Paremos la guerra contra Iraq


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Paremos la guerra contra Iraq


Nota del grupo de coordinación en Iraq de la iniciativa Brigadas a Iraq contra la Guerra de 1 de marzo de 2003 en relación con los comunicados de los 'escudos humanos' catalanes presentes en Bagdad

5 de marzo de 2003. CSCAweb (www.nodo50.org/csca)

En relación al correo electrónico enviado desde Bagdad por el grupo catalán de los denominados 'escudos humanos' (EPI) el pasado 26 de febrero y los subsiguientes comunicados de las plataformas valenciana y catalana contra la guerra en apoyo al mismo, el grupo de coordinación en Iraq de la iniciativa 'Brigadas a Iraq contra la Guerra' puesta en marcha por la Campaña Estatal por el Levantamiento de las Sanciones a Iraq (CELSI, PASI en Catalunya), quiere expresar lo siguiente:

1. Su categórico desmentido y total rechazo de las afirmaciones de los EPI vertidas en su correo electrónico relativas a que las autoridades iraquíes estén forzando a los grupos internacionales a situarse en lugares concretos. Ante el requerimiento de los 'escudos humanos' de situarse en objetivos civiles susceptibles de ser atacados ­como lo fueron durante la Guerra del Golfo de 1991- en la nueva agresión que se avecina sobre este país, las autoridades iraquíes han presentado a los distintos grupos internacionales aquí presentes una lista de centros exclusivamente civiles asociados con sectores estratégicos para el mantenimiento de las condiciones de vida cotidiana de la población de Bagdad antes y después de la guerra: esencialmente, suministro de energía eléctrica, potabilización y depuración de aguas, y almacenes y medios de distribución alimentaría.

Tenemos constancia de que la designación de tales centros civiles para su protección internacional ha sido establecida según criterios objetivos de los diferentes ministerios iraquíes implicados y de los organismos internacionales, y se corresponde adecuadamente con aquellos lugares que en cualquier conflicto deben ser preservados de ser atacados y destruidos a fin de garantizar durante la guerra y tras ésta las condiciones básicas para la preservación de la vida de civiles.

2. Grupos de 'escudos humanos' de distintas nacionalidades, ya se han instalado libremente y sin coacción alguna en algunos de estos centros (por ejemplo, en la Central Sur de Bagdad, de producción eléctrica, donde hay unos 15 europeos, turcos y árabes). Exclusivamente un grupo -turco- ha optado por ubicarse en la refinería de Doha, próxima a Bagdad y que suministra carburante a la capital, al considerar su protección esencial para el mantenimiento de medios públicos y privados de transporte, entre otros los parques automovilísticos de bomberos, protección civil, ambulancia y distribución de alimentos.

Las anteriores Brigadas del Estado español que han llegado a Iraq (la de Cataluña -que llego el 16 de febrero- y la de Andalucía ­que abandonó el viernes 28 de febrero Bagdad) no han sido en ningún momento presionadas por las autoridades iraquíes para instalarse en centro civil alguno (si bien, a petición nuestra, hemos visitado algunos de ellos para evaluar sus condiciones), habiendo residido en un hotel, como así estaba previsto salvo que empezara la agresión y como igualmente hará la tercera Brigada, la asturiana, que llega a Bagdad en la madrugada del domingo al lunes próximos.

En estos momentos, el grupo de coordinación en Bagdad de Brigadas a Iraq contra la Guerra esta evaluando, sin injerencia alguna de sus interlocutores iraquíes, donde situar a las siguientes brigadas (Madrid, País Vasco, País Valenciano, segunda de Cataluña y segunda de Andalucía), tanto para contribuir a la protección de la población bagdadí como para garantizar la propia seguridad de los grupos de brigadistas provenientes del Estado español, habida cuenta de que valoramos que, si EEUU y sus aliados atacan finalmente Iraq y Bagdad, permanecer en hoteles no es la opción mas razonable por cuestiones logísticas, independientemente o no de que se asuma instalarse en centros civiles susceptibles de ser atacados.

3. No nos corresponde valorar los motivos que han determinado al grupo catalán de EPI (alguno de ellos ya de retorno) a no querer situarse en lugares civiles susceptibles de riesgo, y ello pese a denominarse 'escudos humanos'. Pero si lo es denunciar tanto las posibles consecuencias de sus afirmaciones, como el procedimiento que han seguido a la hora de plantear a las autoridades iraquíes lugares alternativos a los propuestos (en concreto instalar una carpa ante el hospital Sadam de Bagdad), habida cuenta que ello puede perjudicar gravemente la presencia internacional en este país.

En primer lugar, el contenido de su correo electrónico respalda las declaraciones de los responsables de la Administración Bush (Rumself, entre otros) de que los internacionalistas presentes en Bagdad estamos siendo manipulados por el gobierno iraquí o no tenemos plena autonomía para la toma de decisiones, o lo que es mas grave, que estamos al servicio o apoyamos al gobierno iraquí y no a la población civil de este país. Un uso malintencionado de sus apresuradas justificaciones puede ser un arma arrojadiza -bien descalificadora, bien criminalizadora- contra la presencia internacionalista en Iraq por parte de los gobiernos ­el nuestro propio- favorables a la guerra y de medios de comunicación afines a ellos. Con ello, los EPI han demostrado una notoria falta de responsabilidad, que puede perjudicar a quienes estamos en Iraq o siguen llegando a este país. En tal sentido, llamamos la atención sobre las recientes declaraciones de un alto responsable del Pentágono relativas a que EEUU esta valorando considerar combatientes a los internacionalistas presentes en Iraq.

En segundo lugar, las afirmaciones con las que pretenden justificar su decisión son, al tiempo que falaces, propias de quienes, sin experiencia alguna previa en situaciones de emergencia y crisis bélica, han llegado a un país del que desconocen prácticamente todo. Exigir instalarse ante un hospital y no en una central eléctrica (ambos públicos) para defender de manera efectiva la vida de niños y niñas demuestra, cuando menos, ignorancia. En 1991 y tras sucesivos ataques contra Iraq, los hospitales, excepto accidentalmente, no fueron premeditadamente bombardeados, sí las centrales eléctricas y otros centros ofrecidos ahora por Iraq para ser protegidos por la presencia internacional. En concreto, los medios de subsistencia diarios de la población dependen esencialmente de los centros de producción eléctrica, muy particularmente otro esencial para la prevención de las enfermedades infectocontagiosas y el incremento de los niveles de morbimortalidad infantiles, el de la potabilización y depuración de aguas residuales (que se toman y vierten al Trigris), tal y como se pudo confirmar tras la guerra de 1991. Otra tanto ocurrió con los silos y almacenes de alimentos, que también fueron atacados intencionadamente en 1991 y 1998. Situarse en estos puntos es, sin duda, arriesgado, pero sí eficaz para salvar la vida de decenas de miles niños y niñas, y demuestra un compromiso real con este pueblo. Lo otro es tergiversar la realidad para justificarse.

En tercer lugar y por ultimo, el grupo catalán de EPI ha demostrado igualmente una actitud neocolonial e irresponsable en su proceder. Pedir ubicarse ante un hospital no va a facilitar salvar vidas de niños y niñas iraquíes; todo los contrario, quizá impida salvarlas al entorpecer el normal funcionamiento del centro. Los EPI no se han puesto en contacto con autoridad sanitaria iraquí alguna para consultar su decisión, ni tan siquiera con la propia dirección del centro hospitalario, ni han evaluado previamente cómo y dónde van a cubrir sus necesidades básicas propias, como las de alimentación e higiene: ¿dentro del propio hospital, ya en precaria situación, o van a seguir instalados en su hotel?, ¿la dirección del hospital Sadam es también el régimen iraquí?. Al igual que los Estados agresores, ellos parecen venir a salvar a los iraquíes sin contar con los propios iraquíes.

Por contra, los centros civiles de protección designados para los internacionalistas incluyen el amparo de sus direcciones y de sus trabajadores, así como los medios para su mantenimiento y protección, pese al riego asumido: los internacionalistas se instalan permanentemente en ellos para proteger a la población que de ellos depende para su subsistencia, además de a los propios trabajadores. Esta es la reciprocidad que queremos y esperamos establecer en las próximas semanas para que quienes siguen llegando a Iraq en el marco de la iniciativa de la CELSI, garantizar nuestra propia seguridad al tiempo que protegemos, ya en tiempo de guerra y en la medida de nuestras posibilidades, a los ciudadanos y ciudadanas de esta ciudad con nuestra presencia.

Desde Bagdad, pedimos a las Plataformas que han apoyado sin datos suficientes las consideraciones de los EPI que contrasten con los miembros de la PASI participantes en la brigada catalana las consideraciones aquí expuestas.

Grupo de coordinación en Bagdad de 'Brigadas a Iraq contra la Guerra'
Bagdad, 1 de marzo de 2003



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