La indecencia de la "ayuda
humanitaria"
7 de abril de 2003. Nota informativa CSCAweb
(www.nodo50.org/csca)
Después de que el 19 de marzo, día en que comenzó
la agresión militar contra Iraq, el secretario de NNUU
Kofi Annan suspendiese unilateralmente el Programa "petróleo
por alimentos" [1] que venía proporcionando
bienes básicos a la población iraquí desde
1996, el CS aprobó el pasado 29 de marzo por unanimidad
una nueva Resolución (1472, 2003) [2] que restituyendo
dicho Programa autoriza al Secretario general a establecer modificaciones
en la ejecución del mismo. La aprobación por unanimidad
de esta nueva Resolución, forzada por las presiones de
EEUU y de Gran Bretaña, tiene ya diversas y severas implicaciones
contra la soberanía iraquí y supone el punto de
partida, en el marco de una guerra que sigue siendo ilegal desde
el punto de vista del Derecho Internacional, para el "reparto"
de las competencias de los miembros de NNUU en el futuro de Iraq
y, particularmente, en el contexto de la denominada "ayuda
humanitaria" y la "reconstrucción" del
país. El gobierno de Iraq ya anunció el día
21 de marzo que se opondría a esta Resolución [3]
Sin mencionar explícitamente que la invasión
de Iraq sigue constituyendo un hecho ilegal desde el punto de
vista de la Carta de NNUU, y a pesar de señalar que según
las Convenciones de Ginebra le corresponde a la potencia beligerante,
es decir, a EEUU y Gran Bretaña, garantizar las necesidades
básicas de la población durante el tiempo de las
hostilidades, el texto de esta nueva Resolución está
enfocado exclusivamente a favorecer, bajo el discurso de la "ayuda
humanitaria" los intereses y la intervención de los
Estados miembros del CS sin consideración alguna de la
ilegalidad de la guerra y de la violación de la soberanía
del Estado de Iraq. Precisamente porque es una guerra ilegal
que no cuenta con el amparo y el reconocimiento de la comunidad
internacional, NNUU no debería permitir que EEUU y Gran
Bretaña reclamen ningún poder en la definición
del futuro político, económico o social del futuro
de Iraq. Igualmente, habiendo rechazado la intervención
militar por ser ilegal, los restantes miembros del CS no deberían
reivindicar ningún papel de NNUU para esa misma definición
sino, todo lo contrario, exigir la retirada inmediata de las
tropas estadounidenses y británicas del territorio iraquí
e igualmente, proceder de acuerdo con las propias resoluciones
de NNUU y, en lo que afecta al mecanismo de sanciones económicas,
promover el levantamiento inmediato del embargo habida cuenta
del alto grado de cumplimiento documentado en múltiples
informes de las propias NNUU que Iraq ha alcanzado al respecto
de las exigencias internacionales en todas sus cuestiones.
Igualmente, el CS debería exigir la aplicación
del artículo 55 de la IV Convención de Ginebra,
que determina que son las potencias beligerantes y ocupantes,
EEUU y Gran Bretaña, quienes deben pagar todos los costes
derivados de la ayuda de emergencia para la población
iraquí y también de la reconstrucción del
país por haber lanzado una invasión y ocupación
ilegales de un Estado miembro fundador de NNUU.
En lugar de afrontar estas cuestiones, el CS ha aprobado una
resolución que no solo otorga a NNUU el control sobre
el futuro de Iraq sino que reconoce implícitamente que
tanto EEUU como Gran Bretaña tienen un papel relevante
en la definición del mismo.
El negocio de la "ayuda humanitaria"
El primer factor negativo de la aprobación de la Resolución
1472 es que reestablece el uso del Programa 'petróleo
por alimentos' esencialmente para hacer frente al pago de la
ayuda de emergencia y rehabilitación de Iraq a través
de los activos financieros iraquíes depositados en la
cuenta del CS (y gestionada por el propio CS) como ingresos derivados
de la venta del petróleo iraquí en el marco de
la Resolución 986. Ello significa que, en aplicación
de esta nueva Resolución, será Iraq quien tenga
que pagar de su bolsillo la ayuda de emergencia y parte de la
reconstrucción de su país tras la invasión
ilegal por parte de EEUU y Gran Bretaña.
El segundo factor negativo es que esta Resolución otorga
competencias al secretario general Kofi Annan y a sus representantes
para modificar lo establecido en la Resolución 986 'petróleo
por alimentos' y, muy particularmente, le autoriza a destinar
los fondos de ese Programa a partidas que no se corresponden
con las establecidas en dicho Programa sino con la categoría
de "ayuda humanitaria" cuyo coste, insistimos, corresponde
asumir, según la IV Convención de Ginebra, no al
Estado de Iraq sino a EEUU y Gran Bretaña.
Dado que los limitados recursos financieros del Programa 'petróleo
por alimentos' no podrán cubrir las necesidades previstas
de "ayuda humanitaria" y de "reconstrucción"
iraquíes, el Secretario general de NNUU, lejos de exigir
que sean los países que ilegalmente han lanzado la invasión
de Iraq y han generado la emergencia de asistencia humanitaria
entre la población de Iraq quienes asuman sus obligaciones,
ha determinado que sea NNUU quien asista y costee ese excedente
de "ayuda humanitaria" y de "reconstrucción"que
no pueda cubrir el Programa 'petróleo por alimentos'.
Kofi Annan ya ha hecho un llamamiento para que las agencias humanitarias
de NNUU reciban 2.100 millones de dólares de los que,
ya se ha indicado, solo 1.200 millones irán destinados
a alimentos.
Este llamamiento se ha acogido satisfactoriamente en el marco
de NNUU y del CS porque supone la intervención directa
de NNUU como institución en la fase posterior a la invasión
de Iraq. Sin embargo, EEUU, por una parte, y resto del CS, incluida
Gran Bretaña, por otra, mantienen posiciones encontradas
en lo relativo a cuál debe ser esa intervención.
Mientras EEUU ya ha definido un plan de ocupación militar
estadounidense en Iraq una vez culmine la invasión de
este país por sus tropas, el propio secretario de Estado
Colin Powell ha dejado claro ante el Congreso de EEUU el pasado
26 de marzo que NNUU tendrá un papel limitado en el proceso
de toma de decisiones relativo a la dirección de la posguerra
de Iraq. "No apoyaríamos entregar todo a NNUU, a
alguien designado por NNUU para que de repente se pusiera al
cargo de toda esta operación (...) no hemos asumido esta
pesada carga con nuestros socios de la coalición para
no poder tener un control significativo y dominante sobre cómo
se desarrolla en el futuro" [4].
Habiendo fijado ya el papel limitado que NNUU debe jugar en
el futuro de Iraq, la Administración Bush pretende, no
obstante, que sea NNUU quien costee la asistencia de emergencia
y la reconstrucción de Iraq añadida a la que se
derive del uso del Programa 'petróleo por alimentos'.
Powell lo expresaba así en la comparecencia ante el Congreso
el mismo día 26 de marzo: "NNUU tiene un papel que
jugar. Si queremos conseguir ayuda de otras naciones, y pedimos
a esas naciones que consigan fondos de sus parlamentos o de sus
instituciones, les resulta mucho más fácil conseguir
tales fondos y contribuir con ellos al esfuerzo de la reconstrucción
y el re-desarrollo si tienen una respaldo internacional que,
si se me permite decirlo así, decir simplemente 'dadnos
dinero para dárselo a los estadounidenses'. Eso no funcionará.
Por ello hay un buen número de ventajas en dar a NNUU
un papel en esta tarea".
Frente a ese papel de mero actor financiero que EEUU pretende
para NNUU a fin de costear lo que son sus propias obligaciones
como potencia beligerante en Iraq y frente a la determinación
de la Administración Bush de que no aceptará compartir
ni la autoridad ni el poder ni el proceso de toma de decisiones
con NNUU, los miembros restantes del CS y, particularmente Rusia
y los europeos Francia y Alemania ya han declarado que se oponen
a los planes de control militar estadounidense sobre Iraq, fundamentalmente
porque ello significa quedar excluidos de la participación
en la gestión económica y política del país.
Humanitarismo igual a militarismo
No obstante, la Administración Bush ya ha puesto en
marcha los preparativos para ejecutar el control directo de Iraq
bajo su ocupación militar mediante la denominada Oficina
para la Asistencia Humanitaria y la Reconstrucción
que estará controlada por el Pentágono y para cuyo
cargo directo se ha designado al general estadounidense retirado
Jay Garner. Garner además de presidir una importante empresa
estadounidense de armamento de alta tecnología, la SY
Coleman [5] que está en la actualidad dando
soporte técnico a los sistemas de misiles empleados por
EEUU contra Iraq, tiene un largo historial de lucha contra la
causa palestina a través de sus conexiones directas con
la derecha sionista de Israel y del lobby sionista de instituciones
estadounidenses como el Jews Institute for National Security
Affairs [6]. Asimismo, Garner ha sido el encargado
de establecer y supervisar desde 1991 en el Kurdistán
iraquí la administración económica, política
y militar de ese territorio en connivencia con las organizaciones
kurdas de la Unión Patriótica del Kurdistán
(UPK) y el Partido Democrático del Kurdistán (PDK)
y con la aceptación tácita del CS de Naciones Unidas,
y es, en palabras de Ariel Cohen, ex asesor de política
exterior en la Heritage Fundation un experto en "introducir
el sistema capitalista allí donde ha habido un sistema
centralizado socialista desde 1960" [7].
La designación de este general y magnate de la industria
armamentística de EEUU como administrador de la Oficina
para la Asistencia Humanitaria y la Reconstrucción supone
convertir nuevamente la "ayuda humanitaria", como ya
se ha visto en otros conflictos internacionales y en concreto
en la ex Yugoslavia y en Afganistán, en el instrumento
privilegiado del intervencionismo para establecer un sistema
de control militar, político y económico neocolonial
sobre Iraq. Sistema de control que se ejecuta, además,
con el valioso soporte que dan las agencias oficiales estadounidenses
de ayuda al desarrollo (como la Agencia para el Desarrollo Internacional
de EEUU, USAID) y las grandes ONG nacionales e internacionales
que, en nombre del "humanitarismo", en este caso,
estadounidense, adaptan su funcionalidad a la lógica militar
integrándose en ella.
Francia y Alemania: no, pero si
Pero tal y como se avanzó ya el pasado diciembre [8]
los cálculos de la Administración Bush requieren
que el coste económico y el desgaste militar de su permanencia
en Iraq tras la guerra, a medio y largo plazo, sean endosados
a la OTAN. En su reunión extraordinaria con los embajadores
de la Alianza Atlántica celebrada el 4 de abril en Bruselas,
Powell ya ha vuelto a reiterar que los miembros de la OTAN tienen
que tener una "participación activa" en la posguerra
iraquí como "fuerza de pacificación"
en el marco de las denominadas misiones Petersberg de
la OTAN [9]. Ello permitirá al ejército
de EEUU plena disponibilidad de reparto y movilización
de sus efectivos en otros frentes de intervención internacional
futuros, todo ello, claro está, manteniendo la autoridad
militar incuestionable de Washington. Ante la realidad de un
hecho a punto de consumarse que la determinación de EEUU
ha creado con la invasión de Iraq, y ante el riesgo de
perder su ya limitada capacidad de intervención, Francia,
Alemania y también Rusia, pueden, mirando hacia otro lado,
acabar obviando la ilegalidad de la guerra contra Iraq y la violación
del Derecho Internacional invocadas hace solo unas semanas, para
retomar en el frente de NNUU y de la OTAN su capacidad de maniobra
y apuntarse, finalmente, al reparto desigual del pastel iraquí.
Mientras, miles de iraquíes siguen cayendo asesinados
por las bombas y los misiles estadounidenses y británicos
y por el silencio cómplice de quienes representando a
la "comunidad internacional" se recolocan para situarse
en el mejor puesto de salida posible.
Notas:
1.- Véase
en CSCAweb: Kofi
Anan suspende el programa 'petróleo por alimentos' y condena
a Iraq a la "ayuda humanitaria" internacional
2.- Véase el texto en inglés en: www.un.dk/doc/S.RES.1472.pdf
3.- Carta
desde Iraq al Secretario General de Naciones Unidas sobre los
cambios en el Programa "Petróleo por alimentos"
4.- The New
York Times, 27 de marzo de 2003
5.- El País, 31 de marzo de 2003
6.- www.jinsa.org/articles/view.html?documentid=1956
7.- www.pubtheo.com/page.asp?PID=1194
8.- Véase en CSCAweb: 'Legitimar' la guerra contra Iraq:
EEUU, el Consejo de Seguridad y la OTAN
9.- El País, 4 de abril de 2003
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