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Sahara

 

 


El Precio de la Democracia

Jamal Halawa

La velocidad vertiginosa con que están sucediendo en el mundo árabe los acontecimientos, más los que se espera que vayan sucediendo, invitan, aunque sea por unos minutos, a la serena reflexión para tratar de conseguir un análisis más cercano a la objetividad política, económica y social.

13 de febrero de 2011
TRADUCCIÓN: Jalil Sadaka

arresto de una mujer argelina

La velocidad vertiginosa con que están sucediendo en el mundo árabe los acontecimientos, más los que se espera que vayan sucediendo, invitan, aunque sea por unos minutos, a la serena reflexión para tratar de conseguir un análisis más cercano a la objetividad política, económica y social.

Desde el punto de vista objetivo, el mundo árabe llevaba decenas de años sin un proceso de progreso y estructuración política y económica acordes al crecimiento poblacional, a los tiempos que vivimos y ajustado a las riquezas de sus respectivos países, cuestión ésta, muy importante a la hora de buscar explicaciones del: ¿por qué ahora sí?, ¿por qué estalla el mundo árabe ahora?  Cierto es que la crisis económica global ha agravado la situación económica, cierto es que la tasa de paro se ha incrementado con creces, cierto es que el nivel de corrupción ha alcanzado niveles altísimos, es decir, las condiciones objetivas para la revolución existieron y existen desde hace décadas en el mundo árabe. Pero, ahora existe un ingrediente importante de más, que a mi modesto entender, habría que buscarlo en la voluntad política de la cabeza del imperio capitalista que es EEUU y sus aliados, de hecho, creo que el sistema capitalista en EEUU cuando promociona a Obama para forzar el cambio de estrategia en su lucha contra Al Qaida, entre otros objetivos, querían llegar a alcanzar este objetivo: el de democratizar los países árabes gobernados por tiranos históricamente apoyados por EEUU e Israel, sin perder el control político y su hegemonía en la zona, asegurando que las alternativas políticas no puedan, aunque quieran, romper la cadena de intereses políticos, económicos y comerciales que les ligan al centro del poder capitalista y explotador.

EEUU y sus aliados han comprendido que estos regímenes árabes represores y corruptos ya no les sirven para asegurar su hegemonía política y económica, y que era preciso, entre otras razones, por cuestiones de seguridad interna, desinflamar la situación política, económica y social que sufren los pueblos árabes, y de ahí entiendo, que el giro de las políticas de cooperación con estos regímenes ha ido sufriendo varios retoques, de manera que, favorezcan el levantamiento popular cuando este se produzca. Lo hemos visto claramente en Túnez primero, y más tarde en Egipto a través de las rápidas y distintas reacciones de la administración estadounidense a lo largo de las semanas que han durado las revueltas callejeras, convirtiéndose éstas, en auténticas revoluciones populares sin un liderazgo político claro y visible, cuestión ésta, muy importante para dudar y reflexionar sobre los objetivos de estas revoluciones y el techo de sus reivindicaciones, máxime, cuando vemos la complicidad entre los pueblos tunecino y egipcio con el ejército, y sabiendo de antemano, las conexiones claras entre los jefes de estados mayores del ejército tunecino (Rashid Ammar) y el egipcio (M. Hussein Tantawi) con EEUU.

Sin embargo, creo que este movimiento de las cosas en el mundo árabe, es realmente una oportunidad formidable para forzar la situación política en la zona, estancada desde la paralización de la intifada palestina, favoreciendo esta situación, claramente a Israel que no ha parado de anexionarse más terrenos palestinos en Cisjordania y construir más asentamientos, y con una Autoridad Nacional Palestina inepta y corrupta hasta la medula. Creo y espero, que las cosas vayan a escaparse de las manos a los agentes de EEUU en la zona, y que una ola de revueltas en el mundo árabe, solo pueda acabar favoreciendo a los legítimos intereses de sus pueblos

Pienso sinceramente, que una verdadera democracia en el mundo árabe, que no sea subordinada a los intereses del centro capitalista, acelerará el fin del proyecto sionista en la zona y dará carpetazo a su estado racista incrustado en la zona con la fuerza de las armas administradas desde occidente, de hecho, la caída de las dictaduras árabes, es un elemento necesario e imprescindible para forzar la desestructuración del sionismo, puesto que estos mismos regímenes árabes y sus ficticias fronteras creadas por las potencias coloniales, forman parte del mismo proyecto sionista que condujo a la creación forzosa del estado racista de Israel.

Es posible que los pueblos árabes tengamos que pagar un altísimo precio aun para conseguir nuestros objetivos comunes de unidad y progreso, es el precio de la liberación nacional que todavía no hemos acabado de plasmar en un auténtico proyecto de liberación e independencia a nivel nacional. El primer proyecto del Líder Jamal Abdel Nasser fue abortado, espero que este segundo proyecto que se ha puesto en marcha tenga el merecido éxito, porque los pueblos árabes nos merecemos una democracia auténtica y genuina, y porque hemos pagado un elevadísimo precio para conseguirla.