Comunicado del CSCA
La detención del
ex presidente iraquí no determinará el fin de la
resistencia
Comité de Solidaridad
con la Causa Árabe
CSCAweb (www.nodo50.org/csca),
15 de diciembre de 2003
La detención
de Sadam Husein no determinará el fin de la resistencia
en Iraq, que es la expresión de la creciente oposición
de la mayoría de la población iraquí a la
ocupación y al proyecto de EEUU y sus aliados de dominación
neocolonial del país. En todo caso solo constituye un
muy limitado y momentáneo respiro publicitario para las
fuerzas extranjeras y colaboracionistas, quienes apenas se muestran
capaces de gestionar la grave quiebra de la ocupación
que la resistencia ha provocado
En la imagen,
alrededores de una comisaría en la localidad de Kaldiya
(80 km al oeste de Bagdad), en la que resultaron muertas al menos
17 personas -en su mayoría policías colaboracionistas-
en una acción de la resistencia realizada el domingo,
casi simultaneamente a la captura de Sadam por tropas de EEUU.
(AP Photo/Muhammed
Muheisen)
Tras la captura en la noche
del sábado 13 de diciembre del ex presidente iraquí
Sadam Husein por tropas estadounidenses, el Comité de
Solidaridad con la Causa Árabe, desea avanzar las siguientes
consideraciones:
1. La detención de Sadam
Husein no determinará el fin de la resistencia en Iraq,
que es la expresión de la creciente oposición de
la mayoría de la población iraquí a la ocupación
y al proyecto de EEUU y sus aliados de dominación neocolonial
del país. La incapacidad de los ocupantes por erradicar
o frenar las acciones de la resistencia, pese a los operativos
abiertamente militares y masivos desarrollados en los últimos
meses, demuestran la capacidad, la fuerza y el apoyo social de
los insurgentes.
Aun cuando buena parte de sus
componentes puedan ser baasistas, la resistencia no es resultado
del seguimiento del liderazgo del anterior régimen por
parte de sectores residuales del mismo, sino la respuesta de
corrientes plurales, democráticas y patrióticas
iraquíes que -tras esta primera fase de insurgencia- habrán
de abordar la articulación de un frente unificado de liberación
nacional, que formule un nuevo proyecto integrador, plural y
social para Iraq tras la recuperación de la soberanía
nacional.
2. Los gobiernos implicados
en la ocupación reinciden en el mismo error cometido tras
la culminación de la invasión del país y
la proclamación del fin de la guerra por parte de Bush
el 1 de mayo, al considerar ahora determinante la captura de
Sadam Husein para la recuperación de su control de la
situación interna en Iraq, máxime tras el desbaratamiento
evidente que la resistencia ha causado en pocos meses a su proyecto
de dominación del país.
Sin duda muy simbólica,
la detención de Sadam Husein solo habrá de constituir
un muy limitado y momentáneo respiro publicitario para
las fuerzas extranjeras y colaboracionistas, quienes apenas se
muestran capaces de gestionar la grave quiebra de la ocupación
en todos sus aspectos -militar, económico, político
y social-, como así lo corroboran las últimas medidas
tomadas por la Administración Bush para un traspaso del
poder político y de seguridad a instancias iraquíes
no legitimadas democráticamente y a fuerzas de seguridad
internas, a fin de aliviar el gravoso coste humano y material
que la resistencia impone.
3. Es por ello igualmente un
error considerar, como se han apresurado a declarar este domingo
algunos gobiernos y determinadas fuerzas políticas -como
en el caso del secretario general del PSOE, Rodríguez
Zapatero- opuestos en su día a la invasión de Iraq,
que la captura de Sadam Husein vaya a favorecer un rápido
proceso de recuperación de la soberanía y la democracia
en el país. Todo lo contrario: cualquier disminución
de la presión externa e interna sobre EEUU y sus aliados
animará a la Administración Bush a intentar recuperar
sus planes iniciales de control militar directo y hegemónico
de Iraq y del conjunto regional. Cabe asimismo imaginar que,
si así fuera, el gobierno Sharon relanzaría sin
mayores presiones estadounidenses su guerra de devastación
en Palestina.
4. Cabe finalmente destacar
y condenar la inmoralidad y el cinismo con que los gobiernos
implicados primero en una estrategia premeditada de genocidio
contra el pueblo iraquí (que ha costado la vida a más
de millón y medio de civiles, según las Agencias
de Naciones Unidas) y después en una guerra ilegal de
agresión y pillaje -incluido claro está, el gobierno
Aznar-, causantes de la destrucción que sufre Iraq y del
empobrecimiento de su población, celebran la captura de
Sadam Husein, pretendiendo con ello que se olviden sus propios
crímenes, por los que habrán de ser juzgados.
Particularmente denunciable
es el hecho de que quienes están recurriendo a la lógica
de "Guerra global contra el terrorismo" para desmantelar
definitivamente el Derecho Internacional, anular los principios
esenciales de soberanía y autodeterminación de
los pueblos, y arrebatar a sus propias ciudadanías derechos
sociales y democráticos básicos, presenten la captura
del ex presidente iraquí como un esperanzador triunfo
de los principios de la justicia y la libertad.
Por último, hay que
recordar que las autoridades de ocupación mantienen detenidos
en Iraq a miles de ciudadanos (más de 17.000, según
la Comisión iraquí de Derechos Humanos) sin protección
legal alguna ni derechos reconocidos, en un proceder a todas
luces ilegal que viola los convenios internacionales.
Fin de la ocupación,
soberanía para Iraq
Madrid, 15 de diciembre de 2003
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