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El 'Procónsul' Bremer:
administrar Iraq como una empresa privada

13 de junio de 2003. Nota informativa CSCAweb (www.nodo50.org/csca)

Casi dos meses después de que el ejército de EEUU se instalase en Iraq como fuerza de ocupación, la designación de Paul Bremer como hombre fuerte de la Administración Bush se ajusta a los planes de reconvertir Iraq en un país recolonizado en el que un grupo de tecnócratas y asesores estadounidenses 'administrarán' Iraq como si de una empresa se tratase.

La llegada a Iraq el pasado 12 de mayo de Paul Bremen, designado por el presidente Bush para relevar al general Gardner en la tarea de recrear un nuevo modelo de Estado para el Iraq recién ocupado, confirma las perores expectativas para el futuro de este país, por lo demás ya anticipadas por la Administración Bush desde que pusiera en marcha su determinación de invadir militarmente Iraq. Una vez desmoronado por la guerra el Estado iraquí y tras doce años de embargo, puede ahora EEUU (con el apoyo de sus aliados) poner en marcha el proyecto de recrear un espacio humano, geopolítico y económico incomparable, en lo que constituye un reto sin precedentes en la historia del intervencionismo estadounidense que, lejos de limitarse al mero control militar y económico de Iraq, pretende servir, además, de ejemplo y plataforma desde la que lanzar una amplia remodelación política, económica y cultural en el Oriente Medio árabe a la medida de los intereses neocoloniales estadounidenses. Como si se tratase de una gran empresa a la que ha habido que hundir previamente para sanearla y privatizarla posteriormente con el fin de obtener con ella grandes beneficios, la Administración Buhs ha comenzado a operar poniendo al frente a un gestor, Paul Bremer, cuyo perfil ideológico y profesional da cuenta de la dimensión y calado que tiene su tarea como administrador de Iraq.

Bremer: el 'perfil civil' de la ocupación

Su designación como hombre fuerte de la Administración Bush en el Iraq ocupado para sustituir al general Gardner al frente de la recién creada Oficina para la Reconstrucción y la Asistencia Humanitaria (ORAH) de Iraq, puso en pública evidencia la inoperancia de delegar en el stablishment militar estadounidense una tarea que, lejos de abarcar exclusivamente el control militar del país, tiene como meta prioritaria y esencial establecer los mecanismos que operen de la manera más rápida posible a favor su transformación económica, política y social, todo ello a fin de instaurar en Iraq los resortes del capitalismo estadounidense y, con ello, explotar el país en su beneficio dentro de la órbita de la economía globalizada.

Para ello, el primer nombramiento, el de Gardner, impulsado por el Departamento de Defensa, se evidenció poco eficaz, obligando a la Administración Bush a efectuar un cambio imprevisto que, además de poner de manifiesto la escasa planificación de la Administración de EEUU para iniciar la organización de la posguerra en Iraq, supuso acabar aceptando las pretensiones del Departamento de Estado y nombrar -tal y como Powell requería- a alguien con un perfil más pragmático y tecnócrata, con experiencia y capacidad para poner en funcionamiento, con el apoyo combinado sobre el terreno de las tropas militares de ocupación, los principios políticos y económicos capitalistas en Iraq.

Además, el nombramiento de Bremer ha venido a satisfacer a los dos sectores de la Administración Bush siempre enfrentados en la cuestión iraquí: el Departamento de Estado y el Pentágono. Para el primero, Bremer representa a una figura asociada a la política exterior; formó parte del Departamento de Estado hasta 1989 y anteriormente fue designado para dirigir la "lucha contraterrorista" en el marco de la estrategia de "guerras de baja intensidad", impulsada por la Administración Reagan en los años 80. Igualmente, Bremer presidió la denominada Comisión Nacional sobre Terrorismo en el año 2000, desde la que intervino ante la Administración Clinton como asesor antiterrorista, instando a la confrontación con Siria, Irán y Sudán, en línea con sus recomendaciones de ejercer una acción exterior agresiva que después sería adoptada por la Administración Bush a partir del 11-S. Principios como la abrogación de las leyes que limitan el reclutamiento de personal para infiltrarse en las organizaciones denominadas terroristas y la recomendación de que el Departamento de Defensa se convierta en la única institución que dirija la guerra contra el terrorismo a nivel internacional fueron lanzados por Brenem [1].

Sus vínculos con la élite de la clase política estadounidense se mezclan con los que mantiene con la clase económica. Por ejemplo, y ello es paradigmático, fue el destacado promotor de la firma privada de asesoramiento que Kissinger creó en los años 90, de gran influencia sobre sucesivas Administraciones estadounidenses [2]. Por ello, el Departamento de Defensa ha hallado en Bremer un fiable representante de los intereses económicos que promueven los más altos oficiales de su departamento. Desde el 11-S, Bremer ha conectado directamente con el secretario de Defensa Rumsfeld, con el vicesecretario Wolfowich y con los asesores Perl o Rize, al vincular estrechamente un artificioso ideario sobre terrorismo y economía capitalista globalizada.

Lucha antiterrorista y capitalismo globales

Ambos conceptos se entrelazan en su más afamado estudio, Nuevos riesgos en los negocios internacionales [3], en el que Bremer defiende que la expansión de las políticas de libre comercio "exige el despido de los trabajadores", o que "los mercados abiertos al comercio exterior someten a una gran presión a las empresas tradicionales y a los monopolios comerciales, lo que conduce a una disminución progresiva de los ingresos y a tensiones sociales que pueden tornarse en ataques contra las firmas estadounidenses por parte del terrorismo o en gobiernos que se opongan a las privatizaciones y a los incentivos comerciales". Esta filosofía es la base de su compañía Crisis Consulting Practice, creada justo un mes después de los sucesos del 11-S, y que ha sido diseñada para "capitalizar la nueva atmósfera del miedo en las salas de juntas de las grandes empresas estadounidenses. Crisis Consulting Practice, una sección del gigante de [las compañías de] seguros Marsh & MacLennan, (de la que Bremen es un alto directivo) se ha especializado en ayudar a las multinacionales a alcanzar 'soluciones integradas y globales a las crisis', desde ataques terroristas al fraude contable. Gracias a la estratégica alianza con Vesar, [firma estadounidense] especializada en las amenazas biológicas y químicas, los clientes de ambas compañías reciben 'servicios globales contraterroristas'. [...]. En pocos meses, Bremer podría estar vendiendo sus servicios en 'seguridad antiterrorista' a cada una de las empresas [extranjeras] que reciba en Iraq"[4].

Con este perfil, no es de extrañar que Bremer se adecue al puesto que la Administración Bush ha designado para quien tiene asignada la tarea de dirigir la reconstrucción de Iraq desde el principio del liberalismo económico y bajo un sistema de ocupación militar. Desde su llegada a Bagdad y apoyado por los oficiales del Comando Central estadounidense, Bremer ha comenzado a hacer frente a la insostenible situación social que ha creado la invasión militar del país promulgando decretos que pretenden regular los parámetros por los que se desarrollará no solo la reconstrucción de Iraq sino, igualmente, el modelo de participación política de los iraquíes en el proceso y, de manera muy sintomática, los principios regularán la creación de un nuevo sistema político-económico en Iraq.

La administración militar y civil de Iraq

Tras la ocupación, Iraq ha quedado sometido al control militar estadounidense, que ha dividido el territorio iraquí en tres regiones militares (Norte, Centro y Sur), a las que se ha asignado la participación de fuerzas militares de los denominados aliados en la guerra. Además de Gran Bretaña, que tiene asignada la parte sur del país con base en Basora, otros ejércitos, como los de España, Australia, Italia y Polonia han asumido, bajo la autoridad del Comando Central estadounidenses, funciones militares, lo que convierte a esos ejércitos en fuerzas de ocupación efectivas y a sus Estados en potencias ocupantes. Mención especial merece el caso de Polonia, reconocida por su apoyo a la invasión de EEUU con un nivel de participación que no alcanza a ofrecer por sus limitados recursos y que ha motivado que solicite ayuda a terceros Estados (Bulgaria e Italia, entre otros, además de España) para que contribuyan a engrosar sus destacamentos. Ello ha sido el eslabón perfecto que ha permitido abrir la puerta para la intervención directa de la OTAN, que en su reunión del Consejo Atlántico del 22 de mayo ya asumió apoyar a Polonia como miembro de la Alianza.

La división militar del país en tres regiones opera también para su administración civil en una denominada Autoridad Provisional de la Coalición (APC), bajo el mando de EEUU y refrendada por el Consejo de Seguridad (CS) de Naciones Unidas (NNUU) en su resolución 1483 que designa a EEUU como la Autoridad de Iraq [5]. La APC, sometida a Bremer como administrador civil y representante directo del presidente Bush, ha quedado subdividida en siete Direcciones [6], a cuyo cargo se han nombrado desde Washington un extenso grupo de asesores que de facto actuarán como órganos ejecutivos de un gobierno de ocupación, es decir, como ministros. EEUU ha permitido que los países que apoyaron la invasión de Iraq designen un mínimo equipo de asesores que estarán al servicio de los estadounidenses en la ejecución de la reconstrucción del país. Las direcciones son estas:

- Dirección de Política de Asuntos Civiles, que incluyen Educación, Política Exterior, Gobernación, Sanidad, Justicia, Trabajo, Asuntos Sociales, Asuntos Religiosos y Juventud.
- Dirección de Política Económica, que incluye Agricultura, Banco Central, Electricidad, Finanzas, Vivienda y Reconstrucción, Industria y Minerales, Irrigación, Planificación, Obras Públicas, Comercio, Transporte y Comunicaciones.
- Dirección de Política de Petróleo.
- Dirección de la Agencia de Desarrollo Internacional de EEUU (USAID), designada como una de las dos agencias estadounidenses que gestionarán la financiación para reconstrucción de Iraq con capacidad para otorgar contratos a empresas. La otra es la propia ORAH.
- Dirección de Operaciones: que incluye a los asesores regionales y de gobernación y a los equipos de Apoyo para la gobernación.
- Dirección de Seguridad: que incluye Aduanas, Inmigración y Policía.
- Dirección de Prensa y Asuntos Públicos.

Además, siguiendo las directrices de la resolución 1483, se ha puesto en marcha el establecimiento de un Consejo de Coordinación Internacional presidido, por nombramiento directo de Bremen, por el ex viceprimer ministro de Polonia Marik Belka (de nuevo reconocido por su apoyo a la invasión) y que tendrá responsabilidades en la "coordinación con los donantes bilaterales, las ONG y NNUU" para la reconstrucción de Iraq. Este Consejo está sometido igualmente a la APC y debe informar a Bremer de sus labores.

¿Un gobierno iraquí?: el 'Consejo Asesor Interino'

Si durante los meses previos a la invasión, la Administración Bush ya había descartado nombrar un gobierno en el exilio (como pretendían algunos de los grupos de la oposición mercenaria iraquí [7]), durante las primeras semanas de la ocupación quedó claro que EEUU no iba a implantar un gobierno autóctono, desechando con ello definitivamente el modelo afgano. La convocatoria de Gardner para una reunión nacional de las fuerzas de oposición ahora denominadas "Grupo de los Siete" (integrado por las dos formaciones mayoritarias kurdas PDK y UPK; el Congreso Nacional Iraquí, CNI, de Chalabi; el Acuerdo Nacional Iraquí, ANI; el Consejo Supremo de la Revolución Islámica de Iraq, CSRII; Al-Dawa y el Movimiento de la Reconciliación Nacional Iraquí, MRNI, de Ellad Allawi) que debería haber servido supuestamente para crear un "gobierno interino" bajo la supervisión de EEUU, fue inmediatamente desconvocada por Bremer tras su llegada a Iraq.

En su lugar, el nuevo administrador ha determinado, para chasco de los opositores aliados de Washington, que no habrá representación iraquí mientras dure la ocupación de Iraq, por el momento indefinida. Bien al contrario, Bremer se ha apoyado precisamente en lo establecido por la resolución 1483 del CS de NNUU (cuyo texto es de factura estadounidense, obviamente), que legitima la ocupación de EEUU del país, para configurar una Administración Interina Iraquí que habrá de designar un Consejo Asesor Interino (en lugar de un gobierno interino elegido entre el "Grupo de los Siete", como se había anunciado en las semanas anteriores) cuyas funciones no irán más allá del asesoramiento sobre la idiosincrasia del pueblo iraquí. Es decir, ninguna funcionalidad expresa, ningún poder real. Según fuentes oficiales estadounidenses, esta decisión de rebajar la participación política de los grupos iraquíes alimentados en los diez últimos años por Washington a un mero consejo asesor se debe "al fracaso de esos grupos en transformarse a sí mismos en organizaciones unitarias y eficientes. [] Les dimos una oportunidad. Financiamos a algunos de ellos. Pero simplemente no han sido capaces de llegar a actuar unitariamente. Son unos aficionados" [8].

Para el "Grupo de los Siete" la explicación de Bremer de que "no representan al país" [9] supone "una regresión de lo que la Administración Bush había prometido". Solo legitimados por quien les financió, organizó y ahora les abandona, el "Grupo de los Siete" tomó por fin una decisión conjunta: no participar en el Consejo designado por Bremer [10]. Habrá que esperar para ver si son capaces de mantenerla. Por el momento, tanto el PDK, la UPK, el CNI como, especialmente, el CSRII han respondido muy negativamente a la orden de Bremer de desarmar a sus formaciones que, en el caso del CNI, Chalabi había presentado ya como el "embrión del nuevo ejército de Iraq".

Paralelamente, tanto dichos grupos (que se abrogan una falsa legitimidad en el interior de Iraq) como EEUU y la APC siguen obviando y silenciando, la existencia de la oposición histórica y patriótica iraquí integrada en la coalición Alianza Nacional Iraquí (ANI), que es abiertamente contraria a la ocupación, algunos de cuyos sectores están siendo perseguidos en el interior y a cuyos dirigentes en el extranjero no se les ha permitido retornar al país poniéndoles impedimentos todos los países fronterizos de Iraq, desde Siria e Irán hasta Jordania pasando, obviamente, por Arabia Saudí y Kuwait.

Habiendo dejado claro que EEUU no se irá de Iraq sin haber operado previamente una profunda transformación en el país, Bremer ha condicionado el establecimiento de un gobierno autóctono a la celebración de elecciones, para lo cual la aún no creada Administración Interina deberá llevar a cabo una labor ejecutiva que reordene el espacio político iraquí y que promulgue una nueva constitución [11].

Mientras el administrador Bremer subrayaba en Bagdad que "promoveremos un amplio debate político" para elaborar esa nueva constitución [12], la prensa estadounidense ya había filtrado semanas atrás que la Administración Bush había designado a Noah Feldman, un judío ortodoxo estadounidense de 32 años, experto en Derecho Islámico y profesor asistente de la Universidad de Nueva York, como el responsable de elaborar una nueva Constitución iraquí [13]. La humillación que esta designación supone para Iraq y para los árabes en su conjunto ha sido certeramente expresada por Edaward Said: "[Noah Feldman] nunca ha ejercido el Derecho en el mundo árabe, nunca ha estado en Iraq y no parece tener ningún antecedente práctico relacionado con el Iraq de posguerra. ¡Qué ofensa a cara descubierta no solo para Iraq sino para las legiones de árabes y musulmanes formados en el Derecho que podrían haber hecho un trabajo perfectamente aceptable al servicio del futuro de Iraq! Pero no, EEUU quiere que sea llevado a cabo por un joven compatriota, de modo que pueda decir 'nosotros hemos dado a Iraq su nueva democracia' " [14].

'Ley y orden' y desbaazización

Desde su primera comparecencia pública tras su llegada a Iraq el 12 de mayo, Bremen identificó como prioridades de su labor restaurar "la ley y el orden" cuya ausencia atribuyó al régimen anterior: "Sadam liberó a más de 100.000 presos el pasado octubre. Muchos eran presos políticos pero muchos eran presos comunes, criminales violentos. Ha llegado la hora de que los criminales vuelvan a la cárcel. Y allí es donde les meteremos. En las últimas 48 horas hemos detenido a unos 300 criminales" [15].

Seguidamente autorizó a las tropas estadounidenses en Bagdad a disparar contra quienes cometieran pillajes en las calles. Igualmente, tras ratificar el decreto promulgado por el general Tommy Franks el pasado 16 de abril por el que se ilegalizaba al Partido Ba'az, anunció nuevas medidas para su aplicación que empezaron ejecutarse al día siguiente, 16 de mayo. En primer lugar, la disolución total de sus estructuras y la prohibición expresa de que ningún militante baazista pueda volver a ocupar ningún puesto en el sector público. Igualmente, en esa dirección se procedió a desmantelar los ministerios de Defensa, de Interior y de Información, así como la expulsión del grueso de los cuadros técnicos y funcionarios de aquellos ministerios y agencias estatales por haber estado vinculados al partido único del anterior régimen iraquí.

Esta decisión, no obstante, ha desencadenado un problema añadido, al que la Administración de ocupación todavía no ha sido capaz o no ha tenido voluntad de dar respuesta: se calcula que más de 500.000 funcionarios, militares y civiles, estaban afiliados al Partido Ba'az, cuyas bases totales se calculan en 14 millones. Ello supone excluirlos no solo de la posibilidad de seguir con su empleo sino de percibir los salarios impagados que desde el mes de marzo les debe la Administración de ocupación a la mayor parte de los funcionarios públicos iraquíes, lo que ha generado un mayor empobrecimiento de millones de familias iraquíes [16].

En una situación de extrema precariedad generalizada y a la vista de los despidos masivos que ese decreto ponía en marcha, más de 3.000 soldados y oficiales iraquíes se manifestaron el 2 de junio ante la oficina de la Administración de ocupación para denunciar la situación de desempleo en que la orden de Bremer les sitúa, para exigir el fin de la ocupación militar estadounidense y amenazar con resistir a la ocupación por medio de la violencia armada. Ante el peligro emergente de que se produjera una explosión de peor control que la ya generada en los dos meses de ocupación, la APC prometió un encuentro con los manifestantes para el día siguiente. Sin embargo, ese mismo día, en rueda de prensa, Bremer dejó públicamente zanjada la cuestión:

"Estamos trabajando duro para establecer un Nuevo Ejército Iraquí -el sucesor del ejército del anterior régimen. Ello ofrecerá empleos a cientos de esos iraquíes que formaron parte de los servicios armados previos, no para servir al régimen como baazistas sino para alimentar o proteger a sus familias. Empezaremos a contratar a hombres desmovilizados la semana que viene para que ayuden a limpiar las instalaciones de entrenamiento para los nuevos miembros del Ejército Iraquí antes de que acabe este mes. Estamos buscando otros medios de estimular la economía y espero que podamos hacer algunos anuncios más las próximas semanas sobre estos proyectos."[17]

El 3 de junio, Bremer prometió pagar a los funcionarios del Ministerio de Información, al personal de las fuerzas armadas iraquíes y a otros empleados del gobierno un despido de 20 dólares (equivalente al salario de un mes) y se comprometió a reclutar, para asistir en las mencionadas tareas de limpieza, a un máximo de 100.000 hombres de entre el personal militar que formaba parte de las estructuras del Estado de Iraq. Aún así, otros 400.000 funcionarios han pasado a engrosar las listas de desempleo.

El hecho de que más de un 30% de los trabajadores iraquíes dependieran bajo el anterior régimen de empleos en un sector público indisolublemente ligado a las estructuras del gobierno baazista, unido a la elevadísima tasa de desempleo ya crónico por los doce años de embargo, sitúa a más de la mitad de la población activa de Iraq en situación técnica de paro cuyo potencial desestabilizador hay que neutralizar y para lo cual Bremer anunció un paquete de 70 millones de dólares destinados a ejecutar un programa de desarrollo comunitario con el fin de restaurar los servicios municipales básicos en las grandes ciudades (recogida de basuras, rehabilitación de edificios públicos como escuelas, hospitales, y oficinas públicas destruidos por la guerra) [18].

Desmantelar los servicios públicos

El pretexto de la desbaazización del país sirve realmente a la Autoridad de ocupación como mecanismo para imponer las primeras transformaciones en los sectores públicos del Estado iraquí, que conducirán sin duda a su progresiva privatización previo proceso de reconstrucción por las empresas estadounidenses. Así, por ejemplo, el sector sanitario desmoronado por los doce años de sanciones y mantenido en pie solo por el tesón de sus profesionales y personal laboral, está siendo igualmente purgado de sus cuadros técnicos, no solo en el ministerio de Sanidad sino, lo que es más revelador, en los propios hospitales, donde directores, especialistas, doctores y personal sanitario han comenzado a ser despedidos por supuestas y no probadas vinculaciones con el Partido Ba'az. Igualmente, las APO , desde el ministerio de Sanidad, habría comenzado a dar instrucciones a las nuevas direcciones de los centros hospitalarios para iniciar un proceso de privatización cobrando las medicinas y algunas intervenciones.

Mientras Iraq sigue sometido a una ocupación militar fruto de una invasión ilegal, los servicios básicos del país siguen sin restaurarse. A la acuciante falta de suministro eléctrico y de agua potable, se une en las ciudades más importantes la desprotección generalizada de sus gentes. La llegada y distribución de víveres del Programa de NNUU "Petróleo por alimentos", que el Estado de Iraq había comprado y pagado en la fase anterior, han sido finalmente autorizadas por los ocupantes después de haber permanecido retenido el cargamento durante más de tres meses, antes de que comenzara la guerra, en la frontera jordana.

Sin embargo, el desmoronamiento tras la guerra del sistema de distribución público (que dependía en su ejecución eficaz del anterior gobierno iraquí y en su supervisión de NNUU) y la ausencia de establecimiento de un mecanismo alternativo ha significado que las autoridades de ocupación hayan tenido que recurrir a los antiguos almacenes de distribución como única vía para la distribución de los víveres. Pero ante la descomposición de la cadena de distribución y ante la falta de supervisión de NNUU y de las fuerzas de ocupación, los productos han comenzado a comercializarse, de manera que un sistema público y asistencial básico que operaba bajo la organización de la cartilla de aprovisionamiento y que garantizaba la adquisición prácticamente gratuita de productos básicos, esenciales para la mayor parte de la población iraquí, se ha convertido en un mercado al que solo podrán acceder quienes tengan recursos suficientes. Con ello, la anunciada catástrofe alimentaria con que las agencias estadounidenses y de NNUU se afanaban en alarmar en los días previos a la guerra y durante la invasión, cuando no existían evidencias de que fuera a producirse de manera inmediata por el acopio de alimentos que los iraquíes habían llevado a cabo gracias al adelanto de seis cupones mensuales desde diciembre de 2002 por parte del gobierno iraquí, se convertirá, por efecto del abandono de las fuerzas de ocupación y por la falta de supervisión de NNUU en una crisis real asociada no a la carencia de alimentos en el país sino a la comercialización descontrolada de los mismos.

El pasado 10 de junio, la APC anunció finalmente la puesta en marcha de algunos proyectos para la reconstrucción del país. Según Brenem, cien millones de dólares (liberados de las cuentas congeladas iraquíes que EEUU retenía en Iraq desde 1991) se invertirán en breve para "relanzar la economía en el sector público iniciando proyectos de reconstrucción" [19]. Cada región administrativa (Norte, Central y Sur) recibirá 15 millones de dólares para "proyectos urgentes" no especificados; otros 20 millones se destinarán para la rehabilitación de edificios ministeriales (los mismos que bombardearon en marzo los aviones estadounidenses); y 35 millones se destinarán para "proyectos de obras públicas incompletos".

'Código de conducta' para la prensa

Bajo el sobrenombre de Código de conducta, Paul Bremen decretó el pasado 4 de junio imponer una regulación a los medios de comunicación iraquíes, especialmente a la prensa escrita, que están proliferando en Iraq y cuyos contenidos y editoriales mantienen no solo una permanente denuncia por el modo en que las fuerzas de ocupación están llevando a cabo la administración del país, sino una mayoritaria y explícita oposición al mantenimiento de la presencia militar estadounidense, llamando incluso, algunos de ellos, a la organización de la resistencia. Mientras los profesionales de la prensa han tomado muy negativamente la regulación de la libertad de prensa, la APC ha situado la cuestión amparándose en que "no hay espacio para odiosos y desestabilizadores mensajes que destruirán la emergente democracia en Iraq" [20].

La cuestión de la regulación de los medios y de la libertad de prensa ha desvelado un nuevo ejemplo de la descoordinación que reina en el Iraq ocupado: mientras la APC anunciaba el establecimiento de un nuevo código regulador cuyos contenidos, por cierto, no se han revelado todavía, el Departamento de Estado de EEUU había reunido en Atenas a un equipo de asesores mediáticos para planificar el desarrollo de la prensa en Iraq [21].


Notas:

1. Chris Suellentrop, C.: "Paul Bremer: Can he bring peace to Iraq and the Bush administration?" May 22, 2003, difundido en http://slate.msn.com/id/2083485
2. Sobre las vinculaciones de Bremer con los sectores políticos y económicos estadounidenses, véase: Berkowitz, B.: "Bremer de Iraq: un especialista en contraterrorismo y en el manejo de crisis corporativas encabeza la reconstrucción de Iraq" (Bremer of Iraq: Counter-terrorism and corporate crisis management specialist heads Iraq's reconstruction, difundido en
www.workingforchange.com/article.cfm?itemid=14966
3. Bremer, P.: "Nuevos riesgos en los negocios internacionales", noviembre, 2001 (en inglés "New Risks in International Business"). Citado en Klein, N.: "Downsizing in Disguise",
www.thenation.com/doc.mhtml?i=20030623&s=klein. El informe completo puede verse en inglés en www.mmc.com/views/autumn_01_bremer.shtml
4. Referencia anterior.
5. Véase en CSCAweb:
El Consejo de Seguridad 'legitima' la ocupación de Iraq y ratifica la administración colonial de EEUU sobre el país
6. Citado en Nota de prensa del Departamento de Desarrollo Internacional de Gran Bretaña, de 2 de junio de 2003, en
www.dfid.gov.uk/News/PressReleases/files/iraq_update37_2june03.html
7. Véase en CSCAweb:
El reparto de poder en el futuro de Iraq tras la guerra divide de nuevo a los opositores iraquíes y EEUU y Gran Bretaña vuelven a convocar en Londres a una enfrentada oposición iraquí para diseñar el futuro de Iraq tras la guerra y ocupación del país
8.- The Washington Post, 8 de junio de 2003.
9.- The Washington Post, 8 de junio de 2003.
10. Reuters, 7 de junio de 2003.
11. Rueda de prensa de Bremer, 2 de junio de 2003. Difundido por el Departamento de Defensa de EEUU en
www.defenselink.mil
12. La razón por la que no se lo he dicho al pueblo iraquí es que estoy consultando con el pueblo iraquí [sic] precisamente sobre la cuestión de quién debe escribir la constitución. Estamos intentando tener un [base amplia]. [...] alcanzar un punto en el que podamos tener una convención constitucional con representantes de todos los estratos de la sociedad iraquí que puedan producir un borrador creíble. Este proceso llevará mucho tiempo" (referencia anterior).
13. The New York Times, 11 de mayo de 2003.
14. Said, E.: "The Arab Condition", en Al Ahram Weekly, 22 a 28 de mayo de 2003, núm. 639.
15. Comparecencia de Brenem ante la prensa el 15 de mayo de 2003. Difundido por el Departamento de Defensa de EEUU en
www.defenselink.mil/transcripts/2003/tr20030515-0186.html
16.- Véase la crónica de Pedro Rojo
"El tapón de la economía iraquí"
17. Rueda de prensa de Bremer, 2 de junio de 2003. Difundido por el Departamento de Defensa de EEUU en
www.defenselink.mil
18. Radio Free Europe, RL News Line Vol. 7, no. 104, Part III, 4 June, 2003.
19. Daragahi, B. : "Occupiers propose Iraqi media 'code of conduct'", 4, June, 2003, difundido en
http://www.salon.com/news
20. Reuters, 10 de junio de 2003.
21. Mike Furlong, asesor de la APC en declaraciones a Associated Press, el 4 de junio de 2003.



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