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Abdallah Abu Rahmah de Bil’in ha sido condenado a un año de prisión

Palestine Popular Struggle Coordination Comité

La condena a Abdallah Rahmah, un caso ejemplar del mal uso del sistema judicial israelí en Cisjordania con el fin de silenciar una legal protesta política, fue duramente criticada por la opinión internacional

Natalia Litvina

Rahmah
Abdallah Abu Rahmah en la Corte militar de Ofer durante su audiencia.
Foto: Oren Ziv

El organizador de las acciones de protesta de Bil’in, Abdallah Abu Rahmah, ha sido condenado hoy a pasar doce meses en la cárcel por su participación en la lucha pacífica de los habitantes de su localidad contra el muro. Abdallah Abu Rahmah ha sido condenado a un año de cárcel más 6 meses de condena condicional de 3 años y una multa de 5,000 NIS (shekels). En la sentencia, el juez mencionó como circunstancia atenuante el incumplimiento de la decisión de la Corte Suprema israelí, que reconoce ilegal el actual trazado del muro por el territorio de Bil’in.

Es probable que la acusación militar haga una apelación, como lo hizo en el caso de Adeeb Abu Rahmah, también condenado a un año de prisión con cargos similares, y que aún permanece encarcelado pasados quince meses, a la espera de una decisión sobre la apelación por parte de la acusación. El abogado de la defensa, Gaby Lasky, está considerando una posible apelación sobra la condena.

Al juicio de hoy asistieron diplomáticos de Gran Bretaña, la Unión Europea, Bélgica, Alemania, además de representantes de la UNESCO y la organización  Human Rights Watch.

“El ejército israelí, que en este proceso juega el papel de acusador, juez y jurado, está intentando utilizar a Abdallah Abu Rahmah como ejemplo para disuadir a la población de las protestas. Así lo reconocen ellos mismos”, dice Mohammed Khatib del Comité Coordinador de la Lucha Popular. “Hacemos oídos sordos a sus mensajes, ya que no tenemos otra opción que continuar con la lucha por nuestra tierra, nuestra libertad y nuestra dignidad”, añade.

El origen
Abdallah Rahmah, coordinador del Comité Popular de Bil’in Contra el Muro y los Asentamientos, fue arrestado el año pasado en su propia casa en mitad de la noche, durante una redada realizada por soldados israelíes. El tribunal militar israelí le presentó una acusación por cargos menores tales como lanzamiento de piedras y posesión de armas, de los que Abdallah Rahmah fue declarado no culpable, pero se le condenó por la organización de manifestaciones ilegales e incitación.
La condena a Abdallah Rahmah, un caso ejemplar del mal uso del sistema judicial israelí en Cisjordania con el fin de silenciar una legal protesta política, fue duramente criticada por la opinión internacional.

La ministra de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Catherine Ashton, expresó su profunda preocupación ante los representantes de la UE que asistieron a la lectura de la sentencia: “La posible encarcelación de Sr. Abdallah Rahmah se plantea como un acto disuasorio contra él y demás palestinos, con el fin de impedirles ejercer su legitimo derecho a la protesta[...]”. La declaración de Ashton fue apoyada por un representante del Parlamento de España.

Un conocido activista de los derechos humanos de Sudafrica, el arzobispo Desmond Tutu, representante de The Elders (Los Sabios) -un grupo de eminentes líderes mundiales pacifistas y defensores de los derechos humanos fundado por Nelson Mandela- pidió a Israel que reconsiderase la condena de Abu Rahmah. Los miembros de The Elders se encontraron con Abu Rahmah durante la visita a Bil’in que hicieron antes de su detención.

La organización pro-derechos humanos Amnistía Internacional caracterizó la encarcelación de Abu Rahmah de atentado contra la libertad de expresión. Human Rights Watch denunció la condena, calificando todo el proceso de “juicio injusto”.

El contexto legal
Abu Rahmah, coordinador del Comité Popular de Bil’in Contra el Muro y los Asentamientos, fue absuelto de dos de los cuatro cargos presentados contra él: lanzamiento de piedras y el ridículo y vengativo cargo de posesión de armas. Según la acusación, Abu Rahmah recogía y guardaba proyectiles usados de gas lacrimógeno y casquillos de bala disparados a los manifestantes, con la intención de exponerles como prueba de violencia usada contra los palestinos. Este cargo absurdo es un ejemplo claro de la utilización de los procesos legales como herramienta en la difamación de las protestas no-armadas.

No obstante, el tribunal declaró a Abu Rahmah culpable de otros dos cargos que atentan contra la libertad de expresión: incitación, organización y participación en manifestaciones ilegales. La acusación se basa únicamente en testimonios de menores detenidos en mitad de la noche y a quienes les fue negado su derecho a disponer de un representante legal, y a pesar de que se reconocen irregularidades significativas cometidas en sus interrogatorios.
El tribunal pasó por alto el hecho de que la acusación no presentó ninguna prueba convincente de la culpabilidad de Abu Rahmah, a pesar de que las manifestaciones de protesta en Bil’in sean filmadas sistemáticamente por el ejército.

Bajo la ley militar la incitación se define como “el intento de influenciar verbalmente o de otro modo la opinión pública en el Área, de manera que puedan verse perturbados la paz y orden públicas” (apartado 7a de la Orden acerca de la Prohibición de la Propaganda Hostil, nº101, año 1967) y supone una pena de cárcel de 10 años como máximo.