Palestina


Este texto está basado en una intervención de Sara Roy el pasado 19 de junio de 2001 en el Centro de Estudios de Oriente Medio de la Universidad de Harvard y ha sido distribuido por el Centro para el Análisis Político sobre Palestina en la publicación For the Record y traducido al castellano para CSCAweb

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Palestina

Según la investigadora Sara Roy, desde que comenzó el proceso de paz, los palestinos "como colectivo político y social se han sumido en el vacío"

Alarmantes cambios en la sociedad palestina: el empobrecimiento de la vida política y social

For The Record, núm. 78 (5 de julio de 2001)

En una sesión celebrada el pasado 19 de junio en el Centro de Estudios de Oriente Medio (CEOM) de la Universidad de Nueva York, Sara Roy, investigadora y asociada al CEOM, abordó en una charla la falta de cohesión y el deterioro de las condiciones de vida en la sociedad palestina. Tales problemas son "agudos particularmente en las actuales circunstancias de represión" de la Intifada y son "de vital importancia". Sin embargo, han recibido "escasa atención" por parte de políticos, donantes y profesionales

Roy comenzó su presentación volviendo la vista al 15 de noviembre de 1988, cuando el presidente de la OLP, Yaces Arafat, declaró el Estado de Palestina [en Argel en la reunión del Consejo Nacional Palestino, parlamento en el exilio]. Roy estaba aquella noche de visita en casa de una familia palestina de Gaza. Con la Declaración, los palestinos reconocían a Israel y "renunciaron a sus reivindicaciones sobre la palestina histórica". Ello significó el más grande y doloroso compromiso. La declaración fue motivo de regocijo en tanto que los palestinos aspiraban a disponer de un Estado propio. Aunque en aquel momento Israel impuso el toque de queda en Gaza y las salidas al exterior podían significar la muerte, los palestinos emergieron de sus hogares "sin ningún miedo", abrazados y celebrando el aconteciemiento. Un hombre le dijo que nunca olvidaría su hogar en Palestina, "pero si debo decirle adiós por la paz, lo haré. Demasiada ocupación y demasiado sufrimiento; (...) lo que yo quiero es una fábrica y una bandera". Esta experiencia, añadía Roy, "significó sin lugar a dudas un momento de 'posibilidad real' y de esperanza".

"El optimismo se derrumbó rápidamente" al mantenerse la violencia [israelí] contra ellos [los palestinos]. Aunque la esperanza se reestableció cuando Israel y la OLP firmaron la Declaración de Principios el 13 de septiembre de 1993 [Acuerdos de Oslo en Washington] se desvaneció de nuevo. Desde el inicio de la actual Intifada y con la consiguiente represión israelí usando toda la fuerza de los tanques, excavadoras y helicópteros Apache, "el paisaje palestino se ha marchitado, se ha arrancado la esperanza, se ha cubierto de rabia y se le ha desprovisto de infancia".

Los cambios en la sociedad palestina en la última década "han sido asombrosos". "Desde que comenzó el proceso de paz, los palestinos -como colectivo político capaz de articular y perseguir una agenda nacional y como actores sociales capaces de apoyar a sus familias y a las instituciones de las que dependen- se han sumido en el vacío. Este "doble empobrecimiento es absolutamente nuevo en la reciente historia palestina" y se ha vuelto contra su sociedad. Incluso, se da "una desilusión respecto a los valores morales" desde que la Autoridad Palestina (AP) empezó a tratar a los palestinos "de manera irrespetuosa y humillante". La primera Intifada, dijo un palestino, "no fue sólo una batalla política contra la ocupación; fue una lucha moral por crear una sociedad mejor. Pero ahora no tenemos otra alternativa "sino participar en el corrupto sistema que se ha desarrollado bajo la AP. Los palestinos deben de pagar mediante soborno para conseguir cualquier cosa, incluso una línea telefónica".

El proceso de Oslo "introdujo y nutrió las dinámicas del declive social y económico, creando el contexto para la actual Intifada". Roy citó "la ocupación de la vida y las tierras palestinas -mantenida y fortalecida- como un resultado directo de los acuerdos de Oslo". Ello ha dado lugar a la creación de cientos de enclaves, islotes separados unos de otros, así como "la institucionalización de la AP que se ha revelado a si misma como opresora y corrupta".

La creación de la AP y del "sistema de partido único activamente opuesto a cualquier disidencia" puso punto final al vivo discurso político que ha sido parte de la sociedad palestina. "Al pluralismo ideológico" se le ha opuesto "la ausencia de cualquier tipo de ideología política". Roy sostuvo que "irónicamente, según ha avanzado el proceso de paz, el sueño nacional palestino se esfumaba; una pérdida que anteriormente hubiera sido inconcebible. El liderazgo palestino se concentró en el "control político" más que en la liberación y en la autodeterminación. Esta realidad sobre una "ya problemática sociedad civil" se materializó en la militarización de la sociedad y en el empobrecimiento deliberado de sus instituciones". El poder de Arafat se blindó. "La lealtad a Arafat en lugar de la preparación tecnocrática han sido las cualificaciones requeridas para detentar poder, estatus e identidad". Como resultado, "el pluralismo cedió rápidamente al estatismo, a la burocracia y al autoritarismo", con un ausencia de "ideología unificada y secular". "La actividad política, privada de ilusiones y propósitos, trató de restaurar el orden sin conseguirlo, y lo hizo con el consentimiento de los gobiernos de Israel y de EEUU".

Los palestinos anhelaban un Estado "democrático y completo". La falta de tal Estado produjo conmoción y confusión entre la gente, imprimiendo en ella un sentimiento de "alineación y resignación": la debilidad de la ideología se debe en su raíz, a la pérdida de ideas y de la filosofía de las ideas". Tal pérdida es mucho más peligrosa para una sociedad ... que para el carácter del régimen a la que está sujeta. (...) "La alienación del liderazgo corrupto y opresor junto con las dificultades económicas dieron lugar a un proceso de interiorización" entre los palestinos. "El espacio privado prevaleció sobre el público" y el individuo sobre el grupo. Ello contribuyó a que se incrementase la violencia doméstica, el abuso sexual y el divorcio.

Volviendo a las condiciones económicas, Roy explica que bajo el periodo de Oslo "Israel mantuvo el control total de la economía y los recursos palestinos". Igualmente, los cierres israelíes "se impusieron intensamente" y con mayor grado de intensidad en la actualidad, devastando la economía. Los cierres "refuerzan" e incrementan el "localismo". El desarrollo de una economía local "integrada" que había comenzado a desarrollarse se corrompió bajo la AP y Oslo haciéndose más localista y segregada.

El desempleo palestino, el comercio, el acceso al mundo exterior y el incremento de la pobreza son el resultado de los cierres que se han convertido en un "régimen permanente".

Debido a esas dificultades económicas, están aumentando, las cifras de menores trabajando, -menores que se ven forzados a abandonar la escuela para contribuir al sustento de la familia. Además, en la actualidad, el gasto dedicado a la alimentación es mayor que el destinado a la salud, la educación o a cualquier otra cosa.

Incluso en el contexto de la corrupción y los problemas de la sociedad palestina, EEUU sigue mirando a otra parte. Roy parafraseó un comentario de Aarón Miller, exadjunto al Coordinador Especia de Oriente Medio para las negociaciones israelo-palestinas en el Departamento de Estado de EEUU, en una reciente Conferencia en la Universidad de Harvard. Según Roy, Miller dijo que en "términos francos, a EEUU no le interesa si la AP es o no democrática o lo que la AP hace a su pueblo en tanto haga lo que Israel quiere que haga".