Mundo árabe

Publicado por Middle East Report, núm. 213, invierno de 1999, con el título "No jubilee for the Middle East". (Traducción del inglés de Tomás Ferrer Pallarés, N.Á.)

Notas
(enlaces relacionados)

  1. En www.jubilee2000uk.
    org/main.html
  2. Aparecen, sin embargo, otros países musulmanes no árabes, como Bangladesh y Pakistán.
  3. Banco Mundial: "Middle East and North africa Data and Statistics" en www.worldbank.org/
    data/countrydata/
    littledata/12.pdf
    .
  4. Roula Jalaf: "Lebanon set for $700m. offering", Financial Times of London, 15 de septiembre, 1999.
  5. Véase Naiman, Robert y Watkins, Neil: "A survey of the impacts of the IFM Structural adjustement in Africa: Growth, Social Spending and Debt Relief", informe de Preamble Center, abril de 1999 en www.preamble.org/
    IMFinAfrica.htm
    .
  6. Por ejemplo, Timothy Mitchell argumenta convincentemente que las políticas del FMI en Egipto, como en otros muchos lugares, han conducido a un incremento de la corrupción. Mitchell, Timothy: "Dreamland: The Neoliberalism of your desires", Middle East Report, núm. 210, primavera 1999.
  7. Véase al respecto en el Informe dedicado a Egipto en el núm. 42 de Nación Árabe el artículo de Pedro Rojo. [Nota de N.Á.]
  8. Barron, Michael: "Jordan´s King passes first political test", Journal of Commerce, 27 de julio, 1999.
  9. En general, eran préstamos para compras de equipo militar. Timothy Mitchell señala que "la amenaza del impago de esta deuda, que hubiera significado la suspensión automática de la ayuda de EEUU, ayudó a que se produjera el colapso [económico] de 1990", que forzó al gobierno a aceptar el plan de estabilización del FMI. Mitchell, T. op. cit.
  10. Testimonio de Jeffrey D. Sachs en en la Audiencia sobre Reducción de la deuda, House Commitee On Banking and Financial Services, 15 de junio 1999. En www.house.gov/
    banking/61599wit.htm
  11. Además, la deuda se lleva en los libros a un 10% de su valor nominal, por lo que una apropiación de 600 millones de dólares terminaría con la deuda de los PPFE con EEUU. Véase nota anterior.
  12. Barron, op. cit.
  13. Machipisa, Lewis: "Egiptian Writer slams donors", Inter Press Service, 4 de agosto, 1999.
  14. Una defensora de esta causa en la Cámara de representantes es la diputada Cynthia Mckinney, que presentó un Proyecto de Ley Para la Liberación de la Deuda en las Democracias Emergentes, que proponía la cancelación de la deuda de los PPFE y de Haití y el fin de las aportaciones estadounidenses al FMI hasta que este organismo cancelara las deudas de los PPFE y cerrara el ESAF
  15. Para más información sobre las campañas de boicoteo de los bonos del Banco Mundial contáctese con el Centro de Justicia económica en la dirección de e-Mail: ecojustice@preamble.org


Mundo árabe

Ninguno de los países árabes se encuentra entre los posibles beneficiarios de condonaciones de su deuda externa

La deuda externa árabe:
Arma de control político de EEUU

Robert Naiman

Publicado en Nación Árabe, núm. 42, otoño de 2000

La página web 'Jubileo2000-Reino Unido' ha registrado 57 países con campaña de jubileo para la cancelación en el año 2000 de la deuda externa impagable de los países más pobres (1). Ningún país árabe, del Norte de África o de Oriente Medio, aparece en la lista (2). Esto nos debería sorprender. La deuda externa ha sido una pesada carga para muchos países árabes. En su conjunto el servicio de la deuda supone el 14% del valor de las exportaciones (3). En Líbano, por ejemplo, este servicio comporta el 47% del presupuesto del Estado (4). Jordania, Túnez y Marruecos (además de otro país no árabe, Turquía) gastan más en el pago de la deuda que en educación y aquélla supone más del doble que el gasto en sanidad. Sudán y Yemen se hallan entre los 41 considerados como 'Países Pobres con Fuerte Endeudamiento' (PPFE) según el Banco Mundial; Marruecos es uno de los 11 países identificados por Jubileo 2000-Reino Unido como urgentemente necesitados de una cancelación de deudas.

Dado que la mayoría de los PPFE se hallan en el África Subsahariana, se puede pensar que los países de Oriente Medio y el Norte de Africa tienen poco que ganar con el éxito de la campaña del Jubileo 2000, que puede beneficiar sólo a los países más pobres, mientras que áreas como Latinoamérica, que sólo tienen en la lista de PPFE a Bolivia, Nicaragua y Honduras, tienen una campaña de Jubileo muy activa, incluso en países de alto ingreso como Brasil. A los progresistas les tiene que gustar la idea del compromiso del mundo islámico en un movimiento en pos de la justicia económica que hasta ahora ha sido capitalizado por las distintas iglesias cristianas. Hasta ahora ha habido unas pocas iniciativas en esta región: una estrella del periodismo comprometido como la escritora egipcia Nawal al-Sa`adawi ha hecho un llamamiento a los países africanos para que se abstengan de pagar sus deudas con Occidente.

La campaña para la cancelación de la deuda tiene, sin embargo, profundas implicaciones para la población de Oriente Medio. Supone una contestación al papel global del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, y refuerza las perspectivas de oposición al modelo económico propuesto e impuesto al mundo en vías de desarrollo por el FMI y las autoridades económicas de EEUU en interés de Wall Street y de las empresas multinacionales. Si los que promueven la campaña para la cancelación de la deuda tienen éxito y fuerzan al FMI y al Banco Mundial a cancelar la deuda provocarán un cambio en las relaciones del FMI -controlado por Estados Unidos- y los restantes países. Por eso, la cancelación de las deudas cuenta con la decidida oposición del FMI, del Banco Mundial y del Departamento del Tesoro estadounidense, pese a que todos saben que la deuda es impagable, porque estas instancias comprenden que la cancelación terminaría con su posibilidad de imponer sus programas de medidas a los países en desarrollo. Desde el punto de vista del FMI y del Tesoro estadounidense la cancelación sería un precedente peligroso: como se argumentaba durante la Guerra Fría con la teoría del dominó (la caída de un país en las garras del comunismo arrastraría a los países vecinos), cada país podría pedir mas libertad de maniobra y unas condiciones de trato más ventajosas.

Controlando a los países pobres

Las negociaciones actuales sobre esta deuda impagable proporcionan un mecanismo de control sobre los países pobres, que se convierten en prisioneros del FMI. Los PPFE que se sometan al programa del FMI y del Banco Mundial para la suavización de la deuda deben poner en práctica el plan de ajuste estructural de seis años del FMI. Al cabo de ese tiempo pueden ver reducida su deuda. Si los que proponen una cancelación de las deudas consiguen una reducción significativa de la misma, el poder del FMI sobre los países pobres se romperá o al menos reducirá: los programas de austeridad del Fondo, los planes de privatización del Banco Mundial y la insistencia machacona tanto por el FMI como por EEUU en la desregulación de los flujos comerciales y de capital -lo que se considera de un modo engañoso reformas económicas por la prensa estadounidense- son generalmente considerados perjudiciales para el crecimiento y desarrollo de los países más pobres (5). Pero si el Fondo tuviera que admitir que sus medidas no han funcionado con los países más pobres, esto implicaría que su modelo -una caótica mezcla de medidas desreguladoras justificadas por una teoría económica simplista, un monetarismo extremado (por ejemplo, con tasas de interés muy altas) y demanda de acceso a los mercados de las multinacionales y bancos occidentales- no cumple los intereses de los países en desarrollo (6).

Según el modelo actual incluso los países que tras seis años de ajustes estructurales se hagan merecedores del aliviamiento de su deuda no la verán cancelada, sino meramente reducida a un nivel sostenible. En la práctica esto significa para el Banco Mundial y el FMI que los países paguen tanto como puedan. Según la definición de sostenibilidad del Banco Mundial era sostenible para Irlanda exportar carne durante la hambruna de 1847 -impuesta por el Reino Unido- porque era físicamente posible. Por su parte los militantes contra la deuda han argumentado que la sostenibilidad tiene que considerar la capacidad de los gobiernos de proporcionar a sus poblaciones las necesidades básicas.

Los países de Oriente Medio han reclamado, o quizás debería decir rogado, que se cancele la deuda. La recompensa de Egipto por su participación en la movilización de EEUU durante la guerra contra Iraq fue una significativa cancelación de deuda por parte del FMI, EEUU y otros países. El ejemplo egipcio ilustra tres hechos esenciales. Primeramente que la cancelación de 1991 permitió una estimulación de la economía de Egipto (7); un editorial del Journal of Comerce hacía notar que "desde 1991 la economía egipcia está en auge, al librarse de la carga de la pesada deuda" (8). En segundo lugar, los obstáculos a la cancelación de la deuda son esencialmente políticos. Cuando hubo interés, no faltaron los recursos para la cancelación de la deuda egipcia ni nadie se llevó las manos a la cabeza clamando que renunciar a las cualidades moralizadoras de lar reformas económicas era establecer un peligroso precedente. EEUU anceló, él solo, 7.000 millones de dólares (9); en comparación, la deuda total de los PPFE con el FMI es valorada en 7.800 millones (10) y la deuda total de estos con EEUU en 6.800 millones. (11) Por último, los acuerdos actuales son peligrosos no sólo para Oriente Medio sino para todo el mundo. La participación de Egipto en la coalición en la Guerra del Golfo supuso un apoyo político decisivo para EEUU, que pudo proclamar que su política contaba con el apoyo de un país clave del mundo árabe y musulmán. El apoyo de Egipto a EEUU puede haber rebajado la oposición generalizada a las políticas estadounidenses en el mundo arabomusulmán, Europa, Rusia e incluso en el mismo EEUU. La historia hubiese sido bastante distinta si Egipto no hubiese sido comprado con la cancelación de su deuda. Las consecuencias de la Guerra del Golfo en la región incluyen unas profundas y duraderas divisiones entre los países árabes, disminuyendo la posibilidad de acciones comunes, el corte de los envíos de dinero de los trabajadores árabes en los países del Golfo, una terrible guerra con Iraq y sus secuelas de años de sanciones económicas y serias dificultades para la economía de Jordania, resultado de su sometimiento al embargo de Occidente a su principal socio comercial, Iraq.

En mayo pasado, cuando el rey Abdallah de Jordania imploró a EEUU y sus colegas del G-7 la cancelación de la mitad de la deuda de 7 mil millones de dólares con Occidente, encontró buena acogida. El rey adujo el tratado de paz con Israel y su papel como valedor de la política de EEUU en la región. De hecho EEUU ha cancelado más de 700 millones de dólares de deuda jordana desde que este país firmó en 1994 la paz con Israel. Nadie está en contra de la paz, pero es bueno recordar el significado político del tratado de 1994: Jordania, como todos los países árabes a excepción de Egipto desde 1979, estaba teóricamente en guerra con Israel tras el armisticio de 1973. La posición oficial de los árabes, con la excepción de nuevo de Egipto, era que la paz con Israel (o más propiamente las relaciones normales, ya que todos comprendían que no había opción militar posible) sería posible una vez se resolvieran algunos asuntos importantes, comenzando por las demandas palestinas y la devolución de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este, los Altos del Golán y el sur de Líbano. Jordania nunca fue una amenaza para Israel y firmando el tratado de 1994 rompió la unidad de acción de los países árabes y aceptó el marco que EEUU ofrece de la región, debilitando así la posición de los Estados árabes y en especial de los palestinos, que para algunos ya estaba en aquel tiempo en su punto más bajo. Aun así, en julio de 1999 el Journal of Comerce informaba que Jordania había renegociado un millón de dólares de deuda y hacía notar que "la no cancelación es el precio que Jordania tiene que pagar por su posición durante la crisis del Golfo en 1990-91. Su aparente apoyo al presidente iraquí Sadam Husein y las actitudes ambivalentes hacia la alianza encabezada por EEUU han tenido un alto precio para ella. Otros países que apoyaban a EEUU, como Egipto, fueron recompensados con un cuantioso perdón de deuda" (12).

El FMI, cártel de acreedores

El FMI juega un papel similar al que la OTAN desempeña en el terreno militar: con una fachada multilateral se convierte en la ejecutora de las políticas de EEUU. Para reducir el poder de EEUU hay que reducir el poder del FMI. Actualmente cada país subdesarrollado negocia por separado con EEUU, el Fondo y el G-7. El FMI funciona como un cártel de acreedores, en parte porque no hay un cártel de países deudores para contrapesar. Recientemente, en Zimbawe, Nawal al Sa`adawi y Chulwe Beyani del Foro y Red Africanos sobre el Desarrollo y la Deuda hacían un llamamiento para poner en marcha tal cártel. "No debemos pagar más", decía la escritora al-Sa`adawi, mientras Beyani pedía "una negativa a pagar colectiva", observando que "no hay nada que puedan hacer si nos negamos a pagar colectivamente" y remarcaba "tenemos que hacerlo unidos, porque individualmente los países no pueden hacer nada" (13).

Muchos piensan que, con un Oriente Medio todavía formalmente gobernado en buena parte por dictadores o reyes, el FMI y el Banco Mundial pueden jugar un papel progresista en la región. Esta idea nace de la desesperación. Las instituciones financieras internacionales controladas por Occidente se han revelado como perfectamente compatibles con las dictaduras. Son incluso simbióticas con ellas. La comprensión de que "no hay ocupación buena" se puede aplicar tanto a la militar de Israel como a la del FMI.

Aunque algunos pueden considerar la acción colectiva del Sur infantil y trasnochada, lo cierto es que no hay otra alternativa posible que la acción colectiva. Ciertamente, el mundo va a cambiar poco con las conversaciones que puedan llevarse a cabo entre las ONG y el FMI y Banco Mundial sobre el buen gobierno. Además, las alianzas entre activistas de los países del Sur y del Norte han obtenido buenos resultados en asuntos, desde la deuda a las minas terrestres. Los recursos económicos empleados por el FMI y el Banco Mundial para imponer sus políticas han sido atacados. El Congreso de EEUU se muestra escéptico en la financiación de estas instituciones (14) y en cuanto a los bonos del Banco Mundial, que sirven para la financiación del 80% de los activos de esta institución, son vulnerables al boicoteo (15) .Como dice Frederick Douglass: "El poder no da nada sin exigencia. Nunca lo ha hecho ni nunca lo hará".