"Israel en peligro",
o una estrategia mediática de futuro para Israel
Saleh Abdel Jawad*
17 de abril de 2002
Traducción: Beatriz Morales, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
El propósito de
este artículo es responder al mito según el cual
los palestinos estarían llevando a cabo una guerra contra
la existencia misma de Israel y, en consecuencia, la guerra que
Israel lleva a cabo contra los palestinos sería una lucha
por su supervivencia, 'una guerra en defensa del hogar'
Esta falsa idea se ha extendido durante los últimos
años y es utilizado a modo de lanza y de eje estratégico
de la propaganda sionista contra el pueblo palestino. A ella
vienen a añadirse otros dos argumentes falaces constitutivos
del relato sionista: la generosidad de Israel en Campo
David [1] (que los palestinos habrían rechazado,
aunque hubiera existido) y la expresión "terrorismo
palestino" que ha dado muestra de su eficacia en los media.
El lobby sionista en EEUU y el aparato de propaganda
de Sharon han hecho suyos este enfoque tripartito, que incluso
ha encontrado eco, recientemente, en los discursos del presidente
estadounidense, George Bush. La exitosa propagación -hay
que reconocerlo- de esta propaganda ha encontrado un especie
de colofón en un número especial, reciente, del
semanario Newsweek, en cuya portada figuraba una estrella
de David con una leyenda que planteaba la pregunta de saber si
Israel tenía alguna posibilidad de sobrevivir... Este
número rebosaba de artículos y reportajes, entre
ellos uno escrito por un tal Henry Kissinger, el mismo Henry
Kissinger cuyos archivos oficiales recientemente desclasificados
muestran que ha estado en la base no sólo de la política
árabe de EEUU sino también de los dramas humanos
que han tenido que sufrir los pueblos de Timor oriental (durante
el mandato de Gerald Ford) y de Angola (bajo el de Jimmy Carter).
Así pues, el artículo de Kissinger menciona
que la vuelta de Israel a sus fronteras anteriores al 4 de junio
de 1967 pondría en peligro su existencia ya que, afirma,
las zonas árabes de Cisjordania están demasiado
cerca del centro del Estado [de Israel]. Pone el ejemplo de la
ciudad israelí de Netanya que está sólo
a trece kilómetros de Tulkarem (a pesar del hecho de que
Tulkarem siempre estará a trece kilómetros de Netanya,
aun cuando Israel no se retire hasta las fronteras anteriores
a junio1967, ¡a menos, claro está, que Kissinger
no prevea eliminar Tulkarem del mapa sin otro tipo de proceso!).
Kissinger trata en vano de rechazar la tesis según la
cual lo que a la Administración estadounidense incumbe
buscar es una solución definitiva de la cuestión
palestina. Prefiere mantener la opción de una gestión
de las crisis por medio de arreglos provisionales. En la misma
vena, en absoluto nos sorprende verlo dudar de la pertenencia
de la iniciativa saudí y de su toma en consideración
por parte de Israel, refiriéndose a la "frialdad"
de la paz egipcio-israelí y al cinismo (promovido por
Barak) intrínseco a la exigencia de un reconocimiento
de Israel por parte de los árabes y de una normalización
total de sus relaciones con este Estado.
Aunque estas alegaciones carezcan manifiestamente de fundamento,
el mundo árabe debe tomarlas totalmente en serio. En efecto,
constituyen la piedra angular de la justificación
de todos los crímenes cometidos hoy, así como la
violación flagrante de todas las leyes internacionales
-empezando por la Cuarta Convención de Ginebra de 1949-
que regulan la actitud que hay que observar respecto a los civiles
en una situación de guerra, que en este caso es una guerra
unilateral desencadenada por la parte superpotente, arrogante
e insolente. Estas alegaciones son, pues, un cheque en blanco
firmado y entregado a Sharon, y que avala todas sus exacciones.
En consecuencia, es indispensable que los intelectuales palestinos
y con ellos los de todo el mundo, dirijan un mensaje extremadamente
claro a la opinión pública tanto israelí
como mundial, desmontando el cinismo de esas herramientas de
propaganda. Porque podrían resultar aún más
peligrosas que las mentiras del ex primer ministro israelí
Ehud Barak y de Shlomo Ben Ami, abundantemente difundidas por
los media occidentales e israelíes la víspera de
las ya mencionadas negociaciones de Camp David, en 2000.
"Israel lucha por la supervivencia"
Igual que ese mito había pavimentado -más que
ningún otro anteriormente- el camino para la apisonadora
israelí contra los palestinos tras la explosión
de la Intifada de al-Aqsa (sobrevenida en el marasmo causado
por el silencio de los palestinos en esos días acerca
de lo que en realidad había ocurrido en Camp David), el
nuevo mito en vigor amenaza con pavimentar el camino ante la
cristalización de un consenso israelí, incluso
judeo-occidental, que "justifique" las peores exacciones
contra los palestinos: los asesinatos, la destrucción
e incluso la expulsión colectiva manu militari.
Debemos acordarnos de como los -bien conocidas por todos- mitos
y mentiras difundidas por los sionistas sobre la guerra de 1948
han logrado proporcionarles una legitimación no
sólo del conjunto de los dramas infligidos a nuestro pueblo
en esos días, sino incluso de la mayoría de los
que les han sido infligidos desde entonces.
Todo esto es lo que me lleva a haceros partícipes de
una carta paródica cuyo objetivo es demoler estos mitos.
La he titulado "Israel en peligro" -yo también
tengo derecho a llamar la atención del lector, ¿o
no?:
"Israel lucha por la supervivencia
"Nuestra existencia está amenazada: sólo
poseemos doscientas cabezas nucleares. Estamos en peligro: producimos
nuestros propios satélites militares, mientras que los
árabes se siguen desplazando a lomos de camello.
Estamos en peligro existencial, aunque nuestra aviación
militar sea, desde el punto de vista cualitativo, la segunda
del mundo después de EEUU y aunque nuestro equipamiento
militar y nuestros tanques dejen muy atrás, en cantidad,
todo lo que Francia, Alemania e Inglaterra juntos pueden jactarse
de poseer. Estamos en peligro, a pesar de nuestros avances tecnológicos
y de nuestras armas secretas que, no lo dudéis, cuando
llegue el momento experimentaremos contra los terroristas árabes,
y aunque seamos el sexto exportador de armamento al mundo.
Todo eso no impide que estemos en peligro. Os conjuramos:
no permitáis que vuelva a empezar Auschwitz. Hay, ante
nosotros, 30.000 palestinos armados con vieja chatarra AK-47.
La mayoría de ellos se rindieron sin combatir cuando invadimos
sus ciudades. Of course: no tenían municiones.
Pero da lo mismo. Su jefe, Abu Ammar (Yaser Arafat), que
tiene 73 años y que no puede apelar a sus fuerzas (armadas)
ni siquiera desde la cabina de teléfonos de la esquina,
es el mayor estratega desde Klauzewicz y Napoleón Bonaparte.
Pero, ¿cómo hacer que comprendáis? Estos
diabólicos palestinos bien podrían ser capaces
-los muy brutos- de destruir nuestros F-15 con sus trabucos;
estos imbéciles, bien podrían destruir nuestras
cabezas nucleares en sus bases secretas, incluso en vuelo. Amenazan
la existencia de nuestros soldados (de los que volveremos a hablar)
los cuales, en caso de que lo hayáis olvidado, ¡sólo
son, junto con los reservistas, un poquitín más
de un millón!
Estamos en peligro de muerte: la economía palestina
está a punto de absorber a la nuestra. Su renta nacional
es de 4.000 millones de dólares y han perdido 2.400 a
causa de su satánica Intifada. Les está bien empleado.
Nosotros, pobre pequeño Israel, sólo tenemos 120.000
millones de dólares de Producto Nacional Bruto. Estamos
en peligro. El tío Riri (Kissinger) ha sido el
primero en decirlo: la distancia de Netanya a Tulkarem sólo
es de trece kilómetros. Es indudable que los palestinos
le han debido de dañar el cerebro con se equipo de desprogramación
telepática de neuronas: ¡es la única explicación
posible al hecho de que el pobre viejo no se haya dado cuenta
de que la distancia de Tulkarem a Netanya es -también-
trece kilómetros solamente!
Estamos en peligro porque defendemos nuestro territorio en
Gaza, invadido por refugiados palestinos que, sin embargo, nos
habíamos tomado la molestia de expulsar de Jaffa, de Ashdod,
en 1948. ¡Estos mismos hoy nos impiden con toda grosería
apropiarnos del cien por cien de la Franja de Gaza, cuya superficie
-¿lo tengo que recordar?- sólo es de 360 kilómetros
cuadrados! ¿Qué decir de esos pordioseros? Una
banda de salvajes: en la Franja de Gaza, esos brutos viven apretujados
como sardinas en lata [2]. No están civilizados:
he ahí lo que resume de todo el peligro al que nos vemos
confrontados. El ciudadano palestino, en Cisjordania y en la
Franja de Gaza, sólo consume una décima parte del
agua consumida por un colono israelí: por eso los palestinos
huelen tan mal: su higiene es deficiente. Sea como sea, los palestinos
son unos opresores porque además no dejan a nuestros colonos
llenar diariamente sus piscinas con agua fresca.
El peligro demográfico
Estamos en peligro demográfico, ya que los palestinos
se reproducen como conejos. Pero no podemos resolvernos a ser
unos criminales al estilo de Hitler y construir cámaras
de gas para eliminarlos, cosa que a Yaveh no le agrada. No. Por
eso vamos a solucionar el problema demográfico recurriendo
a la no violencia. He aquí como nosotros, que estamos
civilizados, vamos a proceder. En primer lugar, vamos a hacer
venir a rusos y etíopes, pero, ¿y si no son judíos?:
bueno, en última instancia, ¿qué más
nos da?, con tal de que no sean los palestinos de al lado...
A continuación, detendremos a las mujeres embarazadas
en los controles militares para evitar que puedan llegar a una
maternidad. Por una preocupación humanitaria, hemos decidido
proporcionar a nuestros soldados destinados en los check points
tapones de cera Quiès para que no les molesten
los gritos y los gemidos de estas mujeres de parto a punto de
morir, ni los gritos de sus recién nacidos a punto de
morir con ellas. La distribución de estos tapones de cera
también será autorizada en el caso de palestinos
que griten a morir de dolor, afectados de infartos, cólicos
nefríticos..necesitados de tratamiento de urgencia, o
afectados de cualquier otra enfermedad que ponga sus vidas en
peligro, como crisis de diabetes, de hipertensión u otros.
En tercer lugar, dado que no podríamos ser unos criminales
y recurrir a las armas biológicas, hemos decidido prohibir
a los palestinos enterrar a sus muertos. Tenemos una idea geniaaaaal
para ello: los cuerpos en descomposición difundirán
epidemias. Así reventarán por culpa de sus propio
compatriotas palestinos y nuestra conciencia se mantendrá
impoluta.
En cuarto lugar, para evitar pesadas cargas financieras a
la Autoridad Palestina, hemos decidido ayudar al ministerio de
sanidad y al Creciente Rojo palestino dispensándolos de
cualquier responsabilidad en el despacho de heridos. Como todos
sabéis sin duda, el transporte de heridos en ambulancia
es extremadamente caro. Por esa razón, un palestino que
se respete tiene el deber de servir a su gran nación palestina
desangrándose. De este modo, conocerá el bienestar
y procurará bienestar al prójimo. ¿Qué
más se puede desear? Como gesto de buena voluntad, hemos
decidido ayudar financieramente a los padres y jefes de familia
palestinos cerrando todas las escuelas, ocupando el ministerio
palestino de educación nacional y desmantelando y confiscando
todos sus archivos, ordenadores, etc.
En quinto lugar -y es algo que en absoluto tiene precedentes-
hemos decidido conceder a los palestinos un permiso laboral ilimitado.
¡Es increíble, incomprensible: siguen quejándose!
¡Los palestinos son los únicos en el mundo entero
que reciben un permiso laboral de un año (incluso de
más), mientras que los asalariados más cualificados,
en un país como Suiza, sólo tiene derecho a un
mes de vacaciones pagadas al año!
Mundo libre: quedas prevenido: el peligro ha aumentado aún
más desde que invadimos las ciudades palestinas.
Los palestinos sólo pudieron comer durante los interminables
sitios (que pensamos mantener durante semanas) lentejas, judías
y trigo. Tienen mucha suerte y nos deberían estar agradecidos
los ingratos de ellos: es un régimen muy equilibrado,
muy rico en fibra. Pero, ¡diablos!, produce un montón
de flatulencias y nos vemos confrontados a un nuevo Auschwitz.
Por esa razón hemos decidido: ¡nunca más!
Finalmente, a pesar del hecho de que estemos amenazados -de
extinción, ¡ni más ni menos!- hemos decidido,
como corresponde al Pueblo (elegido) de Israel, morir, pero esta
vez, sin jorobar al mundo. Por ese motivo hemos decidido que
no habrá testigos de esos crímenes perpetrados
contra nosotros y por esa razón hemos sido llevados a
mantener a cualquier periodista alejado del nuevo Auschwitz.
Por desgracia, sin duda nuestros juristas no podrán exigir
compensaciones financieras dentro de cincuenta años. Pero
podéis creernos, somos sinceros cuando os decimos que,
por encima de todo, no queremos molestar a nadie.
Una víctima compasiva,
Ariel Sharon"
Notas CSCAweb:
1. Sobre la fracasada cumbre
palestino-israelí de Camp David II, véase en CSCAweb:
Azmi Bishara:
Jaque, pero no mate
y los enlaces de su nota 1.
2. La franja de Gaza tiene la mayor densidad poblacional del
planeta.
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