Iraq
Paremos la guerra contra Iraq



*Phyllis Bennis es investigadora en el 'Institute for Policy Studies', Washington DC (EEUU). Bennis partipará en el Encuentro Internacional contra la Guerra: Paremos la guerra contra Iraq antes de que empiece que se celebrará en Madrid los días 16 y 17 de noviembre de 2002.

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Paremos la guerra contra Iraq


La nueva resolución del Consejo de Seguridad sobre Iraq: otra vez lo mismo

Phyllis Bennis*

23 de octubre de 2002
Traducción: Paloma Valverde, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)

"El CS está hundido bajo la presión de EEUU. Parece que todos y cada uno de los países del CS han tomado la misma determinación práctica: si EEUU se lanza a la guerra, nosotros también. El pensamiento parece indicar que ser excluido de una guerra preventiva e ilegal -que el congresista Jim McDermott definió como 'una guerra por el petróleo, por el poder y por los halagos del imperio'- es peor que aprobar o participar en una guerra preventiva ilegal, por petróleo, poder y halagos".

Todo resulta demasiado familiar. A principios de 1998, en un momento en el que EEUU estaba preparando una [nueva] intervención contra Iraq, el secretario general de Naciones Unidas (NNUU), Kofi Annan, se trasladó a Bagdad y negoció un acuerdo de última hora con el dirigente iraquí Sadam Husein. El acuerdo fue diseñado para resolver los problemas con los inspectores de armas y para evitar la amenaza de guerra de EEUU. Cuando Annan regresó a Nueva York, el Consejo de Seguridad (CS) emitió una nueva resolución refrendando el acuerdo. El embajador de EEUU, Bill Richardson, exigió que en la resolución se especificaran las "severas consecuencias" en caso de que Iraq violase el acuerdo en el futuro; el CS accedió a ello bajo presión. Pero la Administración Clinton todavía no estaba satisfecha. Todos querían la guerra y la resolución significaba que tendrían que retirar los bombarderos y las tropas.

Hubo un gran desacuerdo acerca del significado exacto del término "severas consecuencias". El embajador ruso llegó a acuñar un nuevo término, automaticidad, para describir lo que la frase no significaba. Prácticamente la totalidad del CS había decidido que "severas consecuencias"no implicaba ningún derecho al ataque automático contra Iraq. Como las anteriores resoluciones, ésta también terminaba con la frase "el Consejo [de Seguridad] mantiene el control en este asunto". En el lenguaje diplomático de NNUU esto significa que el asunto permanece en la agenda del Consejo y bajo la autoridad del Consejo.

Así, el 2 de marzo de 1998, una vez aprobada la resolución, el Consejo de embajadores se presentó ante la sala del CS, uno por uno, para advertir explícitamente que la resolución no incluía la "automaticidad." [La resolución] afirmaron, no autoriza a ningún país -incluido EEUU- a lanzar ningún ataque unilateral contra Iraq. Bill Richardson fue el último. Cuando Richardson salió, siguiendo al resto de los embajadores para enfrentarse a las cámaras [de los medios de comunicación], restó importancia, con aire risueño, a la insistencia de sus compañeros acerca de que la resolución no autorizaba la intervención militar. Se encogió de hombros y declaró a la prensa "nosotros creemos que sí [nos autoriza]". Unos meses después, en diciembre de ese año, sin autorización de NNUU, la mini-guerra de cuatro días iniciada unilateralmente por EEUU y Reino Unido, con bombas y misiles, conocida como Operación Zorro del Desierto, devastó Iraq.

'Automaticidad'

Ahora estamos viendo otra vez lo mismo [1]. [El término] automaticidad se ha convertido en parte del léxico oficial de NNUU y, otra vez, el Consejo de embajadores afirma categóricamente que tampoco existe automaticidad en la nueva resolución que el CS aprobará casi con seguridad (y que probablemente conste de dos partes). Pero de nuevo, los diplomáticos de la Administración Bush como sus predecesores de la era Clinton, estarán en desacuerdo con el resto del CS, y parece que seguirán pensando que ellos sí creen en la automaticidad" implícita en la nueva resolución.

Es probable que durante los próximos días EEUU fuerce al CS a votar una resolución que posteriormente la Administración Bush utilizará para afirmar que [ésta] autoriza la guerra. Otros miembros del CS, quizás la mayoría, reivindicarán que no autoriza tal cosa. Pero probablemente no podrán hacer nada para detener la guerra de Washington.

¿Cómo será la resolución? Seguramente tendrá el estilo preferido por los franceses, es decir, será una resolución bipartita. Pero el contenido será totalmente norteamericano. De hecho, es probable que EEUU reclame que la aceptación de la estructura bipartita es una concesión tan grande que ya no podrá existir ninguna objeción a nada de lo que EEUU desee incluir [en el texto de la resolución].

La primera parte de la resolución estará redactada con un lenguaje duro que subrayará los requisitos que Iraq deberá cumplir respecto a la nueva inspección. Amenazará con consecuencias, sin especificar tales consecuencias, en caso de cualquier violación o fallo en el cumplimiento de las obligaciones de Iraq con la suficiente presteza. Quizás imite el estilo utilizado en la resolución de marzo de 1998 amenazando con "severas consecuencias." Esas consecuencias nunca se explicitarán detalladamente, y la resolución podría incluso contener una referencia a una nueva reunión del CS en caso de que ocurra el más mínimo problema en relación con el cumplimiento de Iraq.

EEUU tratará de incluir todas sus nuevas condiciones para la inspección en esta primera parte de la resolución. Y probablemente lo logre. Lo que sí explicará en detalle será la forma de asegurar que Iraq permita de inmediato el acceso a los ocho lugares llamados presidenciales lugares que ya bajo los acuerdos existentes, entre NNUU e Iraq, eran realmente accesibles para las inspecciones pero con ciertas particularidades, que incluían la presencia de diplomáticos internacionales, así como la notificación previa [del comienzo delas inspecciones]. La nueva resolución impondrá probablemente castigos y condiciones humillantes para llevar a cabo las inspecciones; es casi seguro que incluya algo diseñado específicamente para aumentar las probabilidades de que Iraq rechace a los inspectores incluso antes de que lleguen a Bagdad.

Quizás la primera parte de la resolución incluya las condiciones que ya estaban presentes en el primer borrador realizado por EEUU y Reino Unido. Uno de los requisitos será que Iraq acceda a que los inspectores saquen del país a cualquier científico (o a cualquier persona) que deseen entrevistar, así como a sus familias. El resultado será tener inspectores de NNUU que actúen como funcionarios para los refugiados [y no como inspectores]. Puede que algunos científicos salten de alegría por la oportunidad de poder salir de Iraq con sus familias y ser acogidos en cualquier parte. Después de todo viven en un país devastado tras 12 años de atroces sanciones económicas y con los estragos de un régimen político represivo, pero además teniendo que afrontar la posibilidad de una guerra inminente. Evidentemente hay razones legítimas por las que los científicos iraquíes quieran vivir y trabajar en un lugar más seguro y con mayor libertad. Sin embargo, existe la posibilidad de que los científicos exageren la información de los programas de armas de destrucción masiva así como su papel en dichos programas, con la esperanza de persuadir a los inspectores internacionales de su importancia. Y, finalmente, otro resultado a largo plazo, si esto se lleva a cabo a gran escala, será la destrucción de un componente clave en la base científica e intelectual de Iraq, con graves y perjudiciales efectos en los esfuerzos futuros por reconstruir una sociedad moderna.

El texto [de la resolución] propuesto por la administración Bush permitiría a los representantes de los cinco miembros permanentes del CS participar en cualquiera de las inspecciones que ellos eligieran. Esto viciaría de manera fundamental la distinción entre el equipo actual de inspectores, UNMOVIC [2], creado ex profeso con personal técnico especializado, y sus predecesores, UNSCOM, [3], cuyos inspectores fueron apoyados por militares y agencias de inteligencia (fundamentalmente estadounidenses y británicos). La credibilidad de la UNSCOM se quebró por completo cuando se descubrió, en el verano de 1998 (y sacado a la luz por The New York Times, y en algún otro medio en junio de 1999), que las agencias de espionaje habían utilizado el equipo de inspectores de NNUU para obtener información que nada tenía que ver con las armas de destrucción masiva de Iraq, sino con la identificación y localización de objetivos iraquíes para futuros ataques militares estadounidenses.

Cuando se creó la UNMOVIC, se requirió expresamente el empleo de funcionarios civiles como inspectores, en gran medida para distinguirla de la desacreditada UNSCOM, bajo control británico-norteamericano. Hans Blix, el director de UNMOVIC, apostó por una postura clara defendiendo en sus primeros dos años [de mandato] la necesidad de que los inspectores fueran responsabilidad de NNUU como un todo -no de las fuerzas aéreas de EEUU o de la CIA, o de cualquier otro servicio secreto nacional. La nueva petición socava la responsabilidad de NNUU, convirtiendo a la UNMOVIC en la encarnación de su predecesora -la UNSCOM-, basada en el espionaje.

Si Washington logra su objetivo en el CS, la resolución también exigirá que Iraq acepte la escolta militar para los inspectores (cascos azules de NNUU o miembros de otros Estados) llenado el país con un número ilimitado de miembros de NNUU o incluso de tropas de EEUU Esto implica fuerzas preparadas para usar las armas contra cualquier iraquí -militar o no- que pestañee.

Según el texto del borrador original de EEUU, los inspectores deberían "estar provistos de bases locales y bases operativas en todo el país. [Los inspectores] Deberán estar acompañados en las bases por las suficientes fuerzas de seguridad de NNUU; tener derecho a declarar, para lograr los objetivos de esta resolución, zonas de exclusión aérea, zonas de paso y zonas prohibidas en tierra y corredores aéreos que estarían controlados por fuerzas de seguridad de NNUU o de otros estados miembro; [y] tendrían libertad sin restricciones para utilizar y aterrizar con todo tipo de aeronaves, incluidas las aeronaves de reconocimiento sin tripulación."

El precedente de Kosovo

El derecho a establecer bases en cualquier parte de Iraq, a elegir a los inspectores (o sus escoltas militares), su derecho a bloquear los accesos iraquíes como quieran en las "zonas de exclusión" que deseen; el derecho a establecer zonas prohibidas de tránsito, terrestre y aéreo, y a crear rutas especiales sólo para UNMOVIC, todos estos derechos sirven para imposibilitar la distinción entre inspección e invasión-ocupación. Y esto también lo hemos visto antes. En 1999, justo antes de que la OTAN y las NNUU comenzaran el bombardeo durante la crisis de Kosovo, se produjo un "desesperado intento" diplomático en el Palacio de Rambouillet, en Francia. Cuando este intento fracasó se nos dijo que los serbios habían rechazado una petición internacional totalmente razonable y que, por lo tanto, se hacía inevitable, casi obligatoria, la subsiguiente guerra. De lo que no se nos habló, lo que sólo semanas más tarde supimos cuando la verdadera historia del Apéndice B, inicialmente secreto, fue descubierto por la prensa alemana, fue que el acuerdo de Rambouillet, presentado a los serbios en términos de "todo o nada", estaba preparado para asegurarse el rechazo serbio. Yendo más allá de la preocupación sobre la conducta Serbia en Kosovo, el acuerdo [de Rambouillet] habría implicado que "el personal de la OTAN disfrutara, libremente y sin restricciones de acceso en todo el territorio de la República Federal Yugoslava incluyendo territorio aéreo y marítimo".

¿No resulta familiar? En ambos casos, las razones oficiales para la intervención -en Serbia las violaciones de los derechos humanos en Kosovo, en Iraq los programas de armas de destrucción masiva- fueron utilizadas, a pesar de estar legitimadas en su derecho, como pretextos para imponer una ocupación militar internacional. Ello incluye el control militar de toda la nación por tierra, mar y aire, en nombre de los derechos humanos en Kosovo o del desarme en Iraq. En Rambouillet, la Administración Clinton puso deliberadamente el listón tan alto que los serbios rechazaron la firma [del acuerdo]. Parece que la Administración Bush está esperando que los iraquíes sigan el patrón [serbio].

Una vez que se apruebe la nueva resolución, ocurrirán una o dos cosas. Es probable que el gobierno iraquí, pese a reiterar sus intenciones de permitir "inspecciones sin restricciones", se sienta tan molesto por los cambios de planes que simplemente rechace aceptar otra vez a los inspectores bajo las nuevas condiciones; o quizás trate de renegociar los términos [de la resolución]mientras se lo permitan. El CS, por la insistencia de EEUU, probablemente rechace enviar a los inspectores a Iraq bajo las últimas condiciones impuestas.

O quizás Iraq accederá a las nuevas exigencias. Bagdad puede decidir aceptar las condiciones respecto a las entrevistas de los científicos "en cualquier lugar" que UNMOVIC desee, y es probable que acepte los acuerdos, más impertinentes si cabe, relativos a los lugares presidenciales. Si acepta, las inspecciones podrían llevarse a cabo, pero las posibilidades de que Iraq acepte una ocupación militar de hecho, bajo el disfraz de un régimen de inspecciones, y las posibilidades de que tales "inspecciones coercitivas" funcionen con eficacia y profesionalidad para llevar acabo la tarea de desarme, parecen escasas.

Por otro lado, está claro que la Administración Bush tomará la decisión sobre si ir o no a la guerra haciendo caso omiso a la primera resolución o a la falta de autorización para la guerra, y muy probablemente casi sin tener en cuenta el progreso real de las inspecciones en Iraq. Esta resolución sin duda también terminará con la frase "el Consejo de Seguridad mantiene el control en este asunto", lo que significa que el asunto permanece en la agenda del CS y bajo su autoridad. También significa que no concede a ningún país, incluido EEUU, el derecho a determinar de forma unilateral si Iraq cumple o no la resolución, o en qué momento incumple, o infringe materialmente, los términos de la resolución.

Pero fuentes oficiales estadounidenses ya han señalado que intentarán hacer valer que la primera resolución les otorga toda la autorización de NNUU que necesitan -es decir, ninguna- para iniciar su guerra.

Acordar el desacuerdo

Desgraciadamente, parece que los otros catorce miembros del CS (o trece, si Tony Blair, en contra de la total oposición de los británicos, alía al Reino Unido con su compinche Bush) están listos para afirmar sencillamente que no creen que la resolución autorice el uso de la fuerza, y, por tanto, esencialmente "acordar su desacuerdo" con Washington. Hasta el momento, excepto que Francia o Rusia recobren de repente su sentido de la independencia, no es probable que ningún miembro vote no, por no hablar de movilizar una coalición internacional seria que se oponga a la guerra. China podría abstenerse, como bien pudiera hacer Siria. Pero no hay indicios de una oposición firme. El CS está hundido bajo la presión de EEUU. Parece que todos y cada uno de los países del CS han tomado la misma determinación práctica: si EEUU se lanza a la guerra, nosotros también. El pensamiento parece indicar que ser excluido de una guerra preventiva e ilegal, que el congresista Jim McDermott definió como "una guerra por el petróleo, por el poder y por los halagos del imperio", es peor que aprobar o participar en una guerra preventiva ilegal, por petróleo, poder y halagos.

Esto también lo hemos visto antes. En 1990, en la Operación Tormenta del Desierto, George Bush-padre sobornó y amenazó virtualmente a cada uno de los países del CS para obligarles a votar a favor de autorizar la guerra a EEUU [4]. Esto debe estar impreso en la raíz de la renuencia a enfrentarse a la guerra de Bush. Esta es una época de una única superpotencia, más poderosa en su influencia militar, económica, política, tecnológica, diplomática y cultural que ningún otro imperio a lo largo de la historia. En esta época, cuando el líder de esta superpotencia ha anunciado que "cualquier país que no esté con nosotros" será considerado "del lado del terrorismo", ¿qué país se encuentra preparado para asumir el riesgo de un desafío a las exigencias de EEUU?

Desde luego han cambiado muchas cosas entre 1991-1998 y hoy. Quizás los cambios más significativos han tenido más que ver con la forma en que se justifican las acciones de la Administración Bush que con lo que la propia Administración Bush está haciendo. En 1991, Bush padre jamás afirmó que el objetivo de EEUU fuera un cambio de régimen en Iraq; hoy el asesinato o el derrocamiento del dirigente iraquí es un planteamiento político. Anteriormente, EEUU nunca había defendido oficialmente su derecho a un ataque preventivo; hoy este derecho es la esencia de una nueva doctrina, una doctrina que incluso Henry Kissinger admite que viola las leyes internacionales. Por supuesto que Kissinger sigue manteniendo que lo que hay que hacer no es rechazar estos ataques preventivos ilegales sino modificar las leyes internacionales para crear una nueva legalidad que autorice, precisamente, las acciones estadounidenses en solitario. Tampoco nunca anteriormente, EEUU había amenazado abiertamente con actuar en solitario para invadir otro país en nombre del cumplimiento de las resoluciones de NNUU, máxime teniendo en cuenta la desaprobación explícita de NNUU de tal ataque militar. Hoy en día NNUU teme perder su relevancia en Washington.

La opción clara de una postura negativa, que rechace el consenso estadounidense, que se manifieste públicamente contra una guerra catastrófica, que intente evitar la guerra o que al menos distinga a cada país de la locura global, no aparece todavía en la agenda del CS. Y esta es exactamente la postura que hay que adoptar urgentemente. El demostrar que EEUU está aislada del resto del mundo, el derribar públicamente el mito de que Washington lidera una coalición internacional colocaría a cualquier gobierno del lado de la clara posición mayoritaria en contra de esta guerra.

Mantener la independencia

En este momento, los Estados miembros (especialmente aquellos que forman parte del CS) están a punto de perder su independencia de actuación. Los miembros del CS son incapaces de evitar que EEUU emprenda esta guerra. Pero sí pueden evitar que EEUU exija una credencial multilateral de NNUU cuando no la tiene. Estos países pueden asegurar que NNUU, refrendando esta guerra, viola su propia Carta [fundacional], la cual prohíbe el uso de la fuerza a menos que se hayan agotado todas las posibles opciones no militares. Es posible que Francia mantenga su independencia y siga comprometida en su oposición a una guerra preventiva estadounidense. París podría rechazar la resolución inicial propuesta por EEUU y Reino Unido (a pesar de que esté basada en la estructura bipartita francesa) y puede vetar la inevitable segunda resolución que autorizaría explícitamente la guerra. Pero esta situación parece improbable.

Es más, si el CS fracasa, este sería el momento para otros organismos de NNUU de dar un paso hacia adelante. Este sería el momento quizá para la Asamblea General de liderar a los países no aliados, que funcionan como Grupo de los 77. Confiando en el precedente "Unidos por la Paz" la Asamblea puede hacerse con la iniciativa como el órgano más democrático de NNUU para hacer oír su voz en nombre de la humanidad y desafiar la legitimidad de la guerra de Bush.

Este es, además, un momento definitorio para las NNUU en el cual como organismo unitario deberá elegir el modo de definir su importancia en el panorama mundial. Aquellos [Estados] que dentro de NNUU busquen relevancia exclusivamente en relación con el poder de Washington buscarán participar [en la guerra], más que desafiar la legitimidad de la guerra de EEUU Estos países creen que estar del lado de los EEUU representa una gran amenaza para NNUU y, realmente, su participación (por muy negligente que sea) y su apoyo (por muchos reparos que contenga) será probablemente la garantía de que oficialmente no serán dados de lado, no serán excluidos por Washington.

Sin embargo, por mucho que estos países rechacen en silencio el debilitamiento de NNUU, las violaciones de las leyes internacionales, de la Carta [fundacional de NNUU], todo lo cual es inherente a la guerra unilateral de EEUU, parecen preparados para consentir la guerra con tal de evitar su expulsión del campamento militar norteamericano.

La táctica puede funcionar; puede evitar que NNUU sea descartada como irrelevante por los creadores de opinión de Washington. Pero estos miembros de NNUU están asumiendo un riesgo distinto: el de perder su derecho de hablar a favor de los sin voz, que son el 94% de los seres humanos del mundo que no viven en EEUU. Los [países] que son la base del sistema de las NNUU tienen la obligación, como funcionarios civiles internacionales, de hacer efectiva la Carta fundacional de NNUU -especialmente en su misión fundamental de "ahorrar a las futuras generaciones el azote de la guerra". Su trabajo consiste en proteger la paz, por muy difícil que resulte esa tarea (mediante negociaciones, investigaciones, inspecciones, denuncias) aunque ello signifique un desafío a los deseos del Estado miembro más poderoso de NNUU. Dejando a parte la cuestión de la relevancia, estos estados no deben convertirse en campeones de la guerra.

Aquellos países de NNUU que definan su importancia en términos globales y no en función de Washington, tomarán una decisión distinta. Estos líderes de NNUU seguirán desafiando a EEUU Se pronunciarán en contra de las violaciones de las leyes internacionales, del menoscabo de NNUU, de las violaciones de la Carta de NNUU, todo ello inherente al inicio de una guerra preventiva. Probablemente no tengan el poder de detener la guerra por sí solos. Pero darán su voz a todos aquellos que en el mundo no cuentan con otra voz, a aquellos a quienes las voces de sus gobiernos y de sus sociedades han sido silenciadas por temor al poder de EEUU, a las amenazas, o al precedente Yemen, y a aquellos que buscan en NNUU la voz de la conciencia mundial. Hablarán en defensa del papel de NNUU como un vigía de todas las violaciones de las leyes internacionales, de las resoluciones de NNUU y de la Carta de NNUU -tanto si se trata del incumplimiento iraquí de desarme o de una guerra preventiva de Washington- incluso si la organización como un todo no puede ser un poder litigante en derecho. Sus voces protegerán la verdadera importancia de las organizaciones mundiales así como sus actos en nombre "de los pueblos de las Naciones Unidas".


Notas CSCAweb:

1. Véase en CSCAweb la Nota Informativa: Rebajando el contenido de su anterior propuesta de resolución, EEUU intenta forzar un acuerdo en el Consejo de Seguridad que legitime su intervención contra Iraq. EEUU presentó el 22 de octubre al CS el nuevo borrador de resolución sobre Iraq, borrador que Francia y, especialmente, Rusia han rechazado inicialmente por considerarlo muy similiar al anterior.
2. Comisión de NNUU de control, verificación e inspección (United Nations Monitoring, Verification, and Inspection Commission).
3. Comisión Especial de Naciones Unidas para Iraq (United Nations Special Commission on Iraq).
4. Véase en CSCAweb el texto de la autora:
"La amenaza iraquí: ¿realidad o conveniencia?"



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