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IRAQ

Nota de CSCAweb publicada el 25 de octubre de 2003

Toda nuestra solidaridad para George Galloway, expulsado del partido Laborista por su oposición al embargo y a la guerra contra Iraq
CSCAweb: 25-10-03

George Galloway, parlamentario británico y una de las principales figuras de su país en la oposición al régimen de sanciones y a la guerra contra Iraq, ha sido expulsado ayer jueves día 23 de octubre del partido Laborista, en cuyas filas militaba desde los 13 años. La dirección del partido Laborista basa su decisión en que Galloway ha incitado a los árabes a combatir la presencia de las tropas británicas en Iraq, y a los soldados del Reino Unido a desobedecer las ordenes de sus superiores. Asimismo se le acusa de haber promovido públicamente que no se votara a candidatos laboristas locales que no se opusieran a la guerra contra Iraq. Portavoces de la coalición contra la guerra en Reino Unido 'Stop the War' han mostrado su repulsa por la decisión de la dirección laborista, que han calificado de "absolutamente ignominiosa". Un grupo de activista de esta coalición se manifestó ayer ante la sede laborista donde estaba reunida la comisión sancionadora.
Tras la invasión de Iraq, Galloway fue acusado de haber recibido dinero del anterior gobierno iraquí, habiéndose demostrado que los documentos aportados eran falsos. Los medios de comunicación británicos que dieron cuenta de la falsa noticia han sido judicialmente obligados a rectificar. De origen humilde, Galloway participó asimismo muy activamente en su país en las tareas de solidaridad con Palestina.
George Galloway ha participado en diversas actividades de la Campaña Estatal por el Levantamiento de las Sanciones a Iraq, la última de ellas la conferencia internacional contra la guerra celebrada en Madrid los días 16 y 17 de noviembre de 2002 (véase Encuentro Internacional contra la Guerra. Madrid, 16 y 17 de noviembre de 2002: En solidaridad con el pueblo iraquí). Todo nuestro apoyo y cariño para George.

Enlaces relacionados / Related links

Noticias breves 2003

Encuentro Internacional contra la Guerra. Madrid, 16 y 17 de noviembre de 2002: En solidaridad con el pueblo iraquí

'Stop the War'


El parlamentario británico George Galloway gana el juicio por difamación

Expulsado del Partido Laborista en 2003 por su oposición a la guerra de Iraq, se le había acusado de enriquecerse con el programa "Petróleo por Alimentos"

The Guardian, 2 de diciembre de 2004
CSCAweb, 15 de diciembre de 2004. Traducción Pablo Carbajosa

George Galloway, parlamentario británico ex-laborista ha ganado el juicio por difamación contra el diario conservador londinense The Daily Telegraph, que ha sido condenado a indemnizarle con 150.000 libras esterlinas en concepto daños y perjuicios. El juez David Eady manifestó que las acusaciones de que Galloway estaba a sueldo de Sadam Hussein eran "gravemente difamatorias" y que no tenía otra opción que conceder al parlamentario escocés por Glasgow Kelvin, uno de los críticos más contundentes de la guerra en Iraq, una indemnización en el escalón más alto del baremo de los juicios sin jurado por difamación.

El tribunal dictaminó que el Telegraph difamó a Galloway al publicar una información en la que se explicaba que documentos encontrados en Bagdad tras la toma de la ciudad por las tropas norteamericanas sostenían que estaba a sueldo de Sadam Hussein.

El juez Eady afirmó que se veía "obligado a indemnizar al señor Galloway a la vista de lo publicado y de la irritante manera de conducirse posteriormente de los acusados, así como a señalar una cantidad con el fin de restañar su reputación (...) No creo que esa reputación pueda quedar reparada con una cifra inferior a 150.000 libras." Los daños y perjuicios fijados se encuentran en la escala superior, cuyo tope máximo se encuentra en 200.000 libras. A esto debe añadírsele más de un millón de libras en concepto de costas judiciales. Es probable que la cantidad total ronde el millón y cuarto de libras.

Se trata de un gran triunfo para Galloway que, durante su disputa en los tribunales, acusó al periódico de no permitirle responder adecuadamente y lanzarse a publicar la noticia en forma de sensacional exclusiva. El juez Eady declaró que Galloway no dispuso de oportunidades suficientes para refutar las afirmaciones del Telegraph de que había recibido 375.000 libras anuales de Sadam.

El juez resaltó que Galloway mantuvo únicamente una conversación de 35 minutos con Andrew Sparrow, corresponsal parlamentario del rotativo, pero no recibió los documentos ni se le informó de que el Telegraph tenía la intención de publicar la historia. "Aunque el señor Galloway fue entrevistado telefónicamente en la tarde del 21 de abril, no se le dió la oportunidad de leer los documentos iraquíes con antelación y tampoco se los leyeron", declaró el juez. Afirmó que cualquier lector razonable del Telegraph habría concluido que Galloway estaba a sueldo de Sadam después de leer la noticia.

"Dadas las circunstancias, no se puede decir que los acusados tuvieran el deber moral o social de hacer públicas sus alegaciones sobre Galloway en ese momento, sin ningún intento de verificarlas", añadió el juez Eady.

Las acusaciones del Telegraph se basaban en documentos descubiertos entre las ruinas del ministerio de Exteriores iraquí en Bagdad en abril del pasado año por David Blair, enviado especial del diario. El periódico adujo que podía defenderse su publicación de acuerdo con el "privilegio cualificado", a saber, su imperioso interés público y el hecho de que se hiciera de buena fe. El juez Eady respondió que el diario no podía apelar a dicho privilegio en este caso, puesto que no otorgó a Galloway tiempo suficiente para responder a las acusaciones. Que un periódico conceda o no un período suficiente para responder a sus acusaciones es una de las diez circunstancias clave que debe tomar en cuenta un juez en los casos de difamación, de acuerdo con lo dictaminado en un juicio crucial que enfrentó al taoiseach (primer ministro) irlandés, Albert Reynolds, con el Sunday Times en 1999. Reynolds ganó el pleito y la indemnización se fijó simbólicamente un 1 penique.

En sus informaciones de abril de 2003, el Telegraph acusó a Galloway de haber recibido cantidades del orden de 375.000 libras anuales, además de haber desviado sumas del programa "petróleo por alimentos", privando así al pueblo iraquí -cuyos intereses decía representar- de alimentos y medicinas. El periódico sostuvo también que el parlamentario había utilizado la ONG creada por él -Mariam Appeal- como tapadera para enriquecerse personalmente y que su proceder era equivalente a un acto de traición.

El Telegraph argumentó que iba en interés del público ofrecer la historia, independientemente de su veracidad. El periódico afirmó que no había hecho otra cosa que publicar "una cobertura neutral" de documentos descubiertos por uno de sus periodistas, David Blair.

Contra la guerra y contra Blair

Tras conocer el veredicto, Galloway realizó unas declaraciones en contra de Tony Blair y afirmó que el Telegraph había recibido un "varapalo judicial". "Al Telegraph le han pedido cuentas, y vaya cuentas le han salido. Ahora bien, cuándo va a tener Tony Blair que saldar las suyas?". Galloway fue expulsado del Partido Laborista tras 36 años de militancia [véase la nota publicada en CSCAweb en 2003 en el margen izquierdo de esta misma página (N. del webmaster)], después de incitar públicamente a los árabes a luchar contra las tropas británicas. En la actualidad dirige Respect, una formación política creada el año pasado tras su expulsión.

Galloway declaró que al Telegraph le movió su posición favorable a la guerra, que le convirtió en uno de los grandes "voceros" del conflicto.

El Telegraph manifestó que el veredicto es "un golpe a la libertad de prensa" y se comprometió a apelar a instancias superiores. El director ejecutivo Neil Derbyshire afirmó que el periódico nunca había sostenido que las acusaciones fueran ciertas, pero creyó que tenía derecho a publicarlas.

"Estos documentos se publicaron porque su contenido suscitaba cuestiones muy importantes en un momento crucial de la guerra de Iraq", declaró.

En el juicio, que duró cuatro días, Galloway negó que fuera "un estafador avaro" que aceptara dinero del antiguo dirigente iraquí para financiar un tren de vida dispendioso.

Durante la vista, James Price, abogado del Telegraph, afirmó que el periódico había publicado sus informaciones "desde el punto de vista del interés público y del periodismo profesional....sin duda una de las informaciones más importantes de un momento importantísimo". Price dijo también que el juicio sería una una prueba para saber si los medios de información podían invocar la protección del "privilegio Reynolds". Expresó sus dudas respecto a que la victoria de Galloway hubiera sido respaldado por el tribunal europeo de Derechos Humanos, debido al derecho periodístico a la libertad de expresión.

El abogado de Galloway, Richard Rampton, le contradijo al afirmar que "la libertad de expresión no es excusa para publicar lo que sea". "Significa libertad para transmitir información de forma responsable, algo a lo que la opinión pública tiene derecho. Se supone que actúan de buena fe, siempre y cuando proporcionen información precisa y fiable en consonancia con la ética periodística". Rampton afirmó que el Telegraph se apresuró en su publicación sin conceder a Galloway una oportunidad plena de responder a las alegaciones y acusó al diario de juzgarlo culpable visto el tono de su cobertura.

En el juicio declaró el mismo Galloway, que chocó ferozmente con Price en el estrado de los testigos. Declararon también cinco periodistas del Telegraph, entre ellos David Blair y Neil Derbyshire, director del diario en el momento en que se publicó la información. En uno de los momentos más tensos, Galloway acusó al Telegraph de "traspasar con una espada mi alma política." Afirmó que el periódico "no tuvo agallas" para asumir una defensa justificativa, es decir, para demostrar que las acusaciones eran ciertas.

Price declaró que probar la veracidad del contenido de los documentos rebasaba las posibilidades del periódico. "Nunca fue ni ha sido intención del Telegraph sugerir culpabilidad o sugerir que la culpabilidad podía establecerse de otro modo que no fuera por medio de una cuidadosa investigación gracias a medios de los que el periódico no dispone. Esa investigación no se ha realizado todavía."