ORIENTE MEDIO A UN AÑO DEL 11-S
Lo peor está por
venir
Comienza el desafío de la
resistencia para los pueblos de la región
Declaración del Comité de Solidaridad
con la Causa Árabe
11 de septiembre de 2002. CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
Gracias a los sucesos del 11 de septiembre
(11-S) y al amparo de la denominada "guerra global contra
el terrorismo", EEUU pretende ejecutar el proyecto imperialista
más ambicioso desde la década de los años
20 del pasado siglo: un nuevo ordenamiento regional que garantice
el efectivo control territorial, poblacional y de los recursos
energéticos de Oriente Medio y Asia. Para la región,
lo peor sin duda, aún está por venir. Para sus
pueblos el desafío de la resistencia no ha hecho más
que comenzar.
A un año de los ataques del 11 de septiembre las previsiones
que emergieron entonces como posibles sobre la respuesta estadounidense
a estos sucesos se han cumplido con el peor de los vaticinios
y en su más brutal expresión [1]. Amparada
en la sombra gigante que proyectaron los atentados de Nueva York
y Washington, la Administración Bush ha puesto en marcha
a gran escala todo su potencial mediático, económico
y militar para imponerse al mundo. Primero con el ensayo
en Afganistán y acto seguido con el anuncio de un asalto
final contra Iraq; todo ello dentro de la lógica
de la barbarie bélica y mediante el discurso de la "guerra
global contra el terrorismo".
Desde el 11-S, EEUU ha elevado el unilateralismo a las cotas
de un imperialismo atroz que, al suprimir los referentes de la
legalidad internacional y de las instituciones que la representan
(Naciones Unidas), no ha dejado escapar de su influencia a los
gobiernos occidentales -la UE particularmente- y tampoco a todos
aquellos otros que, como en el caso de los regímenes árabes,
han aceptado la lógica del "conmigo o contra mi"
dictada por Bush en este último año.
Si el "Nuevo Orden Internacional" inaugurado por
Bush padre en 1991 en la guerra contra Iraq sentó las
bases del intervencionismo multifacético estadounidense
en todos los escenarios internacionales -Mundo Árabe,
Latinoamérica, Asia y Europa-, la "campaña
contra el terrorismo" viene oportunamente a promulgar y
ejercer la doctrina de la fuerza en aquellos escenarios donde
los pueblos (más que sus regímenes) se han negado
a aceptar el imperativo hegemónico y la subyugación.
Esto es así, especialmente y después de Afganistán,
en el Oriente Medio árabe, donde las dimensiones adquiridas
por la aplicación de la "guerra global contra el
terrorismo" han sido determinantes. Posteriormente, sin
duda, otros podrán ser los escenarios de esta ofensiva.
El discurso utilitario de la "guerra global contra el
terrorismo", asociado a la retórica de la "seguridad
mundial amenazada", sirven ahora a la Administración
Bush para imponer a la comunidad internacional el ordenamiento
regional que desde hacía diez años EEUU estaba
intentando imponer infructuosamente en la región árabe
con el apoyo de Israel y de sus socios occidentales tras la Guerra
del Golfo.
Palestina e Iraq: destinos entrelazados
La Intifada palestina y el paulatino proceso de reinserción
económica y diplomática de Iraq -tanto regional
como internacional, pese a la prolongación del embargo
y el asedio militar-, echaron por tierra ese Nuevo Orden Regional
ideado por Bush padre y que el presidente Clinton procuró
desarrollar durante sus dos administraciones. Las premisas del
control energético mediante la desestructuración
estratégica de Iraq; el intervencionismo económico
(con la imposición de ajustes estructurales de brutales
consecuencias para las poblaciones árabes) y el ordenamiento
político favorable a la hegemonía regional de Israel
a través de los fraudulentos Acuerdos de Oslo y el proceso
de normalización árabe-israelí, no
han logrado imponerse plenamente en estos últimos diez
años. La Intifada y la resistencia iraquí han puesto
punto final a un proceso que, utilizando interesadamente los
resortes de la economía globalizada y los mecanismos de
coerción política y diplomática, fue rechazado
por los pueblos árabes, víctimas primeras del intervencionismo
a ultranza de EEUU y de la cobardía de sus dirigentes
políticos, plegados al dictado del imperio para asegurar
sus posiciones de poder interno a base de represión.
En respuesta, la Administración Bush ha sabido aprovechar
oportunamente el 11-S para ejecutar sin dilación y sin
complejos, esta vez por medio de la guerra, su proyecto hegemónico
en Oriente Medio. El discurso de "guerra global contra el
terrorismo" ha resultado extraordinariamente útil
para EEUU, pues bajo su cobertura, tras asentarse en Afganistán,
la Administración Bush puede ejecutar el proyecto más
ambicioso del imperialismo estadounidense desde los años
20 del siglo pasado: el efectivo control territorial y de los
recursos naturales del conjunto de la región. Para ello,
y tras el fracaso que han supuesto los diez años de proceso
de paz árabe-israelí y su incapacidad para neutralizar
a Iraq -a pesar del apoyo recibido por Occidente y por los regímenes
árabes- EEUU ha dispuesto la eliminación manu
militari de los impedimentos que frustraron la imposición
del Nuevo Orden Regional, pretendiendo ahora un simple y puro
reforzamiento del más viejo orden postcolonial que garantice
el sometimiento de la región a un sistema de protectorado
hegemónico de EEUU.
Para ello, al tramposo discurso de la paz promovido
en la Conferencia árabe-israelí de Madrid (1991)
y en los Acuerdos de Oslo (1993) se superpone ahora la luz verde
al gobierno de Ariel Sharon para que resuelva militarmente la
cuestión palestina. E igualmente, al referente del Consejo
de Seguridad de Naciones Unidas y de la "comunidad internacional"
-que le fue útil a EEUU para legitimar la intervención
de 1991 contra Iraq y mantener durante 12 años el régimen
de sanciones- se superpone ahora un explícito discurso
unilateralista y belicista a fin de deponer militarmente al gobierno
iraquí y apuntillar definitivamente el Derecho Internacional,
incluidos los principios de soberanía nacional y autodeterminación
de los pueblos.
El desafío de la resistencia
Más que nunca, tras el 11-S, los destinos del pueblo
palestino y del pueblo iraquí han quedado entrelazados.
Tras la intervención en Afganistán, ante la manifiesta
oposición de la oficialidad árabe a un asalto final
contra Iraq, EEUU ha dado carta blanca al gobierno Sharon contra
el pueblo palestino, al considerar a Israel como su exclusivo
aliado regional frente a los regímenes hasta ahora reconocidos
igualmente como tales por Washington -muy particularmente, Arabia
Saudí, cuya familia gobernante ve incluso amenaza la unidad
territorial de su reino. El discurso pronunciado por el presidente
Bush sobre Oriente Medio el 25 de junio [2] constituyó
la más clara formulación de esta estrategia de
"guerra global contra el terrorismo" aplicada a la
región árabe. La aplicación en Palestina
del discurso antiterrorista de Bush ha permitido al Estado de
Israel identificar como terrorismo el derecho legítimo
a la resistencia palestina frente a la ocupación. Con
el respaldo de EEUU, Israel ha aplicado en el último año
la más amplia y brutal represión contra el pueblo
palestino, ha reocupando las Áreas Autónomas y
ha impuesto a la Autoridad Palestina (AP) la lógica perversa
de reprimir a su propio pueblo a cambio de una muy precaria supervivencia
política que incluye la anulación definitiva del
presidente Arafat como líder y representante de su pueblo.
Tras ello, la Administración Bush se afana en formalizar
en áreas de Cisjordania y Gaza un Estado palestino tutelado,
que no sería más que un protectorado estadounidense,
pretendiendo con ello satisfacer a los dirigentes árabes
y acallar las protestas populares cuando se produzca el ataque,
invasión y ocupación de Iraq.
Para la región, lo peor sin duda, aún está
por venir; para sus pueblos, el desafío de la resistencia
no ha hecho más que comenzar.
Madrid, 11 de septiembre de 2002
Comité de Solidaridad con la Causa Árabe
Notas:
1.Véanse los comunicados
del CSCA: Nota
informativa del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe
ante los atentados del día 11 de septiembre de 2001 contra
las ciudades norteamericanas de Washington y Nueva York y Comunicado
del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe. Contra
la guerra, el racismo y la represión: redoblar la solidaridad, tras los atentados del 11-S.
2. Traducido en CSCAweb: Discurso
íntegro de George W. Bush sobre Oriente Medio
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