Palestina


*Abnaa al-Balad es un movimiento nacionalista palestino del interior del Estado de Israel, la llamada "Palestina del 48". Constituido por palestinos, por tato, de ciudadanía israelí, Abnaa al-Balad se ha mostrado muy activo en la solidaridad con los residentes palestinos de Gaza y Cisjordania durante las dos Intifadas.

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Abnaa al-Balad (Hijos de la Tierra)

Palestina

Alto a las masacres de Israel en Palestina.
Alto al genocidio de EEUU en Afganistán.
Por un frente internacional antiimperialista

Declaración del movimiento palestino Abnaa al-Balad* (Hijos de la Tierra)

Estado de Israel, 21 de octubre de 2001
Traducción: CSCAweb

Desde la defensa de la dignidad de los pueblos y la denuncia de la barbarie imperialista, la organización Abnaa al-Balad (Hijos de la Tierra, en árabe) reclama la creación de un frente internacional anti-imperialista para enfrentar la agresión del poder del imperio. Abnaa al-Balad es una organización palestina que trabaja desde el interior de Israel, en la Palestina ocupada en 1948, por el derecho al retorno de los refugiados palestinos y por la creación de un Estado laico y democrático en Palestina

La grave situación en Palestina

Los actuales ataques de Israel en los Territorios Ocupados (TTOO) son los peores que han tenido lugar en la larga lista de crímenes de guerra contra el pueblo palestino desde el comienzo de la Intifada. El ejército israelí ha penetrado con tanques y tropas en la mayor parte de las ciudades palestinas [Áreas Autónomas bajo jurisdicción de la AP]. Atacan las escuels con asus tanques (matando a una niña en su clase), lanzan de misiles contra un cine, bombardean una iglesia de Belén (asesinando a un hombre). El régimen de apartheid liderado por el architerrorista Sharon, el héroe de las masacres de Sabra y Chatila, está intentando ahogar en sangre a la resistencia palestina contra la ocupación. Decenas de palestinos han sido asesinados en los últimos días, la mayor parte civiles incluidos mujeres y niños.

Todo ello no hubiera sido posible sin el apoyo directo de EEUU, que financia a Israel, le arma hasta los dientes y da cobertura política e internacional a sus crímenes racistas y terroristas. Mientras la resistencia palestina a la ocupación es descrita por los señores de la guerra imperialista como "actos de terrorismo", el bombardeo de escuelas con tanques o el abandono hasta la muerte de una mujer en parto en un control militar son actos legítimos del mejor aliado de EEUU.

Todo ello prueba que el discurso de Bush y Blair acerca del plan político que incluirá un "Estado palestino" no es más que un camuflaje para no tener que detractarse ante el mundo árabe y su opinión pública por su actual apoyo a los crímenes de guerra cometidos por Israel. Mientras, la ocupación israelí sigue construyendo más asentamientos en tierras palestinas y sigue una sigilosa práctica de limpieza étnica destruyendo los barrios árabes alrededor de los asentamientos de colonos y de los puestos del ejército israelí. Intentan aplastar la Intifada asesinando a sus dirigentes, matando militantes y civiles por igual e imponiendo una insoportable privación a toda la población.

El genocidio de EEUU en Afganistán

Los bombardeos sistemáticos de las ciudades y pueblos afganos que matan a tantos civiles indefensos sin respetar siquiera las instalaciones de la Cruz Roja y de Naciones Unidas, constituyen sólo el primer paso de la agresión norteamericana. EEUU está poniendo en grave peligro la vida de millones de personas (que no podrán hacer frente a las duras condiciones del invierno afgano) al destruir la frágil infraestructura de ese pobre país y al impedir la distribución de alimentos y asistencia médica.

La arrogante posición de Bush y Blair se basa en que las vidas de millones de afganos no tienen valor y que el genocidio es un bajo precio que hay que pagar para detener o asesinar a quienes ellos definen como terroristas sospechosos. Sin embargo, incluso esta débil excusa prueba una rotunda mentira al negarse a desvelar las "pruebas" que dicen probar sus delitos y deliberadamente rechazan ni siquiera negociar la extradición de los "sospechosos". Su pretensión no es aplicar el Derecho Internacional sino situarse por encima de él. La destrucción de Afganistán y el sufrimiento de su pueblo son las metas directas y no un "efecto colateral" de la agresión imperialista: esta operación está diseñada para aterrorizar a todos los pueblos del mundo y aleccionarles sobre la sumisión y la aceptación de la supremacía de EEUU.

Tras la auto disolución de la Unión Soviética y el establecimiento del imperialismo de EEUU como la única superpotencia internacional, las Administraciones norteamericanas afirmaron gobernar el mundo con la promesa de que el control capitalista de un mercado internacional globalizado traería la prosperidad para todos. La desilusión no se tardado en hacerse patente. En nombre de la privatización, todo el capital social acumulado de los países socialistas fue expoliado y fueron degradados al estatuto de tercermundistas. En el nombre de la apertura de los mercados, la agricultura y los recursos naturales del tercer mundo han quedado bajo el control de las multinacionales imperialistas y sus productos han alcanzado los precios más bajos de la historia. Las condiciones del comercio, impuestas por instituciones financieras como el Banco Mundial y el FMI, han convertido a los trabajadores del tercer mundo en mano de obra barata. Un tercio de la humanidad vive en la absoluta pobreza padeciendo profundos niveles de hambre.

El "Nuevo Orden Internacional" y su "globalización" es un sistema mundial de apartheid. Los grupos racistas y los gobiernos restrictivos limitan el movimiento de los pueblos, mientras el capital se mueve libremente, compra recursos humanos y naturales y dispone de ellos a su voluntad para maximizar sus beneficios. Cualquier intento de defender los intereses de los trabajadores y los derechos nacionales se penaliza y se castiga. El orden mundial no es el resultado de ningún proceso democrático sino el dictado de la única superpotencia y de sus lacayos en beneficio de sus propios intereses. El mantenimiento de este insólito e injusto orden económico internacional requiere claramente un dictado militar internacional. La nueva "coalición contra el terror" es sólo la última prueba de la habilidad de EEUU para intimidar a los gobiernos del tercer mundo y comprar su alineamiento contra los sentimientos e intereses vitales de sus propios pueblos.

Por un Frente Internacional Antiimperialista

El sufrimiento del pueblo palestino, las víctimas constantes del racismo israelí y norteamericano, el peligro inmediato que acosa las vidas de millones de inocentes de civiles afganos, la amenaza de EEUU de atacar más países, todo ello sostiene la urgente necesidad de movilizar todas las fuerzas para frenar la agresión imperialista. La violencia imperialista no es una guerra contra el terror; es una guerra contra la humanidad. En el Antiguo Imperio Romano o en los antiguos imperios coloniales, cuando un soldado era atacado, el poder gobernante solía imponer su supremacía arrasando las aldeas más cercanas. Hoy, en nuestra "aldea global", EEUU sólo puede restituir la reputación de su supremacía arrasando a todo un país o quizá a varios países.

Los pueblos pobres del mundo deben unirse a fin de parar esta agresión que atenta contra todos ellos. Los pueblos pobres de África, Asia y Latinoamérica están siendo forzados por la supremacía de EEUU al hambre para afrontar las deudas que han sido acumuladas por los regímenes a fin de financiar la opresión de sus pueblos. Es el imperialismo de EEUU y de Gran Bretaña quien permite que los colonos granjeros blancos retengan las mejores y mayores tierras de Zimbawe y Sudáfrica, mientras a la vasta mayoría negra se le mantiene sin tierra y con hambre. Mientras EEUU describe su agresión como una guerra "por la libertad", mantiene el apoyo a las dictaduras más opresivas pues su concepto de libertad no incluye a los pueblos que deben permanecer subyugados. Denomina su agresión una "guerra contra el terror" pero concede millones de dólares al gobierno terrorista de Israel que sistemáticamente asesina palestinos y al ejército de Colombia que organiza escuadrones de la muerte para masacrar a los campesinos colombianos.

Bush y otros dirigentes imperialistas representan su agresión como una cruzada de la supremacía de la civilización occidental cuyo discurso se utiliza sabe utilizar internamente para reprimir a la opinión pública de la furia racista.

No es sino un disfraz repugnante para los intereses de una élite minoritaria e inmensamente rica dispuesta a conducir al mundo a conflictos sangrientos y guerras interminables que no dejarán a nadie fuera de peligro. El Movimiento Contra la Globalización que comenzó hace unos años y el Movimiento Contra la Guerra que se ha impulsado desde el comienzo de la agresión imperialista prueban que incluso en el "primer mundo" mucha gente entiende que el imperialismo es el enemigo real de la humanidad.

Nosotros podemos hacer mucho: como la gran mayoría de los pueblos de este mundo oponemos a la agresión imperialista un movimiento de masas que debe movilizarse en todas partes para mostrar nuestra oposición y forzar la voluntad popular en todas las instituciones sociales y políticas. El poder económico y militar del imperialismo de EEUU está construido en la acumulación de recursos y del trabajo de todos los pueblos del mundo que se reutilizan para oprimirles y expropiarles. La lucha social y política, el boicot económico, la resistencia, pueden ser utilizados para parar la opresión y la explotación.

Para que acaben las masacres que están teniendo lugar y la constante criminalización de los pueblos debemos mantener una clara visión de los diablos del imperialismo mundial. Somos la mayoría, somos los pueblos de este mundo, y debemos unirnos y ganar nuestra libertad y nuestra dignidad.

Ma'an 'ala edDarb (Juntos en el camino)