Paremos la guerra contra Iraq


Crónicas desde Bagdad
15-16-17

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Con Iraq


Crónica de los brigadistas

Décimo séptimo día de invasión y ataques

Bagdad/Madrid, 5 de abril de 2003
CSCAweb (www.nodo50.org/csca)

Sin duda esta ha sido la noche más terrible y estremecedora que Bagdad ha sufrido desde que comenzó la invasión de EEUU y Gran Bretaña hace diecisiete días. Esta noche nadie ha dormido en Bagdad. En lo que constituye sin duda una ofensiva radical contra la capital iraquí, los bombardeos estadounidenses se han extendido sin pausa desde las 10.30 de la noche hasta al menos las 10:00 horas de la mañana de hoy. Los brigadistas han escuchado durante toda lo noche el zumbido incesante y el vuelo rasante de los cazabombarderos como un latido permanente que dejaba a su paso un fatídico encadenamiento de sonidos ya reconocibles para quienes residen en Bagdad: el del lanzamiento de las bombas, el de su explosión y el de la vibración del suelo de los edificios y de sus cristales. Al tiempo, se percibía desde el sur el sonido lejano pero nítido de la artillería y los disparos de las ametralladoras ligeras iraquíes en lo que indica el enfrentamiento abierto de los combates en la zona sur de Bagdad. Igualmente, el sobrevuelo de helicópteros estadounidenses sobre la ciudad ha empezado a ser constante.

A pesar de lo que algunos medios de comunicación indican, los brigadistas informan de que no hay presencia de tropas estadounidenses en el interior de la ciudad manteniéndose hasta el momento los combates y exclusivamente, en el frente sur, en las inmediaciones del aeropuerto.

Las autoridades iraquíes han indicado en Bagdad que el aeropuerto ha sido desalojado de las tropas de EEUU y ha anunciado una visita de los medios de comunicación mañana a sus inmediaciones para que se constate. Según se indica, las operaciones de EEUU contra el aeropuerto se han limitado a acciones aerotransportadas.

Bagdad sin suministro eléctrico

Esta mañana, desde las calles de Bagdad se podían ver los reactores entrando desde el este, cruzar sobrevolando el centro de la ciudad y hacer un giro para descender hacia el sur. La ciudad sigue sin luz. Aunque ayer a la coche se recuperó parcialmente el alumbrado de algunas carreteras en el sur de la ciudad, se confirma que el corte del suministro eléctrico en Bagdad se ha producido como consecuencia de los bombardeos contra cuatro de las centrales eléctricas que proveen electricidad a la ciudad. Estos ataques se han producido, además con bombas de silicio, cuyo sistemas, al abrirse, expanden una nube de finos filamentos de silicio que al contacto con los cables eléctricos provocan infinidad de cortocircuitos de muy difícil reparación.

Volver a destruir lo ya destruido

Entre los objetivos de los bombardeos estadounidenses de las últimas horas se evidencia la reiteración planificada contra objetivos ya bombardeados y destruidos en su totalidad, como, por ejemplo, las centrales de telecomunicaciones ya atacadas y destruidas en los días previos, y, en concreto la de Addamiyya que, según han podido ver hoy los brigadistas, ha vuelto a ser objetivo de las bombas esta noche causando el desplome total de su estructura así como de su torre de comunicaciones, que ha caído sobre las viviendas contiguas, en lo que constituye una determinada voluntad de destruir lo ya destruido previamente. Como decía hace dos días a los brigadistas Samira Fawsi, una de las víctimas del bombardeo de Isrridial, en una lección aprendida por las evidencias acumuladas en los días que dura ya la agresión, "si en algún lugar se ha lanzado un misil, un segundo volverá a lanzarse". Esta práctica de bombardear objetivos ya atacados previamente hace que la población no se sienta segura en ninguna parte de la ciudad y a ninguna hora del día: no porque ya hayan atacado un barrio éste dejará de ser agredido nuevamente. Además del gasto militar que implica ejecutar esta práctica contra objetivos que ya han quedado absolutamente destruidos y sus funciones neutralizadas, la repetición constante de bombardeos contra lugares ya atacados constituye un ejercicio de prepotencia y de demostración de fuerza de la aviación estadounidense para subrayar la vulnerabilidad iraquí ante la población y minar la moral de la gente.

Preparativos de asistencia médica ante los combates

Las previsiones de que la lucha va a encarnizarse en el sur se constata en la planificación de algunos hospitales para hacer frente a la multiplicación de los heridos que provocará la lucha a las puertas de Bagdad: el Hospital Al Numan, situada en la margen derecha del Tigris en el suroeste de la ciudad, y tras tres días de extenuación por la acumulación masiva de heridos, ha quedado absolutamente vacío, con los pacientes ya dados de alta o derivados a otros centros sanitarios) para preparar sus instalaciones a la recepción de las víctimas que se producirán en la batalla del frente sur. Todas sus salas han sido aseptizadas y solo un herido muy grave, Munir Hamid, mecánico de 33 años, y herido en las piernas y en el intestino cuando se produjo la matanza de Saab, el pasado 26 [1] de marzo, sigue ingresado en el centro.

En las calles de Bagdad, esta mañana algunas personas han comentado a los brigadistas que algunas familias del sur de la ciudad (en las proximidades donde se emplaza el aeropuerto) se han desplazado hacia el centro de la capital para protegerse de la intensificación de los bombardeos del área así como de lo que ya se describe como un frente de combate abierto.

Entre la población se palpa un sentimiento de consternación y una clara percepción de que la guerra está muy cerca. A pesar de que no se ven, la presencia de los combates se materializa ya en el ruido de los blindados iraquíes desplazándose en algunas partes de la ciudad. Allí donde no hay presencia militar, la gente sigue manteniendo cierta "normalidad" en calles y mercados aunque está más retraída que durante los primeros días de la agresión sin poder evadirse del cansancio de la presión acumulada en los días pasados. La incertidumbre marca colectivamente a la población de Bagdad a pesar de que siguen mostrándose optimistas sobre el curso de la guerra y la contención del asalto a Bagdad.


Notas:

1.- Véase en CSCAweb: Crónicas de los brigadistas: 8º día de ataques sobre Bagdad


Crónica de los brigadistas

Décimo sexto día de invasión y ataques

Bagdad/Madrid, 4 de abril de 2003.
CSCAweb (www.nodo50.org/csca)

Durante toda la noche pasada los brigadistas han escuchado el sobrevuelo permanente de los aviones estadounidenses sobre sus cabezas en vuelos rasantes seguidos de impactos de bombas. Desde la azotea del lugar en el que se alojan se oían igualmente bombardeos sostenidos de artillería en el sur que por el sonido de las explosiones podrían situarse a unos 15 Km. de distancia. Desde ayer a las 19.30 de la tarde Bagdad está sin luz. La capital iraquí tiene unas siete centrales eléctricas que suministran electricidad a la ciudad y a los distritos de su periferia. Nadie sabe si el corte de suministro eléctrico es debido a que se han bombardeado las centrales o a qué responde.

Ampliación de la cartilla de racionamiento

El gobierno de Iraq ha ampliado la cartilla de racionamiento con la que se atienden las necesidades nutricionales y de higiene básicas de la población iraquí desde que en 1991 se impusiera el embargo internacional contra Iraq. En las semanas previas a la invasión, las autoridades iraquíes adelantaron a la población cupones de racionamiento para seis meses, es decir, hasta agosto, con el fin de asegurar el aprovisionamiento de víveres en cada casa y para todas las familias. Ayer la Brigada pudo saber en un almacén de distribución del racionamiento del distrito de Adamiyya en el que se estaba pesando y repartiendo harina, grano y arroz, que el gobierno ha distribuido dos cupones más a cada familia, es decir, los correspondientes a septiembre y octubre. Esta distribución, que se ha llevado acabo eficazmente desde hace doce años por los canales del sistema público iraquí y bajo la supervisión de las agencias de Naciones Unidas, alcanza al 96% de la población iraquí según han documentado dichas agencias. En estos momentos y ante la previsión de que el asedio de las tropas estadounidenses y británicas a las ciudades y núcleos urbanos pueda prolongarse como un mecanismo de presión para desactivar a la población y a sus defensas, es imprescindible para poder seguir garantizando la supervivencia de la gente.

Hospitales colapsados por el incremento masivo de heridos civiles

Convencidos de la necesidad de documentar los ataques que se están produciendo contra barrios de población civil, los brigadistas han seguido hoy y ayer con sus visitas a los hospitales y también a los barrios que han sufrido bombardeos o impactos de misiles para visitar in situ los lugares afectados, conocer a las familias de las víctimas y reconstruir los hechos.

Esta mañana han visitado los hospitales de Yarmuk y Al Kindi. La constatación de que el número de ingresos se ha multiplicado desde ayer por la tarde hasta esta mañana por cinco ilustra la intensidad con que han aumentado los bombardeos sobre Bagdad en las últimas horas. Igualmente, el perfil de los heridos y cadáveres ingresados indica que siguen siendo los barrios de población civil los objetivos de los ataques. Ambos hospitales están al límite de su capacidad. El personal médico y sanitario sigue mostrando una gran solvencia pero se aprecia que la situación es mucho más limitada ante el aumento de heridos y la falta de recursos en equipamiento. Además, el corte del suministro eléctrico dificulta tremendamente la actividad médica hospitalaria porque los generadores de los que disponen son insuficientes para dar respuesta al incremento de atención que se requiere.

El colapso y la actividad frenética del personal médico en ambos centros, dos de los más grandes de Bagdad, ha obligado a la Brigada a anteponer el respeto a las labores médicas y a renunciar a llevar a cabo esta mañana su actividad diaria de documentar por muestreo y caso por caso los ingresos y testimonios de heridos.

En el tiempo que los brigadistas han estado en el Hospital Yarmuk, la entrada permanente de ambulancias y camillas con heridos sangrantes o ensangrentados no ha cesado en un aluvión procedente de la zona sur de Bagdad, masivamente bombardeada y atacada ayer y esta madrugada, según han podido saber nuestros compañeros. Las salas del centro hospitalario están congestionadas de heridos y familiares en lo que es un salto cuantitativo respecto a los días anteriores.

Este Hospital, según ha informado a la Brigada el Dr. Fathi Al Nakasi ha registrado solo ayer 200 heridos de los cuales 80 han tenido que ser derivados al Hospital Sadam de la Ciudad Universitaria. El recuento del número de ingresos ya cadáver no ha podido efectuarse todavía. A este aumento de actividad por el aumento de ingresos se une el hecho de que este hospital tiene reducia su plantilla de médicos como consecuencia de la creciente dificultad en la movilidad general. Muchos doctores han salido de Bagdad en sus periodos de descanso a visitar a sus familias y tienen muchas dificultades para regresar desde el exterior. Ciertamente y según pudo comprobar ayer la Brigada en el exterior de Bagdad se han montado barricadas que dificultan el tráfico en las carreteras. En el momento de la visita había en el hospital unos 10 ó 12 doctores. La mayor parte de los heridos son trabajadores del aeropuerto y habitantes de la zona sur del aeropuerto. El Dr. Fathi ha descrito que los cadáveres ingresados presentan heridas de gran tamaño desconocidas hasta ahora que parecen de metralla pero que probablemente pueden estar causadas por armamento ligero de gran calibre y fuego de artillería.

A la entrada se ha vuelto a constatar que los heridos que ingresan, entre los que hay algunos milicianos, son mayoritariamente civiles.

La Brigada ha recogido un testimonio muy grave de los efectos de las bombas de racimo. Se trata de Yaber Hamas, de 67 años, granjero de Yusifiyye herido ayer a media noche durante un bombardeo que le causó heridas en el tórax y en el abdomen y fracturas en los costados. Yaber estaba en su casa cuando salió a vigilar el ganado y describe cómo una lluvia de bombas cayó del cielo sobre la zona. No sabe si hay más heridos ya que no puede contactar con nadie de su familia. La falta de líneas telefónicas desde que todos los centros de comunicaciones fueron bombardeados por los estadounidenses en los primeros días de la invasión, causa que cuando se producen los bombardeos no se pueda llamar a las ambulancias y que sean los propios vecinos quienes trasladen a los heridos a los hospitales. Ello explica por qué hoy, tanto en el Hospital Al Kindi como en el Yarmuk hay tanta afluencia de gente buscando a sus familiares heridos.

En Al Kindi, el Dr. Osama ha estimado que ayer ingresaron 10 cadáveres. La Brigada se ha interesado por el estado de Ali Ismain, el niño de ambos brazos amputados como consecuencia del bombardeo de Safarina y en el que perdió a todos los miembros de su familia. El diagnóstico de los doctores es muy pesimista pues corre un grave riesgo de choque séptico por las quemaduras que tiene en el tórax.

La Brigada ha documentado hoy el primer herido civil de bala. Se trata de un señor de 45 años, Abbas Senshel, funcionario del Ministerio de Vivienda y Desarrollo que fue herido ayer a las 11.30 de la mañana por un destacamento de soldados estadounidenses en el sur de Bagdad, en el cruce de carreteras entre Swera y Yusifiyya, a unos 40 Km. de la ciudad. El vehículo en el que viajaba fue ametrallado sin previo aviso causando la muerte a la persona que le acompañaba. Abbas tuvo que caminar herido 5 Km. hasta encontrar a quien le dio auxilio y le trasladó al hospital.

Se necesita asistencia médica en especialistas de cirugía traumatológica y enfermeros

En el Hospital Al Kindi los brigadistas han coincidido con el ministro de Sanidad iraquí, el kurdo Omid Mathat, quien ha reconocido a la Brigada y se ha acercado a saludarles. El Sr. Mathat les ha confirmado que los hospitales se están colapsando de heridos y que estos son esencialmente civiles. Igualmente les ha informado que debido al tipo de heridas que están produciendo las bombas de racimo y las explosiones de misiles, Iraq requiere asistencia médica del exterior, en concreto de cirujanos cardiovasculares y enfermeros y enfermeras, así como los kits standard necesarios para afrontar intervenciones y fijaciones externas traumatológicas.

Las víctimas del ataque a Addamiyya

Ayer por la tarde los brigadistas se desplazaron a Addamiyya, uno de los distritos que fueron atacados el pasado 25 de marzo [1] cuando un misil lanzado contra uno de sus barrios causó la muerte de 6 personas además de 23 heridos, todos ellos civiles.

La calle donde cayó el misil se llama Raghiba Jartum y pertenece al barrio de Al Qam. El misil impactó contra una casa y la onda expansiva causó el derrumbe de otras 3, dos a sus lados y una detrás. Cuando se han acercado los brigadistas han vuelto a encontrarse con el profesor de Arte de la Universidad de Bagdad, Husan Al Ahrawi, a quien conocieron el día de los funerales de las víctimas del ataque. El Sr. Al Ahrawi les ha acompañado en su visita a la casa de atrás, que presenta un aspecto de derrumbe total, donde les ha explicado que vivía una madre viuda con siete hijos que se ganaba la vida como empleada doméstica. El impacto de la explosión del misil y el derrumbe de su vivienda le produjo la muerte bajo los escombros. Cuando pudo ser rescatada ya sin vida apareció su cuerpo completamente mutilado. Sus siete hijos se han trasladado a un pueblo a las afueras de Bagdad para realojarse con unos familiares. El Sr. Al Ahrawi ha contado a los brigadistas que la novia del mayor de sus hijos, un adolescente llamado Akil Jalil, había resultado gravemente herida como consecuencia de la explosión: ha perdido media parte del rostro y uno de sus ojos le ha salido de la cuenca.

En una de las otras dos casas situadas enfrente de la que recibió el impacto del misil, los brigadistas han podido conocer a una anciana, Badrila Hasan, de 75 años de edad que tiene heridas en la zona del abdomen y en los brazos como consecuencia del impacto causado por los cristales rotos por la onda expansiva.

En la otra casa reside el matrimonio de Yaser Fajari, de 60 años, jubilado, y Safia Al Miami, de 52. Los dos se encontraban en casa cuando se produjo el ataque. Yaser tiene numerosas heridas en la pierna izquierda que le impiden caminar. Safia perdió de manera inmediata la visión en el ojo izquierdo y tiene también heridas en la pierna que le impiden desplazarse. Los dos recibieron el impacto de los cristales de las ventanas en su cuerpo tras producirse la explosión del misil en la casa de enfrente. Safia estaba cocinando al lado de su hijo Sinam Fajari, de 31 años y funcionario, cuando vio la bola de fuego que inmediatamente rompió los cristales. Salió corriendo con su hijo hacia la calle, ambos completamente ensangrentados.

La labor de los brigadistas

Alertados por lo las informaciones acerca de que se pueda estar produciendo un avance de las tropas estadounidenses hacia los alrededores de Bagdad, los brigadistas transmiten que por el aspecto de la ciudad en el día de hoy, viernes, y por tanto jornada de descanso en la semana, no pueden confirmar que se haya producido ningún cambio sustancial entre la población y esperan a mañana para notificar si se ha producido.

Igualmente, ante las reiteradas y numerosas muestras de preocupación que los brigadistas reciben a diario desde el territorio español y otros puntos, y a la vista de lo que pudiera ser el inicio de la ofensiva terrestre sobre las inmediaciones de la ciudad, los integrantes de la Brigada siguen evaluando día a día su situación así como cuáles son las posibilidades de seguir haciendo una labor que consideran está siendo útil como contribución al Movimiento contra la Guerra en nuestro país. En este sentido, la Brigada quiere transmitir mediante estas líneas que la decisión al respecto de permanecer o no en Bagdad se tomará colectivamente en función de la utilidad de su trabajo y sin menosprecio del riesgo que pueda suponer para su propia seguridad.

El estado anímico de todo el grupo es bueno a pesar de que cada día a su alrededor se recrudece la realidad a causa el horror y la destrucción que provoca la barbarie estadounidense y británica con su guerra ilegal contra todo el pueblo de Iraq.


Notas:

1.- Véase en CSCAweb: Crónica de los brigadistas: 6º día de ataques sobre Bagdad




Crónica de los brigadistas

Décimo quinto día de invasión y ataques

Bagdad/Madrid, 3 de abril de 2003
CSCAweb (www.nodo50.org/csca)

Esta noche, entre el sobrevuelo constante de los cazas y los B-52 estadounidenses sobre Bagdad, los brigadistas han podido escuchar al menos tres fuertes explosiones a la 1.30, 2.00 y 4.00 horas (local). Esta mañana han sabido que el impacto más fuerte se había producido en el ataque contra Al Dura, un gran distrito al sureste de Bagdad en el que se ubican, además de barrios populares, una Central Eléctrica y una Central de Potabilización de Agua del Tigris que suministran luz y agua al 40% de la población de Bagdad.

Los Hashemi, una familia rota

Ayer los brigadistas fueron invitados a compartir la intimidad de una familia rota a golpe de misil. Es la familia de Hashemi Abdullah, abuelo de las niñas Nada y Rama Adnan que los brigadistas conocieron en el Hospital Al Kindi el pasado 31 de marzo [1]. Nada y Rama fueron alcanzadas por el bombardeo producido en el pueblo de Yisridial el 26 de marzo en el que perdieron a otra hermana, Sahra, de 10 años, y cuya fotografía enseñó la madre a los brigadistas en el hospital. También su hermano Muhamad resultó herido leve. Después de descubrir la tragedia que asoló a su gran familia, Rosa, enfermera de la Brigada, ha comprendido la adulta seriedad y el recelo con que la niña Nada, de 14 años, dijo a los brigadistas aquel día en el hospital que "hasta el último niño de Iraq luchará por su país".

Ese día toda la familia se había desplazado al pueblo para visitar al abuelo. Yisridial es una localidad muy próspera del sureste de Bagdad dedicada a la agricultura de regadío, a los cultivos de maíz y a la ganadería vacuna. Su población mayoritariamente campesina vive en casas muy dignas de ladrillo en una paraje bellísimo próximo a la carretera que va a Al Kuts. El día 26, cuando toda la familia se hallaba reunida en la casa del abuelo Hashemi Abdullah, dos misiles impactaron repentinamente contra la vivienda de dos pisos. En el segundo, el derrumbe total provocó el hundimiento de la planta que aplastó a la esposa de Hashemi y abuela de las niñas y causó su muerte instantánea. Otras dos personas murieron en el acto.

La familia rememoró ayer lo ocurrido en el salón de la casa de un familiar en el barrio de Nueva Bagdad donde se han reunido para recibir a los brigadistas. Cada uno cuenta sus desdichas, sus heridas, sus pérdidas. El abuelo Hashemi, un hombre de 60 años, oficial electricista, tiene heridas de metralla en la cabeza, en la rodilla derecha y en la pierna izquierda. Además de su esposa, ha perdido a una de sus dos hijas, Hanna Hashemi, tía de Nada y Rama, y que cayó muerta, como su madre, instantáneamente.

Junto a ellos, la hermana del abuelo Hashemi, su marido y sus cinco hijos, también en la vivienda familiar de Yisridial cuando se produjo el criminal ataque, resultaron heridos por el impacto de los misiles. Sus cinco hijos tiene heridas graves por efecto del derrumbe de la casa:

Samir Mushair, de 26 años y veterinario de profesión, con la frente marcada por el impacto de esquirlas, tiene fracturado el brazo derecho y sus piernas están vendadas tras la cura de las heridas de metralla.

Ahmed Mushair, de 18 años, estudiante, tiene metralla en la cabeza y el brazo derecho roto.

Riad Mushair, de 27 años, administrativo de profesión, tiene metralla en la mano derecha.

Rasha Mushair, la única hija, de 20 años, y estudiante de administrativo, tiene también metralla en la cabeza y en la pierna derecha y mano izquierda.

Omar Mushair, el benjamín de13 años, que es estudiante, tiene metralla en el codo.

En el salón de la casa donde fueron recibidos los brigadistas, se respiraba un aire de infinita desolación mientras narraban lo ocurrido contenidamente. Sentados entre ellos, un joven herido de metralla en la cabeza guardaba silencio con un semblante especialmente rígido y tenso. Es Haled Ayyim, de 23 años, trabajador administrativo en la compañía eléctrica que había ido a casa de los Hashemi de visita aquel mismo día junto a su mujer Nada Nayyim, de 18 años. Nada murió en el acto.

La madre de las niñas Nada, Rama, Sahra y Muhamed Adnan, nietos todos ellos de Hashemi, también invitó ayer a los brigadistas a su casa en el barrio de Karrada en donde se emplaza el alojamiento de la Brigada. Allí, fueron recibidos por el padre, la madre y dos de los tres hijos que les quedan después de haber perdido en el ataque de Yisridial a su pequeña Sahra de 10 años. Muhamad ya recuperado de sus heridas y dado de alta como su hermana Rana, corretean y juguetean por la casa con la excitación propia de los niños ante las visitas de extraños: pequeños como son distraen el trauma que les ha sido infligido con el recuso que da la naturaleza infantil. Sus padres apenas pueden ocultar el dolor que ha golpeado a su familia pero piden que demos a conocer lo que está pasando a tantas familias como la suya desde que EEUU y Gran Bretaña invadieron Iraq.

Visita a Yisridial

Esta mañana los brigadistas se han desplazado hasta Yisridial junto con uno de los sobrinos del abuelo Hashemi. Allí les han recibido la familia del hermano de Hashemi que vive en la casa de al lado con su esposa, su hijo Ahmed Hasan, su nuera Sabiha Shaab y sus cuatro nietos, y que fueron quienes rescataron a sus familiares una vez que se produjo la explosión y que la casa se derrumbó. Los brigadistas han podido ver el desastre producido por los dos misiles: la casa derruida con su segunda planta aplastada contra la primera, todavía guarda los signos de la vida familiar que albergó: alfombras aplastadas contra el amasijo de hierros y cemento, muebles rotos, objetos desparramados, enseres cotidianos en medio de la destrucción provocada por un misil que cae del cielo sobre una casa rural a las 16:30 de la tarde con veinte personas dentro...

Los vecinos y familiares de la los Hashemi, atentos y amables con los brigadistas, les muestran antes de despedirse su indignación, imprecan el nombre de Bush y Blair como asesinos, denuncian las matanzas que están causando sus ejércitos, e improvisadamente, llevados por un impulso mezcla de orgullo y de rabia contenida comienzan a lanzar cantos patrióticos y consignas nacionales de defensa de la tierra y de la patria.

En su camino de vuelta a Bagdad, habiendo salido y entrado a la ciudad sin problemas, la Brigada ha podido ver que en la carretera que une la capital con Al Kuts, hay mayor presencia militar que en la ciudad. Tropas regulares iraquíes se apostan entre los palmerales, los canales y los puentes para reforzar el frente. En la carretera, en un trajín de coches que van y vienen, los bagdadíes siguen saliendo a comprar frutas y productos agrícolas a los pueblos de alrededor. Algunos vehículos proceden de Basora con familias que se desplazan hasta Bagdad. No hay tráfico de población que salga despavorida a refugiarse fuera del país: las oleadas de refugiados que la invasión de Iraq iba a crear no se están produciendo.

El recinto ferial de Bagdad demolido en su totalidad

De regreso a Bagdad los brigadistas han visto cerca de la Torre de Sadam y del centro de telecomunicaciones de Al Munia, que la explanada de 25.000 metros cuadrados que alberga el recinto ferial de Bagdad, un lugar que acogía ferias comerciales e internacionales, ha quedado absolutamente destrozado por efecto de los bombardeos sistemáticos. Igualmente, los pabellones feriales están derruidos, entre ellos el de Siria cuyo cartel anunciante yace desparramado por el suelo en medio de las ruinas. Un edificio contiguo ha quedado igualmente destrozado por el tremendo cráter que ha abierto un misil. Al lado, el Salón Residencia de Encuentro para Médicos, justo enfrente de la Maternidad que el Creciente Rojo tiene en Bagdad y que fue objeto de otro ataque ayer tarde, ha quedado también dañado. Este es un perímetro extensísimo abierto y amplio que ha quedado arrasado por bombas y misiles. En sus alrededores, ruina sobre ruina, se dispersa bajo el cielo azul de Bagdad una geografía urbana de edificios destruidos que la Brigada no sabe identificar.

Visita al Hospital Yarmuk

A media mañana la Brigada se ha dirigido al Hospital Yarmuk, en el barrio de Qadisiyya donde les ha recibido el Dr. Leith Rashid y les ha informado que entre el día de ayer, la noche y la mañana de hoy se han multiplicado el número de registros de cadáveres y heridos en el Hospital. Ello es así, porque los ataques han sido especialmente violentos no solo en la zona de Qadisiyya sino en Al Dora y en Al Turas, un suburbio del sur de la ciudad. Como viene siendo habitual, los casos más graves están siendo atendidos en los dos grandes hospitales de Al Kindi y del Yarmuk. Hasta el momento no se ha podido identificar todavía el número de muertes provocadas por los ataques de las últimas 24 horas pero el Dr. Leith ha certificado que en el congelador del hospital Yarmuk hay decenas de cadáveres descuartizados y desfigurados. Igualmente, las doce salas de recepción de heridos del hospital están colapsadas. El Dr. Leith confirma que aumentan las heridas por impacto de metralla causados por las bombas de racimo y describe bien cómo funciona su sistema: la metralla que genera la explosión de tales bombas se desplaza a más 2.000 metros por segundo a muy elevada temperatura y tiene, por tanto un alto poder de penetración. Aun cuando se trate de esquirlas mínimas en su tamaño, cuando impactan con órganos internos del cuerpo son extremadamente dañinas y difíciles de extraer.

Nuevos testimonios de civiles heridos

En su visita a las salas de heridos los brigadistas han recogido el testimonio y los casos de doce de las personas ingresadas como consecuencia de los bombardeos de los últimos días.

Del barrio de Sweed, ya atacado en días pasados, y nuevamente objetivo de las bombas estadounidenses el 2 de marzo a las 15.30 horas, Ali Sa'ad, de 6 años fue alcanzado por la explosión cuando jugaba en la puerta de su casa. Tiene heridas por metralla en ambos pies. Ninguno de sus familiares resultó herido.

Muhamad Yamal, también de 6 años, del barrio Abu Dshir, en el distrito de Dora, resultó herido por un ataque el 1 de abril a las 17.30 horas cuando jugaba en la escalera de su casa con su hermano que también resultó herido. Muhamad tiene grave trauma abdominal por metralla con rotura intestinal que requiere colostomía. Otros tres niños vecinos de Muhamad murieron en el acto como consecuencia del ataque.

Heridos del ataque al barrio de Al Turas

Cuatro casos de heridos de un mismo barrio, Al Turas, atacado el pasado 2 de abril a las 17.0 horas y de un mismo grupo familiar: la familia Salum. El padre, Abdel Kader Salum estaba en la escalera de la casa cuando se produjo la explosión de un fuerte impacto que le causó una amputación traumática de la pierna derecha, es decir que llegó al hospital habiendo perdido la pierna. En el momento de la visita a la sala estaba siendo conducido al quirófano para intervenirle .

Su hijo Adnan Abdel Kader, fue alcanzado por la explosión cuando estaba en la cocina de su casa junto a sus hermanas Afra y Rasha. Adnan tiene metralla en la pierna izquierda. Su hermana Afra, de 20 años, tiene igualmente metralla en ambas piernas y Rasha, de 19 años, que tiene graves heridas en el abdomen había sido conducida al quirófano para ser operada.

Heridos del bombardeo de Al Dora

Del bombardeo sobre el distrito de Al Dora, los brigadistas han registrado seis de los muchos casos de heridos que se han producido. El primero, el más terrible por la estampa desoladora que presenta y por la circunstancia en la que se produjo, es el de Fahad Osai, de 17 años. Fahad que tiene trauma abdominal severo con afectación multiorgánica y heridas por metralla en diversas partes del cuerpo, está muy grave aunque consciente mientras se le practica una transfusión de sangre. Su madre, sorprendida en medio del llanto al lado de su hijo cuando entran los brigadistas, se recompone y cuenta a los brigadistas la tragedia que se produjo ayer en Dora: después de que dos misiles impactaran fuertemente en su barrio, Fahad acudió junto a otros muchos vecinos y grupos de defensa civil a auxiliar a las víctimas cuando repentinamente la aviación estadounidenses volvió a lanzar, esta vez, una bomba de racimo que causó una nueva explosión múltiple contra la gente congregada en las tareas de rescate. La madre de Fahad que habla un correcto inglés, termina su descarnado relato indicando que su hijo tiene las vísceras abiertas y lanza una exclamación al mundo: "Pido a las madres estadounidenses y británicas que se pongan en lugar de las madres iraquíes. Están matando población civil".

Al lado de Fahad, Walid Abbas, de 32 años, voluntario de defensa civil, cayó igualmente herido tras la explosión de la bomba de racimo cuando ayudaba a los heridos del anterior ataque de misiles. Walid tiene fracturado el fémur derecho y heridas por metralla en diversas extremidades inferiores.

Como él, Salah Rahim, de 33 años y también voluntario de defensa civil, fue alcanzado por metralla en la cadera izquierda y en las extremidades inferiores.

Basem Muhamed, de 23 años y estudiante universitario caminaba hacia su casa cuando se produjo el segundo ataque de la bomba de fragmentación. Resultó herido de metralla en la pierna izquierda, al igual que su hermano Ali Muhamad que le acompañaba y que también recibió impactos de metralla en el tórax y en la pierna izquierda. Ali, de 18 años, es oficinista.

Na'ama Sa'ad, de 25 años, herido por metralla en el mismo ataque en la cabeza mientras trabajaba. Na'ama cuenta que es funcionario y el Dr. Leith le hace un gesto simpático diciendo a la Brigada que "aquí la mayoría somos funcionarios y trabajamos para el Estado. Somos un país socialista. Aquí no hay capitalistas".

El Dr. Leith explica a los brigadistas que el personal médico está dando servicios de 24 horas con descansos de cuatro o cinco horas, rotando funciones en operatorios y posoperatorios en una organización que a los ojos de la Brigada es ejemplar en su solvencia, particularmente en la medicina quirúrgica y habida cuenta de las gravísimas lesiones que se ven, causadas por la metralla mortal de las bombas de racimo.


Notas:

1.- Véase en CSCAweb: Crónica de los brigadistas: décimo segundo día de invasión y ataques



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