Boicot, Desinversiones, Sanciones contra Israel. ¡La campaña que molesta!

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Boicot, Desinversiones, Sanciones contra Israel. ¡La campaña que molesta!

Desde el proceso de Sakina Arnaud en enero 2010, los juicios en contra de l@s activistas de la campaña BDS se multiplicaron en Francia.

Durante decenios, los esfuerzos para favorecer la paz entre Israel y el pueblo palestino fallaron de forma sistemática. No permitieron más que fortalecer la hegemonía colonial israelí y la expropiación de los palestinos.

Revista francesa “Offensive” num. 29. Marzo 2011
Palestina Lliure, Kaos en la Red, www.palestinalibre.org. 29 de marzo

boicot

Desde el proceso de Sakina Arnaud en enero 2010, los juicios en contra de l@s activistas de la campaña BDS se multiplicaron en Francia. Se les reprocha en particular el hecho de informar a los consumidores de los supermercados sobre los crímenes cometidos por Israel y la necesidad de boicotear los productos procedentes de ese país.
A los ojos de los que llevan a juicio a los activistas de la campaña BDS (Ministerios de Interior y de Justicia por una parte, e instituciones altamente ligadas a Israel por otra) esa campaña sería discriminatoria, contribuiría a atizar el odio en contra de una nación. Esa posición no es sorprendente por parte de instituciones y personalidades políticas que tienen amplias responsabilidades en la impunidad de la que goza el estado de Israel. Tienen todo el interés del mundo a mantener la idea según la cual el conflicto es « cultural » y negarse a tratarlo en el terreno político. El boicot sería entonces un acto discriminatorio, incluso « racista » , y no una herramienta de lucha no violenta utilizada contra la política de un estado colonial responsable de crímenes de guerra y de violaciones de los derechos humanos.

La comunidad internacional y la búsqueda de la paz.

Durante decenios, los esfuerzos para favorecer la paz entre Israel y el pueblo palestino fallaron de forma sistemática. No permitieron más que fortalecer la hegemonía colonial israelí y la expropiación de los palestinos.
Las diferentes negociaciones de paz, las que se realizaron bajo los auspicios de los Estados Unidos o del Cuarteto (Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y Naciones Unidad) no permitieron el cumplimiento de las cartas y convenios internacionales (Carta de Naciones Unidas, Carta de Derechos Humanos, IV Convención de Ginebra, etc) que hubieran debido responder a lo esencial de las reivindicaciones del pueblo palestino (derecho al retorno de los refugiados, autodeterminación, plena ciudadanía). En vez de recibir el apoyo de la comunidad internacional para invertir la relación de fuerzas sobre el terreno, los palestinos, a lo largo de las negociaciones, recibieron importantes presiones para renunciar a sus derechos y aceptar la colonización de su territorio como un hecho irreversible.
Si el proceso de Oslo no ha permitido alcanzar, como lo pretendía, la creación de un estado palestino viable, en cambio la colonización no ha cesado. Así entre la firma de los Acuerdos de Oslo en 1993 y el comienzo de la segunda intifada en 2000, el número de colonos en Cisjordania se duplicó pasando de cuatrocientos, a ochocientos mil. La « Hoja de Ruta » mostró la misma ineficacia para parar la colonización y restituir al pueblo palestino su derecho inalienable a la autodeterminación. Al contrario mostró una gran eficacia en encubrir las violaciones del derecho cometidas por el estado de Israel manteniendo la idea de que condenar al estado de Israel significaría el fin de las esperanzas de paz. Es exactamente la posición sostenida por la Comisión Europea que se negó a suspender el acuerdo de asociación UE/Israel, como lo votó el parlamento europeo el 10 de abril de 2002, para sancionar las violaciones israelíes a los derechos humanos (Israel acababa de cometer la masacre de Jenín durante la operación denominada « muro defensivo».
Las diferentes negociaciones fueron debilitando a los palestinos cada vez más, llevándoles a renunciar a la mayor parte de su territorio, a reconocer al Estado de Israel en sus fronteras impuestas y a no plantear el derecho al retorno de los refugiados en el centro de las negociaciones. La creación en el contexto de los Acuerdos de Oslo de una Autoridad Palestina dotada de una burocracia atada de pies y manos a la voluntad de las fuerzas de ocupación israelíes, contribuyó a deteriorar las relaciones internas palestinas. Se le atribuyó a la Autoridad Palestina un papel de policía con el objetivo de preservar la seguridad de la potencia ocupante, Israel, sin poder traer a cambio avances significativos a las reivindicaciones de los palestinos, ni mejorar el cotidiano de las poblaciones de los Territorios Ocupados ni obtener la liberación de los presos políticos.
Mientras que el proyecto colonial del Estado de Israel no cesó de progresar, un negocio por la paz se desarrolló de forma paralela. Son incontables las iniciativas culturales por la paz que pretender actuar a favor de un « diálogo » o un « acercamiento entre dos pueblos » haciendo abstracción del conflicto. Encontramos aquí todo el vocabulario marketing de los grandes medios de comunicación cuyo objetivo es trasmitir ilusiones de paz. Pero « luchar por la paz sin la justicia vuelve a institucionalizar la injusticia, o a pedir a los oprimidos someterse a la fuerza irresistible del opresor, aceptando lo ilegal como destino » Es difícil ignorar los programas políticos de los que derivan bajo manga esos proyectos de cooperación artísticos o culturales. «[Tienden] a cambiar la percepción que el mundo tiene del conflicto, dando la impresión de relaciones simétricas, normales e incluso corteses entre los artistas de un lado y otro de la línea de separación, lo que sugiere necesariamente que basta con acumular suficientes colaboraciones de este tipo para sobrepasar el « odio » que se encuentra en el corazón del « conflicto ». No es sorprendente contar entre los promotores de esas « iniciativas de paz » los más obstinados opositores a la campaña BDS. Los importantes fondos otorgados por la Unión Europea a los programas de cooperación y la reiterada negativa a adoptar sanciones contra Israel, persiguen la misma lógica.
La campaña BDS, herramienta de la sociedad civil.
El llamamiento de la sociedad civil palestina al boicot, a las desinversiones y a las sanciones en contra de Israel fue lanzado el 9 de Julio de 2005, es decir un año después que la Corte Internacional de Justicia de la Haya, declarase la edificación del Muro por Israel, contraria al Derecho Internacional. El hecho de que ese « Consejo Consultivo » no haya desembocado en medidas concretas demuestra una vez más la complicidad activa de la comunidad internacional en la impunidad de la que siempre ha gozado Israel a pesar de sus continuadas violaciones de los derechos humanos. Frente a la negativa de los gobiernos en asumir sus responsabilidades, el boicot a Israel se revela como una forma de lucha pertinente y no violenta a favor de una paz fundada en la justicia. Gracias a la experiencia sudafricana de lucha contra el Apartheid, esa percepción se propagó rápidamente a las sociedades civiles del mundo entero frustradas por la complicidad de sus gobiernos.
El llamamiento se inscribe dentro de la tradición palestina de resistencia cívica y popular a la ocupación y, hecho sin precedente, une a los tres componentes del pueblo palestino: l@s refugiad@s, l@s palestin@s ciudadan@s de Israel y l@s que padecen la ocupación de 1967 en Cisjordania y en Gaza. Hoy, más de cuatrocientas organizaciones palestinas se juntaron al Llamamiento. Reconstituye así la unidad del pueblo palestino dañada por sesenta años de colonización y de expropiaciones. El llamamiento preconiza el Boicot, las Desinversiones y las Sanciones en contra de Israel planteando tres reivindicaciones:
« Estas medidas punitivas no-violentas deben ser mantenidas hasta que Israel cumpla con su obligación de reconocer el derecho inalienable a la autodeterminación del pueblo palestino y hasta que acate por completo los preceptos del derecho internacional por medio de:
1. Acabar con su ocupación y colonización de todas las tierras árabes y desmantelar el Muro; 2. Reconocer los derechos fundamentales de los ciudadanos árabe-palestinos de Israel a una igualdad plena y 3. Respetar, proteger y promover los derechos de los refugiados palestinos a retornar a sus hogares y propiedades tal como estipula la resolución 194 de Naciones Unidas. «
En Israel el Centro de Información Alternativa y las raras y preciosas organizaciones anticolonialistas israelíes se sumaron a la campaña BDS promoviendo el Boycott from Within, el « Boicot del Interior ». Esas organizaciones luchan de forma cotidiana contra la racismo, la cultura de impunidad y las tendencias genocidas que se impusieron en la sociedad israelí impregnando el discurso dominante y el «sentido común » cada vez que se habla del « problema palestino ». La operación denominada « plomo fundido » lanzada sobre Gaza en diciembre 2008 es reveladora del clima que se ha instaurado en Israel. El mensaje de los iniciadores del boicot del interior puede resumirse así: « Boicoteando a Israel aportareis una inestimable ayuda a nuestro combate para sensibilizar a nuestra opinión pública y hacerle comprender que, cuanto más prosiga la guerra colonial, más Israel será tratado por la opinión internacional como un estado canalla, poniéndolo al margen de la comunidad de naciones. »
La campaña BDS, hoy extendida a nivel mundial, vuelve a centrar el movimiento de solidaridad en los derechos fundamentales y la confrontación directa con el colonialismo de Israel. «Después de los catastróficos resultados de los acuerdos de Oslo y de los diferentes pseudos- planes y procesos de paz, el llamamiento BDS palestino de 2005 invita de hecho al movimiento de solidaridad a abandonar el cenagoso terreno de los «procesos de paz » y sus « soluciones estatales » para volver a posicionarse en el terreno más estable de los derechos fundamentales y de autodeterminación. [...]Durante los quince últimos años la mayor parte del trabajo del movimiento de solidaridad consistió en dirigirse a los cargos electos, a los gobiernos, a las instancias europeas, con peticiones, manifestaciones, mítines, etc, más cercanas al lobbing que a la lucha abierta. Sin ser inútiles, esas acciones no tuvieron muchos efectos sobre nuestros representantes políticos y aún menos sobre Israel... » . Ya no se trata de realizar acciones de solidaridad para los palestinos a miles de kilómetros, sino de estar aquí y ahora en la acción con los palestinos. « Tomando en cuenta la complicidad profunda de Occidente en el mantenimiento del sistema de colonización y de apartheid al cual Israel somete al pueblo palestino, BDS participará inevitablemente en el reto lanzado por el movimiento social mundial a la hegemonía neoliberal y a la tiranía de las multinacionales »

Notas de Pie de Página:
1.-Omar Barghuti, « Boycott Desinvestissement Santions » La Fabrique p.77.
2.-Idem
3.-Llamamiento traducido y plublicado en www.bds-palestine.net
4.-Michel Warschawsky « Pourquoi le boycott? » Politis 23/9/10
5.-J.L. Moraguès « La portée stratégique de l’Appel BDS palestinien de 2005 et son impact sur le mouvement international de solidarité » - Página web de la CCIPPP
6.-Omar Barghouti - Op. Cit. p7