Desde hace dos décadas Israel
colabora en el desarrollo de los programas nuclear y balístico
de la India con la mediación de la CIA
Nuclearización de
India y Paquistán
La conexión con el conflicto árabe-israelí
Dilip Hiro
Autor del Diccionario del Oriente Medio
(publicado por McMillany St. Martin Press, Londres y Nueva York)
y colaborador habitual de la publicación Middle East
International
Durante el mes de mayo,
las pruebas nucleares de India y Paquistán, los acontecimientos
que han rodeado a éstas y las revelaciones sobre los contactos
clandestinos entre la India en Israel en materias de tecnología
nuclear y de misiles, que se remontan a dos décadas atrás,
han mostrado la firme relación entre los asuntos de Oriente
Medio y Asia del Sur, lo que hasta ahora era conocido por tan
sólo unos pocos. La conexión entre Asia del Sur
y Oriente Medio, hasta ahora limitada los ámbitos comercial
y diplomático, ha adquirido una dimensión nuclear
no calculada hasta ahora, que oscurece el panorama de la seguridad
y estabilidad de las dos regiones.
Los recientes acontecimientos de Asia del Sur y las revelaciones
aparecidas en los medios de comunicación israelíes
e hindúes han subrayado lo siguiente:
1. Israel es ahora el único poder nuclear que no ha
reconocido serlo.
2. Además de evitar las inspecciones de la Agencia
Internacional de la Energía Atómica (AIEA), Israel
ha ayudado a la India en su programa de armas nucleares.
3. Pakistán temía un ataque preventivo de Israel
a sus instalaciones nucleares en conjunción con la India
en vísperas de las explosiones nucleares del 28 de mayo.
4.. Mientras que la India públicamente ha calificado
a Pakistán y China de adversarios, la consideración
de la bomba de Pakistán como islámica implica
que tiene una dimensión oriental (India) y otra occidental
(Oriente Medio).
5. La Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense
ha fomentado la cooperación militar entre la India e Israel,
primero en el campo de las armas convencionales, a mediados de
los sesenta, y luego en programas nucleares.
La conexión entre las tensiones entre Asia del Sur,
centradas alrededor de Cachemira, región que está
en disputa desde 1947, con las de Oriente Medio, que tienen como
punto central la ocupación de tierras árabes por
Israel desde 1967, anuncia la apertura de un nuevo capítulo
en las relaciones internacionales.
Israel, por su cuenta
Las explosiones en Asia del Sur han subrayado el hecho de
que hay ahora un solo poder nuclear que no reconoce serlo: Israel.
Gobiernos y políticos del Oriente Medio han señalado
rápidamente este hecho. Arabia Saudí, Líbano
y los Emiratos Árabes Unidos han criticado a Occidente
por no ser capaces de obligar a Israel al que permita las inspecciones
de la AIEA, el centinela nuclear de Naciones Unidas. Así,
un comunicado Saudí declaraba: "El doble rasero de
la comunidad internacional al excluir a Israel de las inspecciones
nucleares ha fomentado la carrera nuclear en Asia del Sur".
Mientras la Autoridad Palestina mantenía silencio en este
asunto, Hanan Asrawi, Ministra de Educación Superior palestina,
decía que es injusto que Pakistán tengan que encarar
sanciones económicas mientras Israel permanece indemne:
"Israel es el único país de nuestra región
que está por encima de tener que dar cuentas en lo que
se refiere a sus armas nucleares".
Según numerosas fuentes dignas de crédito, publicadas
durante el último cuarto de siglo, Israel empezó
fabricando 4 ó 5 armas nucleares cada año, desde
1968 en adelante, y ahora posee un arsenal de unas doscientas
armas de este tipo, tácticas y estratégicas.
Siguiendo la detallada revelación del programa de
armas nucleares de Mordejai Vanunu, técnico durante ocho
años en la planta de reprocesamiento de Dimona, que se
publicó en el Sunday Times en octubre de 1986 (1), Seymour Hersh, que
fue periodista de investigación del New York Times,
ha confeccionado una historia narrativa coherente en su libro
The Samson Option: Israel´s nuclear arsenal and American
foreing policy, publicado en 1991. Después, en noviembre
de 1994 el Jane´s Intelligence Review reveló
las siguientes localizaciones de las instalaciones nucleares
israelíes: Soreq (diseño y prueba), Dimona (reactor
nuclear y planta de procesamiento del plutonio), Yodefat (ensamblaje
de las armas) y Kfar Zajariya (almacenamiento).
La asociación entre Israel y
la India
Se ha sabido ahora que la cooperación entre ambos países
en materia nuclear y de misiles de los años 70 en adelante
tuvo su origen en un primer pacto secreto sobre el suministro
de armas convencionales y el intercambio de sus servicios de
inteligencia. En 1962,cuando sus fuerzas se retiraban en la guerra
contra China, el primer Ministro de la India, Jawalharlal Nehru,
abandonando su política exterior de no alineamiento, urgió
al presidente Kennedy a que asistiera militarmente a la India.
Éste, descartando intervenir directamente en el conflicto,
alentó a la India a que se aproximara a Israel y dio instrucciones
a la CIA para que ayudara a esto. Hay que recordar que a fines
de los setenta, siguiendo el mismo modelo, Washington dirigiría
a los regímenes dictatoriales de América Central
a comprar armas a Israel, ya que él mismo no podía
suministrarlas debido a su reciente celo por los derechos humanos.
Así que se produjo una visita clandestina a la India del
jefe del Estado Mayor israelí, David Shaltiel, en 1964,
para firmar un protocolo secreto con vistas al intercambio de
servicios de inteligencia y al suministro de armamento.
La cooperación en el campo nuclear tuvo que esperar
a que la India hiciera estallar un ingenio nuclear en 1974,
con intenciones pacíficas, y al ascenso como primer
Ministro en 1977 de Morarji Desai, un político derechista
con una historia de contactos con la CIA (según cuenta
Hersh en su libro The Price of Power). Se cree que las
bases para este acuerdo se establecieron en un encuentro de
máximo secreto entre Moshe Dayan, entonces ministro de
exteriores de Israel, y Desai cerca del aeropuerto de Bombay.
Cuando el auge del petróleo de mediados de los años
setenta y primeros ochenta produjo el acercamiento de los Estados
del Golfo a Pakistán, comenzó éste a parecer
una amenaza para los israelíes. La hostilidad de la India
era, sin embargo, mucho más antigua, pues databa de la
partición del año 1947. Así, cuando en
1987 comenzaron a circular los informes de que Islamabad estaba
construyendo un ingenio nuclear, pronto se oyó de un
posible plan indo-israelí de lanzar una ataque preventivo
contra Pakistán. Como era de prever, Israel y la India
negaron este supuesto.
La siguiente fase de las relaciones llegó en 1992,
tras la caída del régimen prosoviético de
Muhammad Nayibullá en Afganistán. Esto produjo
el regreso de decenas de miles de experimentados muyahidín
no afganos a sus países de origen y el surgimiento de
una actividad guerrillera islamista desde el Xinjiang chino,
de población musulmana, a Argelia, pasando por la Cachemira
bajo administración hindú. Enfrentada a una insurgencia
islamista que Pakistán ayudaba en Cachemira, los dirigentes
militares y civiles hindúes se mostraron vivamente interesados
en saber cómo Israel se enfrentaba a un fenómeno
similar en el sur de Líbano.
Por último, cuando Israel firmó los acuerdos de
Oslo con la OLP en 1993 , la India perdió cualquier reparo
que tuviera a forjar lazos completos con Israel. Reconoció
a este Estado diplomáticamente, intercambiándose
embajadores. Israel mantenía un consulado en Bombay desde
1950 para facilitar la emigración de los judíos
hindúes y la misión comercial de Bombay multiplicó
su trabajo para hacer frente a la importación de diamantes
tallados en Tel Aviv que, por valor de cientos de millones de
dólares iban a los joyeros hindúes. En 1994 Shimon
Peres, Ministro de Exteriores de Israel, se convirtió
en el primer político israelí de alta categoría
en visitar Nueva Delhi abiertamente.
En diciembre de 1996 los dos países firmaron una serie
de acuerdos de cooperación, incluyendo uno de tecnología.
Al mes siguiente la visita de Estado a la India del presidente
de Israel Ezer Weizman puso las bases para una ascenso cualitativo
de la cooperación entre ambos países.
En las últimas dos décadas se han producido
intercambios entre los dos países varios intercambios
de científicos expertos en energía atómica
y misiles, como la del doctor A.J.P. Abdul Kalam, jefe de la
Organización para la Investigación en la Defensa
y el Desarrollo de la India, quien visitó Israel al menos
dos veces en 1996-97. En marzo último, según el
semanario de Nueva Delhi India Today, el general y jefe
del Estado Mayor hindú, Ved Prrakah Malik, fue llevado
a la frontera entre Israel y Líbano, donde se le mostró
la sofisticada tecnología antiinfiltración y otros
métodos que los israelíes tienen allí desplegados,
en directa relación con los intereses de Nueva Delhi
de frenar las infiltraciones paquistaníes en Cachemira
a lo largo de los 880 km. que tiene de largo la línea
de alto el fuego de 1949.
Los miedos paquistaníes a
un ataque 'preventivo'
Sólo es una conjetura el grado de conocimiento que hayan
podido tener los paquistaníes de las relaciones secretas
entre Israel y la India. Lo cierto es que el 27 de mayo los radares
paquistaníes detectaron dos veces una avión de
combate F-16 en sus pantallas, avión que no posee la
India pero que forma parte de la fuerza aérea israelí.
Dado que Israel destruyó una instalación nuclear
iraquí cerca de Bagdad en junio de 1981 con un bombardeo
aéreo, los temores de Pakistán no son infundados.
De modo que preparó su aviación y puso sus misiles
en alerta roja. El temor a una ataque israelí hizo que
el gobierno paquistaní se apresura a realizar la detonación
de su artefacto nuclear el 28 de mayo.
La India ha catalogado a Pakistán y China como sus
adversarios, otorgando a su nueva arma un papel doble. Por lo
que respecta a Pakistán, se le ha adjudicado un papel
adicional por parte de políticos de otras naciones, principalmente
musulmanas, aunque también por Israel, que se inclina
a describir el arma paquistaní como una bomba islámica.
Su Ministro de Defensa, Yitzhak Mordejai, advirtió pronto
del peligro de que el dominio nuclear se extendiese desde Pakistán
a otros Estados musulmanes.
La visión popular entre los palestinos, que son en
un 90% musulmanes, fue bien resumida por el Shaij Idrisi de la
mezquita de al-Aqsa de Jerusalén: "La bomba nuclear
de Paquistán es el comienzo de la resurrección
del poder islámico". Anteriormente, en una
entrevista en un periódico de Jartum, el líder
de Hamas, Shaij Ahmad Yasin, había descrito la nueva condición
nuclear de Paquistán como un "valioso caudal para
las naciones árabes y los musulmanes". Más
importante fue que durante una visita a Islamabad, el Ministro
de Exteriores iraní Kamal Jarrazi declarara que los musulmanes
del Oriente Medio se habían preocupado durante mucho
tiempo de la capacidad nuclear israelí, pero ahora que
una nación hermana musulmana había demostrado
que poseía la tecnología para producir armas nucleares
"sentían confianza".
El status nuclear de Pakistán ha sido bienvenido
desde muchos lados de la región como un contrapeso al
arsenal nuclear israelí y aunque el primer Ministro paquistaní
Muhammad Nawaz Sharif ha prometido que no compartiría
la tecnología nuclear con ningún otro país,
la geografía y los hechos reales aconsejan a muchos analistas
tratar con escepticismo estas afirmaciones. Pakistán
comparte una frontera con Irán y en el ámbito popular
y oficial existen importantes lazos entre Pakistán y las
monarquías árabes del Golfo. Si exceptuamos las
diferencias acerca de Afganistán desde la captura por
los talibán de Kabul en septiembre 1996, las relaciones
entre Irán y Pakistán han sido cordiales desde
la revolución iraní de 1979. Ambos han adquirido
en Corea del Norte misiles balísticos de alcance medio
(mil quinientos kilómetros) y están intentando
fabricarlos ellos mismos. Irán tiene un programa de investigación
nuclear en marcha que, insiste, tiene fines pacíficos,
permitiendo la entrada de la AIEA. A pesar de las repetidas
seguridades que Teherán da sobre sus pacíficas
intenciones, EEUU e Israel advierten constantemente que Irán
podría estar en disposición de hacer estallar su
propio artefacto atómico en unos cuatro o cinco años.
Los lazos entre Pakistán y los Estados del Golfo son
importantes. Los emigrados paquistaníes juegan un papel
crucial en las economías de los seis países árabes,
a los que suministran mano de obra especializada y sin especializar.
También forman una parte sustancial de las fuerzas armadas
de esos países, especialmente de Omán, Qatar,
Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos.
Islamabad está en una situación financiera precaria,
con apenas mil trescientos millones de dólares de divisas
y una deuda exterior de 36 mil millones, lo que constituye el
72% de su producto interior bruto anual. Se puede comparar con
la cifra del 24% de la India. Es significativo que al comienzo
del dilatado viaje de Nawz Sharif por los Estados del Golfo
el 6 de junio, Arabia Saudí y los Emiratos declarasen
que iban a seguir suministrando petróleo a Pakistán.
Islamabad necesitará todo el apoyo financiero que pueda
conseguir, después de que el Fondo Monetario Internacional
y el Banco Mundial pospusieran la consideración de las
demandas de préstamos de Pakistán y la India. Estas
medidas son el resultado de la presión ejercida por los
directores nombrados por Japón y EEUU cuyos legisladores
todavía se suben por las paredes tras el fracaso de la
CIA en la predicción de las pruebas nucleares de la India
el 11 de mayo.
El papel de la CIA
El descontento de los políticos estadounidenses con
la CIA aumentará a medida que comprendan su grado de implicación
en el acercamiento militar entre la India e Israel. Dado el papel
de la agencia de iniciadora de este acercamiento, no es imprudente
suponer que continúen supervisando activamente esta significativa
y secreta relación.
De hecho, a principios de 1996, cuando los científicos
hindúes dijeron al primer Ministro H.D. Gowda que estaban
listos para probar la bomba, la CIA lo adivinó y el presidente
Clinton presionó con éxito al líder hindú
para que no hiciera estallar el artefacto. Hay que destacar
que los servicios inteligencia hindúes (el RAW o Research
& Analisis Wing) tras investigar el camino que siguió
la filtración a la CIA ha podido superar a la agencia
americana. Para ello, después de que el recién
nombrado primer Ministro A.B. Vajpayi tomara la decisión
de efectuar las pruebas, los ingenieros hindúes que recordaban
los tiempos en que el satélite espía estadounidense
estaba enfocado hacia el área de Pojran en Rajasthan
(donde la prueba de 1974 se realizó) se aseguraron esta
vez de que todo estuviera tranquilo en este lugar. Así
los hindúes engañaron al espía celeste americano.
(Artículo publicado
en Middle East International, en su número del
19 de junio de 1998. Traducción Tomás Ferrer Pallarés,
N.Á.)
Notas:
- Ver en este número
de Nación Árabe, en su sección Noticias
Breves, el relativo a Vanunu. [Nota de N.Á].
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