La nueva resolución
del Consejo de Seguridad sobre Iraq: otra vez lo mismo
Phyllis Bennis*
23 de octubre de 2002
Traducción: Paloma Valverde, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"El CS está
hundido bajo la presión de EEUU. Parece que todos y cada
uno de los países del CS han tomado la misma determinación
práctica: si EEUU se lanza a la guerra, nosotros también.
El pensamiento parece indicar que ser excluido de una guerra
preventiva e ilegal -que el congresista Jim McDermott definió
como 'una guerra por el petróleo, por el poder y por los
halagos del imperio'- es peor que aprobar o participar en una
guerra preventiva ilegal, por petróleo, poder y halagos".
Todo resulta demasiado familiar. A principios de 1998, en
un momento en el que EEUU estaba preparando una [nueva] intervención
contra Iraq, el secretario general de Naciones Unidas (NNUU),
Kofi Annan, se trasladó a Bagdad y negoció un acuerdo
de última hora con el dirigente iraquí Sadam Husein.
El acuerdo fue diseñado para resolver los problemas con
los inspectores de armas y para evitar la amenaza de guerra de
EEUU. Cuando Annan regresó a Nueva York, el Consejo de
Seguridad (CS) emitió una nueva resolución refrendando
el acuerdo. El embajador de EEUU, Bill Richardson, exigió
que en la resolución se especificaran las "severas
consecuencias" en caso de que Iraq violase el acuerdo en
el futuro; el CS accedió a ello bajo presión. Pero
la Administración Clinton todavía no estaba satisfecha.
Todos querían la guerra y la resolución significaba
que tendrían que retirar los bombarderos y las tropas.
Hubo un gran desacuerdo acerca del significado exacto del
término "severas consecuencias". El embajador
ruso llegó a acuñar un nuevo término, automaticidad,
para describir lo que la frase no significaba. Prácticamente
la totalidad del CS había decidido que "severas consecuencias"no
implicaba ningún derecho al ataque automático contra
Iraq. Como las anteriores resoluciones, ésta también
terminaba con la frase "el Consejo [de Seguridad] mantiene
el control en este asunto". En el lenguaje diplomático
de NNUU esto significa que el asunto permanece en la agenda del
Consejo y bajo la autoridad del Consejo.
Así, el 2 de marzo de 1998, una vez aprobada la resolución,
el Consejo de embajadores se presentó ante la sala del
CS, uno por uno, para advertir explícitamente que la resolución
no incluía la "automaticidad." [La resolución]
afirmaron, no autoriza a ningún país -incluido
EEUU- a lanzar ningún ataque unilateral contra Iraq. Bill
Richardson fue el último. Cuando Richardson salió,
siguiendo al resto de los embajadores para enfrentarse a las
cámaras [de los medios de comunicación], restó
importancia, con aire risueño, a la insistencia de sus
compañeros acerca de que la resolución no autorizaba
la intervención militar. Se encogió de hombros
y declaró a la prensa "nosotros creemos que sí
[nos autoriza]". Unos meses después, en diciembre
de ese año, sin autorización de NNUU, la mini-guerra
de cuatro días iniciada unilateralmente por EEUU y Reino
Unido, con bombas y misiles, conocida como Operación Zorro
del Desierto, devastó Iraq.
'Automaticidad'
Ahora estamos viendo otra vez lo mismo [1]. [El término]
automaticidad se ha convertido en parte del léxico
oficial de NNUU y, otra vez, el Consejo de embajadores afirma
categóricamente que tampoco existe automaticidad
en la nueva resolución que el CS aprobará casi
con seguridad (y que probablemente conste de dos partes). Pero
de nuevo, los diplomáticos de la Administración
Bush como sus predecesores de la era Clinton, estarán
en desacuerdo con el resto del CS, y parece que seguirán
pensando que ellos sí creen en la automaticidad"
implícita en la nueva resolución.
Es probable que durante los próximos días EEUU
fuerce al CS a votar una resolución que posteriormente
la Administración Bush utilizará para afirmar que
[ésta] autoriza la guerra. Otros miembros del CS, quizás
la mayoría, reivindicarán que no autoriza tal cosa.
Pero probablemente no podrán hacer nada para detener la
guerra de Washington.
¿Cómo será la resolución? Seguramente
tendrá el estilo preferido por los franceses, es decir,
será una resolución bipartita. Pero el contenido
será totalmente norteamericano. De hecho, es probable
que EEUU reclame que la aceptación de la estructura bipartita
es una concesión tan grande que ya no podrá existir
ninguna objeción a nada de lo que EEUU desee incluir [en
el texto de la resolución].
La primera parte de la resolución estará redactada
con un lenguaje duro que subrayará los requisitos que
Iraq deberá cumplir respecto a la nueva inspección.
Amenazará con consecuencias, sin especificar tales
consecuencias, en caso de cualquier violación o fallo
en el cumplimiento de las obligaciones de Iraq con la suficiente
presteza. Quizás imite el estilo utilizado en la resolución
de marzo de 1998 amenazando con "severas consecuencias."
Esas consecuencias nunca se explicitarán detalladamente,
y la resolución podría incluso contener una referencia
a una nueva reunión del CS en caso de que ocurra el más
mínimo problema en relación con el cumplimiento
de Iraq.
EEUU tratará de incluir todas sus nuevas condiciones
para la inspección en esta primera parte de la resolución.
Y probablemente lo logre. Lo que sí explicará en
detalle será la forma de asegurar que Iraq permita de
inmediato el acceso a los ocho lugares llamados presidenciales
lugares que ya bajo los acuerdos existentes, entre NNUU e Iraq,
eran realmente accesibles para las inspecciones pero con ciertas
particularidades, que incluían la presencia de diplomáticos
internacionales, así como la notificación previa
[del comienzo delas inspecciones]. La nueva resolución
impondrá probablemente castigos y condiciones humillantes
para llevar a cabo las inspecciones; es casi seguro que incluya
algo diseñado específicamente para aumentar las
probabilidades de que Iraq rechace a los inspectores incluso
antes de que lleguen a Bagdad.
Quizás la primera parte de la resolución incluya
las condiciones que ya estaban presentes en el primer borrador
realizado por EEUU y Reino Unido. Uno de los requisitos será
que Iraq acceda a que los inspectores saquen del país
a cualquier científico (o a cualquier persona) que deseen
entrevistar, así como a sus familias. El resultado será
tener inspectores de NNUU que actúen como funcionarios
para los refugiados [y no como inspectores]. Puede que algunos
científicos salten de alegría por la oportunidad
de poder salir de Iraq con sus familias y ser acogidos en cualquier
parte. Después de todo viven en un país devastado
tras 12 años de atroces sanciones económicas y
con los estragos de un régimen político represivo,
pero además teniendo que afrontar la posibilidad de una
guerra inminente. Evidentemente hay razones legítimas
por las que los científicos iraquíes quieran vivir
y trabajar en un lugar más seguro y con mayor libertad.
Sin embargo, existe la posibilidad de que los científicos
exageren la información de los programas de armas de destrucción
masiva así como su papel en dichos programas, con la esperanza
de persuadir a los inspectores internacionales de su importancia.
Y, finalmente, otro resultado a largo plazo, si esto se lleva
a cabo a gran escala, será la destrucción de un
componente clave en la base científica e intelectual de
Iraq, con graves y perjudiciales efectos en los esfuerzos futuros
por reconstruir una sociedad moderna.
El texto [de la resolución] propuesto por la administración
Bush permitiría a los representantes de los cinco miembros
permanentes del CS participar en cualquiera de las inspecciones
que ellos eligieran. Esto viciaría de manera fundamental
la distinción entre el equipo actual de inspectores, UNMOVIC
[2], creado ex profeso con personal técnico especializado,
y sus predecesores, UNSCOM, [3], cuyos inspectores fueron
apoyados por militares y agencias de inteligencia (fundamentalmente
estadounidenses y británicos). La credibilidad de la UNSCOM
se quebró por completo cuando se descubrió, en
el verano de 1998 (y sacado a la luz por The New York Times,
y en algún otro medio en junio de 1999), que las agencias
de espionaje habían utilizado el equipo de inspectores
de NNUU para obtener información que nada tenía
que ver con las armas de destrucción masiva de Iraq, sino
con la identificación y localización de objetivos
iraquíes para futuros ataques militares estadounidenses.
Cuando se creó la UNMOVIC, se requirió expresamente
el empleo de funcionarios civiles como inspectores, en gran medida
para distinguirla de la desacreditada UNSCOM, bajo control británico-norteamericano.
Hans Blix, el director de UNMOVIC, apostó por una postura
clara defendiendo en sus primeros dos años [de mandato]
la necesidad de que los inspectores fueran responsabilidad de
NNUU como un todo -no de las fuerzas aéreas de EEUU o
de la CIA, o de cualquier otro servicio secreto nacional. La
nueva petición socava la responsabilidad de NNUU, convirtiendo
a la UNMOVIC en la encarnación de su predecesora -la UNSCOM-,
basada en el espionaje.
Si Washington logra su objetivo en el CS, la resolución
también exigirá que Iraq acepte la escolta militar
para los inspectores (cascos azules de NNUU o miembros de otros
Estados) llenado el país con un número ilimitado
de miembros de NNUU o incluso de tropas de EEUU Esto implica
fuerzas preparadas para usar las armas contra cualquier iraquí
-militar o no- que pestañee.
Según el texto del borrador original de EEUU, los inspectores
deberían "estar provistos de bases locales y bases
operativas en todo el país. [Los inspectores] Deberán
estar acompañados en las bases por las suficientes fuerzas
de seguridad de NNUU; tener derecho a declarar, para lograr los
objetivos de esta resolución, zonas de exclusión
aérea, zonas de paso y zonas prohibidas en tierra y corredores
aéreos que estarían controlados por fuerzas de
seguridad de NNUU o de otros estados miembro; [y] tendrían
libertad sin restricciones para utilizar y aterrizar con todo
tipo de aeronaves, incluidas las aeronaves de reconocimiento
sin tripulación."
El precedente de Kosovo
El derecho a establecer bases en cualquier parte de Iraq,
a elegir a los inspectores (o sus escoltas militares), su derecho
a bloquear los accesos iraquíes como quieran en las "zonas
de exclusión" que deseen; el derecho a establecer
zonas prohibidas de tránsito, terrestre y aéreo,
y a crear rutas especiales sólo para UNMOVIC, todos estos
derechos sirven para imposibilitar la distinción entre
inspección e invasión-ocupación. Y esto
también lo hemos visto antes. En 1999, justo antes de
que la OTAN y las NNUU comenzaran el bombardeo durante la crisis
de Kosovo, se produjo un "desesperado intento" diplomático
en el Palacio de Rambouillet, en Francia. Cuando este intento
fracasó se nos dijo que los serbios habían rechazado
una petición internacional totalmente razonable y que,
por lo tanto, se hacía inevitable, casi obligatoria, la
subsiguiente guerra. De lo que no se nos habló, lo que
sólo semanas más tarde supimos cuando la verdadera
historia del Apéndice B, inicialmente secreto, fue descubierto
por la prensa alemana, fue que el acuerdo de Rambouillet, presentado
a los serbios en términos de "todo o nada",
estaba preparado para asegurarse el rechazo serbio. Yendo más
allá de la preocupación sobre la conducta Serbia
en Kosovo, el acuerdo [de Rambouillet] habría implicado
que "el personal de la OTAN disfrutara, libremente y sin
restricciones de acceso en todo el territorio de la República
Federal Yugoslava incluyendo territorio aéreo y marítimo".
¿No resulta familiar? En ambos casos, las razones oficiales
para la intervención -en Serbia las violaciones de los
derechos humanos en Kosovo, en Iraq los programas de armas de
destrucción masiva- fueron utilizadas, a pesar de estar
legitimadas en su derecho, como pretextos para imponer una ocupación
militar internacional. Ello incluye el control militar de toda
la nación por tierra, mar y aire, en nombre de los derechos
humanos en Kosovo o del desarme en Iraq. En Rambouillet, la Administración
Clinton puso deliberadamente el listón tan alto que los
serbios rechazaron la firma [del acuerdo]. Parece que la Administración
Bush está esperando que los iraquíes sigan el patrón
[serbio].
Una vez que se apruebe la nueva resolución, ocurrirán
una o dos cosas. Es probable que el gobierno iraquí, pese
a reiterar sus intenciones de permitir "inspecciones sin
restricciones", se sienta tan molesto por los cambios de
planes que simplemente rechace aceptar otra vez a los inspectores
bajo las nuevas condiciones; o quizás trate de renegociar
los términos [de la resolución]mientras se lo permitan.
El CS, por la insistencia de EEUU, probablemente rechace enviar
a los inspectores a Iraq bajo las últimas condiciones
impuestas.
O quizás Iraq accederá a las nuevas exigencias.
Bagdad puede decidir aceptar las condiciones respecto a las entrevistas
de los científicos "en cualquier lugar" que
UNMOVIC desee, y es probable que acepte los acuerdos, más
impertinentes si cabe, relativos a los lugares presidenciales.
Si acepta, las inspecciones podrían llevarse a cabo, pero
las posibilidades de que Iraq acepte una ocupación militar
de hecho, bajo el disfraz de un régimen de inspecciones,
y las posibilidades de que tales "inspecciones coercitivas"
funcionen con eficacia y profesionalidad para llevar acabo la
tarea de desarme, parecen escasas.
Por otro lado, está claro que la Administración
Bush tomará la decisión sobre si ir o no a la guerra
haciendo caso omiso a la primera resolución o a la falta
de autorización para la guerra, y muy probablemente casi
sin tener en cuenta el progreso real de las inspecciones en Iraq.
Esta resolución sin duda también terminará
con la frase "el Consejo de Seguridad mantiene el control
en este asunto", lo que significa que el asunto permanece
en la agenda del CS y bajo su autoridad. También significa
que no concede a ningún país, incluido EEUU, el
derecho a determinar de forma unilateral si Iraq cumple o no
la resolución, o en qué momento incumple, o infringe
materialmente, los términos de la resolución.
Pero fuentes oficiales estadounidenses ya han señalado
que intentarán hacer valer que la primera resolución
les otorga toda la autorización de NNUU que necesitan
-es decir, ninguna- para iniciar su guerra.
Acordar el desacuerdo
Desgraciadamente, parece que los otros catorce miembros del
CS (o trece, si Tony Blair, en contra de la total oposición
de los británicos, alía al Reino Unido con su compinche
Bush) están listos para afirmar sencillamente que no creen
que la resolución autorice el uso de la fuerza, y, por
tanto, esencialmente "acordar su desacuerdo" con Washington.
Hasta el momento, excepto que Francia o Rusia recobren de repente
su sentido de la independencia, no es probable que ningún
miembro vote no, por no hablar de movilizar una coalición
internacional seria que se oponga a la guerra. China podría
abstenerse, como bien pudiera hacer Siria. Pero no hay indicios
de una oposición firme. El CS está hundido bajo
la presión de EEUU. Parece que todos y cada uno de los
países del CS han tomado la misma determinación
práctica: si EEUU se lanza a la guerra, nosotros también.
El pensamiento parece indicar que ser excluido de una guerra
preventiva e ilegal, que el congresista Jim McDermott definió
como "una guerra por el petróleo, por el poder y
por los halagos del imperio", es peor que aprobar o participar
en una guerra preventiva ilegal, por petróleo, poder y
halagos.
Esto también lo hemos visto antes. En 1990, en la Operación
Tormenta del Desierto, George Bush-padre sobornó
y amenazó virtualmente a cada uno de los países
del CS para obligarles a votar a favor de autorizar la guerra
a EEUU [4]. Esto debe estar impreso en la raíz
de la renuencia a enfrentarse a la guerra de Bush. Esta es una
época de una única superpotencia, más poderosa
en su influencia militar, económica, política,
tecnológica, diplomática y cultural que ningún
otro imperio a lo largo de la historia. En esta época,
cuando el líder de esta superpotencia ha anunciado que
"cualquier país que no esté con nosotros"
será considerado "del lado del terrorismo",
¿qué país se encuentra preparado para asumir
el riesgo de un desafío a las exigencias de EEUU?
Desde luego han cambiado muchas cosas entre 1991-1998 y hoy.
Quizás los cambios más significativos han tenido
más que ver con la forma en que se justifican las acciones
de la Administración Bush que con lo que la propia Administración
Bush está haciendo. En 1991, Bush padre jamás afirmó
que el objetivo de EEUU fuera un cambio de régimen en
Iraq; hoy el asesinato o el derrocamiento del dirigente iraquí
es un planteamiento político. Anteriormente, EEUU nunca
había defendido oficialmente su derecho a un ataque preventivo;
hoy este derecho es la esencia de una nueva doctrina,
una doctrina que incluso Henry Kissinger admite que viola las
leyes internacionales. Por supuesto que Kissinger sigue manteniendo
que lo que hay que hacer no es rechazar estos ataques preventivos
ilegales sino modificar las leyes internacionales para crear
una nueva legalidad que autorice, precisamente, las acciones
estadounidenses en solitario. Tampoco nunca anteriormente, EEUU
había amenazado abiertamente con actuar en solitario para
invadir otro país en nombre del cumplimiento de las resoluciones
de NNUU, máxime teniendo en cuenta la desaprobación
explícita de NNUU de tal ataque militar. Hoy en día
NNUU teme perder su relevancia en Washington.
La opción clara de una postura negativa, que rechace
el consenso estadounidense, que se manifieste públicamente
contra una guerra catastrófica, que intente evitar la
guerra o que al menos distinga a cada país de la locura
global, no aparece todavía en la agenda del CS. Y esta
es exactamente la postura que hay que adoptar urgentemente. El
demostrar que EEUU está aislada del resto del mundo, el
derribar públicamente el mito de que Washington lidera
una coalición internacional colocaría a cualquier
gobierno del lado de la clara posición mayoritaria en
contra de esta guerra.
Mantener la independencia
En este momento, los Estados miembros (especialmente aquellos
que forman parte del CS) están a punto de perder su independencia
de actuación. Los miembros del CS son incapaces de evitar
que EEUU emprenda esta guerra. Pero sí pueden evitar que
EEUU exija una credencial multilateral de NNUU cuando no la tiene.
Estos países pueden asegurar que NNUU, refrendando esta
guerra, viola su propia Carta [fundacional], la cual prohíbe
el uso de la fuerza a menos que se hayan agotado todas las posibles
opciones no militares. Es posible que Francia mantenga su independencia
y siga comprometida en su oposición a una guerra preventiva
estadounidense. París podría rechazar la resolución
inicial propuesta por EEUU y Reino Unido (a pesar de que esté
basada en la estructura bipartita francesa) y puede vetar la
inevitable segunda resolución que autorizaría explícitamente
la guerra. Pero esta situación parece improbable.
Es más, si el CS fracasa, este sería el momento
para otros organismos de NNUU de dar un paso hacia adelante.
Este sería el momento quizá para la Asamblea General
de liderar a los países no aliados, que funcionan como
Grupo de los 77. Confiando en el precedente "Unidos por
la Paz" la Asamblea puede hacerse con la iniciativa como
el órgano más democrático de NNUU para hacer
oír su voz en nombre de la humanidad y desafiar la legitimidad
de la guerra de Bush.
Este es, además, un momento definitorio para las NNUU
en el cual como organismo unitario deberá elegir el modo
de definir su importancia en el panorama mundial. Aquellos [Estados]
que dentro de NNUU busquen relevancia exclusivamente en
relación con el poder de Washington buscarán participar
[en la guerra], más que desafiar la legitimidad de la
guerra de EEUU Estos países creen que estar del lado de
los EEUU representa una gran amenaza para NNUU y, realmente,
su participación (por muy negligente que sea) y su apoyo
(por muchos reparos que contenga) será probablemente la
garantía de que oficialmente no serán dados de
lado, no serán excluidos por Washington.
Sin embargo, por mucho que estos países rechacen en
silencio el debilitamiento de NNUU, las violaciones de las leyes
internacionales, de la Carta [fundacional de NNUU], todo lo cual
es inherente a la guerra unilateral de EEUU, parecen preparados
para consentir la guerra con tal de evitar su expulsión
del campamento militar norteamericano.
La táctica puede funcionar; puede evitar que NNUU sea
descartada como irrelevante por los creadores de opinión
de Washington. Pero estos miembros de NNUU están asumiendo
un riesgo distinto: el de perder su derecho de hablar a favor
de los sin voz, que son el 94% de los seres humanos del mundo
que no viven en EEUU. Los [países] que son la base del
sistema de las NNUU tienen la obligación, como funcionarios
civiles internacionales, de hacer efectiva la Carta fundacional
de NNUU -especialmente en su misión fundamental de "ahorrar
a las futuras generaciones el azote de la guerra". Su trabajo
consiste en proteger la paz, por muy difícil que resulte
esa tarea (mediante negociaciones, investigaciones, inspecciones,
denuncias) aunque ello signifique un desafío a los deseos
del Estado miembro más poderoso de NNUU. Dejando a parte
la cuestión de la relevancia, estos estados no
deben convertirse en campeones de la guerra.
Aquellos países de NNUU que definan su importancia
en términos globales y no en función de Washington,
tomarán una decisión distinta. Estos líderes
de NNUU seguirán desafiando a EEUU Se pronunciarán
en contra de las violaciones de las leyes internacionales, del
menoscabo de NNUU, de las violaciones de la Carta de NNUU, todo
ello inherente al inicio de una guerra preventiva. Probablemente
no tengan el poder de detener la guerra por sí solos.
Pero darán su voz a todos aquellos que en el mundo no
cuentan con otra voz, a aquellos a quienes las voces de sus gobiernos
y de sus sociedades han sido silenciadas por temor al poder de
EEUU, a las amenazas, o al precedente Yemen, y a aquellos que
buscan en NNUU la voz de la conciencia mundial. Hablarán
en defensa del papel de NNUU como un vigía de todas
las violaciones de las leyes internacionales, de las resoluciones
de NNUU y de la Carta de NNUU -tanto si se trata del incumplimiento
iraquí de desarme o de una guerra preventiva de Washington-
incluso si la organización como un todo no puede ser un
poder litigante en derecho. Sus voces protegerán la verdadera
importancia de las organizaciones mundiales así como sus
actos en nombre "de los pueblos de las Naciones Unidas".
Notas CSCAweb:
1. Véase
en CSCAweb la Nota Informativa: Rebajando el contenido de su anterior
propuesta de resolución, EEUU intenta forzar un acuerdo
en el Consejo de Seguridad que legitime su intervención
contra Iraq.
EEUU presentó el 22 de octubre al CS el nuevo borrador
de resolución sobre Iraq, borrador que Francia y, especialmente,
Rusia han rechazado inicialmente por considerarlo muy similiar
al anterior.
2. Comisión de NNUU de control, verificación e
inspección (United Nations Monitoring, Verification,
and Inspection Commission).
3. Comisión Especial de Naciones Unidas para Iraq (United
Nations Special Commission on Iraq).
4. Véase en CSCAweb el texto de la autora: "La
amenaza iraquí: ¿realidad o conveniencia?"
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