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Resistencia iraquí

Diario de la resistencia iraquí
Abril de 2004

"En un contexto de guerra generalizada, EEUU y los restantes países con fuerzas de ocupación en Iraq afrontan en estos momentos una situación insostenible en el país. Un doble frente de presión -armada y social- atenaza a los ocupantes. El fracaso de la ocupación es absoluto y evidente. En este contexto, se pone más de manifiesto que la intención estadounidense de implicar a instancias multilaterales en la ocupación de Iraq no es más que un recurso cínico e interesado ante lo que es la quiebra de su proyecto inicial de gestión hegemónica y unilateral de un Iraq ocupado. Son estos acontecimientos, no la reiteración de la amenaza de la red al-Qaeda contra el Estado español, los que debería determinar la inmediata retirada de las tropas españolas de Iraq por parte del nuevo presidente del gobierno, Rodríguez Zapatero"

En un contexto de guerra generalizada, EEUU y los restantes países con fuerzas de ocupación en Iraq afrontan en estos momentos una situación insostenible en el país. Un doble frente de presión -armada y social- atenaza a los ocupantes. El fracaso de la ocupación es absoluto y evidente.

Por una parte, la resistencia armada se ha sostenido imbatible pese a la consideración de la Autoridad Provisional de la Coalición (APC, administración de ocupación) y del Pentágono de que la detención del ex presidente Sadam Husein determinaría su declive. Los hechos muestran lo contrario: enero y marzo han sido, tras noviembre de 2003, los más mortíferos para las tropas de ocupación. Hasta mediodía del martes, 6 de abril, 21 soldados y marine estadounidenses han muerto en el transcurso del nuevo mes, elevando hasta 325 el total de soldados estadounidenses muertos por acciones de la resistencia desde el 1 de mayo.

Por otra parte, la represión masiva llevada a cabo por las fuerzas de ocupación (decenas de miles de detenidos y el recurso a las tácticas israelíes de voladura de casas, arrestos de familiares de sospechosos, asesinatos selectivos, arranque de árboles, etc.) no están dando resultado alguno. La acción insurgente contra los ocupantes y las fuerzas de seguridad e instancias creadas por la APC se ha asentado poderosamente en la zona norte y centro del país, expandiéndose en los últimos meses a las zonas bajo control polaco y británico del centro-sur y sur del país. Por ejemplo, los acuartelamientos de la brigada Plus Ultra ya estaban siendo regularmente bombardeados con proyectiles de mortero antes de los sucesos del domingo en Kurfa-Nayaf, mientras que la red de oleoductos del sur del país -la única operativa desde el inicio de la ocupación- ha sufrido al menos tres acciones de sabotaje en marzo de 2004, amenazando cerrar definitivamente la exportación de crudo iraquí, de la se benefician exclusivamente los ocupantes y sus empresas.

En estos momentos, al menos 1.300 efectivos estadounidenses combaten abiertamente en la provincia de al-Ambar, tras haber puesto cerco militar a las ciudades de Ramadi y Faluya, al oeste de la capital (la autovía que une Bagdad con Amán ha sido cerrada por los ocupantes). El balance de los enfrentamientos entre civiles y guerrilleros y fuerzas de ocupación es aún desconocido. Al menos cuatro marine más habrían muerto el lunes en los combates en esta zona, según ha informado el Pentágono; la cifra de iraquíes se prevé altísima.

Al tiempo, se mantiene y extiende los enfrentamientos de las fuerzas de ocupación estadounidense, italiana, británicas, española y centroamericanas con los seguidores del clérigo shi'í Moqtada as-Sadr en barrios de Bagdad y en las principales localidades del centro y sur de Iraq tras el cierre de un diario próximo a aquél y de un colaborador suyo. En Bagdad, las fuerzas de ocupación han recurrido de nuevo, a un año del inicio de la invasión, al bombardeo aéreo y con carros de combate de barriadas populosas que, como la de Shula, sufrieron mortíferos ataques entonces. Al menos 12 iraquíes han muerto en Naseriya por disparos de tropas italianas de ocupación; en la capital, el director del hospital az-Zawra de Medina as-Sadr ha informado este martes de que al menos 38 iraquíes habían muerto y otros 126 habían resultado heridos en los enfrentamientos entre tropas estadounidenses y manifestantes.

La revuelta de los seguidores de as-Sadr pone de manifiesto que la pretensión de EEUU y el Reino Unido de controlar a la comunidad shi'í privilegiando en su interlocución a partidos y clérigos -as-Sistani, en concreto- de esta confesión dispuestos a acomodar sus intereses a los de ocupantes se ha demostrado baldía.

Al tiempo, en estas semanas se han multiplicado las protestas sociales por el paro, que según datos fiables puede afectar hasta el 60 o el 70% de la población activa; los proyectos de privatización completa de más de 190 empresas estatales han tenido que ser congelados ante la previsión de un estallido social incontrolable en vísperas de la cesión formal de soberanía a una nueva instancia iraquí el próximo 30 de junio. Manifestaciones pacíficas inicialmente han concluido en violentos enfrentamientos con policía iraquíes y tropas de ocupación españolas, británicas e italianas en numerosas ciudades del centro y sur del país. La idea de un sur pacificado y sumiso a los ocupantes -como la de al existencia de un "triángulo sunní"- no es más que un mito que la realidad de los hechos desmiente.

La implicación de los nuevos cuerpos de seguridad iraquíes en la represión y la condena de la resistencia por parte de los miembros del Consejo Gubernativo y de las máximas instancias de la jerarquía shi'í vinculados a los ocupantes deslegitiman aún más a quienes supuestamente habrán de recibir de éstos la soberanía ante del día 30 de junio. Por su parte, el Pentágono evalúa estos días, aumentar su presencia militar en Iraq, ahora de 105.000 soldados.

En este contexto, se pone más de manifiesto que la intención estadounidense de implicar a instancias multilaterales en la ocupación de Iraq (en primer lugar a Naciones Unidas, con una nueva resolución del Consejo de Seguridad que actualice la 1511 de octubre de 2003; tras ello, quizás a la OTAN) no es más que un recurso cínico e interesado ante lo que es la quiebra de su proyecto inicial de gestión hegemónica y unilateral de un Iraq ocupado.

Además, el mito -uno más- de que las tropas españolas están en Iraq en misión humanitaria se derrumba a medida que pasan las horas: son tan tropas de ocupación como las estadounidenses y británicas, y su presencia en Iraq solo tiene por objeto mantener bajo control -reprimir con las armas- una población que mayoritariamente rechaza sus presencia y a la que, empobrecida y exhausta, se le está robando su soberanía, sus riquezas y su futuro.

Son estos acontecimientos, no la reiteración de la amenaza de la red al-Qaeda contra el Estado español, los que debería determinar la inmediata retirada de las tropas españolas de Iraq por parte del nuevo presidente del gobierno, Rodríguez Zapatero, máxime cuando los supuestos autores de la matanza en Madrid del 11 de marzo reiteran sus amenazas contra la población española (de ser fiable el comunicado remitido el lunes, 5 al diario ABC) pese a la clara expresión de rechazo a la política del PP -también, claro está, en relación a la implicación en la guerra y ocupación de Iraq- manifestada en las pasadas elecciones.

El pueblo iraquí se expresa en Iraq resistiendo a la ocupación, no en Madrid con atentados que solo favorecen a la larga la lógica de la "Guerra global contra el terrorismo" de la Administración Bush o su alternativa europea de represión y fronteras blindadas. En solidaridad con la legítima lucha del pueblo iraquí, exijamos la retirada inmediata de la tropas españolas y el fin de la ocupación.

En solidaridad con el pueblo iraquí, movilicémosnos por la retirada inmediata de las tropas españolas de Iraq los días 16 y 22 de abril, fechas en las que será elegido el nuevo presidente del gobierno español y abierta la nueva legislatura.

Fin a la ocupación, retirada inmediata de las tropas españolas
Solidaridad con el pueblo iraquí, alto la represión
Solidaridad con Faluya
Todo nuestro apoyo a la resistencia iraquí