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PALESTINA


Política de natalidad y nacionalismo

La estrategia de Israel y las respuestas palestinas

CSCAweb (www.nodo50.org/csca),
29 de marzo de 2004
'Jerusalem Found', núm.190, 24/02/2004
Traducción para CSCAweb de Beatriz Morales, CSCAweb

"En contra de las tendencias internacionales relativas a la planificación familiar, el conflicto israelo-palestino se expresa en la política demográfica con implicaciones no sólo para los derechos de los ciudadanos y las perspectivas para la paz en Oriente Medio sino también para las mujeres y sus cuerpos"

En contra de las tendencias internacionales relativas a la planificación familiar, el conflicto israelo-palestino se expresa en la política demográfica con implicaciones no sólo para los derechos de los ciudadanos y las perspectivas para la paz en Oriente Medio sino también para las mujeres y sus cuerpos. Rhoda Kanaaneh, profesora de Antropología de la Universidad Americana de Washington DC, ha analizado las diferentes estrategias en una ponencia presentada en el Centro Palestino el 23 de febrero de 2004.

En el caso de Israel, hoy sigue existiendo el deseo de una mayoría judía "prácticamente en todo el espectro [político israelí], aunque existe desacuerdo respecto a la amplitud de esa mayoría y a cómo lograrla". Una estrategia que ha utilizado Israel desde su fundación es animar activamente a las mujeres judías a tener la mayor cantidad posible de hijos. Desde 1949 se concedía el premio a la "madre heroína" que tuviera diez o más hijos. Sin embargo, el programa se suspendió cuando se constató que la mayoría de las receptoras del premio eran árabes. Posteriormente, el primer ministro israelí David Ben-Gurion recomendó que fuera la Agencia Judía en vez del gobierno de Israel quien manejara el premio ya que la Agencia podría restringir con más facilidad el premio a los judíos y excluir a los ciudadanos árabes de Israel.

La anticoncepción no fue posible en Israel hasta finales de los años 50, y el aborto fue ilegal hasta 1976. Pero incluso una vez que dichas opciones fueron posibles, la presión política hizo que en Israel apenas se apoyaran fuertes programas de planificación familiar para las mujeres judías. Por el contrario, se les suministró todo tipo de tratamientos de fertilidad. En 1967 se estableció un centro demográfico en la oficina del primer ministro con el "objetivo explícito de incrementar la reproducción de las mujeres judías exclusivamente".

Además, en 1968 el gobierno israelí estableció una "Fundación para el fomento de la natalidad", que concedía prestaciones especiales a las familias judías con tres o más hijos. Las prestaciones por hijos y los subsidios sociales a las familias judías son un 300% más altas que las concedidas a las familias palestinas. En el nacionalizado Programa de Seguro Sanitario israelí nunca han estado realmente bien cubiertos los métodos de planificación familiar. El nuevo paquete nacional de seguro sanitario aprobado en 1995 no cubre anticonceptivos ni orientación acerca de la anticoncepción pero ofrece una generosa ayuda a avanzados tratamientos de infertilidad, como ilimitadas fecundaciones in vitro. Israel dispone además del mayor índice de clínicas de fertilidad per capita del mundo.

La 'línea roja' de la población árabe de Israel

Kanaaneh se centró en su conferencia en los residentes palestinos del norte de Galilea, que es una de las zonas de mayor concentración de árabes palestinos dentro de Israel -en torno a un 20% de la población de Israel es árabe-palestina. Según el primer ministro Yitzhak Rabin, esta cifra del 20% de la población es la "línea roja para los árabes" que "no debe ser sobrepasada" para "preservar el carácter judío del Estado". Israel ha llevado a cabo una política de judeización de Galilea por medio de la expropiación de tierras que pertenecían a los árabes y estableciendo emigrantes judíos en ellas.

Las mujeres palestinas en Israel se enfrentan a una difícil situación en los consultorios de salud subvencionados por el gobierno. En general las mujeres sospechan de las personas que proporcionan los cuidados sanitarios de los que dependen las mujeres, lo que hace que las mujeres "mientan, oculten información y/o retrasen la comunicación [del embarazo]". Esta actitud que tienen muchas mujeres palestinas la resume Iman [una mujer palestina] citada en el libro de Kanaaneh así: "El médico judío desearía poder ligarnos las trompas a todas. Yo le dije que iba a tener otro hijo, que le llamaría Mohamed y que él no podía impedírmelo".

Kanaaneh cree que "las similitudes entre las políticas demográfica raciales en Israel y en otras partes del mundo sugieren que más allá de Galilea se plantean cuestiones paralelas".

A pesar de sus esfuerzos, los programa de fomento de la natalidad de Israel en general no han tenido éxito. La tasa de natalidad entre los ciudadanos palestinos de Israel sigue siendo aproximadamente el doble de la de los judíos israelíes, exactamente igual que hace 50 años, cuando se creó el Estado de Israel en Palestina. Kanaaneh indica que la explicación parcial de este dato es que los israelíes en general se han centrado más en la emigración [como medio] para aumentar la población judía. Tanto palestinos como israelíes han aceptado el significado político de la reproducción. Mientras que Israel trata de poner freno a los nacimientos múltiples entre los ciudadanos palestinos, los palestinos suelen afirmar que tener muchos hijos es un deber patriótico. Kanaaneh lo describe como "una lucha demográfica sionista a la inversa". En este contexto la aceptación de la fertilidad en ambas partes "hace de los cuerpos de las mujeres campos de batalla a través de los cuales se definen la nación y la comunidad".

En el lado opuesto del debate, algunos palestinos de la izquierda consideran que tener demasiados hijos en unas circunstancias poco favorables desde el punto de vista económico o educativo no ayuda en nada al avance de la causa palestina. Muchas mujeres palestinas se encuentran divididas por estas expectativas contradictorias. Como lo expresaba una mujer palestina a la que Kanaaneh entrevistó: "Si tuviéramos más dinero, tendría más hijos para Palestina. Eso es lo que siento y esas son mis convicciones, pero no puedo permitírmelo".

La preferencia por tener hijos varones refleja también los puntos de vista palestinos respecto a ambos sexos y los papeles de cada uno. En buena parte se considera que las mujeres son "madres de la nación" y productoras de hombres. Los hombres ocuparán su puesto como agentes activos en la lucha social, mientras que las mujeres continúan apoyándolos, amamantándolos de "la leche de la gloria, el honor y el valor", como afirma una escritora citada por Kanaaneh. A pesar de que el importantísimo lugar asignado a las mujeres en la política de crecimiento del nacionalismo palestino les permite alguna forma de participación en la lucha, necesariamente limita su potencial.

* Este texto, difundido por el 'Jerusalem Found', está basado en los comentarios realizados el 23 de febrero de 2004 por Rhoda Kanaaneh, profesora de Antropología de la Universidad Americana de Washington DC y autora de 'Birthing the Nation: Strategies of Palestinian Women in Israel', University of California Press, 2002.

Enlaces relacionados

Refugiados palestinos


30 de marzo, Día de la Tierra Palestina

Una jornada contra el sionismo y el racismo

CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 29 de marzo de 2004
Comité de Solidaridad con la Causa Árabe, CSCAweb, 29 de marzo de 2004

"La lógica racista y segregacionista contra los residentes árabes del Estados de Israel que denuncia el Día de la Tierra es la misma que hoy se materializa en acero y hormigón en el denominado Muro del Apartheid, que pretende preservar con su trazado, no la seguridad de los ciudadanos israelíes frente al 'terrorismo', sino la lógica de Estados étnicos y confesionales en Oriente Medio"

El pasado diciembre, poco antes de que se difundiera en la prensa israelí y árabe la entrevista en la que el historiador israelí Beni Morris llamaba a intensificar la limpieza étnica contra los palestinos [1], el ministro israelí de Finanzas, Benjamín Netanyahu, afirmó que el "problema demográfico" está alcanzando cotas preocupantes para Israel, no ya debido a los palestinos de los Territorios Ocupados en 1967, sino por los palestinos del 48, es decir, aquéllos que viven en el interior del Estado de Israel y son denominados "árabes israelíes". "[...]Si hay un problema demográfico -y lo hay- es con los árabes israelíes que sigan siendo ciudadanos israelíes" [2]. En su intervención, Netanyahu alertó acerca de que si los palestinos llegaran a constituir el 35% ó 40% del total de la población de Israel el carácter judío del Estado quedaría diluido por la demografía y acabaría convertido en un Estado binacional [3].

Según las estadísticas del gobierno israelí en 1995 casi un 40% de la población palestina de Israel era menor de 15 años, frente al 27,2% entre la judía. La tasa de fertilidad entre las mujeres palestinas entre 15 y 39 años el interior de Israel duplica casi a la de las mujeres judías en el mismo rango de edad. Los datos del censo publicados en 1998 estimaban que la población judía era de 4.76 millones y la de las minorías de 1.24 millones. En los siete años anteriores a 1998, la población de Israel se incrementó en un millón, de ellas, 520.000 eran judíos rusos emigrados en una oleada que comenzó en 1992. como el desmembramiento de la URSS, y otros 110.000 judíos de otras nacionalidades [4].

Un Estado 'judío'

La hostilidad y el racismo que el Estado de Israel practica desde 1948 contra la población árabe palestina están directamente relacionada con la naturaleza del proyecto sionista en todo el territorio palestino, que pasa necesariamente por liquidar el proyecto nacional de una Palestina árabe tal y como lo expresó históricamente el Movimiento de Liberación Nacional y la Carta Nacional de la OLP. La defensa del proyecto nacional sionista a través del Estado de Israel pasa inexcusablemente por judeizar toda Palestina, lo que significa aplicar tanto en los Territorios Ocupados en 1967 como en los de 1948 políticas administrativas y de abierta represión militar directa no solo contra Gaza y Cisjordania sino contra la población palestina del interior de las fronteras de 1948. La exclusión social y política, la represión policial y el racismo institucionalizado en el Estado de Israel están firmemente establecidos para promover el éxodo progresivo de la población palestina que, si bien desplazada en su mayoría durante la guerra de 1948, permaneció en el territorio palestino sobre el que se había declarado unilateralmente la creación del Estado de Israel en mayo de aquel año.

En este sentido, las declaraciones del ministro Natanyahu sobre la "amenaza demográfica" que representa la minoría árabe palestina en el Estado de Israel y las medidas administrativas que se deben aplicar contra ese sector de su propia ciudadanía, están orientadas a y confluyen con la política del denominado transfer (desalojo), perseguida por todos los gobiernos israelíes contra el pueblo palestino en su integridad, y prueban la naturaleza antidemocrática y racista del sionismo y del Estado de Israel.

La lógica racista y segregacionista contra los residentes árabes del Estados de Israel que denuncia el Día de la Tierra es la misma que hoy se materializa en acero y hormigón en el denominado Muro del Apartheid, que pretende preservar con su trazado, no la seguridad de los ciudadanos israelíes frente al terrorismo palestino, sino la lógica de Estados étnicos y confesionales en Oriente Medio.

Contra el sionismo, contra el racismo, todo nuestro apoyo a las aspiraciones nacionales y democráticas del pueblo palestino en el Día de la Tierra. [CSCAweb]

Historia de 'al-Yaum al-Ard', Día de la Tierra

Nabila Harb*

CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 29 de marzo de 2004
Nabila Harb ('Free Arab Voice'), 29 de marzo de 2002
Traducción para CSCAweb de Loles Oliván

"Para los palestinos, estén donde estén, cada día debe ser 'al-Yaum al-Ard'; ha llegado la hora de comprender que no podemos recurrir a ninguna potencia extranjera para que nos rescate, que solo la firmeza y la determinación asegurarán un futuro para Palestina"

A finales de marzo de 1976, los palestinos de Galilea se dieron cuenta de que el gobierno sionista estaba intentando confiscar 20.000 dunums de tierra agrícola palestina para construir asentamientos judíos y un campo de entrenamiento militar. El 30 de marzo los palestinos llamaron a una huelga general para protestar por el robo de sus tierras.

La huelga general solía ser entonces el modo en que los trabajadores palestinos denunciaban las injusticias negándose a ir al trabajo. Cuando se producía una huelga general, los trabajadores se manifestaban en las calles llevando pancartas y cantando canciones de resistencia para que todo el mundo se enterase de por qué rechazaban trabajar. Ahora, sin embargo, para los palestinos una huelga general significa mucho más que eso. Es un llamamiento a todos los palestinos para que se posicionen contra la injusticia. Los trabajadores se niegan a ir a sus trabajos, los estudiantes a sus clases y los propietarios de tiendas cierran sus comercios y fábricas.

Jornada de apoyo y unidad

Cuando se llamó a la huelga general el 30 de marzo de 1976, las marchas y las manifestaciones se sucedieron por todas partes, desde Galilea hasta el [desierto de] Negev. El ejército israelí y la policía respondieron a los manifestantes con violencia, y al final de la jornada docenas de palestinos habían caído heridos y siete habían sido asesinados, disparados por las armas sionistas. Este fue el comienzo del Día de la Tierra.

El 30 de marzo es para todos los palestinos el Yaum al-Ard, el Día de la Tierra, una jornada en que los palestinos de todo el mundo muestran su apoyo y unidad con aquellos que viven bajo la bandera de Israel y bajo la ocupación israelí [en los Territorios de Gaza y Cisjordania], yendo a la huelga o convocando manifestaciones y actos.

Una de las razones por las que el Yaum al-Ard es tan importante es porque la huelga general tuvo lugar dentro del corazón de la patria Palestina, en la tierra falsamente llamada Israel por los sionistas. Los palestinos que viven bajo bandera israelí tienen pasaportes sionistas y son llamados "ciudadanos israelíes", aunque no disfrutan de los mismos derechos que los ciudadanos judíos del Estado sionista. Pero, ¿por qué los palestinos aceptan pasaportes israelíes y por qué viven bajo la bandera de Israel?: pues porque no tienen otra alternativa si desean permanecer dentro de su patria. Hay un viejo dicho que reza "La posesión hace nueve décimos de la ley". Ello significa que es más fácil demostrar el derecho a la tierra si se sigue viviendo en ella. Aquellos palestinos que pudieron escapar al genocidio y a la expulsión de Al-Nakba [El Desastre] en 1948 [5] han sido obligados a vivir bajo un gobierno racista que no quiere a ningún no-judío en Palestina; han sido igualmente forzados a tolerar muchas injusticias para poder seguir viviendo en su propia patria.

A lo largo de más de 50 años de ocupación en el corazón de Palestina, los palestinos que han podido permanecer en su tierra han vivido en una situación absolutamente insegura. Los sionistas nunca han confiado en ellos ni les han considerado jamás como ciudadanos, ni siquiera aunque tengan pasaportes sionistas. El verdadero problema, sin embargo, es que los sionistas estarían más que satisfechos de expulsarlos de su propia tierra con la excusa más insignificante.

El primer Día de la Tierra fue importante porque los palestinos que vivían bajo constantes amenazas de expulsión de su propia tierra hicieron frente a los ocupantes y denunciaron el robo continuado de su patria. Este año, con motivo del Yaum al-Ard, queremos recordar cada aldea destruida por los invasores, cada acto de terror e intimidación con que el sionismo castigó a los palestinos, cada mártir caído por la violencia del sionismo.

'Al-Nakba' continúa

Porque Al-Nakba no ha terminado: las masacres, las demoliciones, las confiscaciones de tierra y los encarcelamientos siguen a la orden del día y no hay un fin a la vista a menos que los propios palestinos rechacen que se permita esta pesadilla de confianza rota y sueños destrozados para seguir firmes.

Este año los palestinos que viven bajo la ocupación están más oprimidos que nunca porque la conocida práctica sionista de los cierres, que aíslan todas las ciudades palestinas y todas las aldeas prohíbe a los palestinos que viajen y los sitúan bajo "arresto domiciliario".

La Intifada que comenzó en septiembre de 2000 cuando el carnicero Sharon forzó con su entrada la mezquita de Al-Aqsa junto a 200 soldados todavía no ha podido ser parada por los sionistas. Los palestinos siguen luchando contra la ocupación, a pesar de que cerca de 3.000 palestinos la mayoría menores de edad, han sido asesinados. No debemos olvidar el sacrificio de esos heroicos muchachos y muchachas, así como de sus familias, por la causa de la libertad.

Al-Yaum al-Ard será este año el día del recuerdo a nuestros mártires así como una jornada para el compromiso de hacer todo lo que esté en nuestra mano por la causa de la justicia de nuestro pueblo. Para los palestinos, estén donde estén, cada día debe ser al-Yaum al-Ard; ha llegado la hora de comprender que no podemos recurrir a ninguna potencia extranjera para que nos rescate, que solo la firmeza y la determinación asegurarán un futuro para Palestina.

Preservar la memoria

Shouki Kasis, maestro en Palestina ocupada, nos ha dejado algunos recuerdos de aquel tiempo del primer Yaum al-Ard

"[...] Crecí de niño con tres frases que se repetían casi siempre en todas las conversaciones y debates de los adultos que me rodeaban. Hasta tal punto esas tres frases formaban parte del discurso de todos los mayores que se convirtieron en una verdadera pesadilla para un niño como yo. Nunca entendí lo que significaban pero estaba seguro de que enfadaban a todo el que las pronunciaba. Esas frases eran "la Ley del asusente/presente" (Qanun al hader/gayeb); "propiedad abandonada" (amwal matrukeh); "la Agencia" (al-Wekaleh) [6]).

Los sionistas declararon zona militar todas las aldeas y ciudades palestinas, e impusieron un toque de queda efectivo desde las cinco de la tarde del 29 de marzo de 1976 en los pueblos de Sakhnin, Arrabieh, Der Hannah, Trhan, Tamra y Kabul, todos ellos ubicadas en la baja Galilea. Los palestinos decidieron protestar valientemente contra ese nuevo robo llamando a la huelga y manifestándose.

La mañana del 30 de marzo, soldados israelíes con tanques y artillería pesada estaban situados en esos pueblos, ocupándolos militarmente. El resultado fue que siete jóvenes árabes palestinos, la mayoría adolescentes, fueron asesinados a sangre fría por las tropas israelíes. Una de esos mártires fue la joven de 16 años Jadiyeh Shawahdeh, de Sajnin, asesinada cuando salía de su casa para recoger a su hermano de cinco años que había salido corriendo detrás de su gato. Jadiyeh era mi alumna en la clase del decimoprimer grado. Lloré como un niño. [...]".

Desde aquel 30 de marzo de 1976, conmemoramos el Yaum el-Ard cada año.

* Nabila Harb es consejera editorial de 'Free Arab Voice'. Este texto ha sido publicado en: www.freearabvoice.org

Notas de la autora y de CSCAweb:

1. Véase en CSCAweb: Vanesa Casanova: 'La izquierda sionista israelí se quita la careta: Benny Morris, de (pseudo)historiador a profeta' y enlaces relacionados. [Nota de CSCAweb]
2. Discurso de Benjamín Netanyahu en la Conferencia de Herzilya sobre cuestiones de seguridad celebrada en diciembre de 2003. [Nota de CSCAweb]
3. Cairo Times, 26 de noviembre de 1998. [Nota de CSCAweb]
4. Véase en CSCAweb:
Refugiados palestinos [Nota de CSCAweb]
5. Sobre la cuestión demográfica palestino-israelí, véase el texto de la columna izquierda "Política de natalidad y nacionalismo: estrategia de Israel y respuestas palestinas".
6. La última, en referencia a la Agencia Judía para la Tierra en la Tierra de Israel (en hebreo, Hasokhnoot hayehudeet). Esas tres frases designan los diferentes medios por los que los sionistas han seguido robando tierra al pueblo palestino tras su invasión de Palestina. Sin entrar en detalles, leyes y agencias sionistas como esas se crearon para que los sionistas pudieran desembarazarse de todos los palestinos que permanecieron en sus hogares tras Al-Nakba y hacerse con todas sus tierras. A través de esas leyes y agencias sionistas se siguen cometiendo crímenes a pesar de que hay leyes internacionales que protegen a los pueblos contra ese tipo de agresiones cometidos por invasores de tierras que pertenecen a otros. Desgraciadamente, los sionistas nunca han prestado mucha atención al derecho internacional y como siguieron utilizando esas leyes suyas para robar más y más tierra, los palestinos que han podido quedarse en su patria se hayan cada vez más decepcionados y frustrados.