Index | Palestina 2008
Actualidad
PALESTINA

Palestina

 

El activismo de una nueva generación de exiliados palestinos

A pesar de su histórico y fragmentado desplazamiento prolongado, no debemos considerar a los palestinos como actores secundarios de su propia tragedia, vulnerables e impotentes

Los palestinos de mi generación están empezando a reimaginarse su posible papel dentro del cuerpo político palestino, como refugiados y como miembros de ese pueblo. Las respuestas que están apareciendo sugieren una astuta “reasunción de la conciencia de refugiado” en el aspecto político y cultural, entrelazada con un nacionalismo palestino más firme y un alejamiento gradual del activismo fundamentado en la “solidaridad” -forma de compromiso político que, en la práctica, separó a los palestinos de “fuera” de los de “dentro”

ondas

Maher Bitar*, doctorando en el Departamento de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Oxford y de Derecho en la de Georgetown en Washington D.C.

Revista Migraciones Forzadas, nº33, “Desplazamientos Prolongados” (edición en castellano). Instituto Universitario de Desarrollo Social y Paz, Universidad de Alicante www.migracionesforzadas.org

 

A pesar de su histórico y fragmentado desplazamiento prolongado, no debemos considerar a los palestinos como actores secundarios de su propia tragedia, vulnerables e impotentes.

En contraposición con la mayoría de los desplazamientos de refugiados, las causas del exilio prolongado de los palestinos no son las persecuciones individuales ni las circunstancias nacionales, sino la disolución y desaparición de la entidad política reconocida internacionalmente a la que pertenecen. A pesar de esto, la experiencia palestina del desplazamiento prolongado ha sido un experimento constante de “participación de los refugiados” en muchos sentidos: los refugiados, parte de un colectivo nacional desplazado, llevan décadas intentando, de forma activa, colmar sus privaciones, mejorar los problemas de protección y conseguir la inclusión de sus intereses en las negociaciones políticas que afectan a su futuro.

Sin embargo, más de 60 años después de que sus padres y abuelos se convirtieran en refugiados apátridas, una nueva generación de palestinos, que se enfrenta a problemas desalentadores, está alcanzando la mayoría de edad en un contexto cultural y político muy diferente. Junto con la inmediatez de la ocupación militar y el expansionismo de Israel, y la consolidada discriminación y marginación que experimentan en los países de exilio, los jóvenes palestinos han empezado a movilizarse políticamente en un intento de repeler la presión intensificada que ejercen tres fuerzas agravantes de larga duración: en primer lugar, la dislocación multigeneracional en la que han nacido; después, la fragmentación global de su comunidad y, por último,  el vacío político creado por la lenta desintegración de un movimiento nacional palestino de alcance internacional.

palestine

Los palestinos de mi generación están empezandoa reimaginarse su posible papel dentro del cuerpo político palestino, como refugiados y como miembros de ese pueblo.
Las respuestas que están apareciendo sugieren una astuta “reasunción de la conciencia de refugiado” en el aspecto político y cultural, entrelazada con un nacionalismo palestino más firme y un alejamiento gradual del activismo fundamentado en la “solidaridad”  (forma de compromiso político que, en la práctica, separó a los palestinos de “fuera” de los de “dentro”). Totalmente conscientes de los efectos corrosivos que el desplazamiento prolongado, la fragmentación geográfica y la marginación política están teniendo en su comunidad, los jóvenes palestinos han empezado a articular la necesidad de reformar las instituciones para poder suplir el vacío que ha dejado el movimiento nacional. Así, han aparecido diversas iniciativas transnacionales prometedoras de carácter político y cultural que están reorganizando y vigorizando las comunidades locales, al mismo tiempo que intentan establecer vínculos con las comunidades palestinas de todo el mundo.

En el ámbito del arte, el escritor Ahdaf Soueif destaca que “los palestinos de la diáspora activan constantemente sus vínculos con el hogar y con los distintos pedacitos de él, formando colaboraciones productivas dentro de una comunidad de artistas más amplia”. Esta generación de artistas palestinos representa, según Soueif, “toda una sociedad en un estado de movilización cultural, [...] con personas de todos los sectores que participan en actividades que ellas mismas definen como culturales y como una reafirmación de la identidad y la resistencia palestinas”. También ha habido un incremento de la organización política internacional entre los jóvenes palestinos, en gran parte alentadora pero todavía descoordinada, sin suficientes recursos económicos y en busca de sus bases políticas. Por ejemplo, la Red de Jóvenes Palestinos ( Palestine Youth Network-PYN, por sus siglas en inglés) ha conseguido poner en contacto a estas personas en los cinco continentes, superando así barreras geográficas y políticas. Fundamentalmente, esta red pretende cubrir una importante laguna: los palestinos de esta generación no tienen vehículos que les permitan mantener el contacto personalmente. Sencillamente, desconocemos quién hay ahí fuera y cómo estamos respondiendo cada uno de nosotros a los numerosísimos y diversos problemas a que se enfrenta nuestra comunidad.

Además, al representar a comunidades distintas de todo el mundo y al beneficiarse de las últimas herramientas organizativas políticas y comunicativas, los miembros de la red PYN encarnan una consecuencia fortuita, e incluso paradójica, del exilio prolongado. Buscan formas de transformar sus aparentes debilidades (el desposeimiento comunitario e individual, la apatridia y la fragmentación) en puntos fuertes colectivos. Ciudadanos del mundo por defecto, muchos están intentando, a través de la PYN o de otros medios,  aprovechar sus diferentes experiencias educativas, culturales y políticas para garantizar que su voz y reclamaciones se oigan en su país de residencia, en el mundo y, en diversa medida, entre lo que queda del liderazgo político palestino.

La organización política que se centra en conseguir derechos humanos y nacionales concretos ha mostrado que tal activismo debe procurar, de forma urgente, que se preserve y reanime un sentido compartido de la identidad palestina. La fragmentación y el desplazamiento prolongado han exacerbado divisiones generacionales, religiosas, entre facciones y de otros tipos que deben superarse. Aunque sea una lucha continua, refleja lo que Sayigh describe acertadamente como “la negativa a ser olvidado”.


Rosemary Sayigh “Palestinos: de campesinos a revolucionarios en un cuarto de siglo” (‘Palestinians: From Peasants to Revolutionaries a Quarter of a Century On’), en Roger Heacock (ed.), Temps et espaces en Palestine, Beirut, Institut Français du Proche-Orient (Études contemporaines, n.o 25), 2008. http://ifpo.revues.org/index495.html

Ahdaf Soueif “Reflexiona y resiste” (‘Reflect and Resist’) http://www.guardian.co.uk/artanddesign/2009/ jun/13/art-theatre

www.pal-youth.org/

* Maher Bitar cursó estudios del Máster en Migración Forzada del Centro de Estudios sobre Refugiados, es doctorando en el Departamento de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Oxford y candidato a Juris Doctor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Georgetown en Washington D.C.