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Iraq


Consenso en la Administración Bush para el cambio de régimen en Iraq

Nota Informativa CSCAweb (csca.nodo50.org/csca), 23 de enero de 2002

La publicación norteamericana Newsweek informa que se ha alcanzado un "consenso general" en el seno de la Administración Bush para un "cambio de régimen" en Iraq. La fecha más temprana para el lanzamiento de este asalto final contra Iraq sería el inicio del verano, precisamente tras la conclusión de la actual fase del programa "petróleo por alimentos", el 29 de mayo. Durante estos meses, EEUU irá creando el clima que justifique la intervención.

En su última edición de fecha 28 de enero, la publicación norteamericana Newsweek informa que se ha alcanzado un "consenso general" en el seno de la Administración Bush entre el Secretario de Estado, Colin Powell, y el de Defensa, Donald Rumsfeld, para un "cambio de régimen" en Iraq, en declaraciones de un alto responsable de la Administración al periodista Evan Thomas. "Pero -señala en su artículo Evan Thomas- Saddam [Husein] no será atacado 'mañana o unilateralmente'. Más bien, pronostica este responsable [de la Administración Bush], Powell y Rumsfell trabajarán para lograr un 'compromiso'. EEUU incrementará su presión sobre Saddam para que admita [el retorno de] los inspectores de desarme de Naciones Unidas para buscar las armas de destrucción masiva de Iraq. Nadie [en la Administración Bush] espera que Saddam cumpla plenamente, pero el proceso permitirá ganar tiempo: mostrar la intransigencia de Saddam, ganar el apoyo de los aliados de EEUU, encontrar y apoyar a luchadores de la libertad [opositores] en Iraq, y preparar una invasión si fuera necesario. El tiempo requerido podrá ser, en cualquier caso, de seis a 18 meses, indica el responsable." (pág. 36).

La fecha indicada más temprana para el lanzamiento de una nueva ofensiva militar contra Iraq indicada por el miembro de la Administración Bush en sus declaraciones a Newskeek es el inicio del verano, precisamente tras la conclusión de la actual fase del programa "petróleo por alimentos", el 29 de mayo. Ciertamente, este año 2002 parece será determinante en la estrategia norteamericana contra Iraq. En el contexto de la "guerra global contra el terrorismo", la Administración Bush está intentando convencer a sus aliados regionales y europeos de la necesidad de lanzar un asalto final contra Iraq que conduzca a un cambio interno de régimen.

Iraq y el 11 de septiembre

EEUU ha procurado sin éxito implicar a Iraq en los atentados del 11 de septiembre. Miembros del sector más duro de la Administración Bush (el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y su vicesecretario, Paul Wolfowitz, y la asesora presidencial en Seguridad, Condolezza Rice, además del vicepresidente Cheney) se han expresado reiteradas veces tras los ataques del pasado 11 de septiembre a favor de que la campaña bélica "antiterrorista" iniciada por EEUU en Afganistán incluya en una segunda fase a Iraq, y ya antes de concluida la intervención en Afganistán, este sector de la Administración y los medios de comunicación norteamericanos consideraban que no es necesario hallar una conexión entre los ataques del 11 de septiembre o la red al-Qaeda e Iraq. Al tiempo y siguiendo con su pretensión del pasado año, la Administración Bush pretende endurecer el sistema de sanciones contra Iraq -las llamadas "sanciones inteligentes"-, forzando en el Consejo de Seguridad una nueva resolución el próximo mes de mayo, cuando finaliza la actual fase semestral del programa "petróleo por alimentos".

Un año después del ataque unilateral de diciembre de 1998 por parte de EEUU contra Iraq, el 12 de diciembre de 1999 el Consejo de Seguridad de NNUU aprobó la resolución 1284 con los votos a favor de EEUU y Gran Bretaña y las abstenciones de Francia, Rusia y China. La resolución supuso situar la cuestión del embargo contra Iraq en punto muerto tras diez años de aplicación de las sanciones aprobadas en agosto de 1990, e introducía un nuevo elemento, la suspensión temporal de las sanciones en caso de que el CS aceptara que Iraq ha cumplido con las exigencias que le fueron impuestas al término de la Guerra del Golfo, enmendando así el párrafo 22 de la resolución 687 de alto el fuego de 1991, de fin incondicional de las sanciones, que Iraq exige sea aplicado.

De acuerdo con la explicación de voto dada por EEUU, esa suspensión no implicaría que el gobierno iraquí recobrase el control de sus ingresos petrolíferos. La pretensión de EEUU durante el pasado año 2001 de que el CS aprobara un nuevo sistema de sanciones sobre Iraq tiene como objetivo estrechar el control estratégico de NNUU sobre los ingresos petrolíferos y someter al país a un embargo tecnológico definitivo que impida su recuperación e inserción económica regional. Pocos días antes del ataque a Bagdad de febrero de 2000, primero Gran Bretaña y después EEUU habían planteado sustituir el actual régimen de sanciones, vigente desde agosto de 1990, por la llamadas "sanciones inteligentes". El 23 de mayo, Gran Bretaña presentaba en el CS con el pleno apoyo de EEUU una propuesta de resolución sobre el embargo a Iraq que contó con el rechazo inmediato de Rusia y matizaciones de Francia y China. En la línea de la mencionda resolución 1284 de 1999, el núcleo central de esta nueva resolución se basaba en el reforzamiento de los mecanismos de control estratégico -financiero, tecnológico y comercial- de Iraq sin límite temporal alguno, al tiempo que en la introducción de nuevas medidas sobre Jordania, Siria y Turquía a fin de impedir el contrabando de mercancías y petróleo. Finalmente, tras un mes de deliberaciones, mientras que China se mostró sensible a las argumentaciones comerciales de EEUU, la amenaza de veto por parte de Rusia determinó que el CS renunciara a aprobar cualquier nuevo sistema de sanciones, limitándose a prorrogar el 3 de julio -como reclamaba Iraq- el programa "petróleo por alimentos" por cinco meses más, solución que debe considerarse como un grave revés de la nueva Administración Bush en su política de asedio contra Iraq.

Norteamericanos y británicos están preocupados por el debilitamiento del embargo y la normalización política regional de Iraq. La mayoría de los países árabes han ido recuperado en los años 2000 y 2001 sus relaciones económicas y políticas con Iraq. De especial trascendencia ha sido la recuperación de relaciones entre Siria e Iraq, que han reabierto en noviembre de 2000 el oleoducto común de 750 kilómetros, que EEUU pretende someter también al control de NNUU. Incluso Turquía (desde donde siguen despegando los aviones estadounidenses y británicos que sobrevuelan el Kurdistán iraquí) enviaba a Bagdad a finales de enero de 2001 a su primer embajador en diez años, pese a las protestas de Washington. Fuentes diplomáticas estiman que Iraq estaría recibiendo de 2 a 3 mil millones de dólares anuales fuera del sistema de control del CS, bien por medio de acuerdos comerciales bilaterales con países árabes, bien por medio de tasas impuestas a las compañías petroleras interacionales que comercializan el petróleo iraquí [1].

Nueva fase del programa 'petróleo por alimentos'

El pasado 29 de noviembre de 2001, el CS -aprobaba sin discusión interna- la resolución 1382 por la cual se prolongaban las sanciones económicas y el programa humanitario "petróleo por alimentos" por un semestre más, hasta el 29 de mayo de 2002, en lo que será su fase XI. En plena intervención contra Afganistán y tras su fracasado intento de imponer las denominadas "sanciones inteligentes" antes del verano, la Administración Bush ha aceptado la renovación, por un semestre más del programa humanitario de NNUU. En esta ocasión, EEUU ha procurado no forzar en el CS un nuevo debate sobre el reforzamiento estratégico de las sanciones contra Iraq como hiciera cuando concluía la anterior fase del programa, al parecer para evitar una confrontación con Rusia -como ocurriera la vez anterior- cuando estaba desarrollándose aún la intervención contra Afganistán y formalizándose la presencia militar estadounidense en un área muy sensible para Moscú: la amplia zona Cáspio-Cáucaso.

EEUU y Rusia empezaban a discutir a finales del pasado año la lista de productos de "doble uso" (civil y militar) que deberá presentarse en mayo de 2002, al concluir la fase ahora iniciada. Esta lista incluirá productos que deberán ser sometidos al control del CS. La elaboración de esta lista preocupa a Moscú, por cuanto si es extremadamente prolija, como pretende EEUU, podría perjudicar sus exportaciones comerciales con Iraq, que el pasado 2000 alcanzaron cifras relevantes para la maltrecha economía rusa. Parece ser que -si Bush no opta por un asalto militar inmediato contra Iraq tras el fin de intervención en Afganistán- EEUU y Rusia podrían alcanzar en mayo próximo un acuerdo para establecer un nuevo régimen de sanciones en Iraq, que reforzaría los aspectos estratégicos del control del país -los comercial, tecnológico y financiero. Si así fuera, Rusia modificaría con ello su línea mantenida en estos años de promover una negociación que condujera a una solución de la cuestión iraquí que incluya el levantamiento incondicional del embargo a Iraq. Iraq, sin duda, como no podrá ser de otra manera, rechazará un nuevo sistema de control estratégico que, de hecho, supondrá, eternizar las sanciones e impedir la recuperación socioeconómica del país y la plena recuperación de su soberanía nacional.

Retorno de los inspectores

Iraq sabe que EEUU quiere imponer en mayo en el CS condiciones inaceptables que justifiquen y conduzcan a un asalto final contra el país y a un cambio de régimen, tal y como desvela esta semana Newsweek. Para hacer frente a ello, y aprovechando la visita a Iraq del secretario general de la Liga Arabe, el egipcio Amr Musa, el gobierno iraquí transmitía a NNUU un claro mensaje de voluntad de recuperar el diálogo con el organismo internacionl [2].

Ciertamente, Iraq se muestra contrario a aceptar el retorno sin más de la nueva comisión de desarme UNIMOVIC (la Agencia Internacional de la Energía Atómica ha proseguido su trabajo en Iraq en estos años sin problemas), y ello por dos motivos. En primer lugar, Iraq recuerda que la responsabilidad del fin de las anteriores inspecciones armamentísticas le corresponde a EEUU, primero, por haber involucrado a la anterior comisión desarme -la UNSCOM- en probadas tareas de espionaje y manipulación de información que obligaron a su disolución y, segundo, al haber lanzado unilateralmente el ataque de diciembre de 1998, la operación Zorro del Desierto. Por otra parte, Iraq sabe que EEUU pretende con la entrada de los inspectores en el país situar en punto cero la cuestión del desarme iraquí, cuando ya a finales de 1994 se daba por cerrada la fase de localización y destrucción de los arsenales de armas de destrucción masiva y de sus medios de producción y, desde ese momento y hasta diciembre de 1998, era operativo el sistema de control destinado a evitar que Iraq pusiera nuevamente en marcha sus programas armamentísticos -es decir, se reconocía el desarme estratégico efectivo de Iraq.

Por el contrario, Iraq espera de NNUU -especialmente de su secretario general y de los otros miembros del CS- la apertura de una negociación integral que conduzca al levantamiento de las sanciones en aplicación del párrafo 22 de la resolución 687 de alto el fuego de 1991, tras un evaluación ponderada y parcial del más que satisfactorio cumplimiento por parte de Iraq de las obligaciones que le fueron impuestas al término de la Guerra del Golfo

Notas:
1.
Economist Intelligence Unit, 17 de enero de 2002.
2. Wall Street Journal, 21 de enero de 2002.



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