno a una iniciativa que no sobresale precisamente
por su singularidad. Quizás la iniciativa del príncipe
Abdallah sea estrictamente saudí, pero todo indica que
norteamericanos e israelíes lograrán explotarla
en beneficio propio"
No pasa un día sin que la propuesta de "paz a
cambio de territorios" formulada por el príncipe
Abdallah, el hombre que detenta el poder real en Arabia Saudí,
reciba entusiastas apoyos [1].
Después de Arafat, Egipto y Jordania han acogido favorablemente
la propuesta e invitado a norteamericanos e israelíes
a que se interesen por la misma. Europa no se ha quedado atrás,
y parece haber encontrado en las ideas lanzadas a través
del New York Times un medio para relanzar una iniciativa
diplomática para Oriente Medio que estaba bloqueada por
la lógica belicista de Sharon. Es éste el núcleo
de "la unanimidad" en torno a la propuesta del príncipe
heredero saudí. George W. Bush ha telefoneado al príncipe
Abdallah para "elogiar" su iniciativa. Simón
Peres la ha calificado como un avance "positivo", en
tanto que Ariel Sharon, de pronto conciliador, ha declarado estar
dispuesto a discutirla con ¡los dirigentes saudíes!
Demasiada unanimidad en torno a una iniciativa que no sobresale
precisamente por su singularidad. Porque "la iniciativa"
del príncipe Abdallah no tiene nada de novedosa; en sí
misma, constituye el núcleo de las propuestas árabes
y palestinas, es decir, "paz a cambio de territorios".
La propuesta que el príncipe Abdallah pretende "sacar
de su cajón" es un clásico de las posturas
árabes: "retirada total [israelí] de los Territorios
Ocupados, Jerusalén incluida, a cambio de una normalización
plena". Cosa que Israel ha venido rechazando durante décadas
con el apoyo de EEUU.
¿Por qué entonces Washington ve ahora aspectos
"novedosos" en la propuesta del dirigente saudí?
¿Será porque EEUU sólo apuesta sobre seguro?
Se trataría, ahora que EEUU parece cada vez más
ocupada en la planificación de una acción bélica
contra Iraq, de dar nuevamente al amigo saudí razones
para que le apoye. La sucesión de elogios desde las capitales
árabes, seguidas de las occidentales, ha tenido el efecto
de hacer que el príncipe Abdallah adquiera la estatura
de un hombre capaz de conseguir el consenso de los países
árabes, incluso del mundo islámico en virtud de
su papel de futuro custodio de los Santos Lugares.
Plena normalización
Dado que la propuesta carece de la menor novedad, cabe preguntarse
si la satisfacción de EEUU, y por extensión de
Israel, no se debe más que a la lectura de dos palabras:
"normalización plena". Eso es lo que cuenta;
el resto se considera, como es práctica habitual por parte
de Israel, como algo secundario y, en todo caso, sometido a las
eternas ideas y venidas del proceso negociador. Es de sobra conocido
que desde los acuerdos de Oslo los israelíes han sobresalido
en el arte de la tergiversación. Cabe pensar que ahora
pretenden conseguir una "normalización plena",
mientras negocian sobre cuestiones acerca de las cuales, en virtud
de las resoluciones internacionales, no cabe negociación,
sino únicamente la retirada total.
La propuesta es una manera de empujar al resto de países
árabes a firmar un nuevo contrato leonino a semejanza
del impuesto a los palestinos en [los Acuerdos de] Oslo, y que
Israel, tras haber mareado a Arafat con interminables maniobras,
ha terminado enterrando. Al presentarla como algo novedoso, tanto
EEUU como Israel esperan que fructifique una propuesta que no
es sino una simple operación de relaciones públicas
de una Arabia Saudí víctima de feroces ataques
por parte de los medios de comunicación norteamericanos.
Cuando el custodio de los Santos Lugares del islam y el mayor
productor de petróleo del mundo ha ofrecido una normalización
plena, incluido un intercambio de embajadores, la cosa no es
como para desdeñarla y bien merece que un matarife como
Sharon finja prestarle atención. Sobre todo, y eso es
lo más importante, teniendo en cuenta que el príncipe
Abdallah no se ha dignado mencionar el derecho al retorno de
los refugiados palestinos, que sigue siendo una cuestión
esencial.
A esta omisión, que agrada sobremanera a los israelíes,
hay que añadir que el "avance" en la cuestión
palestina serviría para justificar un ataque contra Iraq.
Quizás la iniciativa del príncipe Abdallah sea
estrictamente saudí, pero todo indica que norteamericanos
e israelíes lograrán explotarla en beneficio propio.
Nota de CSCAweb:
1. El plan saudí ha
recibido igualmente el apoyo de la reunión ministerial
de la UE y el Consejo de Cooperación del Golfo celebrada
en Granada los días 27 y 28 de febrero. Véase el
comunicado final de la reunión en Comunicado Conjunto - XII Consejo Conjunto y
Reunión Ministerial UE - CCG (Granada, 28 de febrero de 2002) -en inglés-,
y en CSCAweb sobre la reunión el texto de Ignacio Gutiérrez
de Terán La
dinámica belicista de EEUU contra Iraq y la propuesta
saudí sobre el conflicto palestino-israelí, temas
centrales del encuentro en Granada entre el Consejo de Cooperación
del Golfo y la UE.
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