Llamamiento del CSCA a movilizarse el día
15 de febrero, jornada europea e internacional contra la guerra
en Iraq
La guerra está decidida
pero se puede parar
Comunicado del Comité de Solidaridad
con la Causa Árabe
28 de enero de 2003. CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"El gobierno Aznar ha comprometido
ya el apoyo del Estado español a la agresión contra
Iraq al ceder sin restricción alguna el uso de las bases
conjuntas hispano-estadounidenses, esencialmente la de Rota,
violando con ello la legalidad institucional y la Constitución.
Al tiempo, tras la exigencia de la Administración Bush
para que los países miembros de la OTAN se involucren
en la guerra, la implicación del Estado español
sería doble, violando en este caso las condiciones del
referéndum de entrada en la OTAN. Así, al tiempo
que podemos convertirnos en agresores directos del pueblo iraquí
en una nueva guerra de devastación contra su país,
nos enfrentamos al peligro de quiebra democrática interna
y a un grave proceso de regresión en derechos civiles
y libertades en el nuestro propio".
1. Tras dos meses de inspecciones en Iraq, ayer lunes
27 de enero, Hans Blix, jefe de la comisión UNMOVIC de
Naciones Unidas (NNUU) para el desarme de Iraq, y Mohammad al-Baradei,
presidente de la Agencia Internacional de la Energía Atómica,
presentaron ante el Consejo de Seguridad (CS) sus informes preliminares
sobre el supuesto rearme iraquí. Pese a sus ambigüedades
manifiestas, la conclusión esencial de ambos es la previsible:
no hay prueba alguna de que Iraq se haya rearmado desde diciembre
de 1998, fecha en la que se retiraron los inspectores de NNUU
como consecuencia de la operación militar unilateral anglo-estadounidense
Zorro del Desierto.
Sin embargo, la valoración que la Administración
Bush ha hecho de la sesión de ayer en Nueva York confirma
su determinación de atacar Iraq: la guerra está
decidida. EEUU otorgará a las comisiones de desarme de
NNUU apenas 20 días más -hasta el 14 de febrero-
para presentar un nuevo informe, ganando así el tiempo
que precisa para ultimar sus preparativos militares en el Golfo.
En ese tiempo, otros 100.000 soldados estadounidense se unirán
al contingente de tropas ya estacionado en la zona.
Y es que, pese a la reanudación de las inspecciones,
durante todo este tiempo la Administración Bush ha proseguido
con sus preparativos para atacar Iraq, habiendo además
intensificando en las últimas semanas sus presiones para
obtener el apoyo internacional a sus planes bélicos, particularmente
de los gobiernos de los países miembros de la OTAN y los
vecinos de Iraq. Los gobiernos europeos miembros en la actualidad
del CS (Francia, España, Reino Unido y Alemania) apenas
han podido consensuar, también ayer, una posición
común a favor de un plazo limitado para la continuación
de las inspecciones.
La oposición internacional a la guerra es cada vez
mayor dentro y fuera de EEUU. Por ello, si lo ve necesario para
acallar a la opinión pública mundial, al término
de ese exiguo plazo la Administración Bush puede pretender
imponer la aprobación por el CS de una nueva resolución
que autorice la intervención contra Iraq. Sin embargo,
esta es una guerra inmoral e ilegítima que ninguna resolución
de NNUU podrá legitimar.
2. La amenaza de esta nueva guerra y la desinformación
ocultan que Iraq es hoy un país hundido en la miseria
pese a su riqueza y la capacitación de su población,
devastado por más de una década de sanciones económicas
y agresiones militares continuadas: según datos de NNUU,
en estos 12 años más de un millón de personas
-de ellas, 800.000 menores de 5 años- han muerto a causa
del embargo. También según las propias NNUU, además
de las víctimas directas del conflicto, una nueva guerra
contra Iraq supondrá una catástrofe humanitaria,
con millones de personas afectadas por hambrunas y epidemias,
y más de dos millones de refugiados.
Tras esta guerra no hay imperativo moral alguno: será
una guerra desencadenada por meros intereses políticos
y económicos, una nueva guerra por el petróleo.
Los planes estadounidenses para el futuro de la región
tras la intervención contra Iraq, recientemente hechos
públicos por el secretario de Estado Collin Powell, no
dejan lugar a dudas: controlar el suministro petrolífero
del mundo industrializado e imponer la inserción económica
de Israel en Oriente Medio y, con ésta, la del conjunto
de la región -de sus poblaciones y recursos- en una economía
mundializada.
Si el objetivo declarado de esta nueva guerra contra Iraq
es proceder al cambio de su régimen político, la
guerra dará paso a una más ambiciosa remodelación
geopolítica del conjunto de Oriente Medio, incluyendo
probablemente el aplastamiento militar de la Intifada, el desmantelamiento
de las instituciones de la Autoridad Palestina y quizás
un nuevo éxodo de su población. La anunciada reelección
esta semana de Ariel Sharon como primer ministro de Israel augura
un escenario de asalto final contra las Áreas Autónomas
a la sombra de la guerra contra Iraq.
La intervención contra Iraq impondrá además
a la comunidad internacional el hecho consumado de un nuevo ordenamiento
mundial en el que las normas jurídicas vigentes hasta
ahora habrán quedado anuladas por la nueva doctrina estadounidense
de "Guerra preventiva", anticipada en la "Guerra
global contra el terrorismo". Suplantando el derecho de
autodeterminación de los pueblos, la "Guerra Preventiva"
de la Administración Bush no es más que la más
reciente formulación de la voluntad hegemónica
de EEUU, que pretende por medio del recrudecimiento del intervencionismo
militar directo imponer a escala planetaria su dominación
política, económica y cultural, imponiendo por
la fuerza, si ello es necesario, cambios de gobierno y de sistemas
políticos y económicos. Así, los escenarios
de las guerras abiertas contra los pueblos se multiplican, muy
particularmente en el continente americano y, en concreto y en
estos mismos momentos, contra la experiencia democrática
venezolana, en Colombia y en otros países.
3. La guerra contar Iraq está decidida pero
se puede parar. Los pasados días 18 y 19 de enero, medio
millón de estadounidenses y cientos de miles de personas
más en todo el mundo y en distintas ciudades del Estado
español salimos a las calles para decir "no"
a esta nueva guerra, en un éxito sin precedentes de la
movilización contra los planes de la Administración
Bush de atacar Iraq.
Tras el éxito de estas movilizaciones, recordando la
propuesta lanzada desde el Foro Social Europeo, reunido Florencia
el pasado mes noviembre, de convocar una jornada europea de movilizaciones
contra la guerra en Iraq el próximo día 15 de febrero,
a la que se ha sumado la coalición contra la guerra de
EEUU ANSWER, hacemos un llamamiento a la ciudadanía, a
las organizaciones sociales, sindicales y políticas para
que se manifiesten masivamente y de manera unitaria en esa fecha
en las ciudades y pueblos del Estado español, como se
hará en las de todo el planeta, expresando nuevamente
en la calle su oposición a la guerra contra Iraq y en
solidaridad con el pueblo iraquí.
Hacemos un llamamiento a la movilización contra una
guerra injustificable y contra la participación en ella
del Estado español, una participación que es rechazada
abrumadoramente por la mayoría de nuestra ciudadanía,
como así lo demuestran las últimas encuestas de
opinión publicadas, con porcentajes que superan el 80%,
incluso aunque la guerra lleve finalmente la sanción de
NNUU. Apenas un 10% de los electores españoles mayores
de 18 años apoyan la posición gubernamental favorable
a la guerra, según estos mismos sondeos.
Pese a ello, el gobierno Aznar ha comprometido ya el apoyo
del Estado español a la agresión contra Iraq al
ceder sin restricción alguna el uso de las bases conjuntas
hispano-estadounidenses (esencialmente, la de Rota) violando
con ello la legalidad institucional y la Constitución.
Al tiempo, tras la exigencia de la Administración Bush
para que los países miembros de la OTAN se involucren
en la guerra, la implicación del Estado español
sería doble, violando en este caso las condiciones del
referéndum de entrada en la OTAN.
Así, al tiempo que podemos convertirnos en agresores
directos del pueblo iraquí en una nueva guerra de devastación
y pillaje contra su país, nos enfrentamos al peligro de
quiebra democrática interna y a un grave proceso de regresión
en derechos civiles y libertades en el nuestro propio.
Paremos la guerra contra Iraq antes de que empiece
Toda nuestra solidaridad para el pueblo iraquí
Comité de Solidaridad con la Causa Árabe
28 de enero de 2003
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