Index | Palestina 2008
Actualidad
PALESTINA

Palestina

 

 

 

 

 

 

 

Entrevista a Ram Rahat, recluta y reservista forzoso israelí, activista en Jerusalén de Yesh Gvul (¡Basta!)

“No es posible tener una democracia solo para una parte de la población”

“No puede hablarse de democracia porque para ello hay que respetar los derechos de las minorías y eso no sucede. Existe discriminación para el acceso a la tierra, hay una política de inmigración sólo para judíos, etcétera. Sería como decir que Suráfrica era una democracia para los blancos. Pero no es posible una democracia sólo para una parte de la población.”

Público, 13 de Agosto 2009

Ram Rahat

Ram Rahat-Goodman, judío e israelí de origen canadiense de 52 años, pasó más de 20 años en las fuerzas de defnsa israelíes siempre de forma forzosa: primero como recluta, luego como reservista tantas veces movilizado tratando de convencer a sus compañeros para que se negaran a servir en los territorios ocupados. Hoy, ya liberado de sus obligaciones militares, se dedica a lo mismo como activista en Jerusalén de Yesh Gvul, que en castellano puede traducirse de tres formas distintas y todas ellas describen bien a qué se dedica la organización: ¡Basta!, Hay límites y Hay fronteras.
Rahat-Goodman ha visitado recientemente Madrid en un encuentro sobre jurisdicción universal.

PÚBLICO - Madrid - 13/08/2009

"Durante el ataque a Gaza en Israel hubo 800 detenidos por protestar"

Pregunta: En 1982, usted ya rechazó servir militarmente en Líbano. ¿Le castigaron?
Respuesta: No. Tuve mucha suerte: sólo me asignaron otro destino. Muchos compañeros fueron encarcelados, pero yo no.

P.: Ha pasado mucho tiempo y su campaña sigue siendo la misma. ¿Ahora es más fácil?
R.: Al contrario: es más difícil. La sociedad israelí ha cambiado. Apoya más las opciones militares. En 1982, había miles de reservistas que se negaron a ir a Líbano. Ahora es más difícil encontrar soldados dispuestos a negarse a ir a los territorios ocupados.

¿Por qué?
El nivel de opresión es mayor. En el pasado, los extremistas atacaban a las organizaciones de izquierdas. Pero ahora hay una gran presión que surge del Gobierno. Todo esto se ha acentuado en los últimos seis meses, tras la última operación en Gaza.

"Para la justicia internacional hay que fijarse en el largo plazo"

¿Puede dar algún ejemplo?
Durante las tres semanas que duró el ataque se detuvo a 800 personas por protestar. ¡800! Algunas estuvieron un mes en arresto domiciliario. La opinión pública se ha ido muy a la derecha. Casi toda la población judía en Israel apoyó los ataques. Si no lo hacías, parecías un traidor. Antes no se veía así.

¿Israel no es una democracia?
No puede hablarse de democracia porque para ello hay que respetar los derechos de las minorías y eso no sucede. Existe discriminación para el acceso a la tierra, hay una política de inmigración sólo para judíos, etcétera. Sería como decir que Suráfrica era una democracia para los blancos. Pero no es posible una democracia sólo para una parte de la población.

¿La democracia se ha ido estrechando también dentro del campo judío?
Creo que sí. Ahora la presión es más intensa y tiene un origen gubernamental, algo que no había sucedido en los 30 años que llevo de activismo. Ha aumentado la histeria y la brutalidad. Se empieza a tratar la disidencia como antes a los palestinos, aunque naturalmente no es equiparable. El trato al palestino siempre es peor.

"No es posible tener una democracia sólo para una parte de la población"

La Audiencia Nacional ha ordenado echar el cierre a la causa de Gaza en España, que ha precipitado además una reforma legal para limitar la jurisdicción universal. ¿Tan fuerte ha sido la presión de Israel?
Y la de China. Y la de otros. No es sólo una cuestión de Israel. La jurisdicción universal tiene siempre que lidiar con grandes presiones políticas. Lo que está sucediendo en España ya pasó antes en Bélgica, en Nueva Zelanda y otros sitios. No olvidemos que se trata de algo muy nuevo, de apenas 15 años. Hay que fijarse en el largo plazo.

¿Cómo se vivió el caso en Israel?
Mayoritariamente, como una muestra de antisemitismo. El mundo está en contra de nosotros y esas cosas... Pero era una causa por unas políticas y acciones determinadas, presentadas allí como un ataque contra Israel.

¿Considera cerrada la causa de España?
Aún espero que siga adelante. Hay apelaciones. También espero que sigan las que afectan a China, Guatemala, etcétera. Es importante que haya justicia. Crímenes como los que se han cometido en Gaza no pueden quedar impunes.

¿Cómo vería que entrara la Corte Penal Internacional?
Es un asunto complicado porque implicaría el reconocimiento de Palestina. Idealmente, todo debería poderse juzgar allí. Pero si no fuera posible, seguimos contando con la jurisdicción universal. Es algo muy importante para todos (no sólo para los palestinos) porque estamos hablando de crímenes muy graves que no pueden quedar impunes. El papel de España es muy importante.