El caso Allouni: EEUU y Garzón
contra los medios independientes árabes
'Al-Ahram Weekly', núm. 655,
11-17 de septiembre de 2003
Traducción: Loles Oliván, CSCA (www.nodo50.org/csca)
Amira Howeidy *
"Las autoridades españolas
querían información de Allouni que les sirviera
a sus investigaciones: saben que él es un periodista profesional
con contactos e información que podrían serles
de utilidad. Pero Allouni ha rechazado cooperar a pesar de las
presiones que han ejercido sobre él anteriormente. Por
ello Allouni había evitado ir a España; pero recientemente
le pusieron un 'cebo' para que regresase tras recibir 'garantías'
de que no se le sometería a acoso alguno."
La detención por parte de España de un destacado
periodista de al-Jazeera marca una nueva línea
divisoria, cortesía de la era de la "Guerra global
contra el terrorismo". El prominente juez español
Baltasar Garzón, quien emitiera una orden de detención
contra el periodista de al-Jazeera, Taysir Allouni, el
pasado viernes [5 de septiembre], se está tomando naturalmente
muy en serio las actividades de al-Qaeda. Pero al otro lado del
Mediterráneo reina sobremanera el escepticismo, según
se han ido filtrando las informaciones.
Allouni, un ciudadano español nacido en Siria y uno
de los más destacados periodistas de al-Jazeera,
fue detenido en su casa de verano, en Granada, bajo la acusación
de vínculos con el "lobo feroz" del primer mundo,
la red terrorista al-Qaeda. La extensa cobertura que Allouni
dio sobre la guerra dirigida por EEUU contra Afganistán
hace dos años (que incluyó una entrevista en exclusiva
con el dirigente de al-Qaeda Osama bin Laden) impulsó
la imagen profesional de al-Jazeera, ganando con ello
la atención internacional. ¿Se ha convertido ahora
aquella cobertura en una acusación contra él?,
¿son los periodistas árabes bien informados en
sensibles cuestiones de seguridad objetivos de la indefinida
"Guerra global contra el terrorismo"?
Prisión indefinida
Tras una sesión a puerta cerrada el pasado lunes, 8,
Garzón decidió prolongar la detención de
Allouni durante 72 horas más, un periodo que debería
haber finalizado el 11 de septiembre, dependiendo de la investigación.
El juez Garzón ordenó finalmente mantenerlo en
prisión indefinida bajo acusación de haber ayudado
a la red de al-Qaeda.
Según el portavoz de al-Jazeera Yihad Balut,
Allouni está siendo investigado por acusaciones que incluyen
haber portado ciertas cantidades de dinero que oscilan entre
1.000 y 4.000 dólares desde España a sirios que
vivían en Chechenia, Turquía y Afganistán
entre 1995 y 1999, y por tener vínculos con Mohamed Atta,
sospechoso cabecilla de los ataques del 11 de septiembre [de
2001] (11-S). "Allouni ha negado completamente cualquier
contacto con Atta, pero mantiene que llevó ciertas cantidades
de dinero a familias en Afganistán. La explicación
de este hecho, que podría ser considerado como apoyo al-Qaeda,
ha sido defendida por Allouni como un apoyo [económico]
a familias, que es de lo que realmente se trataba", afirma
Balut a al-Ahram Weekly.
La orden de detención acusa a Allouni de tener vínculos
con "miembros importantes" de al- Qaeda y de utilizar
su posición como periodista para conseguir una entrevista
con bin Laden. "Pero esta acusación ha sido retirada
finalmente de la vista", afirma Balut.
Informes anteriores que citaban a fuentes judiciales de Madrid,
decían que se sospechaba que Allouni estuviese pasando
mensajes secretos a los operativos de al-Qaeda en Europa y de
pertenecer a la misma célula de Imad Eddim Barakat Yarkas,
también conocido como Abu ad-Dahdah, quien está
encarcelado en España por sospechas de haber desarrollado
un papel en los ataques del 11-S.
Iraq y la detención de Allouni
La liberación de Allouni [que finalmente no llegó
a producirse], sometido a la legislación antiterrorista
española, se esperaba tras la audiencia del día
11 [1]. El portavoz de al-Jazeera mostró
menos preocupaciones por las ramificaciones legales del caso
que por sus implicaciones políticas. "El juez no
parecía estar convencido de las acusaciones tal y como
se han presentado, lo que explica por qué está
esperando todavía más información solicitada
por Madrid a otros tres países", declara Balut poniendo
énfasis en el momento de la detención, que
tuvo lugar un día antes de que Allouni fuera a viajar,
como estaba previsto, a Qatar, tras haber pasado un mes y medio
en España. "¿Por qué esperaron hasta
el ultimo momento para detenerle? Desde mi punto de vista, creo
que el momento es significativo", dice Balut. "La
situación en Iraq no está yendo en la dirección
que los estadounidenses querían. Al-Jazeera y los
otros canales de televisión vía [satélite]
árabes lo están mostrando [2]. Creo que
la detención de Allouni está dirigida contra los
medios de comunicación árabes".
El editor de al-Jazeera, Ibrahim Helal, ofrece otra
lectura: "Las autoridades españolas querían
información de Allouni que les sirviera a sus investigaciones:
saben que él es un periodista profesional con contactos
e información que podrían serles de utilidad. Pero
Allouni ha rechazado cooperar a pesar de las presiones que han
ejercido sobre él anteriormente". Hellal afirma que
por ello Allouni había evitado ir a España, pero
que recientemente le pusieron un cebo para que regresase
tras recibir garantías de que no se le sometería
a acoso alguno. "Si Allouni proporciona información
será una catástrofe para al-Jazeera porque
deteriorará por completo la credibilidad de sus periodistas
como un colectivo profesional de digna confianza", añade.
Garzón, un juez de alto perfil e internacionalmente
reconocido, encabezó la campaña para extraditar
al ex dictador de Chile, general Augusto Pinochet desde Londres
a Madrid por abusos contra los derechos humanos. Se dice de él
que es un juez con ambiciones políticas también.
Los observadores que conocen su historial consideran que la detención
de Allouni, sin tener suficientes pruebas, es bastante sorprendente
y que puede dañar su reputación como juez [3].
Informar en tiempos de 'guerra global'
Desde la Federación Internacional de Periodistas (FIP,
con base en Bruselas) la situación "parece que se
está desarrollando una caza de brujas" contra los
medios de comunicación en lengua árabe. Según
Aidan Whita, secretario general de la FIP, "durante el año
pasado ha existido una expresión de irritación
desde Occidente, particularmente desde EEUU y desde sus estamentos
oficiales, sobre el trabajo de algunos medios de comunicación
árabes y de al-Jazeera en particular".
La Comisión Árabe de Derechos Humanos (con sede
en Francia), el Comité de Solidaridad con la Causa Árabe
(CSCA, de Madrid) [4], y la Organización Árabe
para los Derechos Humanos (de El Cairo) han hecho públicas
declaraciones de condena por la detención que describen
como un serio ataque contra la libertad de expresión.
La vasta mayoría de los sindicatos de la prensa árabe
han tomado la misma posición. Pero las protestas más
fuertes proceden de Pakistán, donde se ha llevado a cabo
una manifestación para denunciar la detención de
Allouni y exigir su inmediata liberación. Igualmente,
una concentración ante la Embajada de España en
Londres se ha llevado a cabo el 12 de septiembre [5].
Al término de la edición de al-Ahram Weekly
[el mismo día en que se llevaba a cabo la vista, 11
de septiembre], el abogado español de Allouni se mostraba
optimista sobre su próxima liberación en 24 horas.
Pero para muchos periodistas, especialmente para los árabes,
una nueva amenaza se ha añadido a la dificultad de su
profesión: "Nos encontramos ante una situación
en la que un reportero arriesga su vida y su seguridad para hacer
su trabajo, consigue una información para que la gente
pueda saber qué ocurre y entonces ese reportero es criminalizado
por hacerlo", sostiene Balut. "Ya es hora de que se
elabore una normativa que regule la protección de la profesión
de ataques motivados por cuestiones políticas o de seguridad".
Sin embargo, en el mundo moderno donde la tecnología
hace colapsar miles de kilómetros de distancia en un momento
de comunicación, el creciente papel de unos medios que
pueden transmitir noticias de sucesos en el mismo momento en
que están ocurriendo, compite con la influencia de los
aparatos de seguridad y de los gobiernos. Por ello, una cadena
fuerte e independiente como al-Jazeera, parece indeseable
en ese contexto, como se ha puesto de manifiesto explícitamente
por altos representantes oficiales de la superpotencia mundial.
De hecho, las imágenes del secretario de Defensa o incluso
del secretario de Estado de EEUU criticando a la cadena árabe
por emitir esto o aquello se han convertido en escenas demasiado
familiares.
Los bombardeos contra las oficinas de al-Jazeera en
Kabul en 2001 [6] y en Bagdad el pasado abril [7],
en el ultimo de los cuales se asesinó al reportero Tarek
Ayub, ilustran que los objetivos elegidos por la "Guerra
global contra el terrorismo" que lidera EEUU lo son demasiado
a menudo árabes cuya única culpa es tratar de mostrar
la verdad de dicha guerra.
Notas de CSCAweb:
1. El 17 de
septiembre el juez Garzón dictó auto de procesamientos
contra 35 supuestos miembros de al-Qaeda, incluido el propio
bin Laden y Taysir Allouni.
2. Además de la qatarí al-Jazeera, las cadenas
de Abu Dabi y Dubai.
3. En medios jurídicos Garzón es considerado un
mal instructor, poco concienzudo y descuidado, preocupado más
por fomentar su fama que por instruir debidamente los procesos.
4. Véase el comunicado de condena del CSCA en CSCAweb:
Nota
del CSCA sobre la detención del corresponsal de 'al-Jazeera'
en el Estado español
5. Tras su detención, profesionales de los medios internacionales
en Bagdad también se concentraron ante la respresentación
española en la capital iraquí.
6. Ataque en el casi pierde la vida el propio Allouni.
7. Ataque realizado el día 8 de abril, pocas horas del
ataque contra el hotel Palestine, en el que resultó
muerto José Couso y Taras Protsyuk. Ese mismo día
también fueron atacadas las oficinas en Bagdad de la televisión
de Abu Dabi.
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