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Entrevista a Pedro Martínez Montávez, Catedrático emérito de Estudios Árabes e Islam

“La conmemoración en 2011 de la invasión árabe traerá otro desgarro hispánico”

Pedro Martínez Montávez (Jaén, 1933) es uno de los grandes arabistas españoles. Catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Madrid, de la que fue rector, no pudo pronunciar ayer en Gijón la conferencia inaugural del encuentro sobre Irak, finalmente cancelado por amenazas contra los organizadores. En esta entrevista desarrolla algunas de las ideas que no pudo exponer en ese foro y analiza las relaciones entre Occidente y Oriente

J. L. Argüelles.
www.lne.es

Montavez

Pedro Martínez Montávez (Jaén, 1933) es uno de los grandes arabistas españoles. Catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Madrid, de la que fue rector, no pudo pronunciar ayer en Gijón la conferencia inaugural del encuentro sobre Irak, finalmente cancelado por amenazas contra los organizadores. En esta entrevista desarrolla algunas de las ideas que no pudo exponer en ese foro y analiza las relaciones entre Occidente y Oriente.

El Gobierno de Zapatero llegó al Gobierno bajo la promesa de que sacaría las tropas de Irak, pero los organizadores de la Conferencia le acusan de obstaculizar la celebración de este encuentro.
Me identifico con muchos de los planteamientos del encuentro, pero no he tenido responsabilidad en la organización. La conferencia que iba a pronunciar se titulaba «¿Es sólo Irak?». Hoy me entero de que se suspende por razones imperativas, pero no me extraña la actitud del Gobierno español.

¿Por qué?
Tengo años y experiencia. He tenido relaciones con responsables de Exteriores de España y he visto un doble lenguaje que también se utiliza para la política interior. Aquí hablamos mucho de lo que pasa dentro y menos de lo que ocurre fuera, y, además, con poco conocimiento de causa. Hay un discurso para el consumo y, después, se toman otras decisiones.

Al problema palestino se han unido los de Irak y Afganistán. ¿Cuál puede ser la solución para los conflictos de esa zona?
Si sé algo es del mundo árabe, es decir, del Próximo y Medio Oriente; también sé algo del mundo islámico, pero hablo menos de él. Desde hace años trato de buscar frases breves y de contenido exacto que definan la situación. Y una de las que repito es que hay tres países del dolor: Palestina, que es el más antiguo; Líbano y, desde hace algo más de dos décadas, Irak.

Los analistas coinciden en que el problema más enquistado, el que más tensiones genera en el mundo árabe, es el de Palestina.
En parte sí, pero no sólo y enlazo con el título de la conferencia que iba a pronunciar. No soy politólogo, sólo un arabista que ha tratado de explicarse a sí mismo y de explicar lo que pasa en esa parte del mundo, pero creo que asistimos a la reordenación del Próximo y Medio Oriente. Hubo intentos anteriores, pero este último empezó a concretarse en 1990, con la segunda guerra del Golfo y a partir de la invasión de Kuwait, que fue, evidentemente, un error del régimen de Saddam Hussein, no sé si inducido o no. Es lo que ha precipitado la situación en la que estamos. El problema es que pretenden reordenar esa zona de otra manera.

¿Cómo?
Pues sin una hegemonía árabe en la zona y con una superpotencia -hablo de Estados Unidos- que domine. Esa reordenación se produce, además, con una gran complicidad internacional, tanto desde fuera como desde dentro, desde regímenes árabes. ¿Por qué? Por razones geoestratégicas y económicas. Las económicas están claras: el petróleo...

“...Ahora nos dicen que hay valiosos minerales en Afganistán, litio, por ejemplo”.

Sí. El petróleo está ante todo, pero, usted lo ha dicho, hay otros países contiguos a la zona con reservas muy importantes de materias primas. Lo revelan ahora, pero se venía sabiendo y puede explicar el porqué de la presencia militar en esos países. El Próximo y el Medio Oriente se están reordenado también por una cuestión geoestratégica. Si mira usted un mapa verá que el Próximo Oriente es la charnela entre el Occidente y el Asia central y el Lejano Oriente; es la trinchera. Y el eje de toda esa zona es exactamente Irak, y no sólo terrestre, sino también marítimo. Esas razones explican por qué los señores que diseñan el mundo en función de unos beneficios económicos decidieron, hace ya tiempo, que tenía que renovarse e incrementarse un conflicto que venía a añadirse al de Palestina, sin solucionar desde hace mucho tiempo, y al del Líbano.

¿Tengo la impresión, no sé si fundada, de que usted es pesimista ante una posible solución?
Soy realista. Yo amo ante todo la literatura y mi especialidad, si se puede decir así, es la literatura árabe contemporánea y especialmente su poesía, que es, seguramente, con otras dos o tres cosas más, lo que más me gusta de la vida. Considero que las metáforas, la fantasía, son cada vez más necesarias para vivir, pero, luego, tengo que ver la realidad, la prosa, y he decir que este mundo está mal organizado y mal dirigido. Y el Próximo Oriente es una zona «privilegiada» para producir conflictos que nunca se solucionan. Y quedan inconclusos para que puedan reproducirse.

¿En qué medida las posiciones de Israel e Irán están complicando aún más las cosas?
Mantengo que la fundación del estado de Israel fue un error. Lo explico: iba contra la dinámica de la Historia. Se me puede responder que es una zona donde han proliferado los estados artificiales, y digo los «estados», no las naciones, pero ¿por qué, entonces, no permitir la creación del estado de Palestina? Una vez cometido el error, no se ha tenido voluntad de solucionarlo. Irán está siendo el revulsivo. La primera guerra del Golfo fue otro error del régimen iraquí anterior, y con esto no justifico, ni mucho menos, hechos tan detestables como la ocupación de Irak por las fuerzas internacionales, engañando a todo el mundo. Irán aporta una visión chií o chiíta del espacio árabe-islámico. El chiísmo, que posee una concepción tan ortodoxa del Islam como la de los sunitas, ha sido tradicionalmente marginado por estos últimos. Y en esa reordenación de la zona de la que le hablo hay otro elemento importante: la aparición de un actor que puede adquirir una fuerza importante, que es Turquía, el gozne con Occidente.

Sus relaciones con Israel salen tocadas por el ataque a la flotilla con ayuda para Gaza.
No lo tengo tan claro. Pero sí es cierto que hay una cierta recomposición de las relaciones turco-árabes, y ese sí es un elemento muy importante si cuaja. No se puede imaginar la dimensión que está adquiriendo un personaje como Erdogan en el mundo árabe.

¿Las cosas han cambiado algo con la elección de Obama?
Cualquier cosa es preferible a Bush. El problema no es Obama, sino los poderes que de verdad rigen la zona, que en el caso de Palestina es el «lobby» judío, más concretamente el sionista. Es así. Y cualquiera puede apreciar que lo que eran buenos propósitos al principio del mandato de Obama, rápidamente se han ido diluyendo. Son los grandes intereses norteamericanos los que han puesto en marcha el plan para reordenar la zona.

¿Turquía debe ingresar en la Unión Europea?
Sin la menor duda. Ha acreditado su vocación europeísta y es un elemento a tener en cuenta por su experiencia e influencia.

¿Hay incompatibilidad entre los valores occidentales y los del Islam?
Soy un arabista de calle, no sólo de biblioteca, y estoy convencido de que esas posiciones de rechazo a la búsqueda de caminos sólidos de diálogo y encuentro no son buenas. No veo en absoluto esa incompatibilidad. Un valor fundamental tanto para el Occidente cristiano como para el mundo islámico es la religión.

Me refiero a los valores de la Ilustración.
También, pues claro que sí. Desde mediados del siglo XIX, al menos, y hasta bien entrado el siglo XX, el mundo árabe vivió un renacimiento. Lo que hubo en la segunda mitad del siglo XX fue un retroceso de los movimientos ilustrados y una recuperación de los oscurantistas. Esa situación la ha propiciado, en parte, Occidente.

En Europa hay un cierto temor a la proliferación de mezquitas.

Estamos viviendo una época de neoislamofobia.

¿Y no hay cristianofobia en el mundo islámico?
Sí, en ciertos lugares. Pero obedece a la falta de capacidad para ofrecer fórmulas integradoras. Europa tiende a asimilar, lo que es un error, porque lo que debemos hacer es conocer al otro y que el otro te conozca a ti. Le pongo un ejemplo: empezamos a enterarnos de que no hay un solo modelo de velo islámico. Mi posición es que el velo debe permitirse siempre que podamos identificar a la persona en un espacio público

¿Comparte las medidas adoptadas en Cataluña?
No. Se han tomado de manera injustificada y provocando un problema que en la mayoría de los casos no existía.

¿Qué queda del sustrato árabe en España?
Españoles y árabes tenemos que ponernos de acuerdo que al-Ándalus es un éxito común y compartido. ¿Qué quiere decir? Que al-Ándalus es nuestro, suyo y de la Humanidad; es universal. El próximo año es el 2011, aniversario del 711 (invasión árabe de la península ibérica), y le advierto una cosa, aunque me gustaría equivocarme, esa efeméride va a provocar en este país un nuevo desgarro hispánico, lo peor que puede ocurrir.

Fuente:
http://www.lne.es/sociedad-cultura/2010/06/19/conmemoracion--2011-invasion-arabe-traera-desgarro-hispanico/931444.html