Palestina


* Robert Fisk es corresponsal en Oriente Medio del diario londinenseThe Independent

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PALESTINA


Una solución a esta guerra inmunda:
la ocupación extranjera

Robert Fisk*

The Independent, 8 de mayo de 2002
Traducción: Pablo Carbajosa: CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 20-05-02

"Hay que hacerse la pregunta: ¿es más capaz este Ejército de defender Israel de lo que lo son los palestinos de defenderse a sí mismos? Un seminario del Instituto Steinmetz de Investigación para la Paz de Tel Aviv presentó algunos datos fascinantes la semana pasada. Más del 40% de la población judía de Israel, según descubrió el Instituto, afirmaban estar preparados para una intervención internacional en el conflicto"

El plan de paz presentado por Ariel Sharon al presidente Bush el pasado 7 de mayo (deshacerse de Arafat, conseguir una Autoridad Palestina (AP) más obediente y seguir construyendo asentamientos para judíos y nada más que judíos en tierra palestina) es pura fantasía. Que los norteamericanos le faciliten el camino pretendiendo que la necesidad de que Arafat reforme su autoridad resulta más importante que detener la construcción de asentamientos -insensata aportación de Condoleezza Rice, consejera de Seguridad Nacional de EEUU a este estéril debate- muestra lo fuera de órbita que está la Administración de Bush.

Los desesperanzados intentos de acabar con una depravada guerra anticolonial
se acompañan de todo el arsenal psicológico habitual: intentos deshonestos de etiquetar cualquier crítica a Israel como antisemitismo, afirmaciones engañosas de que el Ejército israelí se comporta con moderación, mítines de masas e intentos incesantes de retratar a los palestinos como si fueran bestias suicidas.

A Sharon mismo le ha dado ahora por culpar no sólo a Arafat y sus corruptos secuaces de las inicuas explosiones suicidas contra civiles israelíes. Ahora culpa a todo el pueblo palestino. El mes pasado, sin ir más lejos, se refirió en la Knesset [Parlamento israelí] a la "locura asesina que se ha apoderado de nuestros vecinos palestinos". Si los palestinos en tanto que pueblo están poseídos de una "locura asesina", Sharon no va a hacer las paces con ellos.

Y si los palestinos tienen que seguir contemplando los asentamientos judíos en su tierra, no van a hacer las paces con Israel. Y contrariamente a lo que proclaman loas, mitos y leyendas, el Ejército israelí se ha estado comportando más como una milicia que como una fuerza disciplinada. Las informaciones que hablan de saqueos en masa en Ramala por parte de tropas israelíes, sobre todo de joyas y dinero en metálico, han alcanzado proporciones épicas. Israel puede pretender públicamente que se trata de propaganda palestina, pero el alto mando israelí sabe que estas historias son ciertas: un oficial israelí se refirió al "desagradable fenómeno del vandalismo a gran escala".

Quienquiera que tenga dudas sobre esto no tiene más que leer las horribles informaciones de Amira Haas en el diario israelí Ha´aretz de principios de esta semana, en las que hace recuento de la orgía de destrucción del Ejército israelí, que duró un mes, en el ministerio de Cultura palestino en Ramala [1]. Los soldados allí destinados destruyeron y robaron cantidades ingentes de ordenadores, mobiliario, televisores, dibujos infantiles, y dejaron buena parte del edificio ­además de los archivadores de oficina- manchados de excrementos y de orina.

¿Defender a Israel?

Hay que hacerse la pregunta: ¿es más capaz este Ejército de defender Israel de lo que lo son los palestinos de defenderse a sí mismos? Un seminario del Instituto Steinmetz de Investigación para la Paz de Tel Aviv presentó algunos datos fascinantes la semana pasada. Más del 40% de la población judía de Israel, según descubrió el Instituto, afirmaban estar preparados para una intervención internacional en el conflicto. Lo que es más asombroso: el 35% de los entrevistados afirmaban que la intervención supondría la presencia de tropas extranjeras que separasen físicamente a Israel de la AP.

En otras palabras, muchos israelíes permitirían que les protegieran Ejércitos extranjeros de los suicidas con bomba palestinos. Y los palestinos estarían a buen seguro felicísimos de tener tropas extranjeras en su suelo; es lo que llevan pidiendo durante décadas. Sharon o cualquiera de sus sucesores al frente del Likud pondrían objeciones.

Porque es su insensata política de construcción de asentamientos la que ha causado tantas desgracias a los israelíes. Pues una frontera de verdad que separase a "Palestina" del Estado soberano de Israel les proporcionaría a los israelíes una seguridad mucho mayor. Pero Sharon no puede erigir esa barrera porque cortaría aislaría de Israel a los asentamientos ilegales que ha ido construyendo en los últimos 35 años en tierras palestinas.

Fuera de Oriente Medio, no obstante, hay cada vez mayor impaciencia ante esta miserable guerra. Los europeos se están cansando de este conflicto cínico y despiadado, hartos de que les llamen antisemitas cada vez que hacen objeciones a la ocupación israelí e igualmente hartos de la corrupción y el nepotismo de Arafat y de su incapacidad para impedir que los suicidas palestinos maten niños. No importa cuántos mítines organicen en su favor -o qué inanes apoyos consigan de Iain Duncan-Smith [jefe de los conservadores británicos]- los israelíes saben por sí mismos lo aislados que están.

Y a despecho del estrépito de los viejos expertos proisraelíes de la costa Este norteamericana y del poder de cabildeo de Israel sobre el Congreso, los norteamericanos están furiosos con la política medrosa y negligente de su propio gobierno sobre Oriente Medio. Una guerra que afecta a los precios del petróleo y a la economía mundial, que está convirtiendo a los musulmanes en enemigos de Europa y a los occidentales en enemigos del Islam, que entraña ocupación y dominio colonial, no se puede dejar que continúe indefinidamente.

De modo que voy a hacer una predicción temeraria y temerosa. Después de Bosnia, de Kosovo y de Timor Oriental, ya nos hemos cansado de conflicto regionales. Y creo que, en su momento, pondremos fin al conflicto de Oriente Medio. Con el apoyo de Rusia, la Unión Europea y las Naciones Unidas, habrá finalmente tropas norteamericanas y de la OTAN en Jerusalén. Se desplegará una fuerza de protección occidental en Cisjordania y Gaza, y en Israel. Los Ejércitos de Israel y Palestina tendrán que volver a los cuarteles. Jerusalén se convertirá en una ciudad internacional. Los palestinos disfrutarán de seguridad, lo mismo que los israelíes.

Sí que será una forma de colonialismo internacional. Sí que significará una ocupación extranjera para ambas partes. Pero pondrá fin a esta guerra inmunda.


Nota de CSCAweb:

1. Véase en CSCAweb: http://www.nodo50.org/csca/palestina/destruccion_30-04-02.pdf


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