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IRAQ

* Baker Ibrahim, octogenario comunista iraquí, miembro del Partido Comunista Iraquí desde 1948, integró su dirección en las décadas de los años 60 y 70, siendo uno de los dirigentes que contribuyeron a su reconstrucción después de las oleadas represivas de 1963, 1971 y 1978. Opuesto a la intervención multinacional contra Iraq durante la Guerra del Golfo en 1991 y al régimen de sanciones de Naciones Unidas contra su país, Ibrahim ha mantenido en estos años su compromiso patriótico separándose de la dirección del PCI, a la que califica en esta carta de colaboracionista. Esta carta ha sido difundida en árabe el 9 de noviembre en www.alkader.net

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Carta de un comunista iraquí a los progresistas árabes

Baker Ibrahim*

CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 9 de diciembre de 2003
'Al-Kader.net', 9 de noviembre de 2003. Traducción del árabe: CSCAweb

"Esperamos vuestra condena de la postura de la dirección del PCI y de todos los partidos e individuos que defendieron la guerra y hoy defienden la ocupación; os pedimos romper toda relación con ellos. Os pedimos que escuchéis las voces de los patriotas iraquíes de todas las tendencias que rechazan la ocupación y que luchan por la independencia del país y por su progreso."

A todos los progresistas árabes, queridos camaradas:

La mayoría de los historiadores coinciden en que el Partido Comunista Iraquí (PCI) fue fundado en marzo de 1934. Consideran asimismo de forma unánime que los primeros marxistas contribuyeron en la acción nacional [de Iraq] y que tuvieron contactos con los medios internacionalistas antes de la fundación misma del partido, así como que la primera organización que supuso el primer paso en la creación de ese partido se llamaba Comité de Lucha contra el Colonialismo y el Capital. En esta denominación se observa la asociación entre la lucha por la independencia nacional y la lucha por el progreso social y la realización del socialismo.

Estas dos dimensiones inseparables han acompañado toda la historia del PCI y así tiene que ser para siempre aunque, desgraciadamente, los actuales dirigentes hayan renegado de la historia del partido y hayan pasado del antiimperialismo a la colaboración con el imperialismo.

Este cambio empezó hace ya 13 años, es decir un poco antes de la primera guerra de agresión contra Iraq del 17 de febrero de 1991. Es sabido que aquella guerra fue precedida por el desmoronamiento de la URSS y de los países de Europa del Este; acontecimiento que produjo una hola de relegaciones de amplia envergadura en las filas de la izquierda de varios países.

Convergencia de intereses

Los dirigentes del PCI justifican su adhesión a los planes del imperialismo estadounidense y de sus aliados con el pretexto de que hay una convergencia entre los intereses generales por acabar con la dictadura [de Sadam Husein] y el establecimiento de la democracia. Es verdad, la salvaje represión policial que tanto tiempo duró afectó a todas las fuerzas que luchaban por la liberación de Iraq y por su progreso. Es verdad también que el antiguo régimen cerró todas las puertas a una solución pacífica a la crisis interna que permitiera contener la hemorragia y mejorar la situación. Todo esto creó las condiciones para el debilitamiento de la capacidad de los iraquíes de impedir la invasión imperialista, que acabó con la independencia del país, arruinó su economía, disolvió su ejercito, destruyó su patrimonio cultural y, finalmente, ha puesto sus riquezas en venta como se ha visto hace muy poco.

EEUU y sus aliados lograron todos estos objetivos porque consiguieron movilizar a fuerzas políticas iraquíes que respondieron positivamente a sus promesas fraudulentas de salvar a Iraq de la dictadura y de instalar en el país la democracia. El PCI fue una de esas fuerzas, además de otros partidos que formaban parte del movimiento nacional iraquí.

La participación del PCI en el denominado Consejo Gubernativo y en el [subsiguiente] gobierno designado por los ocupantes fue planificada mucho tiempo antes de la guerra y de la ocupación: Los dirigentes del partido no están siendo sinceros cuando alegan que ellos nunca han estado a favor de la guerra y de la ocupación ni cuando alegan que ellos quieren poner fin a dicha ocupación.

Al PCI y a los demás partidos colaboracionistas les unen intereses con los ocupantes y, por ello, no hay que esperar nada positivo de ellos; todo lo contrario, las fuerzas populares que están contra la ocupación deben considerarlos como partidos que han abandonado el campo de la lucha nacional, democrática e internacionalista.

Estos partidos persiguen la consagración y la perennidad de la ocupación mientras alegan que van a recurrir a la negociación con los ocupantes para determinar el tiempo de su estancia en Iraq. Sólo la lucha popular con sus distintas formas y bajo la dirección de un frente nacional contra la ocupación es capaz de permitir la consecución de un futuro mejor para Iraq.

Apoyamos la reivindicación de organizar unas elecciones libres bajo supervisión internacional e imparcial que permitan tener un gobierno legitimo capaz de mantener la independencia del país, salvaguardar sus riquezas [nacionales] y de devolverlo de nuevo a su entorno árabe y a la comunidad internacional.

Petición

Os agradecemos vuestra solidaridad con el pueblo iraquí en contra de la guerra y del embargo, y vuestra lucha hoy para que Iraq recobre su independencia y disfrute de su democracia. Nos agrada el que hayamos contribuido a vuestro lado en esta lucha que es universal.

Esperamos de vosotros y de todos los partidos progresistas y socialistas, así como de las instituciones pro derechos humanos el apoyo a la lucha del pueblo iraquí y la ayuda humanitaria urgente a las víctimas de la guerra y de la ocupación.

Esperamos vuestra condena de la postura de la dirección del PCI y de todos los partidos e individuos que defendieron la guerra y hoy [defienden] la ocupación; os pedimos romper toda relación con ellos. Por el contrario, [os pedimos] que escuchéis las voces de los patriotas iraquíes de todas las tendencias que rechazan la ocupación y que luchan por la independencia del país y por su progreso.

La mayoría de los militantes del PCI y de la izquierda iraquí que llevan luchando desde hace décadas están en contra de la política de la dirección actual del partido. Muchos de ellos han estado al corriente del contenido de esta carta antes de publicarla.

Saludos afectuosos,

Baker Ibrahim, 9 de octubre de 2003