El 'Procónsul' Bremer:
administrar Iraq como una empresa privada
13 de junio de 2003. Nota informativa CSCAweb
(www.nodo50.org/csca)
Casi dos meses después
de que el ejército de EEUU se instalase en Iraq como fuerza
de ocupación, la designación de Paul Bremer como
hombre fuerte de la Administración Bush se ajusta a los
planes de reconvertir Iraq en un país recolonizado en
el que un grupo de tecnócratas y asesores estadounidenses
'administrarán' Iraq como si de una empresa se tratase.
La
llegada a Iraq el pasado 12 de mayo de Paul Bremen, designado
por el presidente Bush para relevar al general Gardner en la
tarea de recrear un nuevo modelo de Estado para el Iraq
recién ocupado, confirma las perores expectativas para
el futuro de este país, por lo demás ya anticipadas
por la Administración Bush desde que pusiera en marcha
su determinación de invadir militarmente Iraq. Una vez
desmoronado por la guerra el Estado iraquí y tras doce
años de embargo, puede ahora EEUU (con el apoyo de sus
aliados) poner en marcha el proyecto de recrear
un espacio humano, geopolítico y económico incomparable,
en lo que constituye un reto sin precedentes en la historia del
intervencionismo estadounidense que, lejos de limitarse al mero
control militar y económico de Iraq, pretende servir,
además, de ejemplo y plataforma desde la que lanzar una
amplia remodelación política, económica
y cultural en el Oriente Medio árabe a la medida de los
intereses neocoloniales estadounidenses. Como si se tratase de
una gran empresa a la que ha habido que hundir previamente para
sanearla y privatizarla posteriormente con el fin de obtener
con ella grandes beneficios, la Administración Buhs ha
comenzado a operar poniendo al frente a un gestor, Paul Bremer,
cuyo perfil ideológico y profesional da cuenta de la dimensión
y calado que tiene su tarea como administrador de Iraq.
Bremer: el 'perfil civil' de la ocupación
Su designación como hombre fuerte de la Administración
Bush en el Iraq ocupado para sustituir al general Gardner al
frente de la recién creada Oficina para la Reconstrucción
y la Asistencia Humanitaria (ORAH) de Iraq, puso en pública
evidencia la inoperancia de delegar en el stablishment
militar estadounidense una tarea que, lejos de abarcar exclusivamente
el control militar del país, tiene como meta prioritaria
y esencial establecer los mecanismos que operen de la manera
más rápida posible a favor su transformación
económica, política y social, todo ello a fin de
instaurar en Iraq los resortes del capitalismo estadounidense
y, con ello, explotar el país en su beneficio dentro de
la órbita de la economía globalizada.
Para ello, el primer nombramiento, el de Gardner, impulsado
por el Departamento de Defensa, se evidenció poco eficaz,
obligando a la Administración Bush a efectuar un cambio
imprevisto que, además de poner de manifiesto la escasa
planificación de la Administración de EEUU para
iniciar la organización de la posguerra en Iraq, supuso
acabar aceptando las pretensiones del Departamento de Estado
y nombrar -tal y como Powell requería- a alguien con un
perfil más pragmático y tecnócrata, con
experiencia y capacidad para poner en funcionamiento, con el
apoyo combinado sobre el terreno de las tropas militares de ocupación,
los principios políticos y económicos capitalistas
en Iraq.
Además, el nombramiento de Bremer ha venido a satisfacer
a los dos sectores de la Administración Bush siempre enfrentados
en la cuestión iraquí: el Departamento de Estado
y el Pentágono. Para el primero, Bremer representa a una
figura asociada a la política exterior; formó parte
del Departamento de Estado hasta 1989 y anteriormente fue designado
para dirigir la "lucha contraterrorista" en el marco
de la estrategia de "guerras de baja intensidad", impulsada
por la Administración Reagan en los años 80. Igualmente,
Bremer presidió la denominada Comisión Nacional
sobre Terrorismo en el año 2000, desde la que intervino
ante la Administración Clinton como asesor antiterrorista,
instando a la confrontación con Siria, Irán y Sudán,
en línea con sus recomendaciones de ejercer una acción
exterior agresiva que después sería adoptada por
la Administración Bush a partir del 11-S. Principios como
la abrogación de las leyes que limitan el reclutamiento
de personal para infiltrarse en las organizaciones denominadas
terroristas y la recomendación de que el Departamento
de Defensa se convierta en la única institución
que dirija la guerra contra el terrorismo a nivel internacional
fueron lanzados por Brenem [1].
Sus vínculos con la élite de la clase política
estadounidense se mezclan con los que mantiene con la clase económica.
Por ejemplo, y ello es paradigmático, fue el destacado
promotor de la firma privada de asesoramiento que Kissinger creó
en los años 90, de gran influencia sobre sucesivas Administraciones
estadounidenses [2]. Por ello, el Departamento de Defensa
ha hallado en Bremer un fiable representante de los intereses
económicos que promueven los más altos oficiales
de su departamento. Desde el 11-S, Bremer ha conectado directamente
con el secretario de Defensa Rumsfeld, con el vicesecretario
Wolfowich y con los asesores Perl o Rize, al vincular estrechamente
un artificioso ideario sobre terrorismo y economía
capitalista globalizada.
Lucha antiterrorista y capitalismo globales
Ambos conceptos se entrelazan en su más afamado estudio,
Nuevos riesgos en los negocios internacionales [3],
en el que Bremer defiende que la expansión de las políticas
de libre comercio "exige el despido de los trabajadores",
o que "los mercados abiertos al comercio exterior someten
a una gran presión a las empresas tradicionales y a los
monopolios comerciales, lo que conduce a una disminución
progresiva de los ingresos y a tensiones sociales que pueden
tornarse en ataques contra las firmas estadounidenses por parte
del terrorismo o en gobiernos que se opongan a las privatizaciones
y a los incentivos comerciales". Esta filosofía es
la base de su compañía Crisis Consulting Practice,
creada justo un mes después de los sucesos del 11-S, y
que ha sido diseñada para "capitalizar la nueva atmósfera
del miedo en las salas de juntas de las grandes empresas estadounidenses.
Crisis Consulting Practice, una sección del gigante
de [las compañías de] seguros Marsh & MacLennan,
(de la que Bremen es un alto directivo) se ha especializado en
ayudar a las multinacionales a alcanzar 'soluciones integradas
y globales a las crisis', desde ataques terroristas al fraude
contable. Gracias a la estratégica alianza con Vesar,
[firma estadounidense] especializada en las amenazas biológicas
y químicas, los clientes de ambas compañías
reciben 'servicios globales contraterroristas'. [...]. En pocos
meses, Bremer podría estar vendiendo sus servicios en
'seguridad antiterrorista' a cada una de las empresas [extranjeras]
que reciba en Iraq"[4].
Con este perfil, no es de extrañar que Bremer se adecue
al puesto que la Administración Bush ha designado para
quien tiene asignada la tarea de dirigir la reconstrucción
de Iraq desde el principio del liberalismo económico y
bajo un sistema de ocupación militar. Desde su llegada
a Bagdad y apoyado por los oficiales del Comando Central estadounidense,
Bremer ha comenzado a hacer frente a la insostenible situación
social que ha creado la invasión militar del país
promulgando decretos que pretenden regular los parámetros
por los que se desarrollará no solo la reconstrucción
de Iraq sino, igualmente, el modelo de participación
política de los iraquíes en el proceso y, de manera
muy sintomática, los principios regularán la creación
de un nuevo sistema político-económico en Iraq.
La administración militar
y civil de Iraq
Tras la ocupación, Iraq ha quedado sometido al control
militar estadounidense, que ha dividido el territorio iraquí
en tres regiones militares (Norte, Centro y Sur), a las que se
ha asignado la participación de fuerzas militares de los
denominados aliados en la guerra. Además de Gran
Bretaña, que tiene asignada la parte sur del país
con base en Basora, otros ejércitos, como los de España,
Australia, Italia y Polonia han asumido, bajo la autoridad del
Comando Central estadounidenses, funciones militares, lo que
convierte a esos ejércitos en fuerzas de ocupación
efectivas y a sus Estados en potencias ocupantes. Mención
especial merece el caso de Polonia, reconocida por su apoyo a
la invasión de EEUU con un nivel de participación
que no alcanza a ofrecer por sus limitados recursos y que ha
motivado que solicite ayuda a terceros Estados (Bulgaria e Italia,
entre otros, además de España) para que contribuyan
a engrosar sus destacamentos. Ello ha sido el eslabón
perfecto que ha permitido abrir la puerta para la intervención
directa de la OTAN, que en su reunión del Consejo Atlántico
del 22 de mayo ya asumió apoyar a Polonia como miembro
de la Alianza.
La división militar del país en tres regiones
opera también para su administración civil en una
denominada Autoridad Provisional de la Coalición (APC),
bajo el mando de EEUU y refrendada por el Consejo de Seguridad
(CS) de Naciones Unidas (NNUU) en su resolución 1483 que
designa a EEUU como la Autoridad de Iraq [5]. La
APC, sometida a Bremer como administrador civil y representante
directo del presidente Bush, ha quedado subdividida en siete
Direcciones [6], a cuyo cargo se han nombrado desde Washington
un extenso grupo de asesores que de facto actuarán
como órganos ejecutivos de un gobierno de ocupación,
es decir, como ministros. EEUU ha permitido que los países
que apoyaron la invasión de Iraq designen un mínimo
equipo de asesores que estarán al servicio de los estadounidenses
en la ejecución de la reconstrucción del país.
Las direcciones son estas:
- Dirección de Política de Asuntos Civiles,
que incluyen Educación, Política Exterior, Gobernación,
Sanidad, Justicia, Trabajo, Asuntos Sociales, Asuntos Religiosos
y Juventud.
- Dirección de Política Económica, que incluye
Agricultura, Banco Central, Electricidad, Finanzas, Vivienda
y Reconstrucción, Industria y Minerales, Irrigación,
Planificación, Obras Públicas, Comercio, Transporte
y Comunicaciones.
- Dirección de Política de Petróleo.
- Dirección de la Agencia de Desarrollo Internacional
de EEUU (USAID), designada como una de las dos agencias estadounidenses
que gestionarán la financiación para reconstrucción
de Iraq con capacidad para otorgar contratos a empresas. La otra
es la propia ORAH.
- Dirección de Operaciones: que incluye a los asesores
regionales y de gobernación y a los equipos de Apoyo para
la gobernación.
- Dirección de Seguridad: que incluye Aduanas, Inmigración
y Policía.
- Dirección de Prensa y Asuntos Públicos.
Además, siguiendo las directrices de la resolución
1483, se ha puesto en marcha el establecimiento de un Consejo
de Coordinación Internacional presidido, por nombramiento
directo de Bremen, por el ex viceprimer ministro de Polonia Marik
Belka (de nuevo reconocido por su apoyo a la invasión)
y que tendrá responsabilidades en la "coordinación
con los donantes bilaterales, las ONG y NNUU" para la reconstrucción
de Iraq. Este Consejo está sometido igualmente a la APC
y debe informar a Bremer de sus labores.
¿Un gobierno iraquí?:
el 'Consejo Asesor Interino'
Si durante los meses previos a la invasión, la Administración
Bush ya había descartado nombrar un gobierno en el exilio
(como pretendían algunos de los grupos de la oposición
mercenaria iraquí [7]), durante las primeras semanas
de la ocupación quedó claro que EEUU no iba a implantar
un gobierno autóctono, desechando con ello definitivamente
el modelo afgano. La convocatoria de Gardner para una reunión
nacional de las fuerzas de oposición ahora denominadas
"Grupo de los Siete" (integrado por las dos formaciones
mayoritarias kurdas PDK y UPK; el Congreso Nacional Iraquí,
CNI, de Chalabi; el Acuerdo Nacional Iraquí, ANI; el Consejo
Supremo de la Revolución Islámica de Iraq, CSRII;
Al-Dawa y el Movimiento de la Reconciliación Nacional
Iraquí, MRNI, de Ellad Allawi) que debería haber
servido supuestamente para crear un "gobierno interino"
bajo la supervisión de EEUU, fue inmediatamente desconvocada
por Bremer tras su llegada a Iraq.
En su lugar, el nuevo administrador ha determinado, para chasco
de los opositores aliados de Washington, que no habrá
representación iraquí mientras dure la ocupación
de Iraq, por el momento indefinida. Bien al contrario, Bremer
se ha apoyado precisamente en lo establecido por la resolución
1483 del CS de NNUU (cuyo texto es de factura estadounidense,
obviamente), que legitima la ocupación de EEUU del país,
para configurar una Administración Interina Iraquí
que habrá de designar un Consejo Asesor Interino (en lugar
de un gobierno interino elegido entre el "Grupo de los Siete",
como se había anunciado en las semanas anteriores) cuyas
funciones no irán más allá del asesoramiento
sobre la idiosincrasia del pueblo iraquí. Es decir,
ninguna funcionalidad expresa, ningún poder real. Según
fuentes oficiales estadounidenses, esta decisión de rebajar
la participación política de los grupos iraquíes
alimentados en los diez últimos años por Washington
a un mero consejo asesor se debe "al fracaso de esos grupos
en transformarse a sí mismos en organizaciones unitarias
y eficientes. [] Les dimos una oportunidad. Financiamos a algunos
de ellos. Pero simplemente no han sido capaces de llegar a actuar
unitariamente. Son unos aficionados" [8].
Para el "Grupo de los Siete" la explicación
de Bremer de que "no representan al país" [9]
supone "una regresión de lo que la Administración
Bush había prometido". Solo legitimados por quien
les financió, organizó y ahora les abandona, el
"Grupo de los Siete" tomó por fin una decisión
conjunta: no participar en el Consejo designado por Bremer [10].
Habrá que esperar para ver si son capaces de mantenerla.
Por el momento, tanto el PDK, la UPK, el CNI como, especialmente,
el CSRII han respondido muy negativamente a la orden de Bremer
de desarmar a sus formaciones que, en el caso del CNI, Chalabi
había presentado ya como el "embrión del nuevo
ejército de Iraq".
Paralelamente, tanto dichos grupos (que se abrogan una falsa
legitimidad en el interior de Iraq) como EEUU y la APC siguen
obviando y silenciando, la existencia de la oposición
histórica y patriótica iraquí integrada
en la coalición Alianza Nacional Iraquí (ANI),
que es abiertamente contraria a la ocupación, algunos
de cuyos sectores están siendo perseguidos en el interior
y a cuyos dirigentes en el extranjero no se les ha permitido
retornar al país poniéndoles impedimentos todos
los países fronterizos de Iraq, desde Siria e Irán
hasta Jordania pasando, obviamente, por Arabia Saudí y
Kuwait.
Habiendo dejado claro que EEUU no se irá de Iraq sin
haber operado previamente una profunda transformación
en el país, Bremer ha condicionado el establecimiento
de un gobierno autóctono a la celebración de elecciones,
para lo cual la aún no creada Administración Interina
deberá llevar a cabo una labor ejecutiva que reordene
el espacio político iraquí y que promulgue una
nueva constitución [11].
Mientras el administrador Bremer subrayaba en Bagdad que "promoveremos
un amplio debate político" para elaborar esa nueva
constitución [12], la prensa estadounidense ya
había filtrado semanas atrás que la Administración
Bush había designado a Noah Feldman, un judío ortodoxo
estadounidense de 32 años, experto en Derecho Islámico
y profesor asistente de la Universidad de Nueva York, como el
responsable de elaborar una nueva Constitución iraquí
[13]. La humillación que esta designación
supone para Iraq y para los árabes en su conjunto ha sido
certeramente expresada por Edaward Said: "[Noah Feldman]
nunca ha ejercido el Derecho en el mundo árabe, nunca
ha estado en Iraq y no parece tener ningún antecedente
práctico relacionado con el Iraq de posguerra. ¡Qué
ofensa a cara descubierta no solo para Iraq sino para las legiones
de árabes y musulmanes formados en el Derecho que podrían
haber hecho un trabajo perfectamente aceptable al servicio del
futuro de Iraq! Pero no, EEUU quiere que sea llevado a cabo por
un joven compatriota, de modo que pueda decir 'nosotros hemos
dado a Iraq su nueva democracia' " [14].
'Ley y orden' y desbaazización
Desde su primera comparecencia pública tras su llegada
a Iraq el 12 de mayo, Bremen identificó como prioridades
de su labor restaurar "la ley y el orden" cuya ausencia
atribuyó al régimen anterior: "Sadam liberó
a más de 100.000 presos el pasado octubre. Muchos eran
presos políticos pero muchos eran presos comunes, criminales
violentos. Ha llegado la hora de que los criminales vuelvan a
la cárcel. Y allí es donde les meteremos. En las
últimas 48 horas hemos detenido a unos 300 criminales"
[15].
Seguidamente autorizó a las tropas estadounidenses
en Bagdad a disparar contra quienes cometieran pillajes en las
calles. Igualmente, tras ratificar el decreto promulgado por
el general Tommy Franks el pasado 16 de abril por el que se ilegalizaba
al Partido Ba'az, anunció nuevas medidas para su aplicación
que empezaron ejecutarse al día siguiente, 16 de mayo.
En primer lugar, la disolución total de sus estructuras
y la prohibición expresa de que ningún militante
baazista pueda volver a ocupar ningún puesto en el sector
público. Igualmente, en esa dirección se procedió
a desmantelar los ministerios de Defensa, de Interior y de Información,
así como la expulsión del grueso de los cuadros
técnicos y funcionarios de aquellos ministerios y agencias
estatales por haber estado vinculados al partido único
del anterior régimen iraquí.
Esta decisión, no obstante, ha desencadenado un problema
añadido, al que la Administración de ocupación
todavía no ha sido capaz o no ha tenido voluntad de dar
respuesta: se calcula que más de 500.000 funcionarios,
militares y civiles, estaban afiliados al Partido Ba'az, cuyas
bases totales se calculan en 14 millones. Ello supone excluirlos
no solo de la posibilidad de seguir con su empleo sino de percibir
los salarios impagados que desde el mes de marzo les debe la
Administración de ocupación a la mayor parte de
los funcionarios públicos iraquíes, lo que ha generado
un mayor empobrecimiento de millones de familias iraquíes
[16].
En una situación de extrema precariedad generalizada
y a la vista de los despidos masivos que ese decreto ponía
en marcha, más de 3.000 soldados y oficiales iraquíes
se manifestaron el 2 de junio ante la oficina de la Administración
de ocupación para denunciar la situación de desempleo
en que la orden de Bremer les sitúa, para exigir el fin
de la ocupación militar estadounidense y amenazar con
resistir a la ocupación por medio de la violencia armada.
Ante el peligro emergente de que se produjera una explosión
de peor control que la ya generada en los dos meses de ocupación,
la APC prometió un encuentro con los manifestantes para
el día siguiente. Sin embargo, ese mismo día, en
rueda de prensa, Bremer dejó públicamente zanjada
la cuestión:
"Estamos trabajando duro para establecer un Nuevo Ejército
Iraquí -el sucesor del ejército del anterior régimen.
Ello ofrecerá empleos a cientos de esos iraquíes
que formaron parte de los servicios armados previos, no para
servir al régimen como baazistas sino para alimentar o
proteger a sus familias. Empezaremos a contratar a hombres desmovilizados
la semana que viene para que ayuden a limpiar las instalaciones
de entrenamiento para los nuevos miembros del Ejército
Iraquí antes de que acabe este mes. Estamos buscando otros
medios de estimular la economía y espero que podamos hacer
algunos anuncios más las próximas semanas sobre
estos proyectos."[17]
El 3 de junio, Bremer prometió pagar a los funcionarios
del Ministerio de Información, al personal de las fuerzas
armadas iraquíes y a otros empleados del gobierno un despido
de 20 dólares (equivalente al salario de un mes) y se
comprometió a reclutar, para asistir en las mencionadas
tareas de limpieza, a un máximo de 100.000 hombres
de entre el personal militar que formaba parte de las estructuras
del Estado de Iraq. Aún así, otros 400.000 funcionarios
han pasado a engrosar las listas de desempleo.
El hecho de que más de un 30% de los trabajadores iraquíes
dependieran bajo el anterior régimen de empleos en un
sector público indisolublemente ligado a las estructuras
del gobierno baazista, unido a la elevadísima tasa de
desempleo ya crónico por los doce años de embargo,
sitúa a más de la mitad de la población
activa de Iraq en situación técnica de paro cuyo
potencial desestabilizador hay que neutralizar y para lo cual
Bremer anunció un paquete de 70 millones de dólares
destinados a ejecutar un programa de desarrollo comunitario con
el fin de restaurar los servicios municipales básicos
en las grandes ciudades (recogida de basuras, rehabilitación
de edificios públicos como escuelas, hospitales, y oficinas
públicas destruidos por la guerra) [18].
Desmantelar los servicios públicos
El pretexto de la desbaazización del país
sirve realmente a la Autoridad de ocupación como mecanismo
para imponer las primeras transformaciones en los sectores públicos
del Estado iraquí, que conducirán sin duda a su
progresiva privatización previo proceso de reconstrucción
por las empresas estadounidenses. Así, por ejemplo, el
sector sanitario desmoronado por los doce años de sanciones
y mantenido en pie solo por el tesón de sus profesionales
y personal laboral, está siendo igualmente purgado de
sus cuadros técnicos, no solo en el ministerio de Sanidad
sino, lo que es más revelador, en los propios hospitales,
donde directores, especialistas, doctores y personal sanitario
han comenzado a ser despedidos por supuestas y no probadas vinculaciones
con el Partido Ba'az. Igualmente, las APO , desde el ministerio
de Sanidad, habría comenzado a dar instrucciones a las
nuevas direcciones de los centros hospitalarios para iniciar
un proceso de privatización cobrando las medicinas y algunas
intervenciones.
Mientras Iraq sigue sometido a una ocupación militar
fruto de una invasión ilegal, los servicios básicos
del país siguen sin restaurarse. A la acuciante falta
de suministro eléctrico y de agua potable, se une en las
ciudades más importantes la desprotección generalizada
de sus gentes. La llegada y distribución de víveres
del Programa de NNUU "Petróleo por alimentos",
que el Estado de Iraq había comprado y pagado en la fase
anterior, han sido finalmente autorizadas por los ocupantes después
de haber permanecido retenido el cargamento durante más
de tres meses, antes de que comenzara la guerra, en la frontera
jordana.
Sin embargo, el desmoronamiento tras la guerra del sistema
de distribución público (que dependía en
su ejecución eficaz del anterior gobierno iraquí
y en su supervisión de NNUU) y la ausencia de establecimiento
de un mecanismo alternativo ha significado que las autoridades
de ocupación hayan tenido que recurrir a los antiguos
almacenes de distribución como única vía
para la distribución de los víveres. Pero ante
la descomposición de la cadena de distribución
y ante la falta de supervisión de NNUU y de las fuerzas
de ocupación, los productos han comenzado a comercializarse,
de manera que un sistema público y asistencial básico
que operaba bajo la organización de la cartilla de aprovisionamiento
y que garantizaba la adquisición prácticamente
gratuita de productos básicos, esenciales para la mayor
parte de la población iraquí, se ha convertido
en un mercado al que solo podrán acceder quienes tengan
recursos suficientes. Con ello, la anunciada catástrofe
alimentaria con que las agencias estadounidenses y de NNUU se
afanaban en alarmar en los días previos a la guerra y
durante la invasión, cuando no existían evidencias
de que fuera a producirse de manera inmediata por el acopio de
alimentos que los iraquíes habían llevado a cabo
gracias al adelanto de seis cupones mensuales desde diciembre
de 2002 por parte del gobierno iraquí, se convertirá,
por efecto del abandono de las fuerzas de ocupación y
por la falta de supervisión de NNUU en una crisis real
asociada no a la carencia de alimentos en el país sino
a la comercialización descontrolada de los mismos.
El pasado 10 de junio, la APC anunció finalmente la
puesta en marcha de algunos proyectos para la reconstrucción
del país. Según Brenem, cien millones de dólares
(liberados de las cuentas congeladas iraquíes que EEUU
retenía en Iraq desde 1991) se invertirán en breve
para "relanzar la economía en el sector público
iniciando proyectos de reconstrucción" [19].
Cada región administrativa (Norte, Central y Sur) recibirá
15 millones de dólares para "proyectos urgentes"
no especificados; otros 20 millones se destinarán para
la rehabilitación de edificios ministeriales (los mismos
que bombardearon en marzo los aviones estadounidenses); y 35
millones se destinarán para "proyectos de obras públicas
incompletos".
'Código de conducta' para
la prensa
Bajo el sobrenombre de Código de conducta, Paul
Bremen decretó el pasado 4 de junio imponer una regulación
a los medios de comunicación iraquíes, especialmente
a la prensa escrita, que están proliferando en Iraq y
cuyos contenidos y editoriales mantienen no solo una permanente
denuncia por el modo en que las fuerzas de ocupación están
llevando a cabo la administración del país, sino
una mayoritaria y explícita oposición al mantenimiento
de la presencia militar estadounidense, llamando incluso, algunos
de ellos, a la organización de la resistencia. Mientras
los profesionales de la prensa han tomado muy negativamente la
regulación de la libertad de prensa, la APC ha situado
la cuestión amparándose en que "no hay espacio
para odiosos y desestabilizadores mensajes que destruirán
la emergente democracia en Iraq" [20].
La cuestión de la regulación de los medios y
de la libertad de prensa ha desvelado un nuevo ejemplo de la
descoordinación que reina en el Iraq ocupado: mientras
la APC anunciaba el establecimiento de un nuevo código
regulador cuyos contenidos, por cierto, no se han revelado todavía,
el Departamento de Estado de EEUU había reunido en Atenas
a un equipo de asesores mediáticos para planificar el
desarrollo de la prensa en Iraq [21].
Notas:
1. Chris Suellentrop,
C.: "Paul Bremer: Can he bring peace to Iraq and the Bush
administration?" May 22, 2003, difundido en http://slate.msn.com/id/2083485
2. Sobre las vinculaciones de Bremer con los sectores
políticos y económicos estadounidenses, véase:
Berkowitz, B.: "Bremer de Iraq: un especialista en contraterrorismo
y en el manejo de crisis corporativas encabeza la reconstrucción
de Iraq" (Bremer of Iraq: Counter-terrorism and corporate
crisis management specialist heads Iraq's reconstruction, difundido
en www.workingforchange.com/article.cfm?itemid=14966
3. Bremer, P.: "Nuevos riesgos en los negocios internacionales",
noviembre, 2001 (en inglés "New Risks in International
Business"). Citado en Klein, N.: "Downsizing in Disguise",
www.thenation.com/doc.mhtml?i=20030623&s=klein. El informe completo
puede verse en inglés en www.mmc.com/views/autumn_01_bremer.shtml
4. Referencia anterior.
5. Véase en CSCAweb: El Consejo de Seguridad 'legitima'
la ocupación de Iraq y ratifica la administración
colonial de EEUU sobre el país
6. Citado en Nota de prensa del Departamento de Desarrollo Internacional
de Gran Bretaña, de 2 de junio de 2003, en www.dfid.gov.uk/News/PressReleases/files/iraq_update37_2june03.html
7. Véase en CSCAweb: El reparto de
poder en el futuro de Iraq tras la guerra divide de nuevo a los
opositores iraquíes y EEUU y Gran
Bretaña vuelven a convocar en Londres a una enfrentada
oposición iraquí para diseñar el futuro
de Iraq tras la guerra y ocupación del país
8.- The Washington Post, 8 de junio de 2003.
9.- The Washington Post, 8 de junio de 2003.
10. Reuters, 7 de junio de 2003.
11. Rueda de prensa de Bremer, 2 de junio de 2003. Difundido
por el Departamento de Defensa de EEUU en www.defenselink.mil
12. La razón por la que no se lo he dicho al pueblo iraquí
es que estoy consultando con el pueblo iraquí [sic]
precisamente sobre la cuestión de quién debe escribir
la constitución. Estamos intentando tener un [base amplia].
[...] alcanzar un punto en el que podamos tener una convención
constitucional con representantes de todos los estratos de la
sociedad iraquí que puedan producir un borrador creíble.
Este proceso llevará mucho tiempo" (referencia anterior).
13. The New York Times, 11 de mayo de 2003.
14. Said, E.: "The Arab Condition", en Al Ahram
Weekly, 22 a 28 de mayo de 2003, núm. 639.
15. Comparecencia de Brenem ante la prensa el 15 de mayo de 2003.
Difundido por el Departamento de Defensa de EEUU en www.defenselink.mil/transcripts/2003/tr20030515-0186.html
16.- Véase la crónica de Pedro Rojo "El
tapón de la economía iraquí"
17. Rueda de prensa de Bremer, 2 de junio de 2003. Difundido
por el Departamento de Defensa de EEUU en www.defenselink.mil
18. Radio Free Europe, RL News Line Vol. 7, no. 104, Part
III, 4 June, 2003.
19. Daragahi, B. : "Occupiers propose Iraqi media 'code
of conduct'", 4, June, 2003, difundido en http://www.salon.com/news
20. Reuters, 10 de junio de 2003.
21. Mike Furlong, asesor de la APC en declaraciones a Associated
Press, el 4 de junio de 2003.
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