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Palestinos remueven parte del muro construido por Israel

Asesoría Jurídica Internacional sobre Extranjería y Migraciones

"No importa lo altos que sean, todos los muros caen", se leía en una de las pancartas colocadas junto a la estructura por jóvenes palestinos ayudados por activistas israelíes, quienes afirman que el muro en territorio palestino es una apropiación de la zona por parte de Israel

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www.ajintem.com, 2009-11-09

El muro de nueve metros de altura, que atraviesa 171 pueblos o ciudades de Cisjordania, se suma a los 600 obstáculos a la libre circulación que salpican Cisjordania. La ilegal pared ha desplazado a 28.000 personas; ha supuesto la confiscación de cinco mil hectáreas, y el aislamiento de otras 27.000. Las manifestaciones contra el muro de Israel no han cesado desde su construcción.

Jóvenes palestinos rompieron este viernes una parte del muro de separación construido ilegalmente por Israel en Cisjordania, que tiene una altura de nueve metros, en una acción cargada de simbolismo, pues tiene como telón de fondo el vigésimo aniversario de la caída del muro de Berlín. Al percatarse del hecho, los guardias israelíes arremetieron con bombas lagrimógenas y un spray maloliente desde la parte contraria del inmenso muro de hormigón.

"No importa lo altos que sean, todos los muros caen", se leía en una de las pancartas colocadas junto a la estructura por jóvenes palestinos ayudados por activistas israelíes, quienes afirman que el muro en territorio palestino es una apropiación de la zona por parte de Israel.

Un comunicado del Comité Popular de Bil'in, organizador de la protesta, indicó que "el 9 de noviembre de 1989, el Muro de Berlín se vino abajo en dos días, esto inspiró esperanza en un mundo en el que las barreras no pueden separar a las personas".

"Hoy, Israel está construyendo un muro el doble de alto y cinco veces más largo en Cisjordania, despreciando el derecho internacional, para separar a los palestinos de sus tierras", denunció el comunicado.

Los manifestantes se dispersaron cuando los guardias fronterizos israelíes (que estaban detrás del muro) comenzaron a cerrar la brecha cuando una parte del muro se inclinó hacia el lado israelí, pero no llegó a caerse.

Cinco años de ilegalidad

Israel comenzó a construir el muro en el 2002 y dos años más tarde el Tribunal Internacional de Justicia dictaminó la ilegalidad del muro que el gobierno israelí alzaba en su gran mayoría en el territorio ocupado de Cisjordania. Un 85% de su trazado se encuentra en suelo palestino, apropiándose de casi un diez por ciento del territorio.

Construido de norte a sur y a través de parte de Jerusalén, cuando esté terminado el muro medirá 700 kilómetros de largo y entre 50 y 100 metros de ancho. Es una estructura compleja que incluye alambradas de espino, zanjas, zonas de arena fina para detectar huellas, torres de vigilancia, caminos asfaltados a cada lado para permitir patrullar a los tanques, así como zonas adicionales de defensa y áreas restringidas de diversa profundidad.

No ha habido apenas presión política ni diplomática para frenar una obra que provoca un impacto demoledor en la vida cotidiana de decenas de miles de palestinos, puesto que el muro aisla entre sí a comunidades y familias. Separa a los campesinos de sus tierras y a los palestinos de sus lugares de trabajo, centros educativos y de salud y otros servicios esenciales.

El Estado judío asegura que fue construida para evitar que atacantes suicidas con bombas ingresaran al país, y argumentan que la barrera es un obstáculo temporal que podría quitarse cuando se firme un pacto de paz con los palestinos.

Las manifestaciones de rechazo a la construcción de tan imponente muralla se han convertido en una situación regular, así como también la respuesta de la policía israelí que lanza gas lagrimógeno y balas de goma a manifestantes palestinos que lanzan piedras.

Al muro de nueve metros de altura alrededor de ciudades como Belén, Tulkarem o Kalkilia y a la barrera metálica se suman los 600 obstáculos a la libre circulación que salpican Cisjordania. A los campos de cultivo enclavados entre el muro y la frontera con Israel sólo se puede acudir si se cuenta con un permiso concedido por las autoridades israelíes y que hay que renovar semestralmente.

En el norte de este territorio, el 80 por ciento de los campesinos no cuentan con ese permiso, y los que consiguen el acceso lo hacen luego de muchos meses de espera, como Sharif Omar, agricultor de Yayus, pueblo próximo a Kalkilia, quien relataba a la ONG Oxfam que tuvo que esperar "siete meses antes de poder acceder a mi tierra".

Más asfixiante se augura el panorama para ocho comunidades ubicadas en dos enclaves: Bir Nabala, al norte de Jerusalén; y Az Zawiya, al sur de Kalkilia. Sus 26 mil residentes serán rodeados por el muro por los cuatro costados. Sólo podrán salir mediante túneles o una conexión por carretera con el resto de Cisjordania, aseguran funcionarios de Naciones Unidas.

El muro y los vallados determinan el acceso a gran parte de los recursos hídricos de Cisjordania, casi siempre a favor de las colonias judías. La ilegal pared atraviesa 171 pueblos o ciudades de Cisjordania; ha desplazado a 28.000 personas; ha supuesto la confiscación de cinco mil hectáreas, y el aislamiento de otras 27mil.

Fuente: http://portal.ajintem.com/oriente-proximo/1250-oriente-proximo-palestinos-remueven-parte-del-muro-construido-por-israel.html

 

La caída del Muro, versión Cisjordania
Activistas palestinos conmemoran el aniversario berlinés derribando un trozo del muro levantado por Israel

REUTERS / EP - Qalandiya (Cisjordania) - 09/11/2009
El pais.es
Activistas palestinos reproducen la caída del Muro de Berlín en Cisjordania

Los activistas palestinos se disponen a derribar un fragmento del muro de Cisjordania.- EFE

Enmascarados, banderas palestinas al viento y apoyados en la potencia de un camión para poder alcanzar su propósito. Así han irrumpido un grupo de activistas palestinos en el muro de seguridad erigido por Israel en Cisjordania para conmemorar el vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín.
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Muy cerca de ellos, unas 50 personas que se habían congregado en la zona del muro cercana al puesto de control israelí de Qalandiya jaleaban a los activistas mientras el fragmento de hormigón, atado al vehículo con una cuerda, se venía abajo. Acto seguido, los soldados israelíes han lanzado gases lacrimógenos para dispersarlos.

"Hoy conmemoramos 20 años dede la caída del Muro de Berlín", ha afirmado Abdulá Abu Rahma, líder de la Campaña Popular de Lucha contra el Muro. "Este es el primer paso en una serie de actividades que realizaremos en los próximos días para expresar nuestro firme apego a nuestra tierra y nuestro rechazo a este muro".

 

"Tras el muro de Berlín, el de Palestina”
www.oicpalestina.org  
EFE / OICP, 2009-11-09
           
Veinte años después de la caída del muro de Berlín, los palestinos han lanzado la campaña "Unidos Contra el Apartheid" con la esperanza de que la barrera que construye Israel en la Cisjordania ocupada sea la próxima en caer.

"El mundo no puede aceptar en el siglo XXI que Israel construya un muro del apartheid tres veces más grande que el de Berlín y dos veces más alto", dijo a Efe Jamal Yuma, de la ONG "Contra el Muro".

Esta organización celebrará múltiples actos a lo largo de la próxima semana para recordar al mundo que el territorio de Cisjordania está marcado por una cicatriz de hierro, alambre y hormigón que divide y fragmenta las tierras palestinas, separando a sus habitantes y, en algunos casos, impidiéndoles el paso a sus cultivos.

Los actos se iniciaron el viernes, cuando un grupo de activistas colocó una barrera de poliestireno en la localidad de Bilín, escenario de protestas semanales contra el muro, en la que se leía: "Berlín, 1989. Palestina, ?".

El parapeto fue desmantelado por soldados israelíes, que cada viernes se enfrentan a los manifestantes en Bilín con gases lacrimógenos, bombas de estruendo y balas de acero recubiertas de caucho.

El próximo jueves, activistas locales e internacionales echarán abajo una pequeña réplica del muro alemán en el pueblo de Al Masara (cerca de Belén) y harán un llamamiento a la comunidad internacional para que abrace la campaña que promueve el boicot, la desinversión y las sanciones a Israel hasta que este país la derribe.

En los próximos días se realizarán en todo el mundo acciones de solidaridad y denuncia de la polémica barrera, con proyecciones de películas, conferencias y mesas redondas en Europa, Norteamérica, Australia y países latinoamericanos como Colombia, Chile, Argentina y Paraguay.

"Una veintena de países se movilizarán esta semana para recordar al mundo que los muros, el racismo y el apartheid cayeron en el siglo XX y para proclamar que no podemos iniciar el siglo XXI con muros como el que está construyendo Israel", indica Yuma.

El activista palestino denuncia que la barrera "confiscará parte de las tierras de Cisjordania y dejará a los palestinos encerrados y fragmentados en tres cantones principales subdivididos en diferentes enclaves incomunicados".

Hasta ahora y según datos de la ONU, Israel ha completado algo más de 400 de los 710 kilómetros previstos de la divisoria, de los que el 85 por ciento estará construido dentro del territorio cisjordano y sólo un 15 por ciento transcurrirá por la Línea Verde, la frontera imaginaria tras la primera guerra árabe-israelí de 1948-49.

"El muro ha dejado ya a 97 comunidades palestinas completamente aisladas: rodeadas por tres flancos por el muro, o por el muro, una colonia judía y las carreteras del apartheid (por las que sólo pueden circular vehículos con matrícula israelí)", explica Yuma.

Además, la barrera aisla Jerusalén Este de Cisjordania, lo que "deja a 360.000 palestinos desconectados de su pueblo y rodeados por un muro de 181 kilómetros. Esto impedirá cualquier acuerdo para la creación de un Estado palestino".

También, asegura, deja a Cisjordania sin sus recursos hídricos y sin sus principales tierras agrícolas, como el valle del Jordán, desconecta a las comunidades y dificulta el acceso a escuelas, universidades e incluso a los hospitales.

Israel empezó en el año 2002, durante la Segunda Intifada, a levantar lo que denomina "la valla de seguridad", pero que a nivel mundial se conoce como "el muro de la vergüenza" y que en su paso por los núcleos urbanos, se convierte en un muro de hormigón de ocho metros de altura.

Israel continúa con su construcción haciendo caso omiso al dictamen no vinculante del Tribunal Internacional de Justicia, que en 2004 declaró la barrera ilegal.