Iraq-CELSI
Paremos la guerra contra Iraq


* Scott Ritter fue Inspector de armamento de la Comisión Especial para el desarme de Iraq de NNUU, la UNSCOM, que dirigía Richard Butler. Sus declaraciones reconociendo que la UNSCOM había realizado operaciones ilegales de espionaje en Iraq y manipulado y ocultado información sobre el desarme iraquí fueron determinantes para la disolución de la Comisión. Tras su experiencia en Iraq, Ritter ha defendido la consideración de que Iraq se encuentra desarmado estratégicamente y que carece de los medios materiales precisos para reconstruir sus arsenales de armas de destrucción masiva. Es autor de "Endgame: Solving the Iraq Problem, Once and for All" (Simon & Schuster, 1999). Ritter participará como ponente en el Encuentro Internacional contra la Guerra que se celebrará en Madrid los días 16 y 17 de noviembre de 2002.


'Nunca encontramos armas prohibidas en Iraq'

Declaraciones del capitán de navío Basilio Martí Mingarro, ex inspector español de Naciones Unidas en Iraq

El Mundo/CSCAweb: 12-10-02.- Un día después de que el ministro de Defensa Federico Trillo reiterara -claramente alineado con la propaganda de guerra de la Administración Bush- que Iraq "tiene armas de destrucción masiva" y que "las pruebas son contundentes", el militar español de mayor graduación que ha participado en la misiones de inspección de NNUU en Iraq aseguró -en declaraciones realizadas al diario El Mundo en su edición del 12/10/2002- que "nunca ha aparecido en ocho años armamento prohibido en Iraq y duda que pueda existir en la actualidad".
En sus declaraciones, el capitán de navío Martí Mingarro (en la actualidad experto en programas de misiles en la sede del propio Ministerio de Defensa español) va más allá y afirma que "la culpa de que terminaran las inspecciones en 1998 fue que había evidencias de que algún inspector estaba haciendo espionaje y eso lo teníamos muy claro". Todo ello a pesar de que "los iraquíes nunca nos pusieron pegas, ni vetos, ni hubo limitaciones", "más libertad de movimientos no podíamos tener [en las tareas de inspección de instalaciones iraquíes]" .

Enlaces relacionados:

Entrevista a Scott Ritter, ex inspector del programa de desarme de NNUU para Iraq: "La guerra contra Iraq es inaceptable e injustificable"

Scott Ritter: La agenda secreta tras el 'complot' contra Sadam Husein

Encuentro Internacional contra la Guerra. Madrid, 16 y 17 de noviembre de 2002: Paremos la guerra contra Iraq antes de que empiece

Paremos la guerra contra Iraq antes de que empiece


Ayúdennos a parar la guerra contra Iraq

Scott Ritter*

7 de octubre de 2002, The Guardian.
Traducción de Paloma Valverde, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)

"La cuestión esencial en esta crisis entre Iraq y EEUU va más allá del derrocamiento del régimen iraquí. Representa el primer estudio sobre el terreno de la mejora de una nueva 'estrategia de la seguridad nacional' que establece una doctrina de unilateralidad, la cual se capitaliza en lo económico y en lo militar, y que pretende mantener a EEUU como un única superpotencia".

Como oficial del Cuerpo de Inteligencia de la Marina de EEUU, y como afiliado al Partido Republicano que votó por George Bush en las últimas elecciones presidencias, tengo que admitir que sentí dudas y una cierta inquietud cuando diputados del Partido Laborista inglés me pidieron que participara en una marcha multitudinaria contra la guerra en Londres.

Por mi forma de pensar, las manifestaciones multitudinarias, independientemente de la justicia de la causa, eran el teatro de la política de los izquierdistas, y algo a lo que no debía unirme. Ha quedado demostrado que estaba totalmente equivocado. Ese día, la efusión del deseo democrático no sólo provino de la izquierda, sino de todas las corrientes de la sociedad británica. Enviaron un mensaje al gobierno Blair, un gobierno cada vez más alejado de la opinión pública: El apoyo unilateral del Reino Unido a EEUU no se va a tolerar. Este mensaje tuvo, unos días después, una respuesta de parte del partido Laborista, en el congreso anual celebrado en Blackpool. La democracia en acción es buena. Al otro lado del Atlántico, en EEUU, estaba a punto de comenzar en el Congreso un debate sobre conceder o denegar al presidente Bush los poderes que le permitirían comenzar la guerra contra Iraq, incluso si tal acción fuera unilateral y sin el apoyo de las Naciones Unidas (NNUU).

Para muchos estadounidenses, incluido yo, la concesión de tales poderes representa una dejación de la responsabilidad constitucional del Congreso que, de acuerdo a la Constitución, es el único órgano que puede declarar la guerra. Hay un senador, al menos, Robert Byrd, de Virginia, que ha reconocido esto y ha señalado su deseo de emprender un debate obstruccionista. El senador Byrd es famoso por llevar siempre consigo una copia de la Constitución en el bolsillo de la camisa y exhibirla en el Senado para recordar a sus Señorías que las bases de la sociedad estadounidense se encuentran allí. ¿Dónde están las manifestaciones multitudinarias para apoyar esta lucha? ¿Dónde están las voces escandalizadas por lo que es un asalto frontal a la Constitución de EEUU? La democracia silenciada es terrible.

La Constitución siempre me ha guiado como ciudadano estadounidense en mis actos. Establece que EEUU es una nación de leyes, y establece los ideales que nosotros, estadounidenses, debemos luchar por conseguir como nación. Como oficial de los marines juré defender la Constitución de todos sus enemigos, nacionales y extranjeros.

Fue un juramento que me tomé muy en serio y estoy dispuesto a dar mi vida por la defensa de la Constitución, algo que demostré durante mi vida militar, incluyendo mis servicios en la operación Tormenta del Desierto. No soy pacifista, pero me opongo a la carrera del presidente Bush hacia la guerra contra Iraq en este momento. Como firmantes de la Carta de NNUU, los estadounidenses hemos aceptado atenernos a unas leyes internacionales que explícitamente deciden las condiciones bajo las cuales una nación puede declarar la guerra. Todas [las naciones] precisan estar bajo la autoridad del Consejo de Seguridad [de NNUU], ya sea que se invoque el artículo 51 (autodefensa) o cualquier resolución del Capítulo VII [1] de la Carta de NNUU.

El caso del presidente Bush simplemente no ha demostrado estar en ninguna de las dos situaciones. Reiteradamente, el presidente Bush ha manifestado que Iraq no ha cumplido con sus obligaciones de desarme y que ello supone una amenaza para la paz y la seguridad internacional. El presidente Bush declaró que Iraq debe permitir que los inspectores retornen al país, sin condiciones y con libertad absoluta en todos los lugares. La negativa al retorno de los inspectores, desde su expulsión en diciembre de 1998, ha conducido en muchos círculos a temer que Iraq haya utilizado este tiempo para reconstruir sus programas de armas de destrucción masiva desmantelados bajo la supervisión de NNUU; temor que ha demostrado recientemente el gobierno del Reino Unido en su dossier sobre los programas de armas iraquíes. Sin inspectores en Iraq era imposible saber con certeza lo que el régimen de Sadam Husein estaba preparando; y dada la trayectoria de mentiras de Iraq sobre esas armas en el pasado, las suposiciones de EEUU y otros países estaban justificadas.

Pero ahora Iraq está de acuerdo en permitir incondicionalmente la vuelta de los inspectores y acatar las leyes, así como aceptar las resoluciones existentes del Consejo de Seguridad sobre desarme. Por fin se nos brinda la posibilidad de conocer la verdad después de años de especulaciones sobre la amenaza potencial que suponen las armas de destrucción masiva de Iraq y también la oportunidad de resolver esta crisis internacional de forma pacífica.

Eliminar a Sadam Husein

Pero el presidente Bush rechaza el por respuesta. Los actos de la Administración Bush descubren el mito de que en esta guerra se tiene que luchar contra la amenaza que suponen las armas iraquíes de destrucción masiva. Ha quedado claro que el objetivo es la eliminación de Sadam Husein. Y aquí es donde yo tengo un conflicto. La Carta de NNUU prohíbe el derrocamiento de regímenes. La Constitución de EEUU declara que los acuerdos internacionales firmados por EEUU tienen rango de leyes nacionales. EEUU ha firmado la Carta de NNUU. Por ello, el derrocamiento de un régimen no es sólo una violación de las leyes internacionales, es inconstitucional.

Hay un medio de afrontar la necesidad de cambiar un régimen que se considera una amenaza internacional para la paz y ese medio es NNUU. Si el presidente Bush realmente quiere un cambio de régimen en Bagdad, entonces debe luchar por conseguir una acusación contra Sadam Husein y la cúpula dirigente en un tribunal internacional por crímenes contra la humanidad, algo que no debe ser muy difícil de probar dado el récord del llamado "Carnicero de Bagdad" (y algo que otros miembros de NNUU apoyarían, sin duda, como alternativa a la guerra). Pero conseguir un juicio en un tribunal internacional requiere que EEUU reconozca la primacía de las leyes internacionales, algo a lo que la Administración Bush no está dispuesta.

La cuestión esencial en esta crisis entre Iraq y EEUU va más allá del derrocamiento del régimen iraquí. Representa el primer estudio sobre el terreno de la mejora de una nueva 'estrategia de la seguridad nacional', publicada el mes pasado, que establece una doctrina de unilateralidad, la cual se capitaliza en lo económico y en lo militar y que pretende mantener a EEUU como un única superpotencia para imponer nuestros deseos al resto del mundo, incluso mediante la acción militar preventiva. Esta estrategia es un rechazo a la comunidad internacional y supone volver la espalda a las leyes internacionales.

Esta nueva doctrina estadounidense de Bush de la unilateralidad apesta a imperialismo, el poder contra el cual los estadounidenses luchamos hace más de 200 años. En las calles de Washington DC no hay manifestantes que protesten contra este asalto frontal a la democracia estadounidense. ¿Las calles de Londres volverán a llenarse de gente en contra de esta violación de las leyes internacionales? Eso espero, porque los británicos pueden ser líderes con su ejemplo enviando un mensaje a sus compañeros demócratas de EEUU: cuando el gobierno tome acciones en nombre del pueblo, la voluntad del pueblo no puede ignorarse, y no será ignorada.


Nota de CSCAweb:

1. Capítulo VII: Acción en caso de amenazas a la paz.



.