Agencias independientes y
de NNUU advierten de la previsible catástrofe humanitaria
que sufrirá Iraq cuando comience la guerra
11 de febrero de 2003
Nota Informativa CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
Una investigación
llevada a cabo por el 'Center for Economic and Social Rights'
de Nueva York revela que el sistema de sanidad pública
iraquí, enormemente dañado tras doce años
de sanciones, no será operativo para hacer frente a las
consecuencias humanitarias de la guerra contra Iraq.
La intervención
militar dirigida por EEUU contra Iraq provocará el colapso
del ya frágil sistema sanitario público iraquí
y conducirá a una crisis que excederá la capacidad
de las agencias de asistencia de Naciones Unidas (NNUU) y de
otras instituciones, según un informe publicado en Bagdad
el 30 de enero por representantes del Center for Economic
and Social Rights (CESR), con sede en Nueva York.
Investigadores asociados al CESR informaron en esa fecha de
que el frágil sistema sanitario iraquí, ya enormemente
dañado por los doce años de sanciones económicas
que sufre el país, es lamentablemente inadecuado para
manejar los efectos de una nueva guerra. Algunos datos así
lo revelan:
- El 92% de los hospitales visitados no disponen de los equipamientos
médicos básicos;
- Los equipos de cirugía y postoperatorios están
virtualmente indisponibles.
- Los análisis básicos de laboratorio están
restringidos por la permanente carencia de equipamiento esencial
y de suministros.
- Los daños causados a los sistemas eléctricos
y de abastecimiento de agua afectarán severamente a los
servicios médicos.
- La escasez de medicamentos, incluidos antibióticos,
supone ya una rutina que impide los tratamientos médicos
básicos.
- El sistema médico público está pobremente
equipado para llevar a cabo la atención de los heridos
que causará la guerra.
El informe del CESR advierte que mientras las agencias de
NNUU han anticipado "una emergencia humanitaria de escala
y magnitud excepcionales" estas mismas agencias no disponen
de capacidad de respuesta. Según Michael Van Rooyen ,
director del Centro de Estudios de Emergencias Internacionales,
Desastres y Refugiados, de la Johns Hopkins Bloomberg School
of Public Health, "nuestro informe confirma que es
improbable que las agencias de ayuda internacionales puedan evitar
un desastre humanitario mayor".
En este mismo sentido, Ronald Waldman, profesor de Salud Pública
y director del Programa sobre Migraciones Forzadas y Salud de
la Universidad de Columbia, indica que "Iraq se ha convertido
en un inmenso campamento de refugiados. La población sobrevive
fundamentalmente con la cartilla de racionamiento alimenticia
que distribuye el gobierno y que depende de un frágil
sistema de salud público. Su vulnerabilidad es extrema
".
Las conclusiones del informe están basadas en misiones
de investigaciones llevadas cabo entre el 19 y el 29 de enero
por un equipo del CESR integrado por 16 expertos humanitarios,
incluido Hans von Sponeck, ex coordinador humanitario de NNUU
para Iraq. El equipo ha desarrollado su trabajo en el norte,
centro y sur de Iraq y ha entrevistado a representantes del gobierno
iraquí, ha visitado hospitales, clínicas, mercados
públicos, plantas de electricidad y de saneamiento de
aguas, y otras instalaciones civiles, así como ha tenido
revisado documentos confidenciales de NNUU.
Los hallazgos de las investigaciones ponen en cuestión
la capacidad de los agentes asistenciales exteriores para operar
con eficacia a la luz de la anticipada destrucción de
los sistemas de transporte y comunicaciones y del colapso de
las infraestructuras públicas. Las necesidades sanitarias
y nutricionales actuales de la población iraquí
son atendidas por un masivo y altamente complejo sistema administrado
por el gobierno de Iraq. Las organizaciones de asistencia humanitaria
de EEUU con las que EEUU espera reemplazar el actual y eficiente
operativo -gestionado por el gobierno iraquí hasta ahora-
cuando se produzca la guerra, no han trabajado nunca en Iraq
o tienen muy poca implantación en el país. El tiempo
que necesitarán para adecuarse y resultar ampliamente
operativas podrá suponer la muerte de cientos de civiles
iraquíes.
La precaria infraestructura civil,
amenazada
Los planes del Pentágono para la guerra contra Iraq
amenazan explícitamente la precaria infraestructura civil,
violando con ello el Derecho Internacional. Uno de los primeros
objetivos de la prevista campaña militar será la
red eléctrica de Iraq, lo que causará un daño
catastrófico a los sistemas de agua, de saneamiento, de
salud pública y de distribución de alimentos.
Como en la Guerra del Golfo de 1991, este tipo de guerra causará
un enorme número de bajas civiles, muchos de ellos niños.
Este desproporcionado "daño colateral" violará
los principios fundamentales de las leyes de guerra, incluidas
las Convenciones de Ginebra, que prohiben atacar "objetivos
indispensables para la supervivencia de la población civil".
Según Philip Alston, profesor de Derecho de la Universidad
de Nueva York y ex representante de Derechos Humanos de NNUU,
"las normas de obligado cumplimiento son claras".
Si la guerra no se puede evitar, tanto EEUU como Iraq están
obligados a cumplir las mismas obligaciones a las que cada país
del mundo está sujeto. El presidente Bush ha amenazado
públicamente con enjuiciar por crímenes de guerra
a cada soldado iraquí que cumpla órdenes ilegales.
Esto resulta absolutamente apropiado. Pero ningún oficial
estadounidense ha advertido a las tropas de EEUU que ellos también
podrán ser enjuiciados por crímenes de guerra.
Si cualquiera de las partes pretende actuar por encima de la
Ley, el CESR y los grupos de derechos humanos trabajarán
para asegurar que den cuenta de sus acciones".
Roger Norman, director del CESR, mantiene que "es la
obligación de la sociedad civil global exigir que la Administración
Bush se atenga a esas leyes no solo por la seguridad de los civiles
inocentes de Iraq sino para evitar el precedente en los que la
infancia y otros no combatientes fueron privados de toda protección
durante la guerra".
El CESR mantuvo asimismo una primera ronda de conversaciones
con el viceprimer ministro Tareq Aziz y con otros miembros del
gobierno iraquí en el marco de una iniciativa de paz internacional
organizada por el CESR. La delegación del CESR, compuesta
por reconocidos expertos en resolución de conflictos y
derecho internacional humanitario de EEUU, Sudáfrica,
Alemania y Australia, albergó durante una semana una serie
de debates preliminares sobre desarme y seguridad regional. Roelf
Meyer, presidente de la Iniciativa de la Sociedad Civil de Sudáfrica
y ex ministro de Defensa y de Asuntos Constitucionales declaró:
"el siguiente paso será informar al presidente de
Sudáfrica Thabo Mbeki y a la prensa internacional. Esperamos
que la iniciativa conjunta gubernamental, multilateral y de la
sociedad civil pueda evitar la guerra".
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