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Entrevista
Resistencia iraquí

* Mohamed Hasan es un investigador marxista etíope especialista en Oriente Medio. Trabajó como diplomático en su país y en la actualidad reside en Bélgica donde ejerce como profesor. Es autor de varios artículos sobre Arabia Saudí y el origen del wahabismo, sobre los Hermanos musulmanes de Egipto y sobre las relaciones entre Islam y lucha contra EEUU en Oriente Medio. De este autor puede leerse en CSCAweb:

** David Pestieau es editor de la web de 'Solidaire' (Bélgica). Esta entrevista ha sido difundida en www.ptb.be/solidaire.html el pasado 11 de noviembre de 2003

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Entrevista a Mohamed Hassan*

La resistencia iraquí agudiza todas las contradicciones de EEUU

David Pestieau**

CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 15 de diciembre de 2003
'Solidaire', 12 de noviembre de 2003
Traducción del francés: Isabel Llacer, CSCAweb

"Y nada indica que la financiación exorbitante de la guerra por parte de EEUU pueda continuar sin provocar al final una grave crisis interna en el interior de EEUU. Más pronto o más tarde, las contradicciones se acentuarán en Iraq y en la región, los estadounidenses se encontrarán en una situación insostenible y tendrán que marcharse del país"

David Pestieau (P.): La Administración Bush ha obtenido 87 mil millones de dólares del Congreso estadounidense para continuar la ocupación de Iraq (y de Afganistán). Sin embargo, miembros demócratas del Congreso e incluso algunos republicanos, que votaron todos ellos a favor de la guerra, ponen ahora en cuestión la ocupación. ¿Cómo se explica esta evolución?
Mohammed Hassan (R.):
Desde hace 50 años, existe un debate entre las diferentes fracciones de la burguesía en EEUU. Una es la fracción "internacionalista-industrial", que ha defendido la política de Containment ("Contención"), es, decir tratar de contener al comunismo, de impedir que extendiera su influencia, lo cual implicaba una fuerte alianza con Europa occidental
La otra es la facción sudista, más ligada a la industria petrolera y a la textil. Su estrategia es el Roll-back ("Echar abajo"): derrocar al comunismo y a todos los regímenes independientes. Ha sostenido siempre que el centro de gravedad de la hegemonía estadounidense pasa por América Latina y, sobre todo, por Asia.
Hasta la caída de la Unión Soviética estas dos facciones concluyeron un pacto: lo fundamental era el Containment, pero con derrocamientos de regímenes selectivos -como por ejemplo en Irán en 1953 o en Indonesia en 1965- cada vez que era posible hacerlo sin enfrentarse demasiado con la Unión Soviética.

P.: ¿Y a partir de 1989?
R.:
Cuando cayó la Unión Soviética una gran parte de la burguesía estadounidense se volvió hacia el Roll-back absoluto, la voluntad de imponer el capitalismo mundial por todas partes bajo la hegemonía estadounidense. Con la crisis, a finales de los 90 y comienzo de la década siguiente, ha habido un consenso para derrocar a los regímenes de los Estados llamados delincuentes. Las guerras contra Yugoslavia, Afganistán e Iraq han constituido sus primeras etapas. En el caso de Iraq, la estrategia era derrocar el régimen y poner un gobierno títere en su lugar. Y, sobre todo, partiendo de Iraq, cambiar a los otros regímenes de la región. Desde el punto de vista económico, se trataba de privatizar todos los sectores clave de Iraq, poner en pie una economía neo-colonial e instalar un mercado único donde Israel podría dominar a la región. De hecho, se vuelve a una política colonial como la que existía a comienzos del siglo XX.

P.: ¿Colonialismo?
R.:
No hay ni Constitución, ni gobierno y todos los contratos de reconstrucción son adjudicados a firmas de EEUU [1]: un auténtico atraco. Por ejemplo, la firma Halliburton, cuyo presidente ha sido durante mucho tiempo el actual vice-presidente de EEUU, Dick Cheney. Una de sus filiales, Kellogg Brown & Root Services, ha recibido la adjudicación de la reconstrucción de la industria petrolera iraquí por el doble de la suma prevista al comienzo: dos mil millones de dólares. Y no sólo para la reconstrucción, sino también para la construcción de toda nueva refinería petrolera. El colmo es que el Cuerpo de Ingenieros de Ejército de EEUU, encargado de dirigir la reconstrucción, ha revisado al alza sus estimaciones sobre la base de un estudio realizado por Kellogg. Las ambiciones de las multinacionales estadounidenses del petróleo son explotar los pozos actuales pero también perforar otros, para extraer de ellos ¡ocho millones de barriles diarios!

P.: Hoy Iraq se enfrenta con un paro nunca visto.
R.:
En realidad, los estadounidenses llevan a cabo en Iraq lo que han hecho en otros países del Tercer Mundo: transformar a trabajadores manuales e intelectuales preparados en una marea de mendigos y de esclavos modernos. Lo que hacen hoy los estadounidenses es volver a lo que hicieron los británicos a comienzos de los años 20 cuando invadieron Iraq.
La Revolución soviética y luego la victoria sobre el fascismo tras la II Guerra Mundial fueron los motores de la descolonización. Es por tanto lógico que la caída del bloque socialista acarree la vuelta de un colonialismo modernizado. Pero los pueblos del Tercer Mundo, en particular Iraq, han aprendido mucho estos últimos 80 años: los iraquíes saben que su país ha producido el número más elevado de licenciados del mundo árabe; que pudo, en un momento dado de su historia, utilizar sus enormes recursos para construir un país moderno. Es esta conciencia lo que está en la base de la resistencia iraquí actual. Y si hay cierta oposición en el Congreso de EEUU es únicamente porque la resistencia iraquí demuestra día tras día que los planes de estadounidenses resultan ser muy costosos, sin garantía de éxito.

P.: Pero una parte de los países de la Unión Europea (UE) parece oponerse a este expansionismo.
R.:
Porque la guerra contra Iraq era también una guerra contra Europa. El Roll-back es el abandono de la política de alianzas previa a la caída de la Unión Soviética. EEUU ha hecho todo lo posible para dividir a Europa. Para imponer su hegemonía total, tenía que volver a dividir las zonas de influencia y pasar por la guerra contra Iraq. Es una clara señal dirigida a Europa: "no pongáis el pie en Oriente Medio". No hay que fiarse de las apariencias. No hay que fiarse del aparente reencuentro de la unidad entre Francia, Alemania y EEUU [2]. Las contradicciones aumentan. Hace diez años hubiera sido impensable que la UE encargara un sondeo en el que los europeos afirman que los dos países que más amenazan la paz en el mundo son Israel (59%) y EEUU (53%). También se desarrollan contradicciones en los países que han elegido seguir siendo atlantistas. Cuando España hace regresar a su personal diplomático de Bagdad está expresando las presiones de la facción de la burguesía española pro-europea.

P.: El propio Chalabi [3], el protegido iraquí de Washington, se queja de que EEUU no deje más poder al Consejo [Gubernativo] iraquí [4].
R.:
En primer lugar están los movimientos kurdo-iraquíes pro-estadounidneses [UPK y PDK], que durante diez años han tenido el control de una región autónoma al norte de Iraq. Han tenido ocasión de armarse y de organizarse. Tienen una influencia preponderante sobre las demás facciones pro-EEUU. Han impuesto la idea de un Estado iraquí federal. Pero, guiados por un nacionalismo estrecho y ciego, no han comprendido que EEUU tenía una agenda muy diferente de la suya para Iraq. El ejército estadounidense los necesita para el espionaje, la infiltración antes y durante la guerra. Pero hoy los estadounidenses han debido de constatar que los kurdos ya no pueden controlar el territorio que estaba antes bajo su control [5]. Y Washington hace un llamamiento [para el envío de tropas] a Turquía -al que se ha negado-, lo que ha provocado airadas protestas de los kurdos. Por otra parte, los movimientos árabes iraquíes pro-EEUU no tienen ningún apoyo popular y sobre todo carecen de una organización seria.

P.: ¿Une error de evaluación de EEUU?
R.:
En efecto, tanto Powell como Rumsfeld han tenido que reconocer que no se esperaban una resistencia tan potente y tan organizada. Contrariamente a lo que habían afirmado al comienzo [de la ocupación], han decidido volver a llamar a una parte de los miembros del antiguo ejército para construir rápidamente un nuevo ejército bajo sus órdenes. Pero, al actuar de este modo, los movimientos kurdos como el de Talabani, sienten que su poder disminuye; y las marionetas pro-estadounidenses como Chalabi sienten que el poder se les escapa [6].

P.: Se trataría de una marcha atrás de EEUU para dar una parte del poder a integrantes del antiguo régimen que se pasarían a su bando. Lo cual explicaría las declaraciones de Rumsfeld de formar un ejército iraquí de 200.000 hombres.
R.:
Precisamente. Los estadounidenses esperan agenciarse a uno o dos generales ambiciosos y oportunistas del antiguo régimen. Y atraerse de nuevo bajo su control a una parte de la base del ejército iraquí. Ésta, o bien se halla desocupada y en paro, o bien se ha sumado a la resistencia. Los estadounidneses esperan de este modo dividir al partido Ba'as.
En realidad, los antiguos miembros el ejército iraquí son los únicos que tienen experiencia militar y dominio de las formas de organización para construir un verdadero ejército. Pero esta opción es muy frágil para los estadounidenses: convertirá al ejercito en permeable a las infiltraciones de la resistencia. Y, sobre todo, llega demasiado tarde : si EEUU la hubieran aplicado en el momento en que la moral de los nacionalistas estaba en lo más bajo, hubieran podido esperar un reclutamiento más masivo, pero ahora

El trasfondo regional de la crisis de Iraq

P.: EEUU parece experimentar también contradicciones cada vez mayores con los demás países de la región.
R.:
Sí, y también con sus aliados tradicionales: Kuwait, Arabia Saudí e incluso Turquía. Estos tres países han firmado una declaración conjunta con el resto de los vecinos de Iraq (Irán, Siria y Jordania) en la que se indica que no aceptan [más que temporalmente] la ocupación estadounidense del país y exigen que el poder sea devuelto lo antes posible a los iraquíes. Kuwait se ha opuesto también a la decisión de EEUU de anular la deuda iraquí hacia ese país.

P.: También pueden explicarse esas declaraciones por la presión popular: en los países árabes el pueblo apoya con ardor a la resistencia iraquí.
R.:
Sí, esto influye, pero son algo más que declaraciones demagógicas. Nunca Kuwait y Arabia Saudí habían hecho declaraciones públicas de esa envergadura en sentido opuesto a EEUU. Estos regímenes feudales han comprendido que los objetivos de EEUU no se limitan a derrocar al régimen nacionalista árabe de Sadam Husein: se trata de democratizar la región con salsa estadounidense; en otras palabras, de derrocar a todos los regímenes del Golfo para reemplazarlos por nuevos protectorados donde los márgenes de la burguesía local quedan aún más reducidos.
La estrategia anti-saudí de EEUU se ha expresado en el informe al Congreso sobre los atentados del 11 de septiembre. En él, decenas de páginas que no fueron hechas públicas entonces cuestionaban el papel del Estado saudí. El informe exige indemnizaciones del orden de 3.000 mil millones de dólares, ¡el equivalente del total de la deuda externa de EEUU! Nada más fue hecho público el informe una delegación saudí, encabezada por el príncipe heredero, se desplazó a Moscú. Allí negoció un acuerdo petrolero anti-dumping: Arabia Saudí se compromete a consultar a Rusia con el fin de que no bajen los precios del petróleo mundial. Hay que tener en cuenta que Arabia Saudí ha sido uno de los principales aliados de EEUU en su cruzada anticomunista. También ha financiado en gran parte la economía estadounidense con sus petrodólares. Aceptando bajar el precio del petróleo cuando EEUU se lo pide, las entradas en divisas de las economías de los regímenes nacionalistas árabes y de la propia ex Unión Soviética, gran productora de petróleo, se han desplomado, provocando crisis económicas en estos países. El acuerdo ruso-saudí supone pues un giro importante y un desafío al dominio de EEUU. Arabia Saudí, que en el pasado había aconsejado a las asociaciones musulmanas de EEUU que votaran por Bush, les pide hoy que hagan todo lo posible para que no sea reelegido .

P.: Todas estas contradicciones se acentúan a medida que la resistencia iraquí se muestra cada vez más fuerte y más organizada.
R.:
Hay una combinación de varias formas de resistencia: acciones militares que apuntan a convoyes estadounidenses pero también una forma de intifada popular. De este modo, el 31 de octubre, la resistencia proclamó tres días de huelga y de resistencia al ocupante, mediante el boca-boca y la difusión clandestina de octavillas. Al día siguiente, la ciudad de Bagdad estaba casi desierta. Al otro día, un helicóptero estadounidense fue abatido causando más de 20 muertos. Y al siguiente, fue el cuartel general de las tropas de EEUU el que fue atacado. Después del ataque contra el vicesecretario [de Defensa] Wolfowitz, el 26 de octubre, se ve que la resistencia quiere sembrar el pánico no solo en las bases del ejército estadounidense sino también en su generales y en quienes deciden.

Iraq, ¿un nuevo Vietnam?

P.: El atentado contra la Cruz Roja el 27 de octubre plantea de todos modos una cuestión: ¿por qué atacar también a los que aportan una ayuda humanitaria ?
R.:
La situación es algo más compleja. Durante estos últimos diez años, la Cruz Roja y el Creciente Rojo (su equivalente en el mundo musulmán) han efectuado informes muy críticos sobre las consecuencias del embargo para la población civil. Tras la caída de Bagdad, el grueso del personal iraquí de la Cruz Roja, considerado pro-Sadam, fue echado a la calle sin miramiento por las tropas de ocupación. Colocaron a personas favorables a EEUU en la dirección de la organización, y ésta no presta ayuda más que en las zonas bajo control estadounidense. Por ejemplo, no llega ayuda alguna a la ciudad de Faluya, bastión de la resistencia. Y no seamos ingenuos: el ejército de EEUU tiene infiltrados que realizan tareas de espionaje en este tipo de organización. Todo esto puede explicar las motivaciones de los que han atacado ala Cruz Roja.

P.: Algunos analistas comparan Iraq con Vietnam.
R.:
Hay elementos comunes, evidentemente. Pero hay que situar estas dos guerras en su contexto. La guerra de Vietnam se enmarcaba en la estrategia del Containment. EEUU quería tener como en Corea, un Vietnam del Norte comunista y un Vietnam del Sur pro-estadounidense. Pero tuvieron que vérselas con una guerrilla fuertemente implantada en el pueblo y con un partido comunista bien organizado, apoyado por China y por la Unión Soviética. En Iraq, Washington actúa en una lógica del Roll-back, del derrocamiento. La resistencia iraquí no tiene el apoyo de la ex Unión Soviética, ni abiertamente de otros países poderosos. A priori, la situación es por tanto mucho más difícil. Pero EEUU tiene también sus puntos débiles: ha perdido la guerra de propaganda en el mundo árabe y musulmán; la resistencia tiene el apoyo de prácticamente todas las clases sociales en el mundo musulmán; la agresión estadounidense ha incrementado la toma de conciencia de esta población de más de mil millones de personas. De este modo, a la resistencia iraquí no le faltarán fondos si continúa organizándose. Y nada indica que la financiación exorbitante de la guerra por parte de EEUU pueda continuar sin provocar al final una grave crisis interna en el interior de EEUU. Más pronto o más tarde, las contradicciones se acentuarán en Iraq y en la región, los estadounidenses se encontrarán en una situación insostenible y tendrán que marcharse del país.

Notas de CSCAweb:

1. Como se ha comprobado el 10 de diciembre con la exclusión por parte de EEUU de la posible adjudicación de los 26 grandes contratos por un valor de 18.600 millones de dólares para la reconstrucción de Iraq a los países opuestos a la guerra, como Francia, Alemania y Rusia, además de México y Chile.
2. Ver nota anterior.
3. Presidente del Congreso Nacional Iraquí.
4. Véase en CSCAweb el texto de Hebert Docena:
'Iraq: ¿Colaboracionismo crítico?' - El Consejo Gubernativo presenta el calendario de traspaso anticipado de poder político impuesto por EEUU ante el derrumbe de la ocupación
5. En los últimos dos meses las operaciones de la resistencia parecen concentrarse ciertamente en la zona kurda, particularmente en Mosul (véase:
Diario de la resistencia iraquí - Noviembre de 2003).
6. El diario estadounidense The Washington Post del día 5 de diciembre confirmaba que la administración de ocupación de Iraq ha decido finalmente aceptar la formación de una fuerza paramilitar de entre 750 a 850 efectivos, que colaborará con las tropas de ocupación en la lucha antiguerillera inicialmente en la zona de Bagdad, aportados por cinco formaciones iraquíes vinculadas a los ocupantes: los dos partidos kurdo-iraquíes UPK (de Jalal Talabani) y PDK (liderado por Barzani), el Congreso Supremo de la Revolución Islámica en Iraq (CSRII), el grupo de Chalabi (Congreso Nacional Iraquí) y el de Ayad Alawi, el Acuerdo Nacional Iraquí. La crítica situación interna de seguridad que vive Iraq como resultado de la ofensiva insurgente ha determinado el cambio de opinión de EEUU, en línea con el llamado proceso de iraquización de la crisis que vive el país (véase en CSCAweb:
Diario de la resistencia iraquí - Diciembre de 2003).