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La Asociación de Periodistas y Escritores Árabes en España, APEAE, celebra la revolución egipcia y tunecina y el nacimiento de una nueva era para los árabes

Nota de Prensa de APEAE, 15 de marzo de 2011

La caída del castillo de naipes construido por los regímenes despóticos y policiacos, protegidos por muros de miedo, represión y arbitrariedad, ante la fuerza de una gran avalancha popular, ha provocado que el eco del grito de libertad y democracia se oiga en todas partes, lo cual nos permite concluir que las caídas sin duda continuarán.

APEAE

Iraq

La Asociación de Periodistas y Escritores Árabes en España (APEAE) comparte con el gran pueblo egipcio la alegría por el éxito de su pacífica, cívica e histórica revolución, y expresa su admiración por la tenacidad demostrada por este pueblo en su empeño por poner fin a un régimen opresivo, fundamentado en el miedo y en la corrupción.
 
Al expresar nuestra alegría y nuestro apoyo a la revolución de los jóvenes egipcios, quienes han conseguido extirpar el cáncer de la odiosa dictadura, aprovechamos la oportunidad para manifestar la misma alegría por la revolución del pueblo tunecino, que ha iniciado e inspirado el nacimiento de la llama de la libertad y democracia que han ansiado todos los pueblo árabes a lo largo y ancho de su geografía desde hace más de 40 años.
 
La caída del castillo de naipes construido por los regímenes despóticos y policiacos, protegidos por muros de miedo, represión y arbitrariedad, ante la fuerza de una gran avalancha popular, ha provocado que el eco del grito de libertad y democracia se oiga en todas partes, lo cual nos permite concluir que las caídas sin duda continuarán.
 
Estamos testimoniando en estos momentos el despertar del mundo árabe, que renace con el vigor de la juventud, para recuperar el lugar que le corresponde en la escena internacional y para recobrar su papel en el desarrollo humano. En estos momentos históricos un nuevo régimen árabe basado en el humanismo y en la democracia está naciendo, después de un largo y doloroso silencio, para retomar su contribución al progreso universal.
 
Desde el océano Atlántico hasta el golfo Arábigo, los árabes reciben esta revolución con las ansias de un sediento que ha soportado la sequía con altibajos durante décadas, junto con las humillaciones y las agresiones israelíes, consecuencia de la incapacidad, por no decir la complicidad, de estos regímenes. Con la caída de estos gobiernos dictatoriales, también se está reconfigurando a pie de calle el desequilibrio geopolítico que hasta el momento tanto se regía desde la alianza del imperialismo norteamericano-sionista, y que tanto dependía del silencio forzado de los árabes en su conjunto. Con cada día que pasa, están empezando a florecer una a una todas las aspiraciones de los pueblos árabes a vivir a en democracia, libertad, justicia social y una verdadera paz, dentro de sociedades prósperas e independientes.
 
Consideramos, además, que el derrumbe de estas dictaduras supone el alumbramiento de una nueva era en las relaciones internacionales, y el fin de la vigencia de la política occidental de doble rasero. Por ello pedimos a España en concreto, y a todos los países de la Unión Europea, que reflexionen y que obren con sinceridad y comprensión con los anhelos de nuestros pueblos. Es hora de revisar la forma en la que se trata con el mundo árabe, haciendo hincapié en la importancia de apoyar la corriente de cambio democrático en la región en general y en el Norte de África en particular, teniendo en cuenta que son precisamente los países europeos los que más se tendrían que interesar en la estabilidad y la prosperidad de esta región. Mientras, recordemos que la estabilidad y el progreso de los países mediterráneos en su conjunto dependen del progreso equitativo de los pueblos de las dos orillas. Desde la APAEE, defendemos una relación basada en la cooperación, el intercambio y en las relaciones recíprocas y equilibradas, en un marco de comprensión, equidad, libertad, democracia y derechos humanos. Al fin y al cabo, estos valores no pueden ser exclusivamente de unos pocos.
 
Aprovechamos la oportunidad para expresar que desde la APAEE consideramos un grave error el apoyo incondicional que presta la Unión Europea a la política norteamericana, que desde hace décadas ha sostenido a regímenes abusivos y dictatoriales, y que apoya los crímenes de la colonización y ocupación israelí con una incondicionalidad que quedó más que patente durante las últimas agresiones cometidas contra Gaza (2007-2008) y el sur del Líbano (2006). Recordemos también que, a pesar de las falsas noticias difundidas a lo largo de los últimos meses anunciando una retirada de tropas, EE.UU. sigue ocupando Iraq ilegal e inmoralmente.
 
Desde la APAEE, nos gustaría hacer un llamamiento al Estado español en concreto y a la Unión Europea en general a deshacerse de su apoyo por políticas destructivas, racistas y colonizadoras en Oriente Medio practicadas durante décadas tanto por Israel como por Estados Unidos, apoyados los gobiernos dictatoriales de la región que están cayendo uno tras otro. En vez de apoyar a regímenes corruptos y destructivos que fallan en su responsabilidad de actuar como representantes de sus pueblos y como promotores de paz y prosperidad internacional, la Unión Europea debería pasar página, y empezar a apoyar a los nuevos procesos realmente democráticos que estamos testimoniando hoy en día.
 
Teniendo en cuenta los crecientes temores europeos ante la inmigración y el llamado radicalismo islámico, desde la APAEE consideramos que estos fenómenos no se pueden tratar más que con políticas equilibradas, independientes y justas, teniendo en cuenta la responsabilidad de la comunidad internacional de velar por los derechos de los más reprimidos e injustamente tratados. Ninguna excepción es aceptable; en política debemos ser consecuentes siempre, apoyar el derecho internacional y la democracia veraz, y recordar los principios más básicos que garantizan la paz mundial, que son el respeto por la soberanía y la libertad de todos los pueblos.
 
Aquí quisiéramos resaltar el error de percepción por parte de España ante la situación de sus vecinos del Magreb. Hacemos un llamamiento a España para que renuncie a la política de división como prioridad de sus política hacia esta región, basada en el clásico axioma imperialista “divide y vencerás”. Lamentamos que esta política siga determinando algunas posturas políticas y diplomáticas españolas que países del Magreb árabe.

Los acontecimientos actuales en la región árabe deben animar a los países europeos a replantear globalmente sus políticas exteriores. Es necesaria una nueva política basada en el reconocimiento y el respeto por los deseos de los pueblos árabes, que al igual que todos los pueblos, tanto anhelan y merecen su libertad, progreso y desarrollo.